Pier Fortunato Zanfretta.
El tercer encuentro.
El 30 de julio de 1979, Zanfretta patrullaba el área residencial de Quarto, en Genova; cuando se desvaneció de nuevo. Fue hallado una hora más tarde, cerca de la cima del Monte Fasce, y debe mencionarse que los habitantes locales dijeron no haber visto al guardia o a su motocicleta ascendiendo hacia la cima de la montaña.
Esta vez, se le condujo una regresión hipnótica en el Centro Internacional de Hipnosis Médica y Psicológica en Milán, donde también se le inyectó pentotal sódico. Bajo el "suero de la verdad", Zanfretta dijo que había sido levitado por una nave alienígena que emitía una misteriosa luz verde.
Tras el procedimiento, el psicólogo en jefe, el Profesor Marco Marchesan; confirmó que "ningún ser humano puede mentir una vez que está bajo tratamiento de Pentotal. Así que es verdad que Zanfretta tuviese estos encuentros."
El cuarto encuentro.
El 2 de diciembre de 1979, Zanfretta desapareció por cuarta ocasión, esta vez mientras conducía por los suburbios de Génova. Sin embargo, no fue el único afectado por un encuentro con lo inexplicable.
Horas después de que se reportara como desaparecido, un equipo de cuatro guardias de seguridad que lo buscaban en las colinas de Génova; dijeron haber visto un objeto extraño en forma de nube que flotaba sobre ellos. Repentinamente, dos rayos de luz salieron de la "nube" y golpearon a los dos autos en que viajaban.
Los motores de los vehículos se apagaron y los guardias, asustados pero a la vez curiosos; salieron de ellos para observar al OVNI con más detenimiento. Aparentemente, el comandante Cassiba se encontró tan aterrado que disparó su arma contra el objeto en varias ocasiones; lo que supuestamente ahuyentó al OVNI.
Otro guardia, Germano Zanardi, quedó traumatizado a tal grado que fue incapaz de recuperar su estabilidad mental y meses después del encuentro se disparó a la cabeza.
Los alienígenas eran altos, calvos y con cabeza en forma de huevo.
El caso tomó un rumbo mucho más extraño, pues al día siguiente, Zanfretta se hallaba en una gasolinería llenando el tanque de su patrulla, cuando fue contactado por un ser que se ocultaba entre las sombras del edificio.
Lo describió como un humanoide alto, de cabeza calva y en forma de "huevo"; y que vestía en un traje cubierto por placas de metal. Sorprendentemente, el encuentro de Zanfretta con este ser no fue el primero, pues el autor de "The Mothman Prophecies", John Keel; fue el primero en catalogar a estas entidades en el libro "La Guía Completa a los Seres Misteriosos".
Keel denominó a este ser como "El Hombre Sonriente", y lo asociaba con el fenómeno ufológico de los Hombres de Negro.
El primer encuentro con "El Hombre Sonriente" tuvo lugar en 1966, cuando dos niños encontraron al ser en un tramo desolado a pocos metros de la caseta de la autopista Nueva Jersey; pero quizás el ejemplo más conocido de este fenómeno es el de Indrid Cold, una persona o ser que aterrorizó a los testigos del Hombre Polilla en Point Pleasant, Virginia, durante ese año.
Zanfretta dijo que el ser se comunicó telepáticamente con el ser, que lo condujo a una nave espacial llena de los alienígenas reptilianos de su primer encuentro. De acuerdo al guardia, en la nave había grandes cilindros transparentes llenos de un líquido azul, y en uno de ellos se hallaba un ser de apariencia similar a una rana que los alienígenas describieron como "un enemigo suyo de otro planeta."
En otros cilindros se hallaban un ser similar a un ave de gran tamaño y una figura humanoide que parecía un cavernícola. Después, estos seres intentaron darle una esfera transparente que de acuerdo con ellos, les permitiría comprender quienes eran y como vivían; pero Zanfretta se rehusó y dijo que solo quería volver a su vida normal.
Los alienígenas insistieron que aceptara, informándole que debía darle la esfera a un científico cuyo nombre no había escuchado antes; un americano conocido como J. Allen Hynek. Zanfretta sin embargo, dijo que escondió el objeto en lugar de entregarlo al fallecido Hynek.
Zanfretta bajo tratamiento hipnótico.
El guardia desapareció de nuevo el 14 de febrero de 1980, y fue hallado horas después en estado de shock y sufriendo de hipotermia. Un aldeano que vivía cerca explicó que unos minutos antes de que llegaran los equipos de rescate, pudo ver una gigantesca masa de luz en el cielo.
Al ser hipnotizado días después por el doctor Moretti, Zanfretta se mostró poco cooperativo. Al estar bajo hipnosis, dijo que estaba contactando a los aliens y habló en un lenguaje desconocido. Su voz se tornó gutural y balbuceaba frases crípticas como: "Pregunta con respuesta negativa... no puedes descifrar algo en este caso. Creer o no creer no significa nada. Cada cosa a su tiempo."
Hasta este día, el caso de Pier Fortunato Zanfretta permanece como uno de los encuentros más famosos y vívidos en la historia de la ufología. Pero tan espeluznante como se oye, es una advertencia que emitió a los aliens y que quizás podría dar una clara idea de las intenciones amigables de los visitantes:
"Sé que quieren venir más frecuentemente... pero no, no pueden venir a la tierra. La gente les tendrá miedo. No podrán ser nuestros amigos."
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