El Basilisco (del griego "
basiliskus", "rey pequeño") es un reptil mítico famoso y temido por su poder de petrificar a quien lo mira a los ojos. Si bien Plinio el Anciano lo describe como una serpiente de no más de doce metros de longitud; también hace énfasis en la descripción de la ponzoña del animal, el cual es tan tóxico que deja un rastro de baba repugnante y venenosa.
Al basilisco se le conoce como el "rey de las serpientes", porque se dice que su cabeza está dominada por una cresta similar a la del gallo, y parecida a una corona. Las historias del basilisco, narradas en la Historia Natural de Plinio el Viejo; incluyen a varios animales mortíferos como el Catoblepas y el propio basilisco:
"Existe el mismo poder (del Catoblepas) en la serpiente llamada Basilisco. Es oriundo de la provincia de Cyrene, y no mide más de doce dedos de largo. Cuenta con un punto blanco en la cabeza, que asemeja fuertemente a una diadema. Cuando sisea, todas las otras serpientes huyen de él; y no avanza su cuerpo como las otras, doblándose para avanzar, pues se mueve con el cuerpo erecto hasta la mitad. Destruye todos los pastos, no solo con su contacto, pues incluso su aliento quema el pasto y rompe la roca; así de tremenda es su influencia perniciosa.
Se creía anteriormente que si un hombre a caballo mataba a uno de estos animales con una lanza, el veneno correría por el arma y mataría no solo al jinete, sino también al caballo. Para este terrible monstruo, el efluvio de la comadreja resulta mortal; algo que ha sido intentado en varias ocasiones, pues los reyes por lo regular desean ver su cuerpo muerto.
Se arroja al animal en el cubil del basilisco, el cual es fácilmente reconocible por que la tierra a su alrededor está corrupta. La comadreja destruye al basilisco con su aroma, pero muere debido a la ponzoña de este."
San Isidoro de Sevilla, un religioso del siglo VII, fue quien definió en sus tratados al basilisco como el rey de las serpientes; debido a la potencia de su mirada y aliento venenoso. San Vede el Venerable, supuestamente atestiguó el nacimiento de un basilisco mediante un huevo de gallina; a la vez que Alexander Neckam fue quien promulgó la idea de que el basilisco podía corromper el aire a su alrededor.
Teófilo Presbíter, autor medieval del siglo XI reconocido por sus tratados "Schedula Diversarum Artium" y "De Diversis Artibus", que detallaban aspectos de las artes medievales; escribió una receta sobre como crear un basilisco para convertir el cobre en oro español; mismo que se obtenía de la mezcla de sangre de basilisco y humana, cobre rojo y un tipo específico de vinagre.
Albertus Magnus habla en "De Animalibus" sobre la mirada asesina del basilisco; pero desmiente leyendas como el que se necesitara un gallo para empollar un huevo, y de hecho sugiere que fue el mismo Hermes Trimegistus quien creó la historia sobre la posibilidad de convertir la plata en oro usando las cenizas de un basilisco. En Canterbury Tales, de Geoffrey Chaucer, aparece el "basilicock" (relacionado al término 'cock', 'gallo' en inglés); y de acuerdo con las leyendas, el basilisco puede morir al escuchar el canto del gallo o al observarse en un espejo; como ocurre en la leyenda del Basilisco de Varsovia.
Ilustraciones medievales detallando al basilisco.
Con los años, el mito creció exponencialmente, añadiendo detalles escabrosos y cada vez más fantásticos al respecto. Por ejemplo, el basilisco pasó a ser una serpiente gigante parecida a un dragón, con el poder de lanzar fuego y matar con el sonido de su voz; el poder de matar mediante el toque o traspasar su veneno a través de armas y armadura, o sencillamente el hecho de que su aliento es tan mortífero que el solo estar cerca de él ocasiona la muerte.
Leonardo da Vinci incluyó al basilisco en su bestiario, describiéndolo como un ser que al no encontrar a nadie a quien matar con la vista; decide desquitar su furia con las plantas y árboles, secándolos; además de darle la capacidad de corromper el trigo. Da Vinci también hace notar que lo que mata al basilisco es el olor de la orina de la comadreja, no el aroma del animal en sí.
En la Biblia, el Basilisco aparece en Isaías 14:29: No te alegres, toda tú, Filistea, porque la vara que te hirió esté quebrada; pues de la raíz de la serpiente saldrá un basilisco, y su fruto será serpiente voladora."
En el Salmo 91:13 (famoso por su uso en exorcismos y purificaciones de sitios embrujados o cargados de energía negativa, existe el verso "super aspidem et basiliscum calcabis conculabis leonem et draconem", que se puede traducir como "Pisarás al león y a la serpiente; pisarás al gran león y al basilisco".
El Basiliscu.
En la mitología de Cantabria, al norte de España, existe la leyenda del antiguo Basiliscu que ha desaparecido de la tierra y solo se encuentra en esa tierra; aunque es extremadamente esquivo. Este animal nace de un huevo puesto por un gallo viejo y moribundo, durante la medianoche exacta en una noche de luna llena. Durante unos días, la cáscara del huevo que es supuestamente suave y de forma parecida al cuero; se abre y de ella emerge un animal ya completamente formado: con patas de ave, pico, cresta de gallo y el cuerpo de un saurio.
Se dice que este animal puede lanzar fuego de los ojos con tal potencia que quien lo observa directamente muere en el acto. La única forma de matarlo es usando a una comadreja, pues es la única bestia que puede pelear con él; o un gallo, ya que el canto del ave es letal para el animal, al grado de que muchos viajeros viajaban con un gallo si debían ir a las tierras donde se rumoraba que habitaba el basilisco.
La Cocatriz.
Una cocatriz en un grabado.
La Cocatriz es descrita por primera vez en la Historia Natural de Plinio, como un pariente alado del basilisco; el terrible reptil que nacía de un huevo incubado por un sapo y colocado por un gallo; y al que también se le conocía como el 'rey de las serpientes'.
El autor Alexander Neckam, detalla en su libro De Naturis Rerum que la Cocatriz nace de condiciones similares a las del basilisco; es decir, un huevo puesto por un gallo e incubado por un sapo o una serpiente. Y aunque inicialmente se le consideró sinónimo del basilisco, descripciones posteriores presentan a la Cocatriz como una subespecie de este con alas.
De los poderes de la Cocatriz, se dice que podía matar a un hombre con la mirada, envenenarlo con el tacto o el aliento; que el único animal capaz de matarla en combate era la comadreja (comparable a las mangostas y a las cobras) y que su debilidad mortal era escuchar el canto del gallo o ver su reflejo en un espejo.
Aparece como enemigo en el juego de rol Dungeons and Dragons, donde toma la imagen de un híbrido de ave y serpiente (parecido a un dinosaurio terópodo con cabeza de gallo), del tamaño de un pavo o un ganso y con las alas de un murciélago o un dragón; y entre los poderes de la Cocatriz en el juego está el de convertir a quien muerde en piedra.
El Cocadrille.
Otro ser relacionado con la Cocatriz y el Basilisco, es el Cocadrille o Codrille; un dragón serpentino originario del centro de Francia, en las regiones de Berry, Maine, Poitou y Sologne. Pese a que se le consideraba oficialmente un dragón; su descripción física es más parecida a la de los basiliscos y cocatrices.
El nombre de la bestia se origina de 'crocodylus', el nombre científico del cocodrilo. Este fue adaptado posteriormente al francés en varias regiones; como Cocodrillus, Cocodrille, Cocadrille y Docdrille; aunque ciertos lingüistas sugieren que podría nacer de un antiguo vocablo que se traduce como "hijo del gallo".
El Cocadrille nace de un huevo sin yema, el cual es puesto por un gallo y es incubado por la luz del sol o colocándolo dentro de una pila de fertilizante. Para prevenir el nacimiento de un Cocadrille, se debía plantar fresnos en sitios donde podía existir un criadero de estos saurios; mientras que un método más directo era el de tener varios gallos cerca, pues estos odian a los Cocadrilles y los matan al nacer.
El Cocadrille era una serpiente pequeña y delgada al nacer, parecida a un gusano y ya con la habilidad de matar con la mirada. Esta táctica, similar a la de la cocatriz y el basilisco; variaba en el hecho de que si una persona era la que miraba 'primero' al Cocadrille a los ojos, entonces el ser caía fulminado al instante.
La segunda etapa de vida consistía en una metamorfosis, cuando crecía patas y se transformaba en algo similar a la salamandra. En este periodo seguía siendo vulnerable a ser visto por humanos; por lo que anidaba en pozos, tumbas, cuevas y ruinas donde se le podía ubicar con facilidad ya que silbaba durante las noches. Aquí, su veneno ya era lo suficientemente poderoso para desmayar a un toro adulto con solo rozar su piel.
Siete años después, el Cocadrille alcanzaba la forma adulta. Para este momento, medía tanto como un elefante, desarrollaba alas y mutaba en un dragón clásico. Al volar, el Cocadrille exudaba un aura de pestilencia y muerte; y su mirada era fatal para cualquier ser vivo. Se decía que los Cocadrilles migraban de forma instintiva a las ruinas de la torre de Babilonia y que su sombra al volar oscurecía al sol; dejando tras de sí un rastro de epidemias y muerte. A diferencia del basilisco, el Cocadrille tenía una gema brillante incrustada en la frente.
El Colo-Colo y el Basilisco Chilote.
Al otro lado del Atlántico, existe un animal mítico de la mitología Mapuche que comparte rasgos con los basiliscos y cocatrices. A éste se le conoce como Colo-Colo o Colocolo, el cual según la leyenda nace de un huevo de serpiente incubado por un gallo. Luego de nacer, un Colo-Colo se oculta en las casas; y ataca por las noches para alimentarse de la saliva de los habitantes, ocasionando que estos se deshidraten y mueran.
Dependiendo de la región, el Colo-Colo puede aparecer como una rata gigante y escamosa o emplumada, o un reptil o serpiente con cabeza de roedor. Si el Colo-Colo se alimenta de una persona; esta comenzará a sufrir cansancio y a debilitarse hasta fallecer. Otras variaciones señalan que tiene la capacidad de producir infecciones, que llora como un recién nacido y que la única forma de deshacerse de él es quemar la casa para matarlo.
Relacionado o derivado del Colo-Colo, el Basilisco Chilote es un ser de la mitología Chilota en el archipiélago de Chiloé; al sur de Chile. El Basilisco Chilote es una serpiente con cabeza de gallo y que al igual que sus parientes europeos o el Colo-Colo; nace de un huevo incubado por un gallo y vive en túneles que cava debajo de las casas. Como el Colo-Colo, este animal devora las flemas y saliva de los habitantes de la casa; haciéndolos deshidratarse hasta la muerte.
Para matarlo, se requiere quemar el huevo antes de que nazca, así como matar a la gallina que lo puso para evitar la producción de más huevos. Una vez empollado, se debe quemar la casa donde vive para deshacerse de él.
El Basilisco en la cultura popular.
La serpiente de Slytherin, un basilisco, en "Harry Potter y la cámara secreta".
Debido a su importancia en tratados griegos, romanos e incluso escrituras medievales; la leyenda del basilisco eventualmente llegó a la literatura como ya sea un monstruo a vencer; o una metáfora para describir algo de forma negativa y fatal.
En 'Ricardo III', William Shakespeare presenta a la viuda Anne Neville lamentándose de los piropos dados por el asesino de su esposo; y como tal, se describe deseando que la mirada del hombre fuese como la del basilisco y así pudiera matarla. En otra obra, 'Cimbelino', un personaje describe un anillo como "un basilisco ante mis ojos".
En la novela 'Clarissa, o la historia de una joven dama', Samuel Richardson escribe la siguiente nota: "Si mis ojos cargaran la ejecución que poseen los del basilisco, mi primer obra sería observar a esta criatura".
En el reino de la fantasía, el Basilisco ha aparecido en una infinidad de videojuegos, juegos de tableto y libros. Se le encuentra en Dungeons & Dragons, donde se le muestra como un monstruo de aspecto similar a un varano de ocho patas con el poder de petrificar a quien lo mira; y cuyos hábitos fueron detallados en la revista 'Dragon', durante el reportaje 'La Ecología del Basilisco'. Aparece también en otros sistemas d20 como Tome of Horrors y Pathfinder.
En la franquicia Harry Potter, el Basilisco es una gigantesca criatura serpentina; que llega a medir más de 15 metros de largo y vive cientos de años. Como los dragones, el Basilisco es incontrolable por cualquiera que no hable la lengua Pársel (un rasgo de los magos tenebrosos en la mitología de Rowling); y fue creado por un mago tenebroso llamado Herpo.
El basilisco es venenoso, y sus ojos son letales para cualquiera que los observe; aunque el velo reflejado a través de un espejo, una cámara o cualquier otra superficie reflejante produce un estado de petrificación. En el segundo libro, Harry Potter y la Cámara de los Secretos; Harry enfrenta al Basilisco, que habita una bóveda debajo del castillo de Hogwarts.
Un basilisco en World of Warcraft.
En el MMORPG EverQuest, el Basilisco es un monstruo con 'aliento de piedra', mientras que en la saga Avernum de Spiderweb Software; los Basiliscos y una forma superior llamada Ur-Basilisco, son posiblemente de los encuentros más difíciles del juego debido a que aparecen en grandes números, tienen gran velocidad y poseen una habilidad de petrificación que mata al primer golpe.
En World of Warcraft, los basiliscos son lagartos cubiertos de placas óseas, con seis patas y que guardan un estrecho parecido con el crocolisco (la versión de Warcraft de los cocodrilos). Se sugiere en el juego que el estómago de un basilisco puede disolver no solo carne y hueso, si no metales, maderas y roca sólida; siendo cristales y piedras sus principales alimentos.