sábado, 26 de abril de 2014

Aswang

Un Aswang en la serie de televisión "Grimm".
En la mitología de las Filipinas, el Aswang (también llamado "Asuwang", "tik-tik", "wak-wak" y "sok-sok") es una criatura que mezcla rasgos del licántropo y el vampiro; y su nombre viene de la combinación de las palabras sánscritas "swan" y "ang"; que en español pueden traducirse como "cuerpo de perro".
Se le considera un espectro nocturno similar a los gules y vampiros;  y en algunas variaciones del mito, se le compara con el espectro femenino conocido como el manananggal, al grado de que los nombres son intercambiables.

La descripción del Aswang cambia dependiendo de la región de las Filipinas donde se narre; aunque se puede llegar a una definición constante: los Aswangs son capaces de cambiar de forma, y durante el día actúan como personas comunes, tranquilas y elusivas; pero durante la noche se vuelven seres con características de gatos, murciélagos, cerdos y la más común; un perro.
Son rápidos y silenciosos; aunque algunas versiones mencionan que son capaces de hacer ruidos; por ejemplo, el "tik-tik", es llamado así por los sonidos que produce, los cuales son más fuertes mientras más lejos se encuentre; con el fin de confundir a su presa. Otro, el Bubuu; es particularmente agresivo y cacarea como una gallina a la medianoche.
Se cree que tienen ojos rojizos por permanecer toda la noche buscando casas donde hay sepelios; para robar cadáveres.
Disfrutan devorar fetos no-natos y niños pequeños, y sus partes favoritas son hígados y corazones. Otros tienen probóscides con las que pueden succionar a los niños desde los vientres de sus madres o a través de las ventanas de las casas; unos más son tan delgados que logran ocultarse tras varas de bambú. Son rápidos y silenciosos; pero algunas versiones de la historia dicen que hacen ruidos (el "tik-tik" es llamado así por los sonidos que producen al correr); los cuales son más fuertes mientras más lejos esté el Aswang, con el fin de confundir a su víctima potencial.
El Bubuu, un Aswang particularmente agresivo; emite las llamadas de una gallina durante la medianoche.
De acuerdo a los mitos en algunas regiones, tienen la habilidad mágica de reemplazar a sus víctimas o cadáveres robados con doppelgangers hechos de troncos de árboles y otras plantas. Este "clón" regresará al hogar de la víctima, donde enfermará y morirá.
Durante el día, los Aswangs se vuelven humanos; y solo cambian de forma al anochecer o cuando necesitan comer. Se dice que si un Aswang se casa con un humano; la pareja también se transforma en uno durante la noche de bodas, pero rara vez son capaces de reproducirse entre sí. La pareja caza junta en la noche, pero se separan para evitar ser vistos y para no compartir su alimento.

Supuesta foto de un Aswang.
A diferencia del vampiro occidental, los Aswangs no sufren por la luz del sol; y de hecho son caminantes diurnos. Al ser inteligentes, se les puede hablar y expresan sentimientos humanos, incluso tienen la capacidad para ganar la amistad de ciertas personas y un Aswang nunca atacará a sus vecinos o conocidos; de ahí surge una expresión popular filipina que dice "mejor un Aswang que un ladrón".
La única vulnerabilidad que poseen durante el día es que no cuentan con la fuerza sobrenatural que ganan durante la noche; por lo que son mucho más débiles que una persona común, y cuando se sabe que alguien puede ser un Aswang, se les caza y se les mata.
Al igual que sus contrapartes occidentales, los Aswangs son repelidos usando ajo, sal y objetos religiosos como el agua bendita, el crucifijo y el rosario; y también le temen al sonido hecho por los látigos, por lo que un arma muy popular en su contra es un látigo hecho con la cola de una mantarraya. Se cree que tampoco pueden estar en terreno consagrado, y que la decapitación las mata.
A los niños recién nacidos se les protege colocándoles brazaletes de cuentas naranjas y negras, así como ejecutando rituales y plegarias especiales.

domingo, 20 de abril de 2014

Los ataúdes de la bóveda Chase.

La Bóveda Chase.
En la isla de Barbados existe una leyenda que habla sobre ataúdes movidos por fuerzas sobrenaturales desde hace siglos; y pese a que los detalles que rodean el fenómeno son vagos, el enigma continúa fascinando a los investigadores de lo paranormal y los habitantes de Barbados hasta este día.
El fenómeno ocurrió en la Bóveda Chase, una cámara funeraria ubicada en un cementerio de las indias occidentales; a siete kilómetros de Bridgetown. La construcción es de gran tamaño, y fue construida para albergar los restos mortales de la familia Chase y sus amigos más cercanos; elevada específicamente a unos cuantos centímetros del suelo para protegerla de los huracanes y otros elementos que azotan la isla.
La bóveda se llenó poco a poco con los restos de varios miembros de la familia Chase. La primera fue la señora Thomasina Goddard, enterrada en un ataúd simple de madera en julio de 1807. Al año siguiente se le unió una niña de dos años llamada Mary Ann Chase, y su hermana de esta, Dorcas; posteriormente en 1812. La muerte de Dorcas pudo haber sido propiciada por su padre, quien la llevó al extremo de una depresión que culminó en una fatal inanición. Thomas Chase, padre de las niñas; fue enterrado semanas después de Dorcas.

Cuando la bóveda fue abierta para el funeral de Thomas, la procesión se escandalizó al ver que ninguno de los ataúdes se encontraba en el lugar adecuado; lo que también ocasionó furia entre la muchedumbre, por la posibilidad de que algún grupo de robatumbas haya irrumpido al sepulcro y sacudido los ataúdes en búsqueda de botín. Sin embargo, la entrada presentaba un problema para los ladrones: para cubrirla, se colocó una gigantesca losa de roca, y para abrirla había que picar el cemento, necesitando después la fuerza de varios hombres para mover la losa. Eventualmente se decidió que los robatumbas de alguna forma lograron mover los ataúdes.
Se reemplazaron y el ataúd de plomo de Thomas Chase fue puesto en su lugar, para luego sellar la bóveda de nuevo.

El 25 de Septiembre de 1816, la bóveda fue abierta para enterrar al niño Charles Brewster Ames. Similar a lo que ocurrió anteriormente, todos los ataúdes habían sido desacomodados; incluido el pesado ataúd de Thomas, el cual sobrepasaba los 120 kg. De nuevo se acomodaron y la bóveda fue sellada otra vez.
Cincuenta y dos días después, se debió enterrar a Samuel Brewster; y un gran grupo de curiosos se reunió para ver lo que ocurría. Se examinó cautelosamente la entrada en busca de daño cometido por alguien que intentase forzar la losa; no se hallaron defectos y se procedió a abrir la bóveda. Como ya se esperaba, la bóveda se encontraba desordenada; y el ataúd de la señora Goddard había sido dañado gravemente, al grado de que se necesitó envolverlo en alambre.
Algunos investigadores, incluido el reverendo Thomas Oderson; examinaron la bóveda y no se halló nada que pudiese indicar qué ocasionaba los extraños sucesos; así que la bóveda fue limpiada y sellada de nueva cuenta.

El 17 de julio de 1819, la bóveda fue abierta y se volvió a encontrar en desorden. El único ataúd intacto era el de la señora Goddard, frágil y hecho de madera. Esta vez, el gobernador de la isla, Lord Combermere; ordenó una investigación profesional. La bóveda entera fue analizada sin resultado alguno. Se acomodaron los ataúdes y se colocó arena en el piso para identificar las huellas de los perpetradores. El ataúd de la señora Goddard fue puesto contra una pared al ser tan frágil; la bóveda se selló y se colocaron sellos personales del gobernador en el concreto de la losa.

El 28 de abril de 1820, el gobernador y varios amigos viajaron a la bóveda y encontraron el sello intacto. Al abrirla, se encontró con que los ataúdes habían sido desacomodados y colocados incluso de cabeza. Sorprendentemente, en la arena colocada en el piso no había huella alguna de posibles ladrones o bromistas. Los ataúdes fueron removidos de la bóveda y enterrados en otro lugar de la isla. Y una inspección rápida del lugar no encontró agua o filtraciones, se eliminó la idea de que fueron movidos por un terremoto o algún derrumbe; ya que el ataúd de la señora Goddard era el único que misteriosamente no era cambiado de lugar.

jueves, 3 de abril de 2014

Lucy la muñeca.

Hay una muñeca en mi armario, mamá. Es una muñeca grande. Más grande que tú, mamá. Está rota. Alguien debió tirarla, ¿eh?. Hay un gran agujero en su mejilla. Puedo ver sus dientes, mamá. Pero todavía creo que es bonita. Tiene una bonita sonrisa. Siempre sonríe porque siempre está feliz. Me canta, mamá. Como tú hacías cuando era bebé. Tiene una bonita voz. Y un vestido bonito. ¿Puedo ser su amiga, mamá?

No la puedes ver, mamá. Solo yo puedo. Se va cuando estás en mi habitación. Solo sale de noche.

Es muy buena, mamá. ¡Incluso me da dulces! Me dice toda clase de cosas. Su nombre es Lucy, mamá. Está hecha de vidrio como mi otra muñeca. Quisiera que pudieras verla. Ella dice que es tímida. Quisiera que no lo fuera. Así podrías ser su amiga. ¿Porqué no me crees, mamá? Está ahí. Puedo verla. Sé que sí. Es real, mamá. No estoy inventando cosas. ¡Por favor, créeme, mamá! Lucy dice que te va a lastimar si no me crees. No quiero que te lastime, mamá.

Mmá, Lucy me asusta. Sácala de mi habitación. Me dice que haga cosas malas. No quiero hacer cosas malas, mamá. No quiero meterme en problemas. Ya no sonríe, mamá. Por favor haz que se vaya. No quiero ser su amiga ya. Me asusta de verdad, mamá.

La hice enojar, mamá. Le dije que no quería ser su amiga. Se fue de mi habitación. No sé a donde va. Te oí gritar, mamá. ¿Estás bien? ¿Te asustó? La puerta se está abriendo. ¿Eres tú? ¿Te hiciste cargo de ella?

Lucy volvió, mamá. Estoy asustada. Se ve muy enojada, mamá. Está toda manchada de rojo. ¿Donde estás? Por favor ven a aydarme, mamá. Me quiere lastimar. ¡No la dejes lastimarme, mamá! ¡Tiene un cuchillo, mamá! ¿Porqué tiene un cuchillo? Me esconderé bajo la cama hasta que vengas a salvarme. Apúrate, mamá.

No puede verme. Yo puedo verla. Está cantando. Me está buscando. Camina por la habitación. Oh, no. Se dejó de mover. ¡Me encontró, mamá! ¡Ayúdame, mamá! Me quiere lastimar con el cuchillo, mamá. ¡Mamá, ayuda! Sigo gritando pero tú no vienes, mamá. ¿Porqué no me salvas? ¡Me está lastimando, mamá! ¡Ayúdame, por favor!