miércoles, 8 de junio de 2016

Blemios - Los caníbales sin cabeza.

"Anthropophagus", ilustración por Keith Thompson.
"La región este de Libia, al norte de África, es una tierra baja y habitada por nómadas; cubierta de arena hasta llegar al río Triton. Pero al oeste de esta tierra, aquella donde habitan los granjeros, se alzan grandes montañas y bosques llenos de bestias salvajes. En este país viven serpientes gigantes y leones, y elefantes y osos y áspides, los burros con cuernos, los Hombres con Cabeza de Perro (Kynokephaloi) y los Decapitados (Akephaloi), hombres con los ojso en el pecho como dirían los libios; y los hombres y mujeres salvajes, además de otras criaturas no tan fabulosas."
-Herodoto, "Historias".
De acuerdo con Herodoto, los pobladores de la región africana que hoy sería Libia decían que sus tierras eran habitadas por toda clase de bestias fantásticas como los "burros con cuernos", que hoy sabemos son ungulados como el Gran Kudú o el Impala; osos (el extinto Oso Atlas), leones, áspides y extrañas razas salvajes de hombres.
De estos, los más peligrosos y grotescos eran los Acéfalos o Blemios.
Alejandro conoce a los Blemios, grabado de 1444.
Se les describía como hombres salvajes sin cabeza, con las bocas y ojos en el pecho; y que habitaban un sitio cercano a Etiopía. Algunas descripciones indicaban que tenían una gran altura, y que el término "Blemmyae" bien podria ser una palabra judía que significaba "cerebro" y que hacía referencia a la falta de este.
Pero la leyenda de los Blemios dista mucho de la realidad, gracias a la tendencia a exagerar las narraciones de lugares y culturas ubicados más allá del mundo helénico. Los Blemios sí existían, y efectivamente eran un pueblo africano; pero no eran monstruos antropófagos, y mucho menos escalofriantes mutantes sin cabeza.

Los Blemios reales.
Grabado medieval sobre las razas de Libia.
La civilización Blemia fue un reino tribal que existió aproximadamente entre el año 600 a.C. y el tercer siglo d.C., y lucharon contra el Imperio Romano para defender sus tierras en las regiones de Nubia, Kush y Sudán.
El geógrafo griego Strabo los describía curiosamente como una tribu pacífica que vivía en el gran desierto del norte de África. En el año 193, el rey Pescennius Niger le pidió ayuda a un rey blemio de Tebas contra el emperador romano Séptimo Severo. En el 253, atacaron el Bajo Egipto pero fueron repelidos rápidamente. En 256, el general romano Firmus los venció y posteriormente pidió su ayuda contra la reina Zenobia de Palmira al rebelarse en 273.
Para el año 279, el ejército blemio fue destruido por completo. En el 298, Diocleciano finalmente firmó la paz con los Blemios y se llegó a un acuerdo en el cual Roma movería sus fronteras al norte de Filae (sur de Egipto) y les pagaría un estipendio anual.

Shakespeare y los Blemios.
Hitmonlee
Escritores como William Shakespeare y Umberto Eco hacen referencia a los Blemios en sus obras, basándose en los relatos de Herodoto y la descripción de estos como antropófagos monstruosos. Así pues, Shakespeare los describe como "Caníbales que se comen a sí mismos, los Antropófagos, los hombres cuyas cabezas crecen bajo los hombros" en Otelo.
En La Tempestad, se refiere a ellos como "montañeros grandes como toros, cuyas gargantas son como carteras de carne... hombres con cabezas en el pecho".
En el caso de Umberto Eco, aparecen en "Baudolino", donde el protagonista los conoce junto a otros monstruos de bestiarios medievales. El escritor italiano Valerio Massimo Manfredi los presenta en "La Torre della Solitudine" como feroces habitantes del Sahara y que son la manifestación de la maldad de la humanidad.
En la historia "La estratagema de los Blemios", Bruce Sterling los sitúa como extraterrestres que aparecen en las Cruzadas. Finalmente, el Blemmyae parece ser la inspiración tras el Pokémon Hitmonlee, un monstruo que se especializa en lanzar patadas y alargar sus extremidades para atacar.

Los Ewaipanoma.
Sir Walter Raleigh, explorador y corsario inglés conocido por su rol pivotal en la derrota de la Armada Invencible de España y su amistad con la reina Elizabeth I; dijo haber encontrado una raza de hombres sin cabeza durante sus viajes a Guyana en los 1500s.
En un libro que relata sus travesías, hace referencia a los Ewaipanoma, unos hombres peculiares:
"Un país hermoso. Junto a Ami corren los ríos Atoica y Caora, y en Caora es donde vive una nación d personas cuyas cabezas aparece no sobre sus hombros como creeríamos. Y esto no es una mera fábula mía, pues he llegado a la conclusión de que es verdad; ya que cada niño en las provincias de Arromaia y Canuri afirma que se les llama Ewaipanoma y que sus ojos nacen en sus hombros, y sus bocas en el centro de sus pechos y que hay una crin de largo cabello en su espalda."

domingo, 5 de junio de 2016

Kara.

"Comparto un dormitorio en la universidad de las artes de Filadelfia con una chica llamada Kara. Ella es vocalista de jazz, pero su principal interés es la ópera. Compartimos un departamento en el sexto piso de un dormitorio llamado Juniper Hall.
Las paredes son bastante delgadas, y por lo regular sus cantos no me dejaban dormir al inicio.
Luego de un mes o más de sueño perdido, la convencí de practicar por las noches en el estudio de música en el teatro Merriam, que se encuentra a una cuadra del dormitorio.

A eso de las ocho de la noche, Kara me dijo que se quedaría practicando hasta noche para un recital próximo, y que quizás no volvería a casa hasta pasada la media noche. Genial, pensé, pues eso significaba que podría ir a dormir temprano luego de un terrible día en el estudio de actuación. Kara me dijo buenas noches y salió con una taza de café en una mano y una hoja de partituras en la otra.
Cociné queso a la parrilla y sopa, devoré mi cena y de inmediato me preparé para ir a la cama. Para cuando salí de la ducha, mis párpados ya pesaban tanto que apenas y podía cepillarme los dientes. Me cambié a mis pijamas y trepé a la cama superior de nuestra litera. 
Quedé noqueada tan pronto como mi cabeza tocó la almohada.

Desperté al escuchar la puerta cerrándose.
 Abrí mis ojos y revisé medio dormida la pantalla de mi teléfono: medianoche en punto. Me rodé y volví a cerrar los ojos. Escuché los pasos de Kara en el dormitorio, deteniéndose al llegar a la litera. A lo mejor se cercioró de que estaba dormida, pensé. 
Se dejó caer en la cama, lo cual me pareció raro, porque Kara siempre se lavaba la boca y el rostro antes de acostarse. El colchón inferior crujió y después no hubo más ruido.

No ha pasado mucho tiempo cuando estoy a punto de dormirme otra vez.
Estoy en esa frontera entre la consciencia y el sueño cuando algo me despierta.
Un ruido.
Una llave en la cerradura.
La puerta abriéndose.
Kara entra al departamento, tarareando una tonada de ópera.
El colchón debajo de mí acaba de crujir."

Poveglia - la isla del terror.

Poveglia.
A la sombra de la histórica ciudad de Venecia, uno de los más grandes atractivos turísticos de Italia, yace una pequeña isla a simple vista no distinta de las otras en la laguna veneciana; pero cuya mención basta para infundir el miedo en el corazón incluso de los más viejos habitantes de Venecia.
Una herida que aún supura en las aguas azules de la laguna, evitada por los pescadores, que temen levantar huesos humanos a la hora de recoger sus redes. Hablamos de uno de los sitios más embrujados del planeta, una isla de maldad que sin duda ha inspirado a incontables películas de horror y cuya historia posiblemente las supera con creces.
Hablamos de la isla de Poveglia.

El inicio de Poveglia.
La historia de la isla comienza durante el esplendor del Imperio Romano, en el año 421 cuando la gente de Padua y Este huyeron a ella para escapar de las invasiones bárbaras. En el siglo XI, la isla creció bastante debido a sus cultivos de viñedos. En 1379 fue atacada por la flota genovesa, y las personas de Poveglia se vieron obligadas a moverse a Giudecca.

"Quarenta Giorni": Los Lazzarettos y la Peste Negra.
Ilustración medieval de un doctor de la plaga.
En 1403, durante la epidemia de la peste negra, el gobierno italiano decidió convertir las islas de la laguna en unidades de cuarentena conocidas como Lazzarettos. Estos sitios estaban destinados para almacenar a las personas que podrían presentar síntomas de la enfermedad durante un periodo de tiempo. Al finalizar este lapso de cuarenta días se les permitía salir libres.
Es aquí donde surge la palabra "cuarentena", a partir de las palabras italianas para cuarenta días: "quarenta giorni".
La plaga sin embargo, se extendió muy rápido y no tardó mucho para que los Lazzarettos se convirtieran en una pesadilla para enfermos y doctores por igual. Cualquiera que exhibiera un síntoma, por más ligero que fuera, era exiliado a la isla para morir de manera agónica. Una vez que alguien fallecía por la enfermedad u otra causa, su cuerpo era arrojado a una "fosa de plaga", un agujero cavado rápidamente; quemado y enterrado.
Una de las fosas para cadáveres de Poveglia.
Entre 1629 y 1631, en el peor brote de la Peste Negra en Italia, se cree que hasta 80,000 personas fallecieron en siete meses. Muchos de estos ni siquiera se encontraban enfermos, pero bastaba una sospecha o el ser acusado de tener los bubos de la peste para que las autoridades tomaran a una persona y la arrojaran a Poveglia; donde en muchas ocasiones ni siquiera se esperaba a que muriera para arrojarlos a las fosas.
Los ominosos doctores de la plaga que controlaban la isla inclusive quemaban vivos a los pacientes con el fin de acelerar la erradicación de la Peste Negra. 
En 1776, la isla quedó a cargo de la Magistrato alla Sanitá, una oficina pública de salud; y se convirtió en una aduana por la cual todas las naves provenientes del Adriático eran revisadas y donde se aislaba a cualquier posible víctima sospechosa. En 1814, cuando cerró el Lazzaretto, se dice que la isla contenía hasta 160,000 víctimas; y que parte de la tierra en ella consiste de cenizas humanas.

El Hospital de Poveglia.
Vista aérea de la isla, con anotaciones sobre los edificios y áreas.
En 1922, los edificios de la isla fueron renovados y convertidos en un asilo mental por órdenes del gobierno italiano. No pasó mucho tiempo para que los pacientes comenzaran a quejarse de apariciones fantasmales y voces desencarnadas que los atormentaban por las noches.
En ese tiempo surgió la historia de un doctor loco, el cual realizaba experimentos demenciales en los pacientes y se hallaba convencido de que la única forma de curar la locura era con lobotomías. Estas operaciones eran realizadas con herramientas como martillos, clavos, taladros y cinceles; sin prestar atención a la seguridad o la higiene. Se dice que el doctor operaba en el campanario del hospital, y que los pacientes permanecian despiertos durante la noche gracias a los gritos de aquellos siendo torturados.
El campanario del hospital.
Supuestamente, el doctor fue víctima de los espíritus de Poveglia. La leyenda reza que comenzó a ser acosado por fantasmas, sombras amenazadoras y voces extrañas que lo acosaban durante la noche. El terrible médico se suicidó saltando de la torre, aunque existe una variante de la historia en la cual fue arrojado por una fuerza invisible.
Una enfermera que supuestamente lo vio caer, diría posteriormente que el doctor sobrevivió a la caída inicial, pero su cuerpo destrozado y moribundo fue envuelto en una niebla misteriosa que lo asfixió; y un rumor apunta a que su cuerpo fue emparedado en los muros del hospital.
El asilo fue cerrado en 1968, pero sus salas permanecen intactas; llenas de ventanas tapiadas, camas de colchones mohosos y habitaciones que no se han abierto en décadas.

Poveglia hoy.
Interiores del hospital.
La isla sigue siendo usada para labores de agricultura, en particular para el cultivo de viñedos en la industria italiana del vino. Se dice que las viñas que crecen en Poveglia son particularmente deliciosas, y que esto se debe a que las cenizas humanas en la tierra añaden nutrientes especiales a las plantas.
Quienes han visitado (o habitado) la isla desde el cierre del hospital narran toda clase de historias que van desde lo curioso hasta lo aterrador. Por ejemplo, una persona que vivió en la isla a finales de 1960 abandonó el lugar repentinamente y sin dejar explicaciones a mitad de la noche, mientras que una familia rica que planeaba construir en ella un hogar para veranear decidió cancelar cualquier plan que tuvieran a raíz de una visita a Poveglia.
La historia oficial indica que la familia se negó de último momento gracias a una investigación sobre la historia de la isla; pero los rumores indican que durante su visita, la hija mayor de la familia fue atacada por algo invisible que le desgarró el rostro.

Quienes visitan la isla coinciden en una cosa: que la atmósfera es pesada y tiene una sensación constante de estar siendo observado. Inclusive se sabe de exploradores urbanos, agentes policiales, turistas y cazafantasmas que al poner un pie en la isla caen presa de un incontrolable deseo de salir de ahí a como dé lugar.
Los pescadores que tienen el valor de acercarse a la isla para atrapar crustáceos y peces de aguas poco profundas han reportado que escuchan a veces llantos y gemidos que provienen de las instalaciones abandonadas de la isla; en especial de la torre.
Hay historias de que una voz espectral le susurra a las personas que se vayan de la isla y jamás regresen, mientras que los pasajeros de embarcaciones pesqueras y turísticas coinciden en que se pueden ver sombras moviéndose en el interior de la antigua clínica. Los psíquicos que han visitado Poveglia describen en particular a una presencia maligna, feroz y que se alimenta del sufrimiento producido por los siglos de abusos y carnicerías; e inclusive se han visto obligados a huir por la abrumadora energía malévola de dicho ser.

Zak Bagan y la entidad.
La entidad es a veces descrita como un doctor de la plaga.
La supuesta entidad (o entidades) que habita en Poveglia es extremadamente agresiva, y los reportes de golpes, arañazos o el ser empujado por manos invisibles son bastante comunes; al grado de llegar a ser brutales en ciertas ocasiones.
Pero de estos el más famoso es aquél que sufrieron los miembros del show "Ghost Adventures" en el año 2009. El equipo, que viajó con el presentador Zak Bagan decidió pasar un día entero en Poveglia y ver qué podrían hallar.
A diferencia de sus investigaciones en otros sitios embrujados, lo que hallaron en Poveglia superó por mucho sus expectativas. Desde un inicio, el equipo electrónico de Ghost Adventures comenzó a registrar fallos; rebasando cualquier medida obtenida en experiencias anteriores.
Pero no fue hasta que Bagan comenzó a patrullar la isla pidiendo que los espíritus se manifestaran, que las cosas se salieron de control. Algo invisible parece atacar a Bagan y a intentar poseerlo; y en la grabación puede verse al hombre forcejeando violentamente con algo por espacio de varios minutos. 

jueves, 26 de mayo de 2016

La nave fantasma de Northumberland.

El estrecho de Northumberland es un cuerpo de agua que separa la Isla Prince Edward de Nueva Brunswick y Nueva Escocia, y es conocido por las corrientes turbulentas en él; mismas que han ocasionado una infinidad de accidentes desde hace cientos de años.
Puede que el gran número de desastres náuticos sea el culpable de que desde hace más de dos siglos los pobladores de Prince Edward y las costas colindantes digan haber visto la aparición de una goleta fantasmal que cruza las aguas por las noches. A esta embarcación espectral se le ha conocido como la Nave Fantasma del estrecho de Northumberland.

Descripción.
Se le describe como una hermosa goleta de tres mástiles con velas blancas, todas ellas envueltas en llamas como si el vehículo hubiese sufrido un accidente. Las apariciones pueden ocurrir en cualquier época del año, pero tienden a darse más entre los meses de Septiembre a Noviembre.  También aumentan en épocas de vientos fuertes, y de acuerdo a la leyenda la aparición de la goleta tiende a presagiar una tormenta.

Los reportes.
La goleta ha sido vista desde 1786, por grandes grupos de personas en ambos lados del estrecho. Todos coinciden que la nave siempre aparece quemándose y que el número de mástiles tiende a variar entre tres y cuatro.
Uno de los primeros reportes reza así:

"Vi la silueta de la nave y esperé por veinte minutos hasta que se desvaneció. Había escuchado mucho de la nave fantasma, así que llegué a la conclusión de que debía ser ella. Mi hermana, que visitaba a unas amistades cerca de donde me encontraba, dijo haber visto la misma cosa esa noche."

En el año de 1950, un grupo de marinos que se encontraban en la bahía de Charlottetown vieron el barco en llamas a la distancia, y pensando que se trataba de un accidente, subieron a un bote de remos para intentar rescatar a la tripulación. De camino a la nave esta pareció hundirse o desaparecer, lo que los llevó a buscar ayuda para realizar una búsqueda con buzos. Estos sin embargo, jamás hallaron rastros del barco hundido o sus tripulantes en el fondo del estrecho.
Un poblador de Prince Edward vio la nave de cerca al poco tiempo de eso, mientras se encontraba en la costa con un amigo durante una noche fría:

"Bajó su velocidad al acercarse a la orilla. Le pregunté a Fred si era alguien que conocía, y él dijo que no. Subimos al segundo nivel de la casa para ver quienes eran, pero no encontramos a nadie. No puedo recordar exactamente qué tan grande era, pero pasaron cerca de diez minutos cuando finalmente se detuvo de lleno a unos veinte metros de la orilla y vi que había humo saliendo de la cubierta.
Un montón de personas salieron de los compartimientos de la nave, y un incendio se desató en la cubierta. Las llamas crecieron y los hombres empezaron a trepar por los mástiles para escapar. Estaban más o menos a la mitad cuando las velas se encendieron, todas al mismo tiempo; y fue ahí que ya no pude ver a los hombres, porque el fuego y el humo me lo impidieron.
Nos quedamos ahí hasta que el fuego se apagó y los mástiles deshechos se cayeron sobre la cubierta. Para entonces no quedaba más que el casco, que se hundió gradualmente hasta desaparecer bajo las aguas."

El más reciente avistamiento ocurrió a mediados del 2008, cuando un joven de 17 años llamado Mathieu Giguere vio una nave blanca y brillante flotando en el estrecho. En ciertas ocasiones se dice que la nave es acompañada por sonidos de disparos de armas de fuego y cañonazos, así como una bola de fuego que flota sobre la goleta.

El fenómeno de Northumberland.
En 1905, el científico William Francis Ganong propuso que la supuesta nave puede ser explicada como un fenómeno natural, en el cual los reflejos de la luna pueden interpretarse gracias a las olas como una ilusión. Otra posibilidad es que la nave no sea más que un banco de niebla que refleja la luz de la luna.

domingo, 22 de mayo de 2016

El extraño caso del Señor Raro.

Retrato hecho a partir de descripciones de testigos.
La historia de la entidad conocida como "El Señor Raro" puede ser poco conocida en relación a otras extrañas criaturas que, de acuerdo a la mitología y los reportes apócrifos encontrados en la internet, rondan por las noches en varios lugares del mundo.
Pero este ser en específico ha sido rastreado exhaustivamente por un criptozoólogo cuyos hallazgos pueden ser encontrados en lo más profundo de la Deep Web y algunos de los "chans" más difíciles de acceder; resulta inclusive más perturbador que el mismo Slender Man o las abominaciones que pululan en los pasillos de la fundación SCP.

El primer reporte de la aparición de este ser, del "Señor Raro" tuvo lugar en 1969, cuando un grupo de amigos que acampaban en un popular parque nacional de Estados Unidos dijeron haber sido despertados en la noche por una pavorosa aparición: Lo que parecía ser la cabeza de un hombre calvo unida a un cuello imposiblemente largo, que se introducía lentamente a la tienda de campaña como si fuese una serpiente.
Los campistas se aterraron y sus gritos hicieron huir a la criatura, que desapareció entre los árboles del parque. 

Pero el encuentro no quedó ahí. Otros campistas en el parque han tenido encuentros similares, e inclusive un hombre dice que la criatura le mordió la pierna derecha; la cual mostraba rasgos de haber sido desgarrada, lo que los médicos locales achacaron a un oso, un lobo o un puma.
Los encuentros co el "Señor Raro" parecieron terminar a mediados de la década de 1970, pero hasta el día de hoy los campistas y excursionistas dicen sentirse observados al estar en los caminos del bosque; como si una presencia invisible los acechara desde los árboles.

En 1986, una ciudad del Medio Oeste norteamericano comenzó a sufrir un pánico moral cuando varias personas dijeron haber sido atacadas durante la noche por la cabeza de un hombre pegada a un cuello de serpiente, y que jamás podían ver alguna otra parte del cuerpo que no fuera la cabeza o el cuello aparentemente infinito.
Aquí existe una discrepancia en la historia, pues algunos reportan que el ser es gigantesco, mientras que otros dicen que apenas es más grande que un humano.
Estos ataques citadinos son decididamente más violentos que los ocurridos a finales de 1960 y la década de 1970, con la gente culpando al "Señor Raro" por la desaparición de mascotas y niños, culminando en un caso en el cual un hombre fue sentenciado por asesinar a su familia entera, a lo que defendía que lo hizo porque "estaban siendo devorados por un hombre serpiente".
A raíz de esto, un grupo de vigilantes decidió patrullar las calles, e incluso se dice que lograron matar al ser; aunque jamás se halló cuerpo alguno.

La historia del "Señor Raro" volvió a resurgir a finales de 1990, cuando varios reportes extraños surgieron en diversos lugares del mundo. Se decía que la gente era atacada por un ser sobrenatural capaz de emerger a través de pantallas de televisión, monitores de computadora e incluso bajo la cama de una víctima.
De nuevo, los relatos decían que se trataba de un hombre calvo (o la cabeza de este) unida a un cuello largo, y con el resto del cuerpo invisible o sencillamente fuera de la vista gracias a la longitud del cuello.
Hasta el día de hoy, nadie sabe si esta entidad es un espectro, alienígena o demonio. Pero si algo es seguro, es que aún se encuentra libre y puede aparecer en cualquier lugar, en cualquier momento.

lunes, 16 de mayo de 2016

Genius loci

Hay cosas que habitan más allá de las luces de la calle.
Cosas extrañas. 
Monstruos de madera torcida. De carne putrefacta y odio.
Se alimentan de nosotros, porque somos su presa... no somos más que criaturas pequeñas que se arrastran, bolsas de sangre y hueso listas para ser comidas con gusto.
Pero tienen un punto débil. Le temen al fuego, a la luz que hemos creado. A esa herencia como parte de la humanidad... hemos creado el hierro a partir de la piedra. Domado el fuego, el rayo y el agua para servir a nuestras ciudades. Incluso convertimos a los lobos en nuestros más fieles amigos. Criamos muros para mantener a las pesadillas lejos de nosotros.
Nuestros muros crecieron más y más gruesos, y ya no eran de piedra, lodo y madera. Eran amplias telarañas de luz y sonido, fuerzas invisibles que cubrieron todo el planeta e hicieron huir a las pesadillas; obligándolas a esconderse en las sombras de las montañas, bosques y océanos.
Pero no desarrolles una falsa seguridad.
Porque siguen ahí afuera.
Esperando. Hambrientas.
Algunas tienen tanta hambre que se atreven a atacar los muros, a ocultarse fuera de la luz y acechar a los desafortunados que caminan en los callejones oscuros.
Otros son lo suficientemente temerarios para salir al descubierto y recordarnos que allá afuera hay cosas más peligrosas que nosotros. 
Antes teníamos campeones para defendernos. Héroes legendarios que armados con la esperanza y la luz, mataban a los dragones y demonios que aún rondaban por el mundo. Pero ahora somos una raza de pensadores, no de guerreros; y ya no hay campeones entre nosotros.
Ninguno más que nuestros muros.

¿Recuerdas porqué tenías juguetes cuando eras niño?
Los abrazabas, los adorabas y todas las noches ibas a dormir rodeado de ellos. Te escondías entre ellos. Porque eran tu defensa, una manera de asegurarte que los monstruos de tu armario y los fantasmas de debajo de la cama no te atraparan. Los juguetes peleaban ferozmente por tí, porque te amaban. Y los monstruos siempre eran derrotados para que pudieras dormir tranquilo.
Aunque naturalmente, los abandonaste. Te hiciste demasiado maduro para esas cosas infantiles, y te hiciste a la idea de que no había monstruos en el armario. 
Pero estás equivocado.
Los monstruos están allá afuera. Esperan por tí más allá del alcance de las luces de tu calle. Y saben que no tienes más tótems, ángeles guardianes o amigos imaginarios que te protejan.
Pero de todos modos, de alguna manera sabes que todo estará bien. Siempre tienes esa sensación de que alguien mira por sobre tu hombro con bondad, mantiene los caminos seguros, te defiende del mal y mantiene el mundo girando como debe ser.
Confías en tu ciudad. En lo que representa. Justo como confiabas en tus juguetes y amigos imaginarios. 
Porque al igual que los juguetes, la ciudad te ama.
Y va a pelear por tí.

En la mitología romana un genius loci es el espíritu protector de un lugar, frecuentemente representado como una serpiente. Literalmente significa el espíritu de la casa en el folclore eslavo. En la actualidad, este término se refiere generalmente a los aspectos característicos o distintivos de un lugar y no necesariamente a un espíritu guardián.

La enfermera de Ciudad Satélite.

Lo siguiente ocurrió hace años en Ciudad Satélite, una zona al norte de la Ciudad de México.
Transcurrían poco más de las once de la noche cuando un taxista descargó a su pasaje en Periférico. Sabiendo que aún a esa hora de la noche, el tráfico en tal arteria vial podía tornarse lento gracias a los camiones de carga provenientes de las zonas industriales de Cuautitlán y Tultitlán, el conductor decidió tomar un atajo por calles pequeñas en paralelo a Periférico.
Encendió la radio para hacerse compañía, y no llevaba mucho en su trayecto de vuelta al Distrito Federal cuando pasó frente a una clínica del Seguro Social. Al transitar frente al hospital, vio a una joven enfermera sobre la banqueta, la cual alzaba la mano en alto para hacerle la parada.
Siendo temprano en su jornada laboral y no queriendo desperdiciar un cliente, se detuvo para que la joven abordara. De inmediato notó que parecía muy nerviosa cuando le indicó que por favor la llevara a la estación de metro más cercana; la del Toreo de Cuatro Caminos. El taxista no era asiduo a conversar con el pasaje, así que no quiso hacerle plática para saber a qué se debía su aspecto nervioso.
Todo parecía ir bien hasta que, al llegar a una zona conocida por sus puentes viales, la enfermera repentinamente abrió una portezuela y se arrojó del auto en movimiento. El taxista frenó de golpe para ver qué había ocurrido, pero antes de que pudiera bajar del auto fue embestido por otro vehículo que venía detrás de él y no pudo frenar a tiempo.

Consternado por su pasajera, el taxista le preguntó al conductor del segundo automóvil sobre si había visto qué pasó con la joven que venía sentada atrás; a lo que este le comentó que sí, había visto que la puerta se abrió de golpe pero que nadie bajó del auto.
Ambos hombres buscaron a la enfermera por el paraje bajo el puente, pero no dieron con ella. Asustados, esperaron a que los representantes del seguro llegaran y arreglaran todos los trámites por el choque. Una vez resuelto el problema, el atemorizado taxista decidió terminar ahí la jornada y volver a casa para intentar descansar, no sin dejar de pensar en lo ocurrido y si había visto un fantasma.
Estaba por llegar al Toreo de Cuatro Caminos, cuando volteó al retrovisor y se encontró con que un rostro familiar lo observaba desde el asiento trasero.

"Aquí me bajo, joven." Dijo la enfermera con voz rasposa y hueca. El taxista entró en pánico por ver a la vaporosa aparición con el rostro manchado de sangre y una grotesca sonrisa.

El impacto lo hizo desmayarse. Al día siguiente, llegó a reportarse en el sitio de taxis en que trabajaba, todavía perturbado por la experiencia de la noche anterior. Al contar lo ocurrido, sus compañeros intercambiaron miradas, y uno de ellos le dijo con una sonrisa cálida: "Ni modo, mano... otro más que lleva a la enfermera."

Hasta el día de hoy, los taxistas que usualmente transitan por Ciudad Satélite y en particular frente a esa clínica, evitan levantar enfermeras después del anochecer por temor a encontrarse con el misterioso espectro.