miércoles, 11 de abril de 2018

El desastre de Luna Park.

Luna Park. 
El incidente del tren fantasma de Sidney fue un incendio que culminó en la muerte de seis niños y un adulto, destruyendo también la atracción del tren fantasma en el parque de atracciones Luna Park desde el año de 1935.

Poco después de las diez de la noche, empezó a emanar humo negro de los accesos al túnel del tren fantasma, con alrededor de 35 personas dentro. La evacuación fue inmediata, y aunque en un principio se creyó que todos los usuarios habían escapado; algunos pasajeros declararon que algunos carritos habían emergido vacíos del túnel.
La peor suposición se hizo presente a las 11:30 de la noche, cuando un equipo de bomberos emergió con la noticia de que se habían descubierto los cuerpos de un adulto y seis menores de edad: John Godson y sus hijos Damien y Craig; cuatro estudiantes, Jonathon Billings, Richard Carroll, Michael Johnson y Seamus Rahilly. Evidencia forense apuntó a que los siete intentaron escapar caminando por el túnel, y que fallecieron a causa de la inhalación de gases tóxicos. 
Se cree que de haber permanecido en los vehículos, podrían haber sobrevivido al accionarse de nuevo el sistema de las vías. 

La investigación pericial achacó el incendio a una falla eléctrica, aunque nunca se determinó la razón exacta o el punto inicial. También, se determinó que pese a la negación de la administración del parque a poner un sistema de aspersores; no existía la evidencia suficiente para establecer cargos por negligencia. El parque fue clausurado por varios años, abriendo en 1982 con un nuevo nombre y administración.
Pero hay quienes sugieren que el incendio pudo darse debido a razonez más oscuras que un simple fallo en el sistema eléctrico. 

El "Chamán", fotografía de la familia Godson.
"El Chamán".
En el proceso de investigación, la viuda de John Godson reportó que horas antes ocurrió algo muy inusual. Que mientras caminaban por el parque al atardecer, vieron a un hombre bastante extraño: alto, musculoso y vestido con un taparrabos y una máscara con cuernos; "casi satánica" según la señora Godson. La madre, pensando que se trataba de algún empleado disfrazado del parque, le pidió al hombre que se tomara una foto con el pequeño Damien.
La policía de Sidney investigó la identidad del misterioso hombre, a lo que las autoridades del parque y los demás miembros del personal se limitaron a responder que el disfraz no coincidía con la temática del parque; y que no contaban con tales piezas en la bodega dedicada a los vestuarios, además de que nadie más parecía haber visto al enigmático sujeto.

Abe Saffron.
En el año 2007, Anne Buckingham, una sobrina del difunto criminal australiano Abe Saffron, famoso por su manejo del bajo mundo en Sidney en el siglo XX; declaró en entrevista al Sidney Morning Herald que su tío era el responsable del incendio. Aunque Saffron, que estuvo ligado a otros siete incendios en los dos años posteriores al accidente del tren fantasma, incluso declaró en su momento que él no había tenido nada qué ver en el caso. 
Buckingham mencionó que el ataque fue una represalia luego de que Martin Sharp, entonces dueño de Luna Park, se negara a vender la propiedad. Incluso salieron documentos del año 1985, y que detallaban el envolvimiento de Saffron en el manejo de las máquinas de pinball y videojuegos durante la reinauguración del parque.
Abe Saffron (1919-2006)

martes, 10 de abril de 2018

El Hombre Sapo de San Luis Potosí.

Aunque la historia de contactos con entidades extraterrestres en México está poco documentada en comparación a la del vecino del norte, en el libro "Contacto México: Historia del Fenómeno OVNI", el ufólogo Luis Ramírez Reyes escribe la crónica del encuentro entre un joven cazador de San Luis Potosí y una criatura desconocida para la ciencia.

El 12 de febrero de 1965, Francisco Estrada Acosta, un joven de 19 años de la localidad minera de Morales en San Luis Potosí; se encontraba caminando al borde del río Santiago en busca de piedras las cuales usar a manera de munición para cazar aves acuáticas y otros animales pequeños. Cuando se encontraba cerca de la presa de San José, Estrada Acosta se sintió observado mientras recogía piedras de río.
Al levantar la mirada, lo que estaba frente a él distaba mucho de su suposición inicial. No se trataba de un pescador, un jornalero o incluso de un ladrón. De hecho, lo que se alzaba frente a Estrada Acosta distaba mucho de ser siquiera humano. Al dar una descripción posterior, diría que era un ser humanoide, demasiado alto, con grandes ojos de color rojo y boca enorme como la de un pez en una cabeza de forma ovalada; y cuya piel era grisácea y escamosa como la de un sapo. 
De acuerdo con el joven, el extraño hombre rana alargó un brazo delgado y terminado en una especie de aleta como la de los pingüinos en dirección a él; acercándose tanto que pudo rozarle la piel en la mano. Estrada Acosta soltó las piedras que había recogido y echó a correr, echando un último vistazo para asegurarse que el ser no lo seguía.
Por lo que describió, el hombre rana parecía tener alas membranosas similares a las de un murciélago, y las desplegaba en señal de que intentaría emprender el vuelo. El ser no volvió a ser visto, y el misterio de lo que Francisco Estrada Acosta vio ese día (si es que así fue) permanece sin respuesta hasta el día de hoy.

domingo, 8 de abril de 2018

El Bebé de Brea.

La historia del "Bebé de Brea" o "Bebé Oscuro" es una historia poco conocida en los anales de la ufología y la criptozoología, en comparación a otros como el del Hombre Polilla o el Monstruo de Flatwoods; pero no por ello menos perturbador o misterioso. Incluso, algunos investigadores y asesores para la NICAP (Comité de Investigaciones Nacionales para Fenómenos Aéreos, por sus siglas en inglés) han llegado a catalogar el reporte como evidencia fehaciente de la presencia de entidades extraterrestres o interdimensionales.

La poca información existente, debido al fallecimiento de la única testigo adulta y la renuencia de sus familiares sobrevivientes para hablar de ello; pinta un escenario escalofriante si uno se imagina encontrarse en la posición de  quienes lo experimentaron.
Esa noche de agosto, la familia Quinn, compuesta por la madre únicamente identificada como la "señora Quinn" y sus hijas Brenda y Judy, dormían tranquilamente cuando despertaron a eso de la 1:30 de la mañana tras escuchar el ruido de algo que caía al suelo.
Al abrir los ojos, la señora Quinn vio algo que bastó para producirle pesadillas de por vida: Ahí, flotando a un metro de altura junto a su cama, estaba una criatura semejante a un bulto hecho de lodo; con ojos y sin una cabeza o extremidades visibles. La señora Quinn lo describió como un 'roly poly'; término usado para los insectos conocidos como cochinillas y para un modelo entonces popular de punching bags. 

Por su parte, la hija mayor, Judy; lo denominó como "un bebé de brea con ojos enormes". El término, hoy racialmente ofensivo, se ocupaba entonces para hacer referencia a las historias del escritor Joel Chandler Harris y la película de Disney "Song of the South". En ellas, el personaje Hermano Conejo es capturado por el Hermano Zorro usando un muñeco hecho de brea y resina de árbol. 
Y es que como el muñeco de la película, Judy aseguraba que el ser era una masa informe, cubierta de una sustancia negra y viscosa. Lo más aterrador sin embargo, fue el hecho de que Judy escuchaba una voz en su cabeza que le susurraba "Ven conmigo". No tardó mucho en salir del trance producido por la impresión, y una vez que pudo gritar, la voz se calló y el ser pareció hacerse intangible, como un fantasma; hasta desaparecer por completo.

El Bebé de Brea en "Song of the South".
Luego de que la señora Quinn y sus hijas dieran testimonio de lo ocurrido a la policía, los rumores en el pueblo no se hicieron esperar. Hubo quienes apuntaban a extraterrestres o criaturas desconocidas, mientras que algunos más hablaban de fantasmas e incluso de demonios; tomando en base el testimonio de Judy y que supuestamente el ser había intentado tentarla para llevársela.
gAños más tarde, varios fanáticos de lo paranormal apuntaron las similitudes entre el bebé de brea y un extraño ser flotante y de grandes ojos que aterrorizó a un pueblo en Tailandia; bautizado como el Espantapájaros Fantasma de Chiang Rai, por su parecido con las efigies usadas por los campesinos para ahuyentar a las aves y roedores en las plantaciones de arroz. 
¿Podría tratarse del mismo ser, o de otro perteneciente a la misma especie?

lunes, 2 de abril de 2018

El Destello Negro.

El Destello Negro (en inglés, "Black Flash"), es el nombre dado al misterioso espectro nocturno que aterrorizó el pueblo de Provincetown, Massachusetts en 1939. Y aunque los primeros relatos provenían de niños y resultaron descartados como parte de una elaborada broma, fue hasta la segunda semana de octubre de ese año que la broma dio paso a una temporada de terror.

En una noche poco antes de Halloween; Mary Costa caminaba de vuelta a casa cuando al pasar por un camino a pocas calles de la alcaldía, se encontró con algo que jamás había visto. Cortándole el camino, se encontraba un hombre alto, delgado y cubierto por una capa negra que ondeaba al viento. 
De acuerdo con la joven, el ser la observó en silencio con unos ojos que brillaban como si estuviesen hechos de metal, y que después estalló en carcajadas. Mary salió corriendo, no sin darse cuenta que el ser desapareció dando saltos sobre una barda y sin dejar de reír. La joven alcanzó a encontrar una cafetería abierta, donde relató lo ocurrido y llamó a la policía. Varios hombres que se encontraban comiendo en el local, salieron a buscar a la criatura pero sin éxito alguno.

La policía no se tomó el reporte en serio, archivándolo en el montón de relatos provenientes de niños y padres preocupados. Al poco tiempo de que Costa vio al vaporoso ser, la policía fue inundada por una serie de reportes misteriosos; donde todos coincidían en tres cosas: Que el ser vestía de negro y llevaba una gran capa como la de Drácula, tenía orejas puntiagudas y que sus ojos relucían con un brillo metálico o rojizo.
Los relatos también añadieron otros detalles, como que el ser iba acompañado por un zumbido parecido al de las cicadas, que su risa sonaba como algo metálico y que tenía el poder de saltar más alto de lo que le sería posible a un hombre. De forma espeluznante, muchos de estos reportes tomaban lugar al mismo tiempo pero en sitios distintos del pueblo; lo que presentaba tres posibilidades, cada una más aterradora que la anterior: Que era súper veloz, que podía teletransportarse, o que lidiaban con un grupo de esos seres.

La mayoría de los reportes insistían en que la aparición parecía contenta con provocar el miedo en quienes lo veían. Aunque llegó a darse un puñado de casos en que las agresiones llegaron a lo físico: Un hombre que descargó su rifle de cacería contra el extraño sin éxito alguno, otro que terminó con una muñeca rota al intentar defenderse, y finalmente uno más que fue empujado varios metros por los aires. De esto, se llegó a la conclusión de que el ser únicamente asustaba a niños y mujeres; pero que disfrutaba de atacar físicamente a hombres adultos y 'burlarse' de ellos. 
Para la última semana de septiembre, la prensa ya había bautizado a la extraña entidad con varios nombres: El Fantasma de Provincetown, el Fantasma Negro, el Demonio Fantasma, el Demonio de Provincetown y el Destello Negro; siendo este último el que quedó arraigado en la cultura popular. 

La especulación sobre el ser, su identidad y comportamiento creció de manera rampante; y aunque la policía de Provincetown explicó que se trataba de un bromista, la imaginación de los pobladores se trastornó en una histeria colectiva, un pánico que mencionaba por igual demonios, fantasmas, vampiros e incluso que se trataba del mismo Satanás. 
Las historias de encuentros con el Destello Negro continuaron hasta 1945, cuando en el mes de noviembre, un grupo de niños que jugaban en un patio escolar dijeron ver al monstruo en pleno día. Una hora más tarde, un escuadrón de oficiales de policía acudió al lugar y efectivamente, avistaron al Destello Negro saltando una reja de tres metros de alto y desapareciendo entre una serie de árboles. Esa misma noche, un anciano llamó a la jefatura de policía local para decir que no solo había visto al Destello en su patio trasero, sino que lo hirió con una cubetada de agua hirviendo. 

Grabado victoriano sobre Jack Piernas de Resorte.
Cuando la historia llegó a las cadenas noticiosas de Boston y Nueva York, no fueron pocos los que reconocieron la apariencia y el modus operandi de la espantosa aparición en una leyenda del siglo XIX. 
Durante mediados del siglo XIX, las áreas urbanas de Londres fueron asediadas esporádicamente por un misterioso ser apodado Jack Piernas de Resorte, el cual, justo como el Destello Negro; vestía ropas extravagantes de color negro, tenía ojos que brillaban y poseía una agilidad y velocidad sobrehumanas. Algunos medios de la época sugirieron que esta conexión no era una coincidencia, y que Jack era la misma criatura que el Destello; una especie de demonio que aparecía de tiempo en tiempo (idea que fue revisitada más de setenta años después en la saga de películas Jeepers Creepers) para alimentarse o causar pánico.

Algunos investigadores sugieren que tal vez se trató de una serie de histeria colectiva, similar a lo ocurrido posteriormente en casos como el del Chupacabras o el mito de los Niños de Ojos Negros, todavía incentivada por el recuerdo reciente de la narración de "La Guerra de los Mundos" por parte de Orson Welles el año anterior. Por su parte, las autoridades de Provincetown y Massachusetts coinciden en que el Destello Negro sí fue real, pero no se trataba de una entidad sobrenatural, si no de un grupo de bromistas que se aprovecharon de la temporada de Halloween. Años más tarde, un hombre dijo haber sido parte de estos bromistas, y explicó que todo se logró gracias a un grupo de muchachos locales bien coordinados y que operaban en varios lugares del pueblo para dar la ilusión de que el Destello podía estar en varios lugares a la vez.

La historia del Destello Negro concluyó de forma tan súbita y misteriosa como inició. Ya que es imposible determinar qué tanto hay de verdad en ella, si el testimonio del supuesto culpable fue verídico o si siquiera ocurrió. Ha sido detallada en libros, programas de televisión y artículos de sitios y revistas dedicados a lo sobrenatural; pero sin llegar a una explicación satisfactoria.

lunes, 12 de marzo de 2018

El tumor.

En 1997, el Diario Británico de Medicina (British Medicine Journal o BMJ) publicó un artículo titulado "Un caso difícil: Diagnosis hecha por voces ilusorias"; el cual hablaba sobre una mujer nacida a mediados de 1940, la cual había pasado toda su vida sin problemas médicos notables; al grado de que hasta la edad de 44 años, nunca había sido internada.

En invierno de 1984, la mujer se encontraba leyendo un libro a la luz de la chimenea en su casa, cuando escuchó una voz misteriosa; la cual le hablaba fuerte y claro: "Por favor no tengas miedo, sé que debe asustarte el que te hable así; pero es la forma más fácil que se me ocurre. Mi amigo y yo trabajábamos en el Hospital para Niños de Great Ormond Street y quisiéramos ayudarte."

Las voces procedieron a explicarle detalladamente que debía ir a realizarse un encefalograma por dos razones: Primera, tenía un tumor en la cabeza; y segunda, su médula espinal estaba inflamada. La mujer creyó que estaba alucinando, pero las voces misteriosas le confirmaron que sabían bastante de ella; por lo que al final terminó por creerles y acudió al médico. 
Resultó que las voces estaban en lo correcto. Y aunque no hubiese evidencia clínica que alertara la presencia de un tumor, a la mujer se le diagnosticó con un meningioma benigno de gran tamaño. El cirujano que la atendió le sugirió que se operara de inmediato, y las voces en su cabeza le dijeron que sí, pero que preferían que la operación fuese hecha en el Hospital Naiional de Queen's Square en Londres; y no en el Royal Free, donde se atendía y deberían operarla de urgencia. 

Después de la operación y que la mujer recuperar la consciencia, escuchó las voces por última vez: "Nos alegra haberte ayudado", le dijeron. Hasta la fecha, no hay una explicación científica sobre qué fue exactamente lo que ocurrió o como la mujer sabía que tenía un tumor sin siquiera sentir los síntomas de este. 

428.

Wilson Hall. 
La Universidad de Ohio, fundada en la ciudad de Athens en el año 1804, tiene el dudoso honor de ser uno de los campus más embrujados en el mundo; ya que los estudiantes que se matriculan en ella y se mudan a los dormitorios, tienden a experimentar fenómenos que van desde lo inofensivo hasta agresiones físicas.
Arañazos, tirones de cabello y golpes al despertar. Música misteriosa que suena por los pasillos aún cuando las salas de música permanecen cerradas. Golpes en el exterior de las ventanas. Ruidos de canicas que caen y ruedan por el piso. Incluso reportes de espectros entre los que figuran una maestra fallecida en la década de 1950 y que aparece sentada en su escritorio; un esclavo de nombre Nicodemus y que data de la guerra civil; los ruidos de niños que juegan en una piscina inexistente; una suicida que abraza a quienes duermen en la habitación que ocupó en vida, un fantasma que cierra las puertas por las noches, los espectros de un equipo de basketball completo y por más extraño que suene; un búfalo sin cabeza. 

El número de historias es tal que ha sido visitado por expertos en lo paranormal, equipos de noticias y programas de televisión como "Scariest Places on Earth"; y la mayoría de ellos han captado evidencia que incluye siluetas misteriosas en cámaras de visión infrarroja, ruidos de canicas cayendo y rodando por los pisos, e incluso voces desencarnadas.
Como un dato curioso, en Athens existen un gran número de cementerios: Simms, Haines, Hanning, Cuckler, Higgins, Zion, Hunter, Slaughter, Cutler, Mansfield y Peach Ridge... los cuales al ser vistos desde el aire, forman un pentagrama perfecto; con Wilson Hall, uno de los edificios de la Universidad de Ohio, localizada en el centro. 

Una habitación en este edificio, la número 428, se encuentra permanentemente cerrada desde hace años por la violenta actividad paranormal que tiene lugar en ella. Los relatos de fantasmas en 428 comenzaron en la década de 1970, cuando un estudiante fue encontrado muerto sin causa aparente. Unos años más tarde, otra estudiante dijo que podía percibir la energía de la habitación; e intentó usarla para rituales de proyección astral.
No pasó mucho tiempo luego de que ocupara la habitación cuando también fuera encontrada muerta por autoridades escolares. En este caso, la joven se había rajado ambos brazos de codo a muñecas con la intención de cortarse las venas. 

Quienes ocuparon la habitación posteriormente, sufrieron ataques sobrenaturales a todas horas del día. Objetos salían disparados súbitamente para estrellarse en las paredes, los ocupantes eran despertados por voces e inclusive gritos en la oscuridad; la puerta se abría y cerraba por sí sola, e incluso se manifestaban rostros demoniacos y espectrales en la madera de la puerta. Y aunque la escuela reemplazó la puerta en varias ocasiones, los rostros volvían a aparecer luego de cierto tiempo. 
Llegó un momento en que la habitación no podía ser ocupada por más de un día, y temiendo más incidentes fatales; las autoridades se decidieron a sellar la puerta del dormitorio. Como dato oficial, 428 es el único dormitorio en los Estados Unidos que ha sido sellado en un edificio operacional. 

jueves, 8 de marzo de 2018

La gárgola de Frank Shaw.

A mediados de 1986, un empleado de la NASA llamado Frank Shaw tuvo un encuentro con lo que sólo puede ser descrito como una 'gárgola' de color negro y aspecto malévolo. Este evento atormentó a Frank por el resto de su vida, y aunque se negó a contar la historia en un principio para evitar ser tachado de loco; fue en el 2004 que su hija se puso en contacto con un reconocido criptozoólogo y contó su versión de lo ocurrido.
De acuerdo con la mujer, en aquél tiempo la familia estaba acostumbrada a que Frank llegara tarde del trabajo, por lo que a nadie le pareció extraño que una noche en particular regresara a altas horas de la madrugada. Lo que capturó la atención de sus hijos y esposa, fue el hecho de que Frank parecía bastante perturbado y nervioso. 
Tras unas horas de intentar reconfortarlo, Frank se decidió a relatar lo ocurrido.

De acuerdo con él, estaba caminando hacia su auto al final del turno, cuando tuvo la súbita idea de mirar hacia arriba. Lo que encontró, le heló la sangre. Sobre uno de los edificios del Centro Espacial se hallaba perchada una figura similar a una gárgola, de color negro y rasgos inhumanos. 
Frank lo describió como un ser completamente negro, y con una 'capa' sobre los hombros; pero al verlo con más detenimiento, se percató de que no era una capa, sino alas membranosas como las de un murciélago. Y la criatura, lo que sea que fuese, lo miraba de vuelta desde su percha con un interés casi depredador. Al relatar la historia, Frank dijo que por la expresión del ser, parecía como si disfrutara el producirle terror. 
Tras unos segundos que a Frank le parecieron una eternidad, la gárgola desplegó sus alas con un sonido similar al de un chisporroteo, y ascendió al cielo. Esto bastó para sacar al hombre de su parálisis nerviosa, y aprovechó el impulso de adrenalina para alcanzar su auto, encenderlo y salir a toda velocidad del estacionamiento; con la idea de que tal vez la criatura alada lo perseguía.

En los días posteriores, la esposa de Frank lo convenció de jamás contar la historia, pero con el paso del tiempo sintió que debía relatársela a alguien en quien pudiese confiar; a manera de sacar el recuerdo de su cabeza. 
Finalmente y tras una larga consideración, Frank decidió contarle la historia a su supervisor. Y de manera contraria a lo que habría previsto, éste no se burló por lo insólito de la historia. De hecho, lo confortó explicándole que no era el primer empleado del Centro Espacial Johnson que había visto al ser; y que incluso existía un archivo en la administración del edificio que hablaba de la gárgola. El supervisor de Frank se limitó a decir que el archivo había sido creado meses atrás, luego de que dos de los pastores alemanes usados como perros guardianes de la base hubiesen sido destrozados grotescamente. 
Por alguna razón, la historia de Frank llegó a oídos de algún oficial de la NASA, que ordenó que Frank fuese interrogado por elementos de seguridad. Este personal se aseguró de informarle a Frank que, lo mejor que podía hacer por sí mismo y su familia, era permanecer callado al respecto. Frank lo hizo, al menos hasta su muerte una década después. 
Debido a la política de confidencialidad y alto secreto de la NASA, no han surgido más reportes al respecto sobre la gárgola en las inmediaciones del centro Johnson.