domingo, 16 de octubre de 2016

Esperanza.


Hola, querido.
No sabes quién soy, pero te conozco. Soy uno de los tres demonios que se te asignaron al nacer. Verás, existen personas en este mundo destinadas a la grandeza, destinadas a experimentar vidas alegres y satisfactorias.
Tú, lo siento mucho, pero no eres de esas personas. Y es nuestro trabajo asegurarnos que así sea.
¿Quienes somos?
Oh, sí. Por supuesto. Qué maleducado he sido. Déjame presentarnos.

Vergüenza es mi hermano menor. El demonio en tu hombro izquierdo. Vergüenza te dice que eres un fenómeno, que esos pensamientos que tienes no son normales y que jamás serás aceptado en ningún lugar. Vergüenza te susurró al hombro esa vez que mamá te encontró tocándote cuando eras niño. Vergüenza es el que hace que te odies.

Miedo se sienta en el hombro derecho.
Es mi hermano más viejo, tanto como la vida misma. El miedo llena cada rincón oscuro con monstruos, convierte a cada extraño que ves en la calle en un asesino. El miedo te impide decirle a tu amor platónico lo que sientes. Te dice que es mejor no intentar hacer algo porque fallarás. 
El miedo te hace construir tu propia prisión.
¿Y quién soy yo? Bueno, soy el peor de tus demonios, pero eso es porque me ves como un amigo. Piensas en mí cuando no te queda otra cosa, porque vivo en tu corazón. Soy el que te obliga a resistir. El que prolonga tu tormento.

Sinceramente, Esperanza.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Los Monstruos de Narrabeen.

El caso de los Monstruos de Narrabeen comienza en 1968 en la región australiana de Nueva Gales de Sur: El 3 de abril de ese año, una mujer de nombre Mabel Walsh visitaba el lago Narrabeen, un estuario de agua salada en la costa al norte de Sidney cuando se topó con algo que jamás había visto antes.

La señora Walsh había estado conduciendo por un tramo de la autopista Wakehurst Parway de manera paralela al lago, cuando vio algo emergiendo de las aguas. Se detuvo para observarlo con más detenimiento, y su sorpresa fue mayúscula al ver una criatura de aspecto humanoide que asemejaba una especie de "hombre elefante".
De acuerdo con Walsh, el ser medía poco más de un metro de alto, tenía piel áspera y gris como la del elefante y piernas cortas, redondas y gruesas; mientras que sus extremidades superiores resultaban considerablemente más cortas. Walsh explicó que su cabeza tenía una forma similar a la del oso hormiguero, con una trompa alargada y ojos pequeños.

Al darse cuenta de que lo estaban observando, la criatura salió del agua y corrió tambaleándose hacia la autopista con un andar que a Walsh le recordó a un borracho, para después desaparecer en unos matorrales. La mujer se convenció de que la criatura no era ningún animal que hubiese visto antes, pero no pudo detenerse a investigar pues tenía prisa por un compromiso y además la zona de Narrabeen es famosa por sus cocodrilos de agua salada; lo que representaba un gran riesgo para la mujer.

El siguiente encuentro fue en abril de 1971, cuando dos pescadores dijeron haber visto una gran forma moviéndose cerca de la costa del lago Narrabeen. Al apuntarle con una linterna de queroseno, la luz titilante reveló que se trataba de una monstruosa bestia de piel gris y una trompa como la del elefante.
De manera interesante, esa noche una mujer que vivía al borde del lago dijo haber sido despertada por un sonido terrible como de gárgaras, y aunque no vio a la criatura, dijo que llevaba algo de tiempo sufriendo experiencias similares.
Los diarios australianos generaron una breve paranoia que desencadenó en un gran número de visitas al lago para ver al "Monstruo de Narrabeen"; y el investigador ufológico Bill Chalker visitó el lago a fines de la década de 1970 para investigar los avistamientos. Pasó varias noches acampado en la orilla para encontrar evidencias de la criatura, pero sin éxito alguno.

En 1985, Chalker entrevistó a un granjero llamado Cecil McGann, quien le relató sobre una experiencia desconcertante en 1927. En esa ocasión, McGann junto con vecinos y amigos lograron ver una extraña luz en el cielo que parecía bailar y zigzaguear a la distancia. A la mañana siguiente, las vacas de su familia se veían asustadas y se negaban a abandonar su corral.
No fue hasta unos días después que las vacas se calmaron y volvieron al prado a pastar. Más tarde ese mismo día, las vacas volvieron corriendo hacia la granja en una extampida, con expresiones de terror. Al meterlas al corral y contar las cabezas de ganado, McGann se dio cuenta de que faltaba una. Eso no lo sorprendió, pues era usual que las vacas sencillamente se salieran  y vagabundearan por la zona, así que el granjero montó a su caballo y decidió salir a buscarla.
Al llegar a la zona de pastoreo, se encontró con algo muy diferente a lo que habría esperado. En lugar de una vaca, McGann vio dos extraños humanoides con cabeza de elefante moviéndose entre los arbustos. Al día siguiente, los padres de McGann encontraron a tres de sus cerdos muertos y colgados tras una barda, con extrañas marcas en sus cuellos y sin una gota de sangre en el cuerpo.

lunes, 26 de septiembre de 2016

El francotirador fantasma de Camden.

Durante noviembre de 1927, varios automóviles y un autobús que viajaban por el puente de Camden, Nueva Jersey, fueron víctimas de un ataque repentino que destrozó sus cristales como si de una ráfaga de ametralladora se tratara.
Temiendo que fuese obra de algún asesino serial o psicópata, la policía se presentó de inmediato y acordonó el puente en su totalidad. Pero tras una exhaustiva búsqueda, la policía y un equipo de balística fueron incapaces de encontrar rastros de los proyectiles... casi como si las balas se hubiesen desintegrado.
Sorprendentemente, no hubo víctimas graves. Todas las heridas fueron producidas por los fragmentos de cristal al estallar los parabrisas, pero fue ahí que ocurrió lo más extraño: Durante el proceso de investigación, el oficial de policía John J. Rodgers cayó al recibir dos disparos mientras recorría el puente.

Tras el ataque a Rodgers se recuperó un proyectil azul de tamaño similar a una canica. En este caso, no se determinó como podría haber sido disparada con la misma potencia de una bala sin hacerse añicos al impacto, mucho menos el punto exacto desde donde se disparó. El otro proyectil recuperado quedó incrustado en uno de los rieles de acero del puente, dejando en claro que habían sido propulsados por una fuerza increíble.
Curiosamente, la única evidencia del disparo en Rodgers fue un moretón en la espalda.
Pese al descubrimiento de la canica, un análisis de los cristales destrozados reveló que lógicamente el daño fue producido por balas de calibre .22 o .25. 

Fotografía de la época mostrando el daño a un cristal.
En los días posteriores, varios automóviles, tranvías, autobuses, taxis y luces de la calle fueron reventados por balas 'fantasma'. Un total de 11 vehículos fueron dañados de esta forma, y en cada caso los testigos reportaron no haber escuchado algún disparo.
Las autoridades aún intentaban descubrir qué había sucedido cuando llegaron más noticias de ataques en otros sitios, todos al mismo tiempo. Una tienda en la zona de Crammer Hill fue atacada, y sus puertas de cristal reforzado terminaron destrozadas por los impactos de proyectiles invisibles.
La investigación del ataque determinó que el proyectil había sido disparado desde afuera, pero no hubo evidencia de fragmentos de bala o proyectiles como balines o canicas en las inmediaciones del edificio. Tampoco se reportó algún disparo.
Las localidades de Collingswood y Lindenwood fueron las siguientes, y como en los sucesos anteriores, no hubo disparos o evidencia de balas. En ciertas ocasiones, se recuperaron proyectiles convencionales como un tornillo de niquel o más canicas; pero no se estableció un enlace directo entre estas y el agresor. De cualquier manera, la mejor teoría fue que estos proyectiles habían sido disparados mediante el uso de un rifle de aire o resortera de gran poder.
Esa teoría se descartó debido a que en la época no existía ningún rifle de aire o resotera conocido que tuviera esa potencia. Otra teoría que prevalece hasta hoy es que el asaltante debía estar usando alguna especie de silenciador muy sofisticado.

En cuanto a los sospechosos, la falta de pistas condujo a búsquedas infructuosas.
En un caso, se arrestó a un niño con una resortera, pero se le liberó al no llegar a la conclusión de como era que podría haber disparado con la fuerza necesaria o como pudo ser responsable de los otros ataques.
Camden y las poblaciones vecinas ya se encontraban presa del pánico en ese momento, y si bien el tirador no había matado a nadie hasta el momento, para algunos pobladores era cuestión de tiempo. La gente ya no salía de sus casas y evitaba pasar por el puente. Es durante este pánico que se cree que debió haber imitadores que aprovecharan el caos para realizar otros ataques similares.

La primer evidencia concreta de un atacante llegó durante un incidente en el cual dos mujeres dijeron haber visto a un extraño afuera de su ventana a eso de las cuatro de la mañana. 
Las mujeres dormían en una habitación cuando el cristal de la ventana explotó en añicos. Al asomarse, lograron ver a un hombre misterioso cruzando la calle a gran velocidad. En palabras de una de las mujeres:

"Vimos a un hombre con un arma al otro lado de la calle. Miraba nuestra ventana. Y mientras lo veíamos, salió corriendo hacia la esquina. Ahí lo escuchamos decirle a otro hombre 'ya está bien, Louie'."

El hombre fue descrito como alguien muy alto y con una agilidad sorprendente para su tamaño, y que desapareció en la oscuridad de manera muy fácil. 
Nunca se supo quién era o la identidad de 'Louie', pero en este caso sí se logró recuperar una bala de calibre .32 en el piso del dormitorio. Lo que no se identificó fue de qué dirección se disparó el arma, la identidad del perpetrador o el arma en cuestión.
El pánico continuó por unos meses hasta que se detuvo repentinamente en 1928, dejando a las autoridades incapaces de resolverlo hasta el día de hoy. 

La rana.


Mi abuelo tiene una casa en lo más profundo de los bosques, tan apartada de la civilización que lo único que podía hacer durante las vacaciones era salir al campo y atrapar serpientes o perseguir perros salvajes.
Era un niño estúpido y sin temor a nada, por eso dormía solo en una pequeña cabaña para huéspedes en la orilla del terreno; justo al borde de un pantano de agua salada infestado de mosquitos, serpientes y ranas enormes.
Lo que voy a contar me ocurrió durante unas vacaciones de verano, pues habíamos viajado para celebrar el cuatro de julio con el abuelo.  Ese día me sentía muy cansado por el viaje, por
eso llegué directamente a dormir en la cabaña. Estaba en ese lapso entre la consciencia y el sueño cuando me di cuenta de que algo no iba bien.
No se escuchaba un solo sonido.
El croar de las ranas, los pájaros en los árboles, las toneladas de mosquitos y bichos en los mosquiteros de la ventana... absolutamente nada.
Me quedé confundido, así que decidí echar un vistazo por la ventana. Oscuridad total.
Era ya de noche.
Mi curiosidad me obligó a vestirme, ponerme botas y rociarme de repelente para salir. Y al estar afuera, me asustó la quietud del ambiente... nada de movimiento, ruido o viento. En todos los años que llevaba yendo al lugar siempre había nubes de mosquitos rondando, alguna rana al borde del agua o incluso el ulular de un búho en los árboles.
¿Qué demonios pasaba?
Di una vuelta alrededor de la cabaña, esperando escuchar algo más que el ruido de mis pies sobre el pasto... y entonces vi el lago.
Había algo al otro extremo de la orilla, como a treinta metros de donde me encontraba. No se movía, pero era enorme. Como de la mitad de mi tamaño y mucho más ancho que yo. Eso bastó para que se fuera la valentía que me quedaba, porque recordé que no había nada tan grande viviendo cerca del lugar.
No podía ser un cerdo, un oso o algún animal que conociera.
Entonces, el bastardo croó.
Como una rana, pero mucho más fuerte.
Me caí de espaldas por el susto, y eso debió haberlo alertado porque la cosa se giró y saltó al pantano. Pensé que venía por mí, así que corrí de vuelta a casa y me encerré a cal y canto.
Jamás le dije a nadie, y no me he vuelto a acercar al pantano desde entonces.
Hasta el día de hoy, duermo en la casa principal cada que visito al abuelo.

jueves, 22 de septiembre de 2016

En la playa.


Esto sucedió durante unas vacaciones en Fiji con una amiga y su familia.
Durante una noche, su papá nos contó una historia sobre el camino que recorríamos cada que íbamos a la playa. El camino era como cualquier otro, con la diferencia de que a un costado había una zanja de metro y medio de profundidad por la cual corría un pequeño riachuelo.
Como sea, su padre nos contó que hace años había una chica que solía recorrer ese camino todos los días para ir a la escuela. Una chica hermosa y que era conocida por todos gracias a la falda larga que usaba siempre.
Un día, sin embargo, se perdió sin dejar rastro.

A la policía le tomó cinco días encontrarla en la zanja a un costado del camino. Cuando la hallaron, se dieron cuenta de que había sido violada, mutilada y decapitada. Su cabeza jamás apareció, aún cuando la policía rastreó la zona de manera extensiva.
Su cuerpo fue subido a una camioneta y llevado al forense para determinar la fecha exacta de su muerte. Pero, y aquí comienza lo espeluznante, es que el cuerpo ya no se encontraba en el vehículo cuando los oficiales decidieron bajarlo.

¿Cómo era posible?
Nadie lo sabe, lo que es cierto es que al día siguiente lo volvieron a encontrar en la zanja y en la misma posición que cuando fue descubierta. Eso asustó a los detectives, pero decidieron seguir con su trabajo y llevárselo otra vez. Así que, ya se imaginarán que estaban muertos de miedo cuando volvió a ocurrir lo mismo.
Luego de varios intentos más, los oficiales decidieron rendirse y enterrar el cuerpo en la zanja.

De vuelta a mi viaje, ese día tuvimos mucha diversión en la playa, y ya era de noche cuando volvíamos a casa por el camino. A mitad del trayecto, vimos a una chica caminando del lado del camino en que se ubicaba la zanja. Era bonita y llevaba una falda larga. También tenía el cabello muy corto, lo que no era muy de mi agrado pero en cierto modo le iba bien.
El papá de mi amiga también la miró, aunque de manera diferente... porque nos dijo que no volteáramos mientras la pasábamos de largo.

No pude evitarlo.
Sentía que debía echarle un último vistazo. Así que volteé.
Lo que vi fue a una "mujer" sin cabeza caminando rumbo a la playa.

martes, 30 de agosto de 2016

Búsqueda y Rescate.

No sabía donde postear estas historias, así que se me ocurrió compartirlas aquí.
He trabajado como oficial de Búsqueda y Rescate para el Servicio Forestal de los Estados Unidos, y durante mi carrera he visto ciertas cosas que quizás puedan interesarles.

Tengo un buen récord en localizar gente perdida. 
La mayor parte de las veces se trata de personas que se apartan del camino o caen de un risco pequeño y ya no pueden encontrar como volver; así que se quedan en un lugar y esperan el rescate. Esos son los fáciles.
Pero hubo dos casos en los que eso no ocurrió. Me molestan hasta la fecha, de hecho; y los uso como motivación cada que nos llega un nuevo reporte de desaparición. El primero fue un niño que estaba recogiendo bayas con sus padres: Su hermana y él desaparecieron al mismo tiempo.
Sus padres los perdieron de vista por unos segundos , lo suficiente para que los chicos pudieran apartarse de ellos.
Al no encontrarlos por su cuenta, nos llamaron para ir a peinar el área. Encontramos a la niña muy rápido, y cuando le preguntamos por su hermano nos dijo que se lo había llevado "el hombre oso". Nos contó que el hombre le dio bayas y le pidió que guardara silencio, que quería jugar con su hermano por un momento. 
La última vez que vio a su hermano, el niño iba sobre los hombros del "hombre oso", bastante tranquilo. Claro que pesamos que se trataba de un secuestro, pero jamás encontramos evidencia de que hubiese otro ser humano en el área. La niña insistía que no era un hombre normal, y que tenía "una cara extraña". 
Buscamos por semanas, pero nunca encontramos rastro del niño.
El segundo caso fue el de una mujer joven que había estado caminando con su madre y abuela. De acuerdo a la madre, la chica subió a un árbol para ver mejor el bosque, pero jamás bajó de las ramas. Esperaron en la base del árbol por horas, llamándola hasta que decidieron buscar ayuda. Como en el primer caso, buscamos por todos lados pero no logramos hallar siquiera un rastro de la chica.
No tengo idea de donde pudo haber ido, porque ni su madre ni la abuela la vieron bajar.

En ciertos casos, he estado acompañado por un perro de rescate que me guía a riscos verticales. No colinas, no laderas de montañas. Riscos afilados en los que nadie podría trepar ni con equipo de escalada. 
Eso me perturba. Porque por lo regular encontramos a la persona en cuestión en la cima del acantilado sin explicación de como llegó ahí.

Un caso particularmente triste involucró la recuperación de un cuerpo. 
Una niña de nueve años cayó por un acantilado y terminó empalada en un árbol al fondo. Fue un accidente terrible, y nunca olvidaré el grito de su madre cuando le conté qué había pasado. Vio la bolsa para cadáveres siendo subida a una ambulancia y dejó salir el llanto más desgarrador que jamás he escuchado.
Fue como si toda su vida se desmoronara en torno a ella y una parte de sí hubiese muerto con su hija. Un tiempo después escuché de otro oficial de rescate que se había suicidado unas semanas después, pues no pudo vivir con lo que había pasado.

En otra ocasión tuvimos que trabajar en equipos y usando armas porque llegaron reportes de osos en el área. Esa vez estábamos buscando a un tipo que no había regresado de un viaje de escalada; y lo encontramos atrapado en una zanja con una pierna rota.
No fue bonito. Llevaba casi dos días ahí, y su pierna se había infectado. Logramos treparlo a un helicóptero y por lo que escuché de los paramédicos, el tipo estaba inconsolable. Decía que había logrado subir un acantilado sin problemas, pero al llegar a la cima se encontró con que ya había alguien ahí.
Se le hizo raro que el hombre no llevara equipo para escalar o herramientas, y que únicamente vistiera con un abrigo parka y pantalones de ski.
Se le acercó para hablar con él, pero  al hacerlo éste volteó y en donde debía estar su rostro solo había un espacio en blanco, como un lienzo de carne. Eso asustó al escalador y lo hizo caer por la orilla de la montaña; donde quedó atrapado. 
Escuchó al sujeto sin cara gritando toda la noche, bajando por la ladera de la montaña y emitiendo gemidos ahogados. Eso me asustó muchísimo, y agradezco el no haber estado ahí para escuchar la historia de boca del escalador.

De las cosas que personalmente me han pasado, una que recuerdo bien involucra la búsqueda de una mujer joven que se separó de su grupo de escalada. Estuvimos afuera toda la noche, y la encontramos hecha un ovillo bajo un tronco podrido.
Le faltaban los zapatos y la mochila, y claramente estaba en shock. No tenía heridas, así que pudimos hacerla caminar junto a nosotros de vuelta a la base. A lo largo del camino volteaba constantemente hacia atrás y nos preguntaba porqué "ese hombre grande con ojos negros" nos estaba siguiendo.
No vimos a nadie, así que tuvimos qué descartarlo como un síntoma de shock. Pero mientras más nos acercábamos a la base, la mujer se agitaba más. Me suplicaba que le dijera al tipo que dejara de "hacerle gestos", al grado de que se detuvo, giró y empezó a gritarle al bosque que la dejara en paz.
Gritaba que no iba a ir con él, y que tampoco iba a permitir que nos llevara. Al cabo de un rato logramos moverla, y fue entonces que escuchamos unos ruidos que parecían venir de todos lados. Era casi como una tos, pero con ritmo definido y más profunda. Algo como el ruido que hace un insecto, pero más fuerte; porque no tengo una mejor forma de describirlo. Cuando estábamos cerca de la base, la mujer me miró y vi que sus ojos estaban tan abiertos como era posible. Me sujetó por el hombro y dijo: "Él dice que camines rápido, que no le gusta ver la cicatriz en tu cuello".
Sí. Tengo una cicatriz pequeña en la base del cuello pero quedaba oculta bajo el cuello de mi camisa, así que no tengo ni idea de como fue que la mujer la vio. Después de que dijera eso escuché una tos extraña junto a mi oído, y eso me hizo saltar. La apresuré a entrar a la base, tratando de no mostrar qué tan asustado estaba, pero sí puedo decirles que estuve condenadamente feliz de dejar el área esa noche.

La última historia que contaré es tal vez la más extraña.
No sé si sea algo constante en todas las unidades de Búsqueda y Rescate, pero en la mía es una especie de cosa secreta con la que nos topamos de vez en cuando.
Pueden intentar preguntarle a otros oficiales de ByR, pero incluso si saben de qué hablan no creo que les comenten algo al respecto. De hecho, nuestros superiores nos pidieron no hablar de ello y a estas alturas estamos tan acostumbrados que ni siquiera nos parece extraño.
En cada caso que involucra adentrarnos en los bosques, y hablo de entre 50 y 70 kilómetros en el interior del bosque; siempre llega un momento en que encontramos una escalera en el bosque. Sí, una escalera. Como la de una casa.
Pregunté de qué se trataba la primera vez que la encontré, y el oficial que me acompañaba me respondió que perdiera cuidado, que era algo normal. Todos a los que les pregunté contestaron lo mismo. Quería verlas y saber de qué se trataba, pero se me dijo de manera muy enfática que jamás me les acercara.
Ahora solo las ignoro porque las veo muy seguido.

La mujer burro de San Antonio.

A mediados del siglo XIX, una familia de colonos habitaba una cabaña a las orillas de la cañada Elm, en lo que eventualmente serían los suburbios de San Antonio, Texas. La familia consistía de un hombre, su esposa y dos hijos; que pasaban por muchas carencias al intentar plantar cultivos en el árido suelo del sur de Texas.
Un día, el hijo de un adinerado mercante de San Antonio pasó montado a caballo cerca de la propiedad y se encontró con un burro que pastaba a un lado del río. El aburrido joven tomó una rama y comenzó a golpear al burro hasta que el animal se desesperó y le soltó una mordida en el brazo.
Esto hizo enfurecer al chico, que entonces atacó con más saña hasta casi dejar muerto al pobre animal. Cuando ya se encontraba a punto de rematarlo los dueños del burro escucharon los chillidos del animal y corrieron en su ayuda; lanzando una lluvia de rocas al intruso sin saber de quién se trataba.
El joven herido subió a su caballo y se alejó galopando a toda velocidad, gritando que se vengaría de los colonos.

Esa misma noche, un grupo de matones liderados por el mercader y el muchacho volvieron a la cabaña y le prendieron fuego con antorchas; y dispararon con sus rifles para impedir que cualquiera de los habitantes escapara de las llamas.
El esposo desesperado ideó un plan: Saldría y distraería a los atacantes, comprando el tiempo necesario para que su esposa e hijos pudiesen salir y pidieran ayuda a las autoridades. De cualquier modo su plan falló casi instantáneamente; pues los hombres le dispararon en cuanto asomó la cabeza por la puerta. 
La casa ardió y los gritos de la mujer y sus hijos al quemarse vivos resonaron a lo largo del río hasta que finalmente se apagaron y del lugar solo quedó un montón de escombros humeantes.

Habiendo obtenido su venganza contra los pobres colonos, el mercader estaba por dar la orden de retirarse cuando súbitamente, una figura maltrecha y envuelta en llamas salió de los restos carbonizados de la casa. La figura maltrecha se acercó tambaleándose al grupo, cegada por el dolor.
La esposa del colono había sido quemada al grado en que sus manos quedaron reducidas a muñones negros y la piel de su rostro colgaba deformada por el calor como si fuese el hocico de un burro o un caballo.
Sus ropas también habían sido destruidas, y dejaban ver un cuerpo ennegrecido y marchito que de alguna forma seguía quemándose. El ser lanzó un gemido desgarrador y pasó corriendo de largo frente al grupo para arrojarse a las aguas del río con la intención de ahogar su dolor. El grupo de criminales decidió seguirla para rematarla, pero al llegar al agua no encontraron rastro alguno de la mujer en el río poco profundo.

Desde esa terrible noche, los viajeros que pasan cerca del lugar que hoy se conoce como "el Puente de la Mujer Burro", han reportado ocasionalmente encuentros con el  espectro del mismo nombre; el cual grita y llora debajo del puente y en los bosques cercanos. Algunos inclusive dicen haber sido atacados por una criatura  que salta sobre los autos y araña las ventanas mientras grita que la dejen entrar.
Se dice que si te estacionas debajo del puente y apagas tus luces en una noche de luna llena, de seguro encontrarás algo que atormentará tus sueños durante el resto de tu vida. 
La figura quemada y deforme conocida como La Mujer Burro.

Los Bosques Old House.

Los Bosques Old House son una zona agreste que se extiende a lo largo de la costa de la bahía de Chesapeake en Virginia, cerca de la pequeña ciudad de Diggs; y que cuentan con una rica historia de fenómenos sobrenaturales, experiencias inexplicables y otros eventos que los han llevado a ser considerados como uno de los lugares más embrujados de los Estados Unidos.
Durate la guerra revolucionaria de Estados Unidos, los bosques fueron un destino popular entre piratas y soldados que ocupaban el sitio para ocultarse. Más adelante, en la guerra civil estadounidense; fue escenario de múltiples escaramuzas entre fuerzas confederadas y de la Unión. Es por esta historia de violencia, asesinatos y combates que se le dio el apodo del "Bosque Negro" de Virginia.
Este nombre fue usado por primera vez en los 1700s, cuando en el centro de los bosques se alzaba una casa conocida como la mansión Frannie Knight; de la cual hoy solo queda una estructura decrépita, la cual se enciende en llamas cada cierto tiempo sin explicación alguna.

Tesoros ocultos.
Charles Cornwallis.
Parte del atractivo de los Bosques Old House son las leyendas de tesoros ocultos en la costa conocida como Whites Creek que datan de los 1600. 
Las leyendas populares narran que varias bandas de piratas y contrabandistas tomaban ventaja de lo apartado del lugar para ocultar sus tesoros: cofres y bolsas repletas de monedas de oro, joyas y otros artículos robados a galeones españoles, holandeses y portugueses en el Atlántico. 
De todos estos, el más famoso es el del Rey Carlos II. El Rey envió un tesoro a América en las semanas anteriores a la batalla de Worcester, como precaución por si necesitaba huir de Inglaterra y refugiarse en las colonias. Pero, de camino a América la nave fue víctima de una tormenta y acabó encallada en Whites Creek. Una vez ahí, varios bandidos que habitaban el bosque saquearon el barco y ocultaron el botín con la intención de recuperarlo más tarde.
Dependiendo de la versión de la historia, se dice que los bandidos murieron durante otra tormenta o que fueron capturados y colgados por sus crímenes. 
El tesoro supuestamente continúa enterrado y es protegido por los espectros de la tripulación del barco. Otra variante de la leyenda dice que los ladrones regresan como fantasmas cada noche en buscca de su tesoro, y que es fácil ver sus linternas espectrales al moverse entre los bosques.
Otra historia popular de tesoros data de la Guerra Revolucionaria: En el año de 1781, hombres al mando del gran líder militar británico Charles Cornwallis cruzaron el bosque con un gran botín de oro robado para llevárselo a su comandante cuando fueron emboscados por patriotas estadounidenses.
Al darse cuenta de que no podían cargar con él y pelear efectivamente, decidieron ocultarlo en los bosques para ir por él después; pero el final de la guerra les impidió hacerlo y el tesoro de Cornwallis permanece ahí escondido en los bosques. Aquí, se dice que los espíritus de soldados británicos patrullan los bosques por las noches en busca del lugar donde se enterró el oro.
Con tantos tesoros supuestamente ocultos, cualquiera podría pensar que el bosque atrae a muchos buscadores de tesoros, pero en realidad es que la reputación misma del lugar basta para desmoralizar hasta el más aventurado cazarecompensas, pues un gran número de intrépidos oportunistas han desaparecido al internarse al bosque en busca del oro.

Las naves fantasmas.
Además de soldados y piratas espectrales rondando los bosques, tambien hay reportes de naves fantasma que la bahía y las costas cercanas a Old House; siendo el más importante aquél presenciado por un pescador llamado Ben Feribee a finales del siglo XIX.
De acuerdo con Feribee, estaba pescando en Whites Creek cuando vio algo que no era de este mundo: Una nave fantasma materializándose de la nada, la cual describió como un enorme galeón lleno de luces en cada mástil y ventanilla; y tripulado por sombras humanas visibles sobre la cubierta. La nave se lanzó de lleno contra el bote de Feribee, que trató de maniobrar para salir de lo que parecía ser un curso de colisión inminente.
Cuando todo parecía perdido y que la nave lo arrollaría, Feribee dio que la nave sencillamente lo atravesó y continuó su camino por las aguas sin hacerle daño.
Otras leyendas involucran un galeón español que aparece en Whites Creek y flota a varios metros sobre el nivel del agua e incluso tierra adentro; desapareciendo en el corazón de los bosques.

Los espectros de los bosques.
De la miriada de fantasmas que supuestamente embrujan Old House, el más famoso es la figura espectral de una mujer vestida de blanco que atraviesa los bosques gritando cuando va a ocurrir alguna tomenta; por ello se le conoce como "la dama de las tormentas" y se cree que es una portadora de la desgracia similar a las Banshees del folklore irlandés.
Un residente local y cazador de patos de nombre Henry Forrest dijo haberse encontrado con un grupo de soldados vestidos con el uniforme de los casacas rojas de 1776. Forrest se encontraba cazando patos con su rifle y cuenta que al disparar al borde de un río, los soldados aparecieron tras unos cañaverales y empezaron a avanzar hacia él. Corrió de vuelta a su bote y para su sorpresa, se encontró a un soldado sentado en él.
Forrest amenazó con dispararle, a lo que el espíritu respondió "Dispara y la maldición del diablo caerá sobre tí y tu progenie traidora"; pero el cazador no se intimidó y abrió fuego contra el casaca roja. El soldado fantasma comenzó a flotar hacia él, y Forrest salió corriendo despavorido hacia los linderos del bosque.
Aparte de los casacas rojas, se habla de misteriosos esqueletos cubiertos por armaduras oxidadas, los cuales merodean al anochecer. En 1926, un hombre llamado Jesse Hudgins reportó que había sido rodeado por un grupo de extraños que portaban linternas mientras se encontraba caminando a la orilla del bosque.
Al acercarse y poder verlos, el susto de Hudgins fue mayúsculo: Se trataba de esqueletos putrefactos que vestían armaduras medievales, y uno de ellos lo amenazó con lo que parecía ser una espada de tipo claymore.
En otro reporte, un hombre quedó varado cuando su auto dejó de funcionar en medio de un camino que atravesaba el bosque. Al cabo de unos minutos, se le acercó una figura que describió como un esqueleto en armadura, y que preguntó "¿es esta la carretera del Rey? He perdido mi nave". 
Otros espíritus de los bosques incluyen dos perros negros que tienden a atacar a la gente perseguir autos e incluso a veces derribar a motociclistas para luego desaparecer como por arte de magia mientras su ladridos reverberan entre los árboles. Además de los perros, se han visto caballos negros que corren a la par de los autos, cuervos traslúcidos que vuelan entre las copas de los árboles y vacas y toros sin cabeza que aparecen en los claros del bosque.
Cabe mencionar que grupos de cazafantasmas e investigadores han visitado Old House y experimentado toda clase de sucesos que van desde cámaras y equipo electrónico que empieza a fallar hasta la captura de fotografías con imágenes espectrales, videos en los que aparecen luces y figuras traslúcidas; e incluso grabaciones de FVE que han registrado pisadas, voces e incluso el sonido de cañonazos.

El pánico de Old House.
Existen otras extrañas ocurrencias en los bosques. Por ejemplo, en la época que no existían los autos, los viajeros se negaban a pasar por el área debido a que algo en el bosque hacía que los caballos entraran en pánico o se negaran a avanzar.
Esta sensación de pánico se extiende a los seres humanos, pues muchos campistas y viajeros dicen caer presa de una sensación de pánico y perdición; al grado de rehusarse a continuar más allá de cierto punto. Otras instancias incluyen la sensación de pérdida del aliento y asfixia; terror ocasionado por orbes de luz que solo algunas personas pueden ver, y la percepción de un inusual olor a azufre que se vuelve insoportable por unos segundos, para luego desaparecer repentinamente.

martes, 12 de julio de 2016

El Poltergeist de Enfield - La verdadera historia de El Conjuro 2.

La casa de los fenómenos.
En 1977, el distrito londinense de Enfield fue objetivo de la atención internacional al ser el sitio de lo que puede ser uno de los casos más conocidos en la historia de la parapsicología y la investigación de fenómenos sobrenaturales. El evento, que fue denominado como "El Poltergeist de Enfield" fue atestiguado por más de treinta testigos y registrado en todos los medios británicos de la época.

El inicio.
Margaret "Peggy" Hodgson y sus cuatro hijos vivían en una casa de Enfield cuando comenzaron a experimentar extraños sucesos durante la noche: Eran despertadas en la madrugada por toquidos en las paredes y el ruido de muebles que se arrastraban por sí solos. 
La familia acudió primero a vecinos y después a la policía, insistiendo que los sonidos eran inexplicables y que no eran obra de un ladrón común y corriente.
Uno de los oficiales constató que el problema era algo real, pues presenció como una silla se arrastraba por el piso sin ayuda alguna. El Daily Mirror tomó fotografías de Janet Hodgson, de 11 años, siendo levitada y todo el material grabado por la BBC terminó inservible sin explicación alguna.
Supuesta fotografía de Janet Hodgson levitando.
Maurice Grosse y Guy Lyon Playfair, miembros de la Sociedad de Investigación Psíquica viajaron a la casa para documentar lo ocurrido; atestiguando que efectivamente objetos como ladrillos de Lego y canicas eran lanzados por los aires, mientras que otros juguetes  de las niñas parecían calentarse a altas temperaturas sin razón alguna.
Playfair y Grosse intentaron comunicarse con el espíritu solo para recibir respuesta a través de una voz masculina que salía de la boca de una de las hijas de Margaret. 

"La voz solo era una parte. La niña levitó de manera horizontal, y arrojó muebles a través de la habitación."
-Testimonio de Maurice Grosse.

Luego de cuatro días de investigación, todos los periodistas que se encontraban en la casa se mostraron aterrados y pidieron intervención de las autoridades. Una mujer policía confirmó que lo ocurrido era real, y que ella misma presenció actividad sobrenatural: Objetos que se materializaban en el aire, cucharas dobladas e incendios espontáneos. Toda clase de fenómeno conocido en un caso de poltergeist.
De acuerdo con los reportes de la policía, de vez en cuando se escuchaba una serie de cuatro toquidos provenientes de un muro, los cuales se repetían dos minutos después desde el interior de otra parte de la casa.
Los demás policías involucrados revisaron la casa en busca de ratas o tuberías defectuosas, pero no hallaron nada que pudiera explicar los toquidos.

"La hija mayor señaló una silla que se hallaba al lado de un sofá. Entonces vi la silla arrastrándose por el suelo por espacio de más de un metro. La investigué al detenerse, pero no encontré explicación alguna para el movimiento."
-Reporte de la investigación.

La Voz.
Fotografía de Grosse hablando con el espíritu dentro de Janet.
De lo ocurrido en la casa de Enfield, el evento más perturbador fue la manifestación de una posible posesión espiritual; ya que una de las niñas que habitaban la casa comenzó a hablar cn la voz de un anciano.
Cuestionada por el investigador Maurice Grosse, la entidad dentro de la niña se refirió a ´él por su nombre y comenzó a producir toda clase de pistas respecto a su identidad como un antiguo habitante de la casa de los Hodgson.

"Quedé ciego dos años antes de morir. Entonces tuve una hemorragia, me quedé dormido y morí en una silla en la esquina de debajo de las escaleras."
-La entidad.

El espíritu se presentó a sí mismo como Bill Wilkins, que efectivamente vivió y falleció en la casa de una hemorragia cerebral casi cincuenta años atrás. El espíritu también dijo que no estaba enojado y no tenía un mensaje especial, si no que simplemente disfrutaba de torturar a la familia.
Al pedírsele que se retirara, se negó y burló de Maurice Grosse.
Otro espíritu apareció durante una entrevista con la BBC, identificándose como Stuart. El tal Stuart saludó a Grosse y trató de decir un chiste de noc-noc. Al volver Janet a un estado consciente, dijo que Stuart era el espíritu que molestaba a su familia; y que las voces provenían de "detrás de ella", como si alguien hablara a su espalda y no dentro de ella.
Janet también dijo que Grosse la hizo beber agua, pero que aún así las voces podían escucharse saliendo de su cuerpo.
Los fenómenos, que llegaron a ser más de 2000, continuaron por los siguientes dos años y se detuvieron tan súbitamente como empezaron.

Los Warren.
Ed y Lorraine Warren.
Ed y Lorraine Warren, investigadores paranormales famosos por su trabajo en la casa de Amityville, visitaron Enfield en 1978 y terminaron convencidos de que había fuerzas paranormales involucradas en el incidente.
Pero a diferencia de la versión mostrada en "The Conjuring 2", el trabajo de los Warren en el fenómeno de Enfield fue casi mínimo, y de hecho no tuvieron nada que ver en la manera en que acabó el embrujo. De acuerdo con Ed, los responsables eran demonios que tomaban la forma de almas de un cementerio local, y que pretendían ser espíritus humanos.
En realidad, los Hodgson fueron ayudados a fines de 1978 por un sacerdte que visitó la casa y realizó un exorcismo; lo que ayudó a disminuir un poco la intensidad de los sucesos hasta que se detuvieron del todo al año siguiente. Aún así, el hijo menor de la familia Hodgson explicó que en la casa se seguía sintiendo una presencia invisible.
Peggy Hodgson permaneció en la casa hasta su muerte, y al poco tiempo de eso una familia nueva se mudó a la casa. De manera espeluznante, la abandonaron luego de experimentar una sensación de ser observados y ver la aparición de un hombre entrando a una habitación durante la noche.
Actualmente, la casa está ocupada por otra familia que pide no ser identificada para evitar atraer curiosos o verse relacionada con el éxito de "The Conjuring 2".

Valak.
Valak (Bonnie Aarons) en "The Conjuring 2".
En la película de "The Conjuring 2", el evento del poltergeist de Enfield está relacionado con Valak, una entidad demoniaca que toma la forma de una monja espectral. De acuerdo con la guía de demonología conocida como La Llave Menor de Salomón, Valak (también pronunciado Ualac, Valac, Valax, Valu, Valic y Volac) es el Gran Presidente del Infiern.
Se le muestra como un niño pequeño con alas que monta un dragón de dos cabezas y comanda más de treinta legiones de demonios.
Valak es invocado por practicantes de magia para revelar la ubicación de tesoros, es extremadamente poderoso y comparte un fragmento de su poder con aquellos dignos de invocarlo.
Pero Valak no tiene nada qué ver con Amityville, Enfield o los Warren. En realidad aparece en la película porque el director James Wan buscaba una forma de enlazar Amityville con Enfield para la película de The Conjuring y sobrepasar la limitante de derechos; ya que en sí el Horror de Amityville es propiedad de otra compañía productora, lo que le limita el uso de elementos encontrados en la casa de Nueva York y el libro de Jay Anson.
El porqué de la apariencia de Valak en la película es otra cuestión que proviene de la misma Lorraine Warren. La investigadora mencionó que en alguna ocasión tuvo un encuentro con un vórtice de oscuridad en el cual podía apreciarse una figura negra y encapuchada en el centro; lo cual fue traducido por Wan al diseño de la monja fantasmal.

Notzuchitokage - El cocodrilo serpiente.

El Notzuchitokage es un reptil críptido que supuestamente habita las zonas montañosas de Japón, mide cerca de setenta centímetros de longitud y posee una coloración rojiza. Se dice que asemeja un lagarto con dos patas frontales, y que arrastra el resto de su cuerpo de manera similar a una serpiente.
Su cabeza es más bien parecida a la de un caimán, y tiene una larga lengua de color negro.

Se le reportó por primera vez en la prefectura de Kanagawa durante 1974. Una mujer de nombre Yuyama Minamishigara dijo haber encontrado a un reptil de un metro de largo, de color rojo y una lengua de color oscuro; que se arrastraba siseando a través de un camino de terracería.
Ese mismo año, una mujer identificada únicamente como "Señora Yamazaki" de Aichi, encontró a otro de estos seres en el Camino Natural Tokai; y lo describió como un animal de dos patas, de color rojo brillante, con rayas negras y un triángulo oscuro en la punta de la cabeza. El animal supuestamente tenía una boca como la del cocodrilo, con dientes afilados y visibles. Durante esta época, se dijo que tres de estos animales fueron vistos asoleándose sobre una roca en la misma prefectura de Aichi; y que al ver a un intruso salieron huyendo a gran velocidad por entre un pastizal.
En 1975 los habitantes de una aldea en la península montañosa de Kii narraron experiencias con un gran Notzuchitokage de más de metro y medio de largo, que parecía más un cocodrilo que una serpiente. Uno de los aldeanos contó que la bestia se hallaba a seis metros de él, y que incluso lo persiguió por un tramo del camino; emitiendo silbidos, gruñidos y rugidos hasta que desapareció en una zona rocosa.

El Notzuchikage y el Tsuchinoko.
Pese a lo que podía creerse, el Notzuchikage no está relacionado con la serpiente críptida conocida como el Tsuchinoko, ya que presentan diferencias significativas tanto en comportamiento como en apariencia; principalmente la agresividad del Notzuchikage y la presencia de patas en éste, a diferencia del Tsuchinoko que es usualmente descrito como una serpiente con un cuerpo hinchado y casi esférico.
Aunado a ello, el Tsuchinoko es por lo regular considerado como una serpiente, mientras que el Notzuchikage es descrito como "un lagarto". También, mientras que el Tsuchinoko salta o rueda para moverse, el Notzuchikage efectivamente usa sus patas para correr y arrastrarse por la espesura de las praderas y bosques. 

La identidad de la bestia.
Reconstrucción de una serpiente prehistórica
con patas vestigiales.
La comunidad científica de Japón no cree que pueda tratarse de una especie sin descubrir, si no de una especie de escinco, un lagarto con patas cortas y que presenta una larga lengua de color azul; lo cual explicaría el color mencionado en las leyendas del Notzuchikage.
Otra posible especulación es que efectivamente pueda tratarse de una nueva especie de serpiente o lagarto del género Bipedidae, familia de lagartos de aspecto serpentino con patas delanteras vestigiales. 
Finalmente, una posibilidad mucho más extraña es la de que el Notzuchitokage represente una especie intermedia entre lagartos y serpientes; similar al Eupodophis Descovensi, un ofidio primitivo que vivió hace 92 millones de años durante el cretácico tardío. 

miércoles, 8 de junio de 2016

Blemios - Los caníbales sin cabeza.

"Anthropophagus", ilustración por Keith Thompson.
"La región este de Libia, al norte de África, es una tierra baja y habitada por nómadas; cubierta de arena hasta llegar al río Triton. Pero al oeste de esta tierra, aquella donde habitan los granjeros, se alzan grandes montañas y bosques llenos de bestias salvajes. En este país viven serpientes gigantes y leones, y elefantes y osos y áspides, los burros con cuernos, los Hombres con Cabeza de Perro (Kynokephaloi) y los Decapitados (Akephaloi), hombres con los ojso en el pecho como dirían los libios; y los hombres y mujeres salvajes, además de otras criaturas no tan fabulosas."
-Herodoto, "Historias".
De acuerdo con Herodoto, los pobladores de la región africana que hoy sería Libia decían que sus tierras eran habitadas por toda clase de bestias fantásticas como los "burros con cuernos", que hoy sabemos son ungulados como el Gran Kudú o el Impala; osos (el extinto Oso Atlas), leones, áspides y extrañas razas salvajes de hombres.
De estos, los más peligrosos y grotescos eran los Acéfalos o Blemios.
Alejandro conoce a los Blemios, grabado de 1444.
Se les describía como hombres salvajes sin cabeza, con las bocas y ojos en el pecho; y que habitaban un sitio cercano a Etiopía. Algunas descripciones indicaban que tenían una gran altura, y que el término "Blemmyae" bien podria ser una palabra judía que significaba "cerebro" y que hacía referencia a la falta de este.
Pero la leyenda de los Blemios dista mucho de la realidad, gracias a la tendencia a exagerar las narraciones de lugares y culturas ubicados más allá del mundo helénico. Los Blemios sí existían, y efectivamente eran un pueblo africano; pero no eran monstruos antropófagos, y mucho menos escalofriantes mutantes sin cabeza.

Los Blemios reales.
Grabado medieval sobre las razas de Libia.
La civilización Blemia fue un reino tribal que existió aproximadamente entre el año 600 a.C. y el tercer siglo d.C., y lucharon contra el Imperio Romano para defender sus tierras en las regiones de Nubia, Kush y Sudán.
El geógrafo griego Strabo los describía curiosamente como una tribu pacífica que vivía en el gran desierto del norte de África. En el año 193, el rey Pescennius Niger le pidió ayuda a un rey blemio de Tebas contra el emperador romano Séptimo Severo. En el 253, atacaron el Bajo Egipto pero fueron repelidos rápidamente. En 256, el general romano Firmus los venció y posteriormente pidió su ayuda contra la reina Zenobia de Palmira al rebelarse en 273.
Para el año 279, el ejército blemio fue destruido por completo. En el 298, Diocleciano finalmente firmó la paz con los Blemios y se llegó a un acuerdo en el cual Roma movería sus fronteras al norte de Filae (sur de Egipto) y les pagaría un estipendio anual.

Shakespeare y los Blemios.
Hitmonlee
Escritores como William Shakespeare y Umberto Eco hacen referencia a los Blemios en sus obras, basándose en los relatos de Herodoto y la descripción de estos como antropófagos monstruosos. Así pues, Shakespeare los describe como "Caníbales que se comen a sí mismos, los Antropófagos, los hombres cuyas cabezas crecen bajo los hombros" en Otelo.
En La Tempestad, se refiere a ellos como "montañeros grandes como toros, cuyas gargantas son como carteras de carne... hombres con cabezas en el pecho".
En el caso de Umberto Eco, aparecen en "Baudolino", donde el protagonista los conoce junto a otros monstruos de bestiarios medievales. El escritor italiano Valerio Massimo Manfredi los presenta en "La Torre della Solitudine" como feroces habitantes del Sahara y que son la manifestación de la maldad de la humanidad.
En la historia "La estratagema de los Blemios", Bruce Sterling los sitúa como extraterrestres que aparecen en las Cruzadas. Finalmente, el Blemmyae parece ser la inspiración tras el Pokémon Hitmonlee, un monstruo que se especializa en lanzar patadas y alargar sus extremidades para atacar.

Los Ewaipanoma.
Sir Walter Raleigh, explorador y corsario inglés conocido por su rol pivotal en la derrota de la Armada Invencible de España y su amistad con la reina Elizabeth I; dijo haber encontrado una raza de hombres sin cabeza durante sus viajes a Guyana en los 1500s.
En un libro que relata sus travesías, hace referencia a los Ewaipanoma, unos hombres peculiares:
"Un país hermoso. Junto a Ami corren los ríos Atoica y Caora, y en Caora es donde vive una nación d personas cuyas cabezas aparece no sobre sus hombros como creeríamos. Y esto no es una mera fábula mía, pues he llegado a la conclusión de que es verdad; ya que cada niño en las provincias de Arromaia y Canuri afirma que se les llama Ewaipanoma y que sus ojos nacen en sus hombros, y sus bocas en el centro de sus pechos y que hay una crin de largo cabello en su espalda."

domingo, 5 de junio de 2016

Kara.

"Comparto un dormitorio en la universidad de las artes de Filadelfia con una chica llamada Kara. Ella es vocalista de jazz, pero su principal interés es la ópera. Compartimos un departamento en el sexto piso de un dormitorio llamado Juniper Hall.
Las paredes son bastante delgadas, y por lo regular sus cantos no me dejaban dormir al inicio.
Luego de un mes o más de sueño perdido, la convencí de practicar por las noches en el estudio de música en el teatro Merriam, que se encuentra a una cuadra del dormitorio.

A eso de las ocho de la noche, Kara me dijo que se quedaría practicando hasta noche para un recital próximo, y que quizás no volvería a casa hasta pasada la media noche. Genial, pensé, pues eso significaba que podría ir a dormir temprano luego de un terrible día en el estudio de actuación. Kara me dijo buenas noches y salió con una taza de café en una mano y una hoja de partituras en la otra.
Cociné queso a la parrilla y sopa, devoré mi cena y de inmediato me preparé para ir a la cama. Para cuando salí de la ducha, mis párpados ya pesaban tanto que apenas y podía cepillarme los dientes. Me cambié a mis pijamas y trepé a la cama superior de nuestra litera. 
Quedé noqueada tan pronto como mi cabeza tocó la almohada.

Desperté al escuchar la puerta cerrándose.
 Abrí mis ojos y revisé medio dormida la pantalla de mi teléfono: medianoche en punto. Me rodé y volví a cerrar los ojos. Escuché los pasos de Kara en el dormitorio, deteniéndose al llegar a la litera. A lo mejor se cercioró de que estaba dormida, pensé. 
Se dejó caer en la cama, lo cual me pareció raro, porque Kara siempre se lavaba la boca y el rostro antes de acostarse. El colchón inferior crujió y después no hubo más ruido.

No ha pasado mucho tiempo cuando estoy a punto de dormirme otra vez.
Estoy en esa frontera entre la consciencia y el sueño cuando algo me despierta.
Un ruido.
Una llave en la cerradura.
La puerta abriéndose.
Kara entra al departamento, tarareando una tonada de ópera.
El colchón debajo de mí acaba de crujir."

Poveglia - la isla del terror.

Poveglia.
A la sombra de la histórica ciudad de Venecia, uno de los más grandes atractivos turísticos de Italia, yace una pequeña isla a simple vista no distinta de las otras en la laguna veneciana; pero cuya mención basta para infundir el miedo en el corazón incluso de los más viejos habitantes de Venecia.
Una herida que aún supura en las aguas azules de la laguna, evitada por los pescadores, que temen levantar huesos humanos a la hora de recoger sus redes. Hablamos de uno de los sitios más embrujados del planeta, una isla de maldad que sin duda ha inspirado a incontables películas de horror y cuya historia posiblemente las supera con creces.
Hablamos de la isla de Poveglia.

El inicio de Poveglia.
La historia de la isla comienza durante el esplendor del Imperio Romano, en el año 421 cuando la gente de Padua y Este huyeron a ella para escapar de las invasiones bárbaras. En el siglo XI, la isla creció bastante debido a sus cultivos de viñedos. En 1379 fue atacada por la flota genovesa, y las personas de Poveglia se vieron obligadas a moverse a Giudecca.

"Quarenta Giorni": Los Lazzarettos y la Peste Negra.
Ilustración medieval de un doctor de la plaga.
En 1403, durante la epidemia de la peste negra, el gobierno italiano decidió convertir las islas de la laguna en unidades de cuarentena conocidas como Lazzarettos. Estos sitios estaban destinados para almacenar a las personas que podrían presentar síntomas de la enfermedad durante un periodo de tiempo. Al finalizar este lapso de cuarenta días se les permitía salir libres.
Es aquí donde surge la palabra "cuarentena", a partir de las palabras italianas para cuarenta días: "quarenta giorni".
La plaga sin embargo, se extendió muy rápido y no tardó mucho para que los Lazzarettos se convirtieran en una pesadilla para enfermos y doctores por igual. Cualquiera que exhibiera un síntoma, por más ligero que fuera, era exiliado a la isla para morir de manera agónica. Una vez que alguien fallecía por la enfermedad u otra causa, su cuerpo era arrojado a una "fosa de plaga", un agujero cavado rápidamente; quemado y enterrado.
Una de las fosas para cadáveres de Poveglia.
Entre 1629 y 1631, en el peor brote de la Peste Negra en Italia, se cree que hasta 80,000 personas fallecieron en siete meses. Muchos de estos ni siquiera se encontraban enfermos, pero bastaba una sospecha o el ser acusado de tener los bubos de la peste para que las autoridades tomaran a una persona y la arrojaran a Poveglia; donde en muchas ocasiones ni siquiera se esperaba a que muriera para arrojarlos a las fosas.
Los ominosos doctores de la plaga que controlaban la isla inclusive quemaban vivos a los pacientes con el fin de acelerar la erradicación de la Peste Negra. 
En 1776, la isla quedó a cargo de la Magistrato alla Sanitá, una oficina pública de salud; y se convirtió en una aduana por la cual todas las naves provenientes del Adriático eran revisadas y donde se aislaba a cualquier posible víctima sospechosa. En 1814, cuando cerró el Lazzaretto, se dice que la isla contenía hasta 160,000 víctimas; y que parte de la tierra en ella consiste de cenizas humanas.

El Hospital de Poveglia.
Vista aérea de la isla, con anotaciones sobre los edificios y áreas.
En 1922, los edificios de la isla fueron renovados y convertidos en un asilo mental por órdenes del gobierno italiano. No pasó mucho tiempo para que los pacientes comenzaran a quejarse de apariciones fantasmales y voces desencarnadas que los atormentaban por las noches.
En ese tiempo surgió la historia de un doctor loco, el cual realizaba experimentos demenciales en los pacientes y se hallaba convencido de que la única forma de curar la locura era con lobotomías. Estas operaciones eran realizadas con herramientas como martillos, clavos, taladros y cinceles; sin prestar atención a la seguridad o la higiene. Se dice que el doctor operaba en el campanario del hospital, y que los pacientes permanecian despiertos durante la noche gracias a los gritos de aquellos siendo torturados.
El campanario del hospital.
Supuestamente, el doctor fue víctima de los espíritus de Poveglia. La leyenda reza que comenzó a ser acosado por fantasmas, sombras amenazadoras y voces extrañas que lo acosaban durante la noche. El terrible médico se suicidó saltando de la torre, aunque existe una variante de la historia en la cual fue arrojado por una fuerza invisible.
Una enfermera que supuestamente lo vio caer, diría posteriormente que el doctor sobrevivió a la caída inicial, pero su cuerpo destrozado y moribundo fue envuelto en una niebla misteriosa que lo asfixió; y un rumor apunta a que su cuerpo fue emparedado en los muros del hospital.
El asilo fue cerrado en 1968, pero sus salas permanecen intactas; llenas de ventanas tapiadas, camas de colchones mohosos y habitaciones que no se han abierto en décadas.

Poveglia hoy.
Interiores del hospital.
La isla sigue siendo usada para labores de agricultura, en particular para el cultivo de viñedos en la industria italiana del vino. Se dice que las viñas que crecen en Poveglia son particularmente deliciosas, y que esto se debe a que las cenizas humanas en la tierra añaden nutrientes especiales a las plantas.
Quienes han visitado (o habitado) la isla desde el cierre del hospital narran toda clase de historias que van desde lo curioso hasta lo aterrador. Por ejemplo, una persona que vivió en la isla a finales de 1960 abandonó el lugar repentinamente y sin dejar explicaciones a mitad de la noche, mientras que una familia rica que planeaba construir en ella un hogar para veranear decidió cancelar cualquier plan que tuvieran a raíz de una visita a Poveglia.
La historia oficial indica que la familia se negó de último momento gracias a una investigación sobre la historia de la isla; pero los rumores indican que durante su visita, la hija mayor de la familia fue atacada por algo invisible que le desgarró el rostro.

Quienes visitan la isla coinciden en una cosa: que la atmósfera es pesada y tiene una sensación constante de estar siendo observado. Inclusive se sabe de exploradores urbanos, agentes policiales, turistas y cazafantasmas que al poner un pie en la isla caen presa de un incontrolable deseo de salir de ahí a como dé lugar.
Los pescadores que tienen el valor de acercarse a la isla para atrapar crustáceos y peces de aguas poco profundas han reportado que escuchan a veces llantos y gemidos que provienen de las instalaciones abandonadas de la isla; en especial de la torre.
Hay historias de que una voz espectral le susurra a las personas que se vayan de la isla y jamás regresen, mientras que los pasajeros de embarcaciones pesqueras y turísticas coinciden en que se pueden ver sombras moviéndose en el interior de la antigua clínica. Los psíquicos que han visitado Poveglia describen en particular a una presencia maligna, feroz y que se alimenta del sufrimiento producido por los siglos de abusos y carnicerías; e inclusive se han visto obligados a huir por la abrumadora energía malévola de dicho ser.

Zak Bagan y la entidad.
La entidad es a veces descrita como un doctor de la plaga.
La supuesta entidad (o entidades) que habita en Poveglia es extremadamente agresiva, y los reportes de golpes, arañazos o el ser empujado por manos invisibles son bastante comunes; al grado de llegar a ser brutales en ciertas ocasiones.
Pero de estos el más famoso es aquél que sufrieron los miembros del show "Ghost Adventures" en el año 2009. El equipo, que viajó con el presentador Zak Bagan decidió pasar un día entero en Poveglia y ver qué podrían hallar.
A diferencia de sus investigaciones en otros sitios embrujados, lo que hallaron en Poveglia superó por mucho sus expectativas. Desde un inicio, el equipo electrónico de Ghost Adventures comenzó a registrar fallos; rebasando cualquier medida obtenida en experiencias anteriores.
Pero no fue hasta que Bagan comenzó a patrullar la isla pidiendo que los espíritus se manifestaran, que las cosas se salieron de control. Algo invisible parece atacar a Bagan y a intentar poseerlo; y en la grabación puede verse al hombre forcejeando violentamente con algo por espacio de varios minutos. 

jueves, 26 de mayo de 2016

La nave fantasma de Northumberland.

El estrecho de Northumberland es un cuerpo de agua que separa la Isla Prince Edward de Nueva Brunswick y Nueva Escocia, y es conocido por las corrientes turbulentas en él; mismas que han ocasionado una infinidad de accidentes desde hace cientos de años.
Puede que el gran número de desastres náuticos sea el culpable de que desde hace más de dos siglos los pobladores de Prince Edward y las costas colindantes digan haber visto la aparición de una goleta fantasmal que cruza las aguas por las noches. A esta embarcación espectral se le ha conocido como la Nave Fantasma del estrecho de Northumberland.

Descripción.
Se le describe como una hermosa goleta de tres mástiles con velas blancas, todas ellas envueltas en llamas como si el vehículo hubiese sufrido un accidente. Las apariciones pueden ocurrir en cualquier época del año, pero tienden a darse más entre los meses de Septiembre a Noviembre.  También aumentan en épocas de vientos fuertes, y de acuerdo a la leyenda la aparición de la goleta tiende a presagiar una tormenta.

Los reportes.
La goleta ha sido vista desde 1786, por grandes grupos de personas en ambos lados del estrecho. Todos coinciden que la nave siempre aparece quemándose y que el número de mástiles tiende a variar entre tres y cuatro.
Uno de los primeros reportes reza así:

"Vi la silueta de la nave y esperé por veinte minutos hasta que se desvaneció. Había escuchado mucho de la nave fantasma, así que llegué a la conclusión de que debía ser ella. Mi hermana, que visitaba a unas amistades cerca de donde me encontraba, dijo haber visto la misma cosa esa noche."

En el año de 1950, un grupo de marinos que se encontraban en la bahía de Charlottetown vieron el barco en llamas a la distancia, y pensando que se trataba de un accidente, subieron a un bote de remos para intentar rescatar a la tripulación. De camino a la nave esta pareció hundirse o desaparecer, lo que los llevó a buscar ayuda para realizar una búsqueda con buzos. Estos sin embargo, jamás hallaron rastros del barco hundido o sus tripulantes en el fondo del estrecho.
Un poblador de Prince Edward vio la nave de cerca al poco tiempo de eso, mientras se encontraba en la costa con un amigo durante una noche fría:

"Bajó su velocidad al acercarse a la orilla. Le pregunté a Fred si era alguien que conocía, y él dijo que no. Subimos al segundo nivel de la casa para ver quienes eran, pero no encontramos a nadie. No puedo recordar exactamente qué tan grande era, pero pasaron cerca de diez minutos cuando finalmente se detuvo de lleno a unos veinte metros de la orilla y vi que había humo saliendo de la cubierta.
Un montón de personas salieron de los compartimientos de la nave, y un incendio se desató en la cubierta. Las llamas crecieron y los hombres empezaron a trepar por los mástiles para escapar. Estaban más o menos a la mitad cuando las velas se encendieron, todas al mismo tiempo; y fue ahí que ya no pude ver a los hombres, porque el fuego y el humo me lo impidieron.
Nos quedamos ahí hasta que el fuego se apagó y los mástiles deshechos se cayeron sobre la cubierta. Para entonces no quedaba más que el casco, que se hundió gradualmente hasta desaparecer bajo las aguas."

El más reciente avistamiento ocurrió a mediados del 2008, cuando un joven de 17 años llamado Mathieu Giguere vio una nave blanca y brillante flotando en el estrecho. En ciertas ocasiones se dice que la nave es acompañada por sonidos de disparos de armas de fuego y cañonazos, así como una bola de fuego que flota sobre la goleta.

El fenómeno de Northumberland.
En 1905, el científico William Francis Ganong propuso que la supuesta nave puede ser explicada como un fenómeno natural, en el cual los reflejos de la luna pueden interpretarse gracias a las olas como una ilusión. Otra posibilidad es que la nave no sea más que un banco de niebla que refleja la luz de la luna.

domingo, 22 de mayo de 2016

El extraño caso del Señor Raro.

Retrato hecho a partir de descripciones de testigos.
La historia de la entidad conocida como "El Señor Raro" puede ser poco conocida en relación a otras extrañas criaturas que, de acuerdo a la mitología y los reportes apócrifos encontrados en la internet, rondan por las noches en varios lugares del mundo.
Pero este ser en específico ha sido rastreado exhaustivamente por un criptozoólogo cuyos hallazgos pueden ser encontrados en lo más profundo de la Deep Web y algunos de los "chans" más difíciles de acceder; resulta inclusive más perturbador que el mismo Slender Man o las abominaciones que pululan en los pasillos de la fundación SCP.

El primer reporte de la aparición de este ser, del "Señor Raro" tuvo lugar en 1969, cuando un grupo de amigos que acampaban en un popular parque nacional de Estados Unidos dijeron haber sido despertados en la noche por una pavorosa aparición: Lo que parecía ser la cabeza de un hombre calvo unida a un cuello imposiblemente largo, que se introducía lentamente a la tienda de campaña como si fuese una serpiente.
Los campistas se aterraron y sus gritos hicieron huir a la criatura, que desapareció entre los árboles del parque. 

Pero el encuentro no quedó ahí. Otros campistas en el parque han tenido encuentros similares, e inclusive un hombre dice que la criatura le mordió la pierna derecha; la cual mostraba rasgos de haber sido desgarrada, lo que los médicos locales achacaron a un oso, un lobo o un puma.
Los encuentros co el "Señor Raro" parecieron terminar a mediados de la década de 1970, pero hasta el día de hoy los campistas y excursionistas dicen sentirse observados al estar en los caminos del bosque; como si una presencia invisible los acechara desde los árboles.

En 1986, una ciudad del Medio Oeste norteamericano comenzó a sufrir un pánico moral cuando varias personas dijeron haber sido atacadas durante la noche por la cabeza de un hombre pegada a un cuello de serpiente, y que jamás podían ver alguna otra parte del cuerpo que no fuera la cabeza o el cuello aparentemente infinito.
Aquí existe una discrepancia en la historia, pues algunos reportan que el ser es gigantesco, mientras que otros dicen que apenas es más grande que un humano.
Estos ataques citadinos son decididamente más violentos que los ocurridos a finales de 1960 y la década de 1970, con la gente culpando al "Señor Raro" por la desaparición de mascotas y niños, culminando en un caso en el cual un hombre fue sentenciado por asesinar a su familia entera, a lo que defendía que lo hizo porque "estaban siendo devorados por un hombre serpiente".
A raíz de esto, un grupo de vigilantes decidió patrullar las calles, e incluso se dice que lograron matar al ser; aunque jamás se halló cuerpo alguno.

La historia del "Señor Raro" volvió a resurgir a finales de 1990, cuando varios reportes extraños surgieron en diversos lugares del mundo. Se decía que la gente era atacada por un ser sobrenatural capaz de emerger a través de pantallas de televisión, monitores de computadora e incluso bajo la cama de una víctima.
De nuevo, los relatos decían que se trataba de un hombre calvo (o la cabeza de este) unida a un cuello largo, y con el resto del cuerpo invisible o sencillamente fuera de la vista gracias a la longitud del cuello.
Hasta el día de hoy, nadie sabe si esta entidad es un espectro, alienígena o demonio. Pero si algo es seguro, es que aún se encuentra libre y puede aparecer en cualquier lugar, en cualquier momento.