El Parque Griffith, Los Ángeles, California.
El Parque Nacional y el Observatorio Griffith, es una reserva natural enclaustrada en medio de las montañas de Santa Mónica; en Los Ángeles, California. El parque, con una extensión de más de 1,700 hectáreas, es uno de los parques naturales más grandes de Norteamérica y el segundo en California; justo después de la Reserva de Mission Trails en San Diego.
El lugar cuenta con una larga historia relacionada a la ciudad. Por ejemplo, en uno de sus extremos se encuentra el barrio residencial Los Feliz, hogar de varios famosos hollywoodenses; fue la sede del antiguo zoológico de Los Ángeles, y en él se encuentra el letrero de Hollywood. Pero lo más curioso sobre el parque, es el hecho de que en él han transcurrido varios fenómenos que van desde lo chusco hasta lo sobrenatural.
Don Antonio Feliz y la maldición de Doña Petronila.
Griffith Jenkins Griffith (1850-1919)
La historia del parque Griffith inicia con un barón mexicano llamado Don Antonio Feliz, y su sobrina Petronila. Se dice que en 1863, Feliz estaba muriendo de una rara enfermedad cuando decidió legarle los derechos de sus tierras a un asociado; lo que desató la ira de su sobrina. No se sabe si Feliz lo hizo a propósito, o si su asociado y el notario involucrado se aprovecharon del febril y moribundo hombre.
Lo que se sabe, es que Petronila lanzó una maldición: "¡El ganado y los campos morirán! ¡Y nadie verá dinero de esta tierra!", y dijo que tanto el asociado como el notario morirían de forma sangrienta.
Fue años después, en 1882 que el coronel Griffith J. Griffith compró la tierra. Y y sea por coincidencia o efectivamente la maldición de Petronila; pero la cuenca de Los Ángeles sufrió de sequías, incendios y otros desastres que fueron particularmente severos en el área del rancho Los Feliz. Hay quienes incluso aseguran que durante la tormenta, se podía ver al espíritu de Doña Petronila montando un caballo, gritando y riendo como una demente.
En 1891, Griffith apenas sobrevivió a un intento de asesinato por parte de un empresario rival. El hombre se salvó milagrosamente debido a que el atacante usó un tipo de perdigón para aves, y no el usual, que era destinado a ciervos y animales de gran tamaño. De cualquier forma, Griffith decidió que era más de lo que podía soportar y comenzó a regalar extensiones de terreno a los habitantes de Los Ángeles.
En 1903, Griffith atacó a su esposa con un arma durante su estancia en un hotel de Santa Mónica. La mujer saltó por la ventana para escapar, quedando desfigurada y sin el uso de su mano izquierda; pero afortunadamente pudo sobrevivir. Griffith fue sentenciado a la prisión de San Quintín. En 1919, finalmente falleció de una enfermedad del hígado, producto de su alcoholismo.
El fantasma de Petronila.
Hasta el día de hoy, no son pocos los angelinos que dicen ver al espíritu de una joven que porta un vestido blanco y que cabalga en un caballo del mismo color. Se puede ver a la medianoche en un edificio conocido como Paco Feliz Adobe; asomándose por las ventanas durante noches particularmente tormentosas y oscuras. El Adobe es la estructura más vieja del parque, y sirve en la actualidad como el cuartel de los rangers de Crystal Springs.
Una leyenda relacionada dice que en 1896, el espíritu de Don Antonio Feliz apareció en una fiesta para celebrar la venta de la tierra por parte de Griffith a la ciudad de Los Ángeles. Se dice que el fantasma se sentó en la silla de honor reservada para Griffith, y proclamó con voz espectral: "¡Los invito a cenar conmigo en el infierno! ¡En su gran honor, he traído una corte de demonios!"; acto seguido las luces se apagaron y un escándalo de tambores y trompetas inundó la habitación. No se sabe qué ocurrió después, pues todos los invitados de Griffith salieron huyendo antes de que los demonios llegaran.
El fantasma de Don Feliz continúa apareciendo en lo que fue su antiguo rancho, usualmente montado en un caballo negro de brillantes ojos rojos. Curiosamente, hay quienes dicen haber visto al espectro de Griffith, montado también en un caballo.
Los misterios del letrero de Hollywood.
P22, el puma del parque.
Construido en 1923 como una manera de promocionar la ciudad y atraer a nuevos habitantes, el letrero de Hollywood es indudablemente una de las obras arquitectónicas más famosas del mundo. La versión que existe hoy, no es la original, sino una construida de un material más duradero luego de que la primera se deteriorara por varios accidentes y exposición a los elementos hasta 1978.
Como un dato curioso, fue el fundador de Playboy, Hugh Hefner; quien inició la campaña para la restauración del letrero y que consistía en que cada letra fuera 'donada' por un famoso diferente.
En los últimos años, se hizo famoso por ser el hogar de "P22", un puma que también saltó a la fama luego de haberse comido un koala del Zoológico de Los Ángeles. Pero, además de P22, el letrero también es el hogar de un espíritu: el de una joven actriz llamada Peg Entwistle.
En 1932 y luego de una corta carrera llena de decepciones, Peg Entwistle se suicidó saltando de la H del letrero. Desde entonces, varios paseantes y deportistas han dicho haber visto a una mujer saltando de la letra H al anochecer; siempre desapareciendo antes de chocar con el piso. Se dice que es Peg debido a que su descripción coincide, por el hecho de que viste ropas antiguas y que también ha sido vista recorriendo el camino entre el letrero y su antigua residencia en Beachwood Drive. Incluso hay quienes sugieren que el aroma a gardenia, el perfume favorito de Peg, tiende a presentarse cerca del letrero durante las noches.
Los amantes de la mesa y otros espíritus del parque.
La banca embrujada.
En 1976, el un músico de nombre Rand Garrett y su novia, Nancy Jeanson; se encontraban haciendo el amor en una de las mesas de picnic en Griffith Park cuando una rama de árbol se desprendió y cayó sobre ellos; aplastándolos. Sus restos fueron cremados y dispersados en la mesa y los alrededores; mientras que algún fanático decidió escribir "RIP 10/31/1976 RAND+NANCY" en la banca.
De cualquier modo, se dice que los espíritus de Rand y Nancy siguen anclados al lugar; y no están para nada contentos.
Muchos empleados del parque han reportado haberse encontrado con Nancy y Rand, o sufrido accidentes relacionados con ellos. El primero de ellos fue un trabajador de la ciudad de nombre Morris Carl, a quien se le dió la tarea de talar el árbol caído en la banca. Carl apenas había comenzado a cortar el árbol cuando sintió un escalofrío y empezó a escuchar llantos y gemidos a su alrededor.
Lo que finalmente lo hizo huir fue que el árbol comenzó a agitarse violentamente, y Carl escuchó un susurro en su oído que decía claramente: "déjanos en paz". Carl intentó escapar, pero el motor de su camioneta no lograba encender; y en ese instante fue que vio algo que le heló la sangre. 'Algo' había empañado el parabrisas y escrito "la próxima vez, te mueres" (NEXT TIME YOU DIE).
Años más tarde, un supervisor de nombre Dennis Higgins aceptó una apuesta de quinientos dólares para ir y talar el árbol durante la noche. Sorprendentemente, no solo se encontró a Higgs tirado junto a la banca al día siquiente, si no que la sierra eléctrica que usaría para el trabajo yacía a unos metros de él; con la hoja completamente doblada en forma de 'U'. El forense que lo examinó, declaró que la muerte del hombre había sido por un infarto; pero quienes vieron el cuerpo coinciden en que el cabello se le había puesto blanco, y que su rostro estaba congelado en una mueca de horror.
La policía también reveló que las manos de Higgs sufrían de heridas consistentes con lo que habría sido si alguien lo hubiese arrastrado por el piso. Al final, las autoridades del parque emitieron un comunicado prohibiéndole a los empleados que se alejaran de la mesa número 29. El árbol permanece intacto, aún cuarenta años después de haberse desplomado; sin rasgos de musgo o infestación por los escarabajos que una década atrás no solo diezmaron los árboles del parque, sino que acabaron con uno plantado en honor de George Harrison.
Quienes han visitado la banca por la noche, cuentan haber sufrido opresiones en el pecho, escuchado llantos e incluso haber visto dos pares de ojos rojos entre los árboles; los cuales casi siempre van acompañados de una risa escalofriante.
Otro punto importante en términos de apariciones fantasmales, es el viejo carrusel del parque. Luis Alvarado, 'alcalde' honorario de Griffith Park supuestamente se encontró a un fantasma en dos ocasiones distintas; mientras recorría el parque al anochecer para cerciorarse de que todos los visitantes habían salido.
Alvarado pudo observar como un hombre descendía por una escalera cerca del carruse, desapareciendo al llegar al último escalón. Inicialmente, descartó la idea como una ilusión óptica, pero el fenómeno se repitió a los pocos días durante otra revisión de rutina. Indagando en la historia del parque, no se pudo corroborar que en ese punto hubiese ocurrido alguna muerte.
El observatorio y la zona conocida como Travel Town también cuentan con historias de apariciones, voces desencarnadas y orbes de luz; y son tan frecuentes que las autoridades de la ciudad han llevado equipos de investigadores paranormales con la intención de descubrir exactamente qé ocurre con la zona.
El Zoológico abandonado.
El parque Griffith también llegó a funcionar como el hogar del Zoológico de Los Angeles, que operó entre 1912 y 1966; y que pese a estar abandonado en la actualidad, sigue atrayendo a miles de turistas cada año por lo extraño y decadente de sus estructuras.
De acuerdo con los habitantes de Los Angeles y varios investigadores paranormales, el zoológico es un punto importante en términos de actividad inexplicable; y en las décadas que lleva abierto a paseantes y aficionados al UrbEx (exploración urbana), cuenta con reportes de apariciones de personas, olores misteriosos, sonidos e incluso animales espectrales. En la década de 1990, un grupo de aficionados a la exploración urbana salieron despavoridos de una jaula abandonada tras encontrar lo que parecía ser un león africano adulto emergiendo de las sombras del lugar.
En el año 2010, una renombrada psíquica visitó el zoológico con un equipo de filmación, y de inmediato experimentó varias visiones que le helaron la sangre: Animales en condiciones deplorables, grandes felinos recurriendo al canibalismo, un mono sufriendo ataques de psicosis, elefantes con los pies infectados y un dragón de komodo encerrado en una jaula demasiado pequeña.
La Bestia de Griffith Park.
Pero no son solo fantasmas animales y humanos los que rondan el parque, pues de acuerdo con la leyenda urbana; existe una bestia monstruosa que acecha en los sitios más recónditos. En el año 2005, tres hombres que volvían de una excursión nocturna, se encontraron con una bestia de piel verde y pelaje de un rojo brillante.
"Las piernas eran muy largas, y daba grandes zancadas mientras atravesaba la calle. Tenía la espalda jorobada, su cuello era muy largo y caminaba como un gran simio. No hay forma de que un hombre puede caminar así. Sus ojos eran negros", declaró uno de los testigos a los medios de la época.
En el año 2009, un usuario del sitio "Weird CA" contó haber sido perseguido por un coyote o lobo gigante durante una excursión; y que al subir por una loma pronunciada, encontró a un chico y le advirtió del animal. El chico le agradeció por la advertencia y le entregó un petardo para defenderse de su perseguidor; para luego desaparecer entre una línea de arbustos y un sendero. Termiendo que pudiese ser atacado, el excursionista decidió seguir al niño pero este ya se había desvanecido sin dejar rastro alguno.