Las causas de la desaparición de la Novena Legión, Hispana del Imperio Romano, son un misterio que ha dejado perplejos a investigadores, historiadores, novelistas y expertos en lo paranormal durante siglos.
La Novena Legión, Hispana.
No existe un registro fidedigno de la fecha de fundación de la Legión, pero por documentos sobrevivientes se sabe que una Novena Legión que formó parte de las huestes de Julio César durante su invasión a Galia, y las batallas de Dyrrhachium, Pharsalus y la campaña africana del año 46 d.C..
Formó también parte de la defensa contra Sexto Pompeyo en su rebelión en Sicilia, como parte de una campaña en Macedonia y al mando de Octaviano durante su guerra contra Marco Antonio en Actium.
La Legión marchó hacia Bretaña, derrotando al señor celta Caractus en Caer Caradoc y estableciendo el fuerte de Lindum Colonia en lo que hoy es la ciudad de Lincoln; marcharon por Caesio Nasica contra Venutius en el año 52, y fueron derrotados por la famosa reina guerrera Boudica en un combate contra los icenos al intentar tomar Camulodunum; hoy Colchester.
En el año 72, lucharon contra los Brigantes del norte de Bretaña y construyeron el fuerte de Eboracum (hoy York) a manera de defensa contra los caledonios que en ese entonces poblaban Escocia. La construcción de Eboracum es la última vez que aparecen en un registro claro, gracias al descubrimiento de una tableta de piedra con la frase 'LEG IX HISP' en las ruinas del edificio.
La Legión desaparece.
Toda información sobre la legión termina en el año 120, corroborado por la existencia de dos columnas en Roma describiendo todas las fuerzas del Imperio Romano; además de una lista elaborada por el historiador Dio Casio en 210. Esta última contiene informes específicos de las legiones existentes hasta el año 197; y se menciona las treinta y tres legiones principales además de tres otras fundadas por Séptimo Severo en ese año. Pero no hay datos sobre la Novena.
¿Qué fue de la Novena?
Loza hallada en Eboracum.
La teoría más aceptada sugiere que la Legión fue aniquilada por los celtas en las fronteras del norte de Bretaña. En el siglo XIX, el clasisista Theodor Mommsen propuso que Eboracum fue destruida durante el reinado de Adriano y todos los miembros del ejército imperial asesinados por Brigantes en 108.
Mommsen fundamenta su teoría en los escritos de Marco Aurelio Fronto, quien a su vez le contó al emperador Marco Aurelio que durante la época de Adriano hubo un gran número de bajas a manos de los Bretones; situación que llevó a la construcción del Muro de Adriano bajo la idea de que los Bretones jamás serían dominados y la mejor opción era dejarlos fuera de los confines del Imperio.
Posteriormente, el historiador Lawrence Keppie sugirió que la Legión pudo haber sido reasignada en el año 117 para servir en la guerra de Parthia al final del gobierno de Trajano; y que la ausencia de la Legión provocó que los nativos celtas aprovecharan y se alzaran en armas contra las fortalezas y construcciones romanas en Eboracum.
No se tiene un punto exacto de la desaparición, pero la teoría popular sostiene que ocurrió en la localidad escocesa de Dunblane. Las patrullas de exploración romanas no encontraron mensajes de la Legión, rastros de los campamentos, armamento o cadáveres; y su interrogación inicial de los nativos resultó en información inútil.
Los caledonios y celtas indicaron que ninguna de las tribus presentes en Dunblane vio a la Legión después de que pasaran por el asentamiento principal, y que aparentemente se habían desvanecido sin dejar rastro al marchar hacia el norte.
Esta última teoría, sin embargo, pierde validez tras el descubrimiento de inscripciones hechas por soldados de la Legión IX Hispana encontradas a decenas de kilómetros de ahí, en la región holandesa de Nijmegen. Esta evidencia sostiene que la Legión se encontró acuartelada ahí a partir del 120 d.C., una década después de su supuesta desaparición en Bretaña. Además de las inscripciones, en Nijmegen se hallaron lozas con fechas, un pendiente de plata con LEG HISP IX grabado al reverso y un altar dedicado a Apolo en Aachen, Alemania.
El altar fue hecho por un tal Lucio Latino Macer, quien también se describe a sí mismo como el centurión en jefe y prefecto del campamento de la Novena Legión Hispana. La evidencia arqueológica apunta a que la Legión se hallaba en Europa Central en algún punto posterior al año 104 pero no más allá del 120.
Esto sugiere que si bien la Legión se hallaba en Noviomagus luego del 104, fue reemplazada por un destacamento de la LegióN XXX Ulpia Victrix cerca del 120; y que los elementos presentes pudieron ser solo un escuadrón y no la totalidad del cuerpo. Pero también se hace notar que la presencia de oficiales como Latino Macer es un indicativo de que toda la Legión se hallaba ahí en la década del 120; una 'Vexillatio Britannica' (Destacamiento Británico) enviada a Nijmegen y tal vez formada por la Novena Legión o por una mezcla de varias unidades provenientes de Bretaña.
Posibles causas.
Mapa de los dominios romanos durante la Rebelión de Boudica.
Los historiadores apuntan que la desaparición de la Novena Legión pudo llegar en dos eventos importantes a partir del año 130, en concreto la rebelión judía contra los Romanos en Judea del 132, y la guerra de Marco Aurelio contra el Rey Vologases IV en 161.
La segunda rebelión de Judea causó un gran número de bajas a los ejércitos romanos, y coincide con la fecha de la salida de la Legión de Nijmegen; por lo que se mantiene la hipótesis de que la Novena pudo haber sido enviada como refuerzo pero terminó siendo derrotada por los judíos. Existe un argumento en contra, pues el único registro presente de la época habla sobre la Legión XXII Deiotariana de Egipto; más no hace mención de la Novena Legión. Aunque también es posible que ambas legiones hayan sido destruidas, pues este conflicto es la peor derrota para los Romanos desde la batalla de Teutoburg en el año 9.
En el caso de la guerra contra Vologases IV, el historiador Casio Dio menciona que un ejército de Vologases aniquiló a una legión romana en Armenia, más no se dan datos de cuál pudo haber sido. En esa época, solo existían dos legiones en Capadocia, la XII Fulminata y la XV Apollinaris; pero ambas continúan en los registros posteriores al año 200, por lo que ninguna de ellas fue arrasada por las fuerzas de Vologases.
Hasta el día de hoy, la teoría más aceptada es la de Bretaña; pues los arqueólogos e historiadores sostienen que el estado caótico de la región en dicha época podría explicar la falta de registros que señalasen la caída de una legión imperial.
Lawrence Keppie plantea que probablemente la legión fue desbandada al poco tiempo de abandonar Bretaña, y que sus remanentes sí llegaron a Alemania y Holanda, pero fueron integrados a otras legiones para luchar en la guerra al final del reinado de Trajano. Miles Russell por otra parte, señala que los restos arqueológicos encontrados en Njimegen no son del año 120, si no del 80; cuando los destacamientos de la Novena Legión se encontraban en el Rhine peleando con tribus germanas.
Finalmente, entre los habitantes de Escocia existe la leyenda de que efectivamente, cuatro mil soldados romanos de la Novena Legión pasaron a través de Dunblane pero desaparecieron sin dejar rastro alguno; sugiriendo un evento paranormal.
Los fantasmas de la Legión perdida.
Un tipo de aparición fantasmal popularmente reportada en Inglaterra es aquella de soldados romanos. De las ruinas de una antigua taberna donde aparecía un legionario hasta la autopista M-6 que corre por Manchester y Leigh, supuestamente embrujada por una legión espectral; hay infinidad de historias sobre espectros romanos.
En el caso de la historia de la famosa legión perdida, las anécdotas de espíritus romanos también son abundantes en Dunblane durante cada mes de septiembre. El autor A.C. McKerracher narra en uno de sus libros como durante el año de 1974, pudo percibir voces hablando en latín, el tintinear de armaduras y armas, y el sonido de miles de hombres que marchaban a las afueras de Dunblane.