A lo largo de varias generaciones, los pobladores del condado Pike en Ohio han narrado historias sobre la posible existencia de un "cementerio" de lobos grises en el área, el cual es protegido por un gigantesco lobo espectral llamado Viejo Raridan.
Cuando los primeros colonos americanos se establecieron en el valle del río Ohio, se encontraron no solo con el problema que suponían las tribus nativas que ya habitaban el lugar; si no con que la población de lobos era numerosa, y los animales tendían a atacar al ganado. Con el tiempo, los granjeros decidieron tomar cartas en el asunto y comenzaron a exterminar a los lobos, llevándolos casi al borde de la extinción.
Pero de todos estos, el más famoso era un lobo inteligente, de gran tamaño y ferocidad; el cual era conocido como el Viejo Raridan. Los granjeros jamás pudieron acorralar a la majestuosa bestia, sin importar las trampas o planes que elaboraran. A lo largo de los años, la masacre de lobos grises continuó hasta que solo quedaron dos: el Viejo Raridan y su hembra.
El hecho de que el Viejo Raridan era casi imposible de matar trajo fuertes rumores de que el lobo era un ser sobrenatural o satánico, llevando a los ministros y predicadores locales a orar por su muerte. Al menos hasta que un día, un grupo de cazadores logró acorralar a la hembra del Viejo Raridan en la base de una colina llamada Big Rock. Todos abrieron fuego y la loba cayó al suelo, agonizando Pero justo cuando los cazadores se preparaban para soltar a sus perros y dejar que estos se hicieran cargo de la criatura, un aullido hizo eco entre los bosques.
En espacio de un segundo, el Viejo Raridan saltó frente a los perros y comenzó a pelear con ellos. Los cazadores, viendo su oportunidad después de varios años, acribillaron al misterioso lobo. Pero pese a las heridas y pérdida de sangre, el Viejo Raridan continuó defendiendo a su hembra; obligando a los cazadores a llamar a sus perros y retirarse.
Con la batalla concluida, los cazadores se mantuvieron a una distancia segura mientras el Viejo Raridan, herido y sangrando profusamente; arrastraba el cuerpo de su hembra a la cima de Big Rock. Una vez ahí, el lobo soltó un aullido estremecedor y cayó muerto junto a su hembra. Entonces todo se calmó como si nada hubiese pasado.
Pero la leyenda del Viejo Raridan no quedó ahí. Hasta nuestros días, la gente de Pike County jura que en ciertas noches oscuras y sin luna, los bosques cercanos a Big Rock se estremecen con el aullar de un lobo. Se dice también, que si una persona se acerca a la cima de Big Rock, se encontrará cara a cara con el fantasma del Viejo Raridan; todavía montando guardia en el sitio donde descansan cientos de sus hermanos.
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