En noviembre de 1962, la revista francesa de corte ufológico "Flying Saucer Review" publicó una extensa crónica detallando el encuentro de un hombre de negocios con una especie de alienígenas similares a aves de presa en los bosques de Var.
Lyonel Trigano, un joven investigador ufológico, detalló el reporte del "Señor M", un empresario de la ciudad de Herault que viajaba de noche por un camino boscoso en el departamento de Var. Esa noche, llovía a cántaros y los caminos de terracería en la campiña francesa eran bastante traicioneros; así que "M" conducía lentamente para evitar un accidente.
El viaje, que se desarrolló sin problemas, rápidamente dio un giro inesperado cuando las luces del auto iluminaron a un grupo de figuras agazapadas a mitad del camino. Lo primero que pasó por la mente del hombre de negocios, fue que probablemente se tratara de asaltantes; así que giró el volante y estaba a punto de echar en reversa cuando los seres se alzaron y "M" cayó en cuenta de que en realidad no eran criminales. De hecho, ni siquiera eran humanos.
Los seres eran más altos de un hombre, iban cubiertos de plumas negras y tenían alas y cabezas que asemejaban las de grandes águilas reales. Al ver el auto, soltaron chillidos ensordecedores y se abalanzaron sobre él; lanzando picotazos y zarpazos contra los cristales.
Venciendo el terror que embargaba su cuerpo, "M" pisó el acelerador sin tomarle importancia al camino enlodado, y rápidamente dejó atrás a las criaturas.
Había avanzado por lo menos quinientos metros cuando lanzó un rápido vistazo al retrovisor, para cerciorarse de que los hombres ave no lo seguían. En lugar de ello, los monstruos echaron a correr a un lado del camino, chillando y agitando las alas. De inmediato; una serie de luces azules iluminó el pasto y reveló un gigantesco objeto volador, en el cual entraron por medio de una escotilla en la parte inferior; para que el vehículo saliera disparado hacia los cielos poco después.
La historia de "M" terminó siendo olvidada, quedando reducida a una leyenda urbana conocida por pocos; al menos hasta el año de 1968, cuando la revista publicó una entrevista con John Keel y un reporte de los avistamientos del Mothman y el colapso del Silver Bridge en diciembre del año anterior; estableciendo una hipotética relación entre los seres voladores vistos en Var, el Mothman y las primeras historias de humanoides alados en las selvas de Vietnam.
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