domingo, 11 de octubre de 2015

Los fantasmas de Gettysburg.

La batalla de Gettysburg.
Corría el verano de 1864 cuando la guerra civil americana rugía a su máximo y la victoria se encontraba en el horizonte para la Confederación, en especial tras una racha de victorias en el este. Robert E. Lee, confiado luego de ganar las batallas de Fredericksburg y Chancellorsville; le pidió al presidente Davis que retomaran el esfuerzo de invadir el norte.
Al hacer esto, llevarían la lucha lejos de la capital en Richmond y permitiría que los soldados confederados reabastecieran sus líneas de provisiones. Así pues, Lee comenzó a avanzar hacia el norte el 3 de junio, marchando por el valle de Shenandoah en dirección al norte de Virginia; pero el norte ya presentía que ocurriría algo con las fuerzas confederadas, y comenzó a movilizar a sus tropas hacia el sur.
El 30 de junio, las fuerzas rivales se encontraron en Gettysburg, un pequeño pueblo de Pennsylvania con poco menos de 2500 habitantes en ese entonces. La lucha se extendió por tres días, no solo por las colinas y bosques de las afueras; si no en las mismas calles de Gettysburg. Al final de esas 72 horas, la batalla de Gettysburg finalizó, y el tercer día pasó a la historia como el más sangriento de la guerra civil; pues casi una tercera parte de los hombres involucrados fallecieron durante la lucha.
El 4 de julio, Robert E. Lee se vio obligado a capitular. Su invasión del norte había fracasado: se encontraba lejos de las líneas de provisiones y además de ya no tener municiones, la Confederación no podía reunir los números suficientes para reemplazar las casi 28,000 bajas de la batalla. Esa tarde, Lee comenzó su retirada de Virginia, pero la reconstrucción de Gettysburg estaba lejos de terminar.

Las calles estaban cubiertas de cadáveres que ya comenzaban a apestar bajo el sol del verano en Pennsylvania. Los pobladores se quedaron con la extenuante labor de atender a los heridos, por lo que casas, negocios e iglesias se transformaron en hospitales de campo.
Un oficial del ejército federal describió la escena de la siguiente manera: "Cadáveres, hinchados al doble de su tamaño. Más bien, estallados. Cadáveres humanos recargados contra una reja, con los brazos extendidos al cielo y con horribles rostros de miradas fijas..."
Por todas las dantescas escenas transcurridas ese día, no debería ser extraño pensar que los espíritus de aquellos miles de muertos permanecen hasta el día de hoy en los edificios, campos de batalla y bosques de Gettysburg.

El perfume.
La calle principal de Gettysburg en 1863.
El primer reporte de fantasmas es aquél producido por un "olor fantasmal", el cual es particularmente fuerte en las calles principales de la ciudad. La historia dice que a las mujeres de la ciudad solo se les permitía caminar por las calles luego de las batallas si usaban un trapo de cocina impregnado de perfume, esto con el fin de no oler la peste producida por los cadáveres y la sangre.
En ciertos lugares todavía pueden percibirse estos aromas a canela, vainilla y flores durante altas horas de la noche.

Los fantasmas de la Universidad Gettysburg.
La universidad Gettysburg.
Durante la batalla de Gettysburg, la universidad local fue uno de los principales sitios de lucha en la ciudad. En aquel entonces, solo consistía de tres edificios de ladrillo que fueron convertidos en un refugio y hospital de campo para los heridos.
La sala Pennsylvania, un gran edificio que sirvió como dormitorio para estudiantes durante Gettysburg, fue capturado por los confederados para ser usado como cuartel por Robert E. Lee. Se dice que en sus salas y pasillos se pueden ver soldados dando rondas durante la noche.
Hay reportes de gente de sombras, gritos y lamentos; pero la historia más conocida fue aquella recopilada por el escritor Mark Nesbitt. En ella, dos administrativos del colegio se encontraban trabajando una noche en el cuarto piso del edificio, y a la hora de irse decidieron tomar el elevador para llegar a la planta baja.
Siu embargo, en lugar de llevarlos a su destino elegido; el elevador pasó de largo y llegó al sótano. Al abrirse las puertas, los hombres se quedaron helados: en lugar de una bodega, se encontraron con una sala de operaciones tal y como debía haber sido en 1863. Hombres heridos yacían sobre planchas y mesas, mientras que doctores y enfermeras manchados de sangre caminaban apresuradamente entre ellos.
Aterrorizados, intentaron presionar el botón del elevador para escapar de ahí. Justo antes de que las puertas se cerraran, una enfermera fantasmal los miró con expresión de súplica. 

Los espectros del campo de batalla.
Soldados muertos en el tercer día de la batalla.
Quizás el aspecto más famoso, y la fuente de todas las historias e incidentes sobrenaturales de Gettysburg es aquel asociado con el campo de batalla. A lo largo del campo hay un gran número de residencias que hoy pertenecen al Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos y que están embrujadas; ya que la mayoría fueron convertidas en hospitales durante la lucha.
El primer lugar que debe mencionarse es una pequeña casa llamada la "Casa de George Werket"; donde se habla de una puerta en el segundo piso que jamás se puede cerrar. También se habla de alguien o algo que camina de lado a lado en el ático, como si una persona estuviese preocupada o nerviosa por algo.

La "Casa Hummelbaugh" está embrujada por el brigadier confederado William Barksdale, cuyos escalofriantes gritos aún pueden escucharse durante la noche. Antes de morir, fue visto tendido frente a la casa, don de un muchacho le daba agua con una cuchara. Barksdale supuestamente sigue gritando por las noches, pidiendo agua a un muchacho que hace muchos años pasó a mejor vida.
De Barskdale se dice también que cuando su esposa viajó a Gettysburg para recuperar los restos de su esposo y llevarlos a ser enterrados en Mississippi, iba acompañada por el perro de cacería favorita del viejo soldado. Cuando el animal estuvo frente a la tumba de su amo, se tiró al piso y comenzó a aullar durante toda la noche. 
Al día siguiente, pese a todos los intentos de la señora Barksdale de retirar al animal de la tumba, éste se rehusó y continuó en el lugar aún cuando los restos del soldado ya habían sido extraídos para ser enviados a Mississippi. Para quienes vivían cerca del cementerio, el perro se transformó en una imagen cotidiana durante los días siguientes; y muchos intentaron ofrecerle alimentos y agua sin éxito alguno. Al poco tiempo, el animal murió de sed y fue encontrado tendido sobre el sitio donde su amo fue enterrado por primera vez.
Con el tiempo, comenzó a circular la historia de que el perro fantasma aún aparecía en la granja Hummelbaugh, y que cada 2 de julio se puede escuchar un desgarrador aullido durante la noche, como si el perro fiel a Barksdale esperase todavía después de la muerte.

La "Granja Rose" es otro sitio que luego de la guerra fue convertido en un cementerio. Cientos de soldados de ambos bandos fueron enterrados cerca de la propiedad, aunque fueron exhumados durante noviembre de 1863 para ser enterrados en Arlington. De acuerdo con el autor Mark Nesbitt, una de los habitantes de la granja se volvió loca durante el proceso de exhumación luego de ver sangre escurriendo de las paredes de la casa.
En la década de 1930, los Cuerpos de Conservación Civil encontraron el diario de un trabajador de la granja Rose. El hombre volvía a su centro de trabajo unas semanas después de la batalla. Anochecía y dijo haber visto una extraña figura brillante cerca de las tumbas de los soldados caídos.

En adición a estas residencias, hay cientos de apariciones diversas en el campo de batalla: soldados fantasmas marchando en formación, jinetes que cabalgan por las noches y el ruido de la lucha en sitios como el prado donde tuvo lugar la carga de Pickett, las colinas de Little Round Top, Peach Orchard, Wheatfield y en especial el Cubil del Diablo.

El misterio del Cubil del Diablo.
El cubil del diablo.
El Cubil del Diablo es una formación rocosa donde tuvo lugar una terrible batalla durante el segundo día de la lucha en Gettysburg. Pero su reputación como un lugar extraño y sobrenatural tiene su origen muchos años atrás.
La zona fue un sitio de caza para los nativos americanos por siglos, y en ella se libró una guerra conocida como "la batalla de los Cuervos", donde muchos hombres perecieron. En 1880, el escritor Emmanuel Bushman realizó un reportaje donde hablaba de los sucesos paranormales y terroríficos que ocurrían en ella. Habló de que los primeros pobladores veían fantasmas indios, escuchaban el sonido de tambores por la noche e inclusive llegaron a ver bizarras ceremonias indias teniendo lugar entre las rocas.
Bushman escribió sobre que podría haber existido una tribu que habitó el sitio del Cubil del Diablo, y que creía que las rocas podrían haber sido alguna vez parte de una pirámide colosal la cual fue destruida por una fuerza irresistible. 
El nombre del lugar sigue siendo un misterio, aunque muchos creen que se debe a que la cueva siempre ha estado infestada por serpientes, y que el "Diablo" al que hace referencia el nombre no era más que una serpiente gigantesca que tardó muchos años en ser capturada.
Durante la guerra, el lugar se convirtió en una carnicería. Los cuerpos de los soldados confederados y de la Unión que quedaron ahí tirados durante la captura de ese sitio estratégico, tapizaban las rocas y los huecos entre estas; lo que llevó a que el sitio fuese renombrado como "el matadero".
Los confederados lograron capturar el cubil del Diablo, pero muchos de ellos se arrepintieron durante esa noche, pues al ordenárseles montar guardia; se encontraron con que el sitio era macabro y perturbador, como si algo además de los cuerpos de sus enemigos y compañeros, estuviese rondando por ahí.
Nadie sabe cuantos días los cuerpos del Cubil permanecieron sin enterrar, aunque se especula que algunos solo pudieron ser recuperados luego de semanas, y unos cuantos más simplemente fueron arrojados a las profundas grietas entre las rocas.
Tras la batalla de Gettysburg, no pasó demasiado tiempo antes de que las apariciones fantasmales comenzaran. La leyenda local narra que pocos meses después del final de la guerra civil, dos cazadores se perdieron en los bosques cerca del risco. Llevaban un rato dando vueltas en círculos cuando pudieron divisar la figura de un hombre de pie sobre las rocas; el cual les hizo señas con las manos para informarles a donde debían ir y después desapareció.

A comienzos de 1970, una mujer fue a la oficina del Servicio Nacional de Parques para pedir información sobre los supuestos fantasmas del campo de batalla. Los guardias del campo se apresuraron a preguntarle que porqué tanta insistencia, a lo que la mujer les contó que esa mañana había salido al prado para fotografiar los alrededores y que detuvo su auto cerca del Cubil. Mientras tomaba fotografías, tuvo la sensación extraña de que alguien estaba de pie a su lado.
Al voltear, se encontró con un hombre que describió como "un hippie", con largo cabello sucio, ropas rotas, un sombrero de paja y que no usaba zapatos. El hombre la miró y le dijo: "Lo que buscas está por ahí", y señaló hacia el Cubil. La mujer se dio la vuelta para ver de qué hablaba el vagabundo, y al voltear para preguntarle a qué se refería; el hombre ya había desaparecido.
Un mes más tarde, el mismo guardia forestal que escuchó el relato, fue visitado por otro fotógrafo que vino y le preguntó sobre fantasmas. De nuevo la historia del "hippie", lo que llevó al guardia a preguntarse quién sería ese fantasma.
Al investigar, se encontró con registros de un grupo de soldados que coincidía con la descripción dada por los fotógrafos. Durante la guerra, muchos soldados confederados en el Cubil eran soldados de Texas; que al vivir en la frontera más alejada de la civilización en ese entonces, no recibían tantas provisiones como los soldados de sitios cercanos, y por ello los "Wild Boys" se veían como vagabundos en el campo de batalla.
El fantasma ha sido visto varias veces desde entonces, y muchas personas que lo confunden con un actor en una representación de la guerra civil; se han tomado fotografías con él. Todos aquellos que lo han fotografiado llegan a casa y se encuentran con que al revelar el rollo, el hombre jamás aparece en las imágenes.
También se habla de jinetes que aparecen saltando entre las rocas, el crujir de las armas de fuego, gritos inexplicables, cánticos de guerra indios y docenas de fotografías con evidencia de actividad sobrenatural.

martes, 6 de octubre de 2015

La leyenda de la novia fantasma.

En el año 2005, Tim Burton estrenó la película conocida como The Corpse Bride ("El Cadáver de la Novia" en Latinoamérica), la cual se basaba en una leyenda rusa de los años 1800s. 
La leyenda de la Novia Fantasma comenzó como una historia de horror durante el siglo XIX en Rusia, cuando el Antisemitismo corría rampante y las jóvenes judías eran usualmente atacadas y asesinadas de camino a sus bodas para prevenir que tuvieran hijos.
Debido a la tradición judía de enterrar a una persona con la ropa que usaba al morir, indudablemente varias de estas chicas fueron enterradas usando sus vestidos de novias manchados de sangre.

"Hace muchos años existía un joven que vivía en una aldea en Rusia. Se iba a casar, así que un amigo y él se prepararon para viajar a la aldea donde vivía su futura novia; a dos días de distancia de su hogar.
La primera noche, decidieron acampar cerca de un río. El futuro novio encontró una ramita que sobresalía del suelo, y que parecía un dedo huesudo y largo. Bromeó con su amigo sobre el extraño dedo que salía de la tierra, y entre juegos y risas tomó el anillo de compromiso que guardaba en su bolsillo y lo puso en la ramita.
Luego hizo una danza judía de matrimonio a su alrededor, dando tres vueltas alrededor de la ramita, recitando sus votos del matrimonio mientras bailaba y el amigo reía. Pero los juegos terminaron abruptamente, cuando la tierra se cimbró y comenzó a temblar bajo sus pies.
En donde se había encontrado la ramita, ahora había un agujero. Y de él salía un cadáver putrefacto. Un muerto viviente  que apenas era un esqueleto del cual colgaban retazos de piel y que vestía con los restos de un viejo vestido de novia. Gusanos y arañas colgaban del velo y el cabello enmarañado en su cráneo.
Los hombres se quedaron paralizados por el miedo.

"Ah." Dijo la novia fantasma con voz espectral. "Hiciste la danza del matrimonio, dijiste tus votos y pusiste el anillo en mi dedo... ahora somos marido y mujer. Y demando mis derechos como tu esposa."

Aterrados por las palabras de la novia fantasma, los jóvenes corrieron hacia la aldea donde la novia del muchacho ya los esperaba para la ceremonia. Corrieron directamente hacia el rabino que oficiaría la ceremonia.

"¡Rabino!" Dijo el joven casi sin aliento. "Tengo una pregunta muy importante. Si por casualidad caminara por el bosque y me encontrara una raíz que pareciera un dedo saliendo de la tierra, y le pusiera una sortija de matrimonio y realizara la danza y los votos... ¿sería una boda real?"

Confundido, el rabino preguntó. "¿Conoces de una situación así?"

"Oh, no. No. Por supuesto que no. Es una pregunta hipotética."

Acariciando su larga barba en señal de meditación, el rabino dijo: "Déjame pensar".

Pero entonces, la puerta de la sinagoga se abrió de golpe por una ráfaga de viento helado y la novia fantasma entró al lugar.

"¡Clamo a este hombre como mi esposo! Pues él ha puesto esta sortija en mi dedo y pronunciado los solemnes votos del matrimonio." Bramó, agitando su dedo huesudo en dirección al supuesto novio.

"Este es un asunto muy serio. Debo consultarlo con otros rabinos." Dijo el rabino.

Pronto, todos los rabinos de las aldeas cercanas se reunieron en el templo. Conferenciaron, hablaron y tardaron mientras los jóvenes esperaban su decisión. Afuera, la novia fantasma esperaba, golpeando el piso con un pie esquelético y susurrando una y otra vez: "Quiero celebrar mi noche de bodas. Con mi esposo."

Estas palabras hicieron que cada vello en el cuerpo del joven se erizara, pese a que no hacía frío esa noche. Mientras los rabinos dialogaban sobre tan delicado asunto, la novia humana del muchacho llegó y demandó saber de qué se trataba todo ese escándalo. Cuando el prometido le explicó, la chica comenzó a llorar.

"¡Oh, mi vida está arruinada! ¡Todas mis esperanzas y sueños están destrozados! ¡Nunca me casaré ni tendré familia!"

Entonces los rabinos salieron y uno de ellos preguntó: "¿De verdad pusiste un anillo en el dedo, bailaste y diste los sagrados votos como se debe?"

Los amigos aterrados asintieron al unísono, y los rabinos volvieron hacia el interior de la sinagoga para hablar de nuevo. La novia viva lloraba amargamente, mientras que la novia fantasma ahora se vanagloriaba y alardeaba de su tan esperada noche de bodas.
Después de un corto tiempo, los rabinos salieron marchando solemnemente, se sentaron en círculo y anunciaron:

"Puesto que pusiste la sortija en el dedo de la novia fantasma, bailaste tres veces alrededor de ella y recitaste los votos del matrimonio... hemos determinado que esta es una boda adecuada. Pero también hemos decidido que los muertos no tienen jurisdicción sobre los vivos."

Hubo murmullos y suspiros por todos lados, en especial de la joven novia que respiró aliviada.
La novia fantasma, sin embargo, soltó un gemido desgarrador hacia los cielos.

"¡Ahí va mi última esperanza de una vida! ¡Nunca cumpliré mis sueños! ¡He perdido todo para siempre!" Entonces colapsó en el piso en una imagen patética. Nada más que un montón de viejos huesos envueltos en un vestido roto. Ahí, en el piso. Sin vida.

Sobrecogida con compasión hacia la novia fantasma, la joven novia se arrodilló y reunió el montón de huesos; envolviéndolos en la seda desgarrada y abrazándolos mientras cantaba en voz baja como si estuviese arrullando a un bebé.

"No te preocupes. Yo viviré esos sueños por tí. Viviré esas esperanzas por tí. Tendré esos hijos que tanto querías. Tendré suficientes hijos para las dos, y entonces podrás descansar sabiendo que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos serán cuidados y no te olvidarán."

Amorosamente, cerró los párpados de la novia fantasma y aún cargándola, marchó hacia el río; donde cavó una tumba para los huesos. Luego susurró.

"Descansa en paz. Viviré esos sueños por tí. No te preocupes. No te olvidaremos."

La novia fantasma sonrió llena de felicidad y en paz, como si supiera que podría vivir a través de esta joven mujer. Y la novia la cubrió, envolviéndola en el vestido y enterrándola; para finalmente colocar flores sobre la tierra fresca de la tumba.
Entonces, la novia volvió con su prometido y tuvieron una ceremonia solemne. Vivieron felices por muchos años, y todos sus descendientes supieron la historia de la novia fantasma para que ésta no fuera olvidada, ni tampoco la sabiduría y la compasión que le enseñó a la pareja."

El monstruo del lago Iliamna.

En las aguas del lago Iliamna en Alaska, existe un críptido misterioso cuya leyenda ha perdurado hasta estos días. El monstruo, apodado "Illie", ha sido visto durante décadas y se le atribuyen varias muertes y accidentes misteriosos.
Ha llamado la atención no solo de curiosos y los medios, si no de pescadores profesionales y figuras de la televisión como Jeremy Wade, quien intentó pescar a Illie durante un episodio de su programa "Monstruos de Río". Se dice que mide más de diez metros y tiene fuerza suficiente como para volcar botes y volcarlos; y aunque no hay evidencia física concluyente sobre su existencia, los reportes siguen apilándose hasta la actualidad.

El lago Iliamna.

Locación del lago Iliamna en Alaska.
El lago Iliamna se localiza al suroeste de Alaska, tiene una superficie de 2.622 kilómetros cuadrados y es el lago más grande del estado; así como uno de los más grandes de Estados Unidos. Tiene cerca de 300 metros de profundidad y se localiza a 15 metros sobre el nivel del mar.
Debido a su locación en las tierras salvajes de Alaska, la forma más fácil de llegar a él es por medio de aviones que acuatizan en la superficie durante el verano, fecha en la cual también se puede acceder mediante un viaje en bote a lo largo del río Kyichak.
Hay pocas personas que habitan la región, aunque se sabe que ha sido habitada durante siglos por cazadores, colonos, comerciantes rusos de pieles e inclusive la gente nativa de la tribu Dena'ma.

Los Tlingit y Gonakadet, la Orca Lobo.
Una escultura del Gonakadet.
Los primeros reportes de que algo habita el lago vienen de la tribu Tlingit, quienes narraban historias del "Gonakadet" o "Wasgo"; un gran animal marino con cabeza de lobo y el cuerpo de una orca. Se le consideraba un "dios de los peces" y aparece en imágenes grabadas a lo largo de las costas de Alaska y la Columbia Británica.
Los Aleut, otra tribu esquimal, contaba con leyendas de los "Jig-ik-nak", peces monstruosos que viajaban por las aguas en grupo y atacaban canoas para matar a los guerreros de las tribus. Estas bestias eran temidas y los Aleut se negaban a cazarlas por respeto. Estas leyendas se propagaron a los colonos europeos, que se preguntaban qué rayos eran esas criaturas tan odiadas por los valerosos Aleuts.

Los primeros avistamientos.
Conforme la civilización alcanzó las frías tierras de Alaska y los vuelos llegaron a las aguas del lago Iliamna, muchos pilotos y curiosos atraídos por las leyendas comenzaron a ver grandes peces grises que nadaban cerca de la superficie y se sumergían una vez que las aeronaves se acercaban lo suficiente.
En 1979, el diario Anchorage Daily News ofreció cien mil dólares a quien pudiera probar la existencia de Illie. Hasta el día de hoy, sigue sin cobrarse la recompensa.
Sin embargo, el encuentro más extraño (y cercano) a la bestia fue el que le ocurrió a Chuck Crapuchettes, un misionario que encontró a Illie en dos ocasiones. De acuerdo al religioso, uno de sus amigos intentó pescar al pez usando un cable de acero, ganchos para pescar marlins y tiburones, y carnada consistente de trozos de caribú; los cuales ató al tren de aterrizaje de su hidroplano.
No tenía mucho de que el hombre estaba sentado en la cabina y flotando sobre las aguas, cuando la aeronave se sacudió y algo comenzó a remolcarlo. El hombre cayó del vehículo y nadó frenéticamente hacia la orilla, viendo con terror como algo desconocido jalaba su avión a lo largo del lago.
Cuando por fin se pudo recuperar el hidroplano, Crapuchettes y sus amigos se encontraron con que los cables habían sido arrancados limpiamente.

La identidad de Illie.
Un esturión blanco.
Se cree que Illie podría estar relacionado al Ogopogo del lago Okanagan al sur, en la Columbia Británica; aunque otros descartan dicha teoría al mencionar que el Ogopogo es más bien una serpiente marina que un gran pez.
El biólogo Jeremy Wade sugiere que Illie podría no ser más que un esturión blanco, el cual es nativo de las aguas de Alaska. Esta teoría es apoyada por la Comisión de Pesca de los Estados del Pacífico; quienes explican que además de ser nativo de Alaska, el esturión blanco es el pez más grande de agua dulce en América del Norte, puede llegar a pesar más de una tonelada, medir más de seis metros de largo y vivir cerca de un siglo.
La teoría del esturión como identidad de Illie puede sustentarse en sus hábitos como un pez de agua profunda, aunque pierde cierta validez al saberse que en el lago Iliamna no hay evidencia alguna de una población de esturiones blancos.

lunes, 5 de octubre de 2015

Oolonga Daglalla - El perro grande.

Mucho menos conocido que la Bestia de Bray Road o el Hombre-Perro de Michigan pero igual de perturbador, la leyenda del Oolonga Daglalla o "Long Dog" ("Perro Largo") sigue resonando fuertemente en los bosques, pantanos y praderas del estado de Tennessee.
La historia se origina en 1847 en la ciudad de Knoxville, gracias a un periódico local que escribió sobre el descubrimiento de un cuerpo destrozado, el cual fue hallado cerca de un pantano local. Algo muy grande y peligroso había masticado y desgarrado el cuerpo hasta dejarlo irreconocible. 
Se sugirió a un oso, un puma e inclusive perros salvajes... pero entre los más viejos de la zona surgió un nombre para identificar al culpable: Long Dog.

El encuentro de Piney Flats.
La historia permaneció en el olvido por casi cuarenta años, hasta que en el área de Piney Flats se descubrió una escena similar a la ocurrida en Knoxville décadas atrás. Los cuerpos de un hombre y una mujer fueron hallados en un camino cercano a uno de los pantanos de Piney Flats.
Las víctimas mostraban rasgos de haber sido atacados por perros salvajes, mordidos y desgarrados con zarpas afiladas que inclusive habían dejado marcas en el hueso. Si bien las teorías se centraron en la obra de un psicópata sanguinario y posteriormente en una jauría de perros.
Se convocó a varios cazadores, a quienes se les pagó por cada perro que mataran. Pero de nuevo, el nombre de Long Dog volvió a surgir entre aquellos que recordaban lo ocurrido en Knoxville. 

Oolonga-Daglalla:
Entre los Cherokee de la localidad se hablaba de un mítico espíritu o demonio llamado Oolonga-Daglalla. El nombre se traduce como "espectro de dientes afilados", y se creía que se trataba de un monstruoso canino de las praderas y pantanos que rugía por la noche y odiaba a los humanos.
Oolonga-Daglalla era una fuerza salvaje y malévola, vengativa y depredadora que acechaba y asesina a todo hombre y mujer lo suficientemente desafortunado para cruzar su camino. Según la mitología, el monstruo no era más que un espíritu de la venganza, una encarnación física de la naturaleza y los animales asesinados por los hombres.
El nombre fue modificado por los colonos europeos, y pasó a ser "Long Dog", en especial luego de que fuese visto por jinetes, tramperos y cazadores al poco tiempo de la ocupación de la zona.
Se le describe como la bestia más rápida de la tierra, un cazador frenético que siempre lograba matar a su objetivo. El animal elegía a una persona, y no importaba lo que ésta intentara hacer, lo rápido que se moviera o los métodos que usara para ocultarse... el Long Dog siempre lograba su cometido.
El animal saltaba sobre su presa y las torturaba, cortándolas poco a poco con sus zarpas y lamiendo la sangre que brotaba de estas.
Podía fingir una falta de interés en la presa y permitir que esta escapara... solo para volver a perseguirla y capturarla como juego. Una vez que se hartaba, Long Dog mataba con una mordida en el cuello.
A diferencia de las bestias de la tierra, el Long Dog mataba por el placer de la caza y el derramamiento de sangre. Los Cherokee le temían y evitaban ir al bosque, colocando símbolos sagrados para delimitar un perímetro y mantenerlo alejado de sus comunidades. Cualquiera que sobreviviera al ataque, era expulsado de la tribu para evitar que el Long Dog atacara la aldea; entonces la víctima debía sobrevivir en el bosque por siete días.
Una vez que ese periodo de tiempo pasaba, la persona podía volver sabiendo que el espíritu no volvería a perseguirlos jamás.

La bestia: 
El Oolonga Daglalla
El Long Dog supuestamente mide 1.80 de largo, similar a un gran felino. Es un cuadrúpedo musculoso y ágil, con patas largas, cabeza pequeña y orejas puntiagudas. La boca del Long Dog está repleta de grandes colmillos, y físicamente mezclaba los peores rasgos de un glotón, una pantera y un lobo.
Sus ojos arden con un fulgor ambarino en la oscuridad, como dos carbones. Su aliento huele a azufre y a su paso deja manchas de sangre por todos lados. Tiene el poder de devorar el espíritu y escupir el cuerpo físico hecho pedazos. Se dice que (de manera similar al zombie), las víctimas del Long Dog se levantaban como abominaciones muertas en vida.
La víctima se transformaba en un zombie sanguinario e incontrolable, que atacaba todo a su paso. Los Cherokee llamaban a esto "la esclavitud de la rabia", y se creía que la víctima perdía su humanidad hasta pasar a ser una criatura babeante, cuadrúpeda e incapaz de pensar.

El túnel Sensabaugh: La morada de Long Dog.
El túnel Sensabaugh.
En medio de Tennesee existe un túnel llamado Sensabaugh, por su proximidad al poblado del mismo nombre. Existe la creencia popular de que el túnel está embrujado, se le relaciona con un portal al infierno y más importante aún; con la leyenda de Long Dog.
Su construcción en 1920 estuvo llena de varios desastres irregulares. Los empleados, la mayoría de ellos inmigrantes chinos y europeos; eran tratados en condiciones inhumanas y prácticamente de esclavitud, sufriendo accidentes que eran ignorados por los capataces y la compañía encargada de construir el túnel.
De estos accidentes, por lo menos uno se relaciona con Long Dog. La leyenda cuenta que durante la construcción, los obreros reportaban no solo el sonido de un animal acechando en el bosque, gruñendo y aullando por las noches; si no también un inusual e inexplicable olor a azufre en el aire.
Una vez que la leyenda de Long Dog se diseminó entre los empleados, éstos se negaron a salir del campamento, mientras que otros sencillamente renunciaban. Unos más descartaron la historia como un mito de los nativos, pero aún así... siempre se mantenía una fogata encendida.
Cuando ya el túnel fue acabado y gran parte de los obreros dejó la zona, ocurrió algo imprevisto y que heló la sangre de los trabajadores que se quedaron a finalizar algunos detalles menores. Una mañana, el capataz encargado se encontró con que los obreros que pasaron la noche en el campamento habían sido desmembrados por un animal salvaje.
Asustado, el capataz volvió a la ciudad e informó a sus jefes de lo ocurrido. El Sr. Sensabaugh, escéptico, decidió adjudicarle la masacre a una manada de perros salvajes y ordenó que los cuerpos fueran enterrados en una parte profunda del túnel, la cual a su vez fue sellada con concreto.
Se dice que las víctimas de Long Dog despertaron como zombies al poco tiempo, y que hasta la fecha merodean por las inmediaciones del túnel tras haber escapado de su prisión de concreto. La leyenda urbana dice que estos zombies son los culpables de los extraños acontecimientos del túnel, y que por las noches se puede escucharlos en medio del bosque, gruñendo y gimiendo como animales salvajes.

La tumba de Molly Crenshaw.

Cerca de la ciudad de St. Louis Missouri, en el condado St. Charles; existe una tumba en medio del bosque que nadie se atreve a perturbar, pues las consecuencias podrían resultar fatales.
Por décadas, los estudiantes de la preparatoria Francis Howell han narrado la historia de Molly Crenshaw; una mujer que fue linchada y quemada durante mediados de los 1800s tras ser encontrada culpable por un muy mal año en las cosechas del pueblo. Dependiendo de la versión de la historia, Molly puede ser una mujer de descendencia haitiana o jamaiquina, una esclava liberada o practicante del vudú que era fanática de lanzar maldiciones a sus vecinos por cualquier tontería.
El final de la odiada mujer llegó durante un terrible invierno, cuando los pobladores decidieron culparla tras que las cosechas fallaran por el intenso frío. Crenshaw fue sacada de su casa, golpeada y linchada por una turba iracunda. La mujer, airada y a punto de morir por el daño infligido, lanzó una advertencia.
Cualquiera que tocara su tumba moriría.
Ignorándola, los campesinos se dispusieron a cortarla en pedazos; los cuales fueron enterrados a lo largo del campo para evitar que la bruja pudiese alzarse de entre los muertos para vengarse de la gente del pueblo.
Pero la magia de Molly siguió activa luego de la muerte de esta, pues la leyenda cuenta que por obra de una venganza extraterrenal; las piezas de la bruja se mueven año con año, acercándose poco a poco bajo la tierra como si fuesen gusanos putrefactos. ¿Y la maldición de la tumba?
Bueno, cabe mencionar que hay registros de dos jugadores de fútbol americano que intentaron robar la lápida durante la década de 1950. Ambos fueron hallados al día siguiente por el alguacil del pueblo... sus cuerpos destrozados habían sido empalados en la reja del cementerio donde Molly descansa hasta este día.

La verdadera Molly Crenshaw.
La "tumba" de Molly Crenshaw.
Aunque la historia de Molly Crenshaw tiene todo el atractivo de una producción de horror hecha en Hollywood, los historiadores locales están de acuerdo en algo: la mujer, al menos como reza la leyenda; jamás existió.
Sí hubo una Molly Crenshaw, pero no era jamaiquina o haitiana; y murió en 1913, no tras ser asesinada por una turba, si no por ingerir ácido carbólico. De acuerdo a los obituarios de St. Charles, Crenshaw era una maestra de escuela que se suicidó luego de que perdió el oído y llegó a mediana edad.

domingo, 4 de octubre de 2015

La bestia vampiro de Bladenboro.

Reconstrucción popular de la Bestia.
Durante el invierno entre 1953 y 1954, la localidad de Bladenboro, Carolina del Norte; fue sede de una extraña serie de muertes de animales cometidos por un depredador desconocido que pronto ganó fama por su brutal modus operandi: la decapitación y aplastamiento de sus víctimas, todas ellas animales domésticos.

El inicio.
La noche del 29 de diciembre de 1954, el jefe de policía de la ciudad de Clarkton (a cuatro kilómetros de Bladenboro) recibió una serie de llamadas en las cuales varios testigos de la zona narraban haber visto un depredador desconocido durante la noche, una bestia "delgada, negra y de metro y medio de largo" a la que se le achaca la muerte de un perro.
Este pequeño prólogo antecedió al 31 de Diciembre, cuando Johnny Vause; un poblador de Bladenboro, encontró muertos a sus dos perros durante la noche. Los dos animales habían sido destrozados y aplastados, y yacían en charcos de sangre, como el mismo Vause explicó al dar el reporte a la policía:
"Mis perros pelearon como los grandes. Había grandes charcos de sangre en el porche. Y un
charco de saliva en la entrada de la casa. Mató a un perro a las 10:30 y lo dejó ahí tirado. Mi
padre envolvió al perro en una manta, pero esa cosa volvió por el cadáver y se fue con él.
A la 1:30 de la mañana, regresó y mató al otro perro antes de huir. Encontramos el cuerpo tres
días más tarde, entre las ramas de un seto. La cabeza de uno de los perros había sido arrancada
y su cuerpo aplastado, como si algo lo hubiese masticado. Al otro perro le habían arrancado 
la quijada."
-Johnny Vause.
Los ataques solo comenzaban.
La noche del primero de enero de 1954, dos perros más fueron hallados en la granja de Woodie Storm; y de acuerdo a un testigo, uno de ellos parecía haber sido masticado y vomitado por algo enorme.
La noche siguiente, un granjero llamado Gary Callahan reportó que su perro fue asesinado durante la tarde de ese día. Dos perros más fueron hallados muertos el 3 de enero, y durante la autopsia, el jefe de policía Roy Fores se encontró con que el animal no tenía nada de sangre en el cuerpo. Fores también añadió que los perros mostraban rastros de haber sido "masticados" y escupidos.
Los diarios locales publicaron artículos el 6 de enero, explicando que la noche del 5, un conejo había sido decapitado limpiamente en el patio de una casa. El 7 de enero, se le sumó un perro más hallado cerca del pantano de Bladenboro.
El dueño de una gasolinera local, Julian Shaw; halló una cabra que de acuerdo a él, había sido "aplastada como si le hubiesen dado con una pala" y que estaba seguro que lo que fuese que mató a la cabra, también había estado matando vacas y cerdos salvajes desde hacia tiempo. 

El encuentro con el monstruo.
La primer descripción de la bestia llegó el cuatro de enero, cuando un residente de nombre Malcolm Frank dijo haber visto un extraño animal cruzando la calle frente a su casa. Lo describió como "de metro y veinte de largo, peludo y con rasgos de oso y pantera". 
El hijo de un hombre de Bladenboro llamado Carl Pate, declaró al poco tiempo que la noche del 3 de enero se encontró con algo "pequeño y que iba junto a una de sus crías". Un tercer avistamiento se dio esa misma noche por James Pittman; que a las once de la noche escuchó un ruido similar al llanto de un bebé fuera de su ventana. Al asomarse, vio que los arbustos al lado de su casa se movían.
Sin embargo, la descripción más clara viene de un hombre llamado Lloyd Clemmons, que fue publicado por el Wilmington Morning Star y reza de la siguiente forma:

"Tengo dos perros. Niggy, uno negro y pequeño, y Peewee; uno café y poco más grande. Mi esposa
y yo nos encontrábamos en la sala. Escuchábamos que los perros estaban intranquilos, la luz de mi
patio delantero estaba encendida y Larry Moore tenía su luz trasera iluminando el otro lado del
patio... Me asomé y vi esta cosa. Me dejó perturbado.
Era como de sesenta centímetros de alto, con una cola de treinta. Era negro y con el rostro de un
gato. Solo que jamás he visto un gato tan grande. Se movía en silencio, sigiloso, como si intentase
atrapar a Niggy y Peewee. Salté con mi escopeta y le disparé, pero solo logré que se escabullera
entre la oscuridad de la noche. Jamás lo vi de nuevo."

Un gupo de cazadores de Wilmington pasaron esa noche rastreando al animal en los pantanos cercanos al pueblo. De acuerdo con lo que encontraron, debía tener zarpas de al menos tres centímetros de largo y un peso de 45 kg. 
El movimiento circular del animal sugería que debía tener crías (lo que coincide con el relato de uno de los testigos) o una pareja cerca. 
La mañana del cinco de enero, el jefe Fores encontró al animal atacando a un perro a lo lejos; pero el canino pudo escapar a su perseguidor. Fores también dijo haber encontrado huellas cerca de la orilla de una cañada próxima a donde el animal atacó días antes. 
La señora C.E. Kinlaw encontró esa noche a un animal que parecía un puma gigantesco, atacando a un perro a tres casas de distancia de la suya. El animal corrió hacia ella al verla, pero dio media vuelta y escapó al escucharla gritar. 
Un niño llamado Dalton Norton reportó haber visto un "gran gato" la noche del 6 de enero. Según él, escuchó un ruido en el porche, como el de un bebé llorando. Entonces la cosa saltó del tejado del porche y salió corriendo hacia otra casa. 
El 11 de enero, dos automóviles se detuvieron en la carretera al encontrar a un depredador de casi metro y medio de largo. Uno de los conductores declaró que el animal tenía orejas cortas, era pardo y que había algo en él que resultaba muy perturbador.

La caza.
Fusell y Woodrow posando con el lince muerto.
Temiendo que la bestia pudiese atacar a los habitantes de Bladenboro, el jefe Roy Fores organizó una compleja cacería usando perros de ataque y a doce cazadores experimentados del pueblo. Para el día siguiente, el 5 de enero, más de quinientas personas rastrearon los bosques y pantanos usando sabuesos.
El 6, el número se incrementó a 800 personas que salieron hacia el pantano. Fores intentó usar perros para hacer salir al animal, pero el plan fue cancelado por oficiales de la ciudad debido al riesgo que suponía no solo para los canes; si no para los curiosos que buscaban encontrar al misterioso depredador.
Sin embargo, fue hasta el 13 de enero que hubo resultado alguno. Luther Davis, un granjero local; mató a un gran lince en su propiedad cerca de las 8:30 de la mañana. Woodrow Fusell, alcalde de Bladenboro; dio una conferencia en la cual explicaba que la bestia había sido asesinada por fin. Pero la población, y en especial los cazadores, se encontraban escépticos de que un gato pequeño fuese capaz de matar perros, cabras y vacas.
Ese mismo día, Bruce Soles, que viajaba de Bladenboro a la comunidad de Tabor City; arrolló a un animal desconocido con su auto. De acuerdo con Soles, el animal tenía los colores de un leopardo, medía sesenta centímetros de alto y pesaba cincuenta kilos. 

La identidad del monstruo.
Un Puma, animal que se cree era la bestia de Bladenboro.
De acuerdo a los reportes de encuentros con la bestia, el animal era definitivamente un gran felino; pero las descripciones varían desde un lince de gran tamaño hasta pumas, leones y leopardos. El cazador S.W. Garrett llegó a la conclusión de que el grito de "bebé" de la bestia era similar a los chillidos producidos por el puma, el gato doméstico y en algunas ocasiones el zorro o el coyote.
El jefe Fores y algunos cazadores de Bladenboro tenían la sospecha de que el animal era un lobo, pues los pobladores más viejos de la zona decían que usualmente se encontraban manadas de estos animales en las zonas que rodeaban el pantano.
C.E. Kinlaw dijo que el animal era un "puma gigantesco", mientras que el Bladen Journal escribió un reportaje en el cual se postulaba al glotón como el culpable más posible; mientras que en otros diarios se sostenía la creencia de que se trataba de un perro que escapó de su dueño y acabó volviéndose salvaje.
Un glotón, también llamado wolverine, carcajou o gulón.
Finalmente, el editor de la gaceta científica del Robesonian dijo que el culpable era definitivamente un gato, y que a juzgar por sus gruñidos y chillidos; era un puma famélico.
La teoría del puma fue confirmada por el programa MonsterQuest, que tras varios análisis llegó a la conclusión de que el atacante era uno de estos felinos.

¿Realidad o fraude?
Un mod del videojuego Zoo Tycoon 2, donde el animal aparece como "Vampire Beast".
Un año después, el alcalde Fussell viajó a Charlotte para conseguir copias del filme "The Big Cat" para su exhibición en Bladenboro al día siguiente. Se imprimieron folletos para el teatro que rezaban "¡Ahora pueden ver al Gato! ¡Lo tenemos en nuestra pantalla!".
Fussell mismo creía que el monstruo era un fraude, aunque fue él mismo quien llamó a los diarios para notificar los perros muertos. Encontró las muertes como algo extraño y dijo que "un poco de publicidad nunca hacía daño":
"Debíamos hacer algo. La ciudad tenía armas hasta los dientes. Incluso los niños llevaban pistolas. El jefe Fores y yo sabíamos que a alguien le iban a disparar. El animal era 90 por ciento falso y 10 por ciento verdad. Los periódicos lo llamaron 'Bestia de Bladenboro' y dijeron que era un vampiro".
-Woodrow Fussell, 1954.
El impacto de la bestia continúa hasta hoy.pues en Bladenboro se sigue realizando un festival anual llamado "El Festival de la Bestia" en el cual, la bestia de Bladenboro (también llamada cariñosamente "Bob") aparece como mascota.
En el género de los videojuegos, se puede encontrar una verstión de la bestia en el juego Zoo Tycoon 2 como parte de la expansión hecha por fans llamada "Paranoia".

lunes, 28 de septiembre de 2015

Relatos de la ruta 491.

Extraído de 4chan.
"Crecí en las comunidades de Gallup y Shiprock, Nuevo México; y he atravesado la autopista 491 en muchas ocasiones. También soy Navajo, pero no de la clase tradicional. Comenzaré diciendo que sí, la autopista 491 en las reservaciones Navajo es extremadamente aterradora durante la noche.
Hasta hace una década, la mayoría de ella era una autopista de dos carriles por la cual transitaban autos suficientes como para pasar por cuatro. Esto, obviamente condujo a una infinidad de accidentes. De hecho si conduces por la autopista durante el día, verás un gran número de cruces y monumentos.

Debo decirles que si alguna vez la transitan... NO se atrevan a recoger autoestopistas, en especial luego de oscurecer. La teoría de los Skinwalkers todavía tiene mucho poder en nuestra reserva; y puedo decirles que si alguna vez encuentran algo raro en su auto al pasar por ahí, deben tener a la mano tabaco o cenizas.
Incluso encender un cigarrillo puede ayudar. Y pase lo que pase, no deben dejar que esa cosa en su auto los toque o les arranque un solo cabello. Oh, ¿y la razón por la cual mencioné lo de los accidentes?
La ruta 491 tiene muchas historias de autoestopistas fantasma, y el tramo entre los condados de San Juan y McKinley tienen la cifra más alta de muertes por accidentes de tráfico en Nuevo México. 
Mi propia madre tuvo un encuentro con lo paranormal en ese pedazo de camino hace varios años.
Mamá trabajaba como oficial de policía a finales de los setenta, y ella y su compañero se encontraban patrullando la entonces autopista 666 (como se le conocía a la 491 entonces) a altas horas de la noche cuando se encontraron a una anciana vestida con la ropa de los Navajo, que caminaba a un lado de la autopista muy despacio. Se orillaron para ver si se encontraba bien y si necesitaba un aventón a casa. Mamá le preguntó en Navajo que si se encontraba bien... y aquí viene lo feo.
La anciana volteó y se acercó al frente del vehículo. Ahí a la luz de los faros, mi madre y su compañero se horrorizaron al darse cuenta de que bajo la pañoleta que cubría su cabeza no había más que un vacío oscuro. No tenía rostro.
Procedieron a salir disparados de ahí a más de cincuenta kilómetros por hora, sin voltear atrás o detenerse hasta que llegaron a una comisaría.

Para finalizar la historia, también puedo decirles que la autopista puede ser fantástica para conducir a la luz de la luna, y hay formaciones de roca que se ven fantásticas y le dan una vibra extraterrestre. Pero eso sí, asegúrense de llevar con ustedes un paquete de cigarrillos.
Solo por si acaso."

viernes, 25 de septiembre de 2015

La leyenda de Black Vaughan.

Kingston es una ciudad ubicada en la región de Herefordshire, en la frontera entre Inglaterra y Gales. En ella, se localiza la iglesia de St. Mary; donde en una tumba de mármol descansan los restos de Ellen y Thomas Vaughan.
Thomas fue un terrateniente del siglo XV que peleó en el lado de los York durante la Guerra de las Rosas. Fue asesinado en la batalla de Banbury en 1469, y su cuerpo decapitado devuelto a Kingston para ser enterrado. Pero la muerte no otorgó el descanso a Thomas, pues de acuerdo con la población de Kingston, Thomas Vaughan regresó de la muerte como una entidad llamada Black Vaughan; que rápidamente se hizo de una reputación negativa y llena de terror.

Black Vaughan atormentaba a los viajeros y a sus animales, aparecía en los caminos para asustar a los caballos, ocasionaba que el ganado fuera en estampida hacia el río, agriaba la leche de las vacas y en general intentaba reducir Kingston a una ruina.
La gente, asustada por Black Vaughan, comenzó a dejar de visitar Kingston y la economía del pueblo rápidamente cayó en picada; al grado de que muchos pobladores tuvieron que vender sus casas y migrar a otros sitios. El acto final, y que convenció al pueblo de que debían ponerle un alto a Black Vaughan; fue cuando el espíritu adoptó la forma de un gran toro Hereford y atacó la iglesia de St. Mary.
Un grupo de granjeros se armó de valor y peregrinó a Gales con el fin de buscar a un sabio que vivía en las montañas. Luego de escuchar sus súplicas y enterarse de lo que ocurría, el anciano exclamó: "Ah, este es un espíritu malvado y no obtendrán la paz hasta que lo pongan a descansar".
El sabio explicó qué debían hacer para que Black Vaughan descansara finalmente:
"No será fácil. Primero deberán reunir a doce personas de buen corazón y gran fuerza, y deberán llevar con ellos a una mujer y a un bebé inocente. Y deberán leerle a Black Vaughan, porque es un gran espíritu y crecerá más; pero si le leen la Biblia y rezan contra él, entonces lo dañarán. No deben dejar caer el libro, pase lo que pase. Deben pararse frente al fantasma y leer, leer, leer hasta que se encoja. Solo entonces podrán capturarlo y enterrarlo como a una rata."

Los hombres volvieron a Kingston, y durante una noche de otoño se reunieron las doce personas frente a la iglesia. Cada uno llevaba una vela y vestía un manto blanco. Se colocaron en un amplio círculo en el centro de la iglesia, donde se colocó una pequeña caja de plata en el medio. Afuera del círculo, una mujer sostenía a un niño que había nacido el día anterior. Muchos curiosos se acercaron, intentando ver qué ocurriría.
Entonces comenzaron a leer.
Se entonaron salmos, y el más viejo del grupo habló con voz poderosa: "¿Estás ahí Black Vaughan?". No hubo respuesta, pero la tensión se incrementó entre los pobladores mientras el viento fuera de la iglesia se tornó en una tempestad. Los elegidos siguieron rezando, hasta que se escuchó un ruido súbito sobre el círculo, algo que se movía en el aire y apagó una vela. Aterrorizado, el portador de ésta la dejó caer al piso, cayendo de rodillas y tirando su biblia al piso.
La muchedumbre ahogó un grito, y el bebé comenzó a llorar. De la oscuridad sobre la iglesia se escuchó una risa triunfal de ultratumba. Una a una se apagaron las velas, mientras las personas del público entraron en pánico y oración. El mal estaba en la iglesia, riéndose de ellos y jugando con su terror.
Cuando la gente intentó llegar a las puertas, el más anciano de los elegidos gritó: "¡No! ¡No se rindan! ¡No le teman! ¡Escúchenlo! Lo hemos hecho venir con nosotros... y se hace más y más pequeño. Tengan valor, amigos. Solo así lo venceremos."
Con estas palabras, los pobladores volvieron con vergüenza de que hubiesen temido que Black Vaughan fuese más poderoso que Dios en su propia casa. Black Vaughan se enfureció y se abalanzó sobre el grupo, apagando una quinta, sexta y séptima vela. Conforme la iglesia se oscureció más, la gente cayó en un silencio ominoso.
El anciano estaba correcto. La risa de Black Vaughan ya parecía más la de un niño que la de un hombre; y ese fue el detonante para que la población ganara valor. Ocho y nueve velas ya estaban apagadas. El ritual funcionaba.
La gente vitoreó al anciano, mientras éste leía como Jesús ahuyentó a los demonios de un demente. Se escuchó el ruido de algo que chocaba contra las ventanas y el techo, como si un ave estuviese atrapada dentro del templo y luchara por salir. Black Vaughan, debilitado, buscaba escapar. El anciano no se detuvo, incluso mientras se apagaban las décima y onceava velas. Tomó su vela con la mano derecha y oró porque el espíritu fuese conquistado.
La llama creció más y más brillante, hasta que iluminó tanto como las doce velas y entonces se oyó que algo pequeño caía al piso en el centro del círculo. El anciano gritó: "¡En el nombre del padre, el hijo y el espíritu santo... te ordeno, Black Vaughan, que entres a la caja que yace aquí en el piso!"

Y no hubo más que silencio.
El anciano preguntó: "¿Black Vaughan, Black Vaughan... en donde descansarás?". Se detuvo y la congregación escuchó desconcertada mientras una pequeña voz espectral dijo: "En donde sea, en donde sea... pero no en el Mar Rojo."
"Está en la caja". Anunció el anciano. La iglesia se llenó de gritos emocionadas mientras la caja fue sellada con hilo y colocada en el interior de un cofre de hierro. A la luz de una antorcha, el anciano condujo a sus compañeros y pobladores a un estanque pequeño; donde arrojaron a Black Vaughan.
Hasta este día, Black Vaughan yace en el fondo del estanque. Más enojado que nunca, siempre buscando como huir. Si se encuentra un cofre en un estanque de Kingston, se le deja solo... pues aún existe el temor de liberar a Black Vaughan.

El encuentro con Ojos Rojos.

Extraído de 4chan.

"Tengo una historia decente, pero no posteo demasiado... así que por favor ténganme un poco de tolerancia.
Cuando tenía 10 años, vivía con mi hermano, mi madre y el último de los novios de ésta. Mamá era una maldita hambrienta de dinero, así que nunca salía con alguien que fuese pobre. Vivíamos en casa de su novio, una casa grande de dos pisos, tres habitaciones y unas cuantas yardas de terreno alrededor.
El lugar estaba el borde de un bosque muy denso, cerca de unas vías de tren abandonadas. 
Mi hermano siempre había sido un niño algo loco, corría constantemente explorando y buscando cosas por todos lados. Yo era un ermitaño que vivía encerrado jugando videojuegos. Básicamente, no llegué a ver todas las cosas que mi hermano vio, aunque a decir verdad quizás no me habrían interesado, de todos modos.
Todo iba bien hasta que llevábamos dos semanas viviendo ahí. Mi hermano dejó de salir, comenzó a orinarse en la cama todas las noches (lo que nunca había pasado) y adoptó una actitud de temor hacia el exterior de la casa. Sabía que algo estaba mal con él, así que intenté preguntarle qué rayos sucedía.
Me dijo que todos los días veía a este... "hombre lobo", al cual llamaba Ojos Rojos. El monstruo lo acechaba, e inclusive a veces le hablaba diciéndole que se acercara, en algunas ocasiones usando la voz de mi madre o la mía. En un principio, Ojos Rojos se quedaba parado en la orilla del bosque; pero mi hermano decía que ya después de un rato se acercaba a la casa y observaba a través de la ventana.
Me dieron escalofríos, pero conociéndolo me limité a pensar que solo intentaba asustarme. No sería la primera vez que lo hacía. Aunque con el tiempo me asusté en verdad, porque su comportamiento siguió igual de raro, parecía que todo le aterrorizaba y ya no salía de la casa por sí solo.
"Quiero ver a esta cosa", me dije. Quería encontrarlo, así que pasé varias noches asomado a la ventana esperando ver salir a un monstruo de los bosques... hasta que en una ocasión, finalmente lo encontré. 
Estaba mirando el borde de los bosques cuando logré divisar estos dos ojitos rojos que brillaban en la oscuridad entre los árboles. Me congelé. Dios, esa cosa era real. Tuve problemas para respirar, y traté de convencerme de que esta cosa era un lobo. 
Me despegué de la ventana por un segundo, intentando comprender lo que acababa de ver. Juro que no fue más que un par de segundos, y que esta cosa debía ser sobrenaturalmente rápida... porque cuando volví la cabeza hacia la ventana, ESTABA AHÍ, con la cara pegada en el cristal.
Debo mencionar que estaba en la planta alta de la casa, así que ya se imaginarán que para entonces estaba cagando ladrillos. Lo observé sin saber qué hacer por un momento que parecía toda una eternidad... esos malditos ojos rojos, brillando con puro odio. No, odio no.
Con hambre.
Me oriné encima, y fue entonces que entendí qué pasaba con mi hermano
Al día siguiente, desperté empapado en una mezcla de orina y sudor. Mi hermano se levantaba más temprano que yo, así que corrí a verlo para decirle que lo había visto. Había encontrado a Ojos Rojos. Eso pareció relajarlo, confirmar que no se estaba volviendo loco y que esa cosa era real.
Hablamos al respecto y mi hermano me confesó varias cosas que yo ignoraba.
Ojos Rojos se limitaba a permanecer quieto y observar desde una distancia, aunque en las últimas ocasiones que mi hermano salía a jugar al bosque; ya lo perseguía a toda velocidad entre los árboles. Corría como un cojo, moviéndose y temblando erráticamente, con las piernas torcidas como una especie de jorobado de película. 
Y sí, hablaba con él... pero jamás movía la boca. Digamos que... que solo observaba.
Sabiendo eso, y que ya confirmamos que era real; decidimos ir a cazarlo en grupo con amigos. Quizás un gran número de personas lo aterrorizarían y lo ahuyentarían del bosque. Organizamos la cacería con los amigos de mi hermano, y cada quien se equipó con el cuchillo de cocina más grande que pudiera encontrar.
No hallamos a Ojos Rojos, pero sí dimos con un claro en medio del bosque. Digo claro porque parecía que alguien o algo había destrozado los árboles para hacer un hueco ahí. Había toda clase de basura rara: envases y latas vacíos, ropa vieja y sucia, huesos, cadáveres de animales en varios grados de descomposición... era algo maligno. Como de una película de horror.
Estuvimos un rato, hasta que escuchamos cosas inusuales.
Primero fue algo natural. Algún animal moviéndose entre los arbustos, pisando ramas y follaje en el piso del bosque.
Después vinieron los gruñidos y gemidos guturales. Algunos chicos del grupo pensaron que era un vagabundo enojado porque habíamos encontrado su "hogar"; pero mi hermano y yo sabíamos de qué se trataba. Corrimos fuera de los bosques, dispersando el grupo. Nosotros acabamos corriendo a la casa, donde no hablamos nada al respecto; solo que esa mierda había sido aterradora.
Lo que pasó al día siguiente fue muy perturbador.
Mi hermano me arrastró al patio trasero para jugar, porque ya no quería salir solo. La única razón por la que lo acompañé y no lo mandé al diablo, fue porque sabía que algo afuera intentaba matarlo. Caminamos al patio trasero y de pronto, bam. Sangre por todos lados.
Huesos ensangrentados, carne podrida y vísceras diseminadas a lo largo del patio trasero. Y era un maldito patio gigantesco, quizás de uno o dos acres. Nos miramos el uno al otro, sabiendo exactamente de qué se trataba. Ojos Rojos sabía que nosotros estuvimos en su casa, y esta era su forma de advertirnos que no lo hiciéramos de nuevo.
Corrimos al interior y le dijimos a Bob (el novio de mamá) que fuera por su rifle. Bob creyó que estábamos exagerando, se enojó y fue con nosotros para cerciorarse de que estábamos diciendo estupideces. Se puso súper pálido al ver el desastre, y ordenó que nos quedáramos en el interior de la casa mientras él limpiaba.
Le pregunté qué había hecho eso, y no me dijo nada, pero estoy seguro de que sabía de Ojos Rojos. Naturalmente, me respondió que seguro había sido un perro salvaje y que no me preocupara al respecto. 
¿Un perro? Con una mierda si no sé que me está mintiendo. Mi hermano y yo nos quedamos dentro por el resto de la semana, y a raíz de eso jamás volvimos a hablar de Ojos Rojos incluso después de salir de esa casa. Han pasado diez años desde entonces, y apenas tratamos el tema durante una cena familiar. 
Me confesó que Ojos Rojos se portó mucho más temerario luego del incidente en el bosque. Sabía que le temíamos, así que seguía a mi hermano cada momento del maldito día; incluso a pocos metros de distancia a plena luz del sol. Siempre diciéndole que fuera con él, que lo ayudara.
Mi hermano todavía se estremece al hablar de ello, y ahora somos adultos de veintitantos años.
Todavía tiene pesadillas con Ojos Rojos.
Afortunadamente, creo que Ojos Rojos no podía abandonar el área; porque luego de que mamá dejara a Bob y nos mudáramos de esa casa; jamás volvimos a verlo."

martes, 22 de septiembre de 2015

Polybius - el videojuego maldito.

El screen inicial de Polybius.
El mundo de los videojuegos genera toda clase de leyendas en torno a él. Desde easter eggs extraños y desconcertantes como las bolsas de cadáveres en Grand Theft Auto: San Andreas, la implicación del Hypno pedófilo en Pokémon Leaf Green y Fire Red o las referencias a la cultura popular en World of Warcraft; hasta supuestos eventos paranormales como Ben en The Legend of Zelda: Majora's Mask, el síndrome de Lavender Town en la versión japonesa original de Pokémon Red y Green o Tails Doll en ciertos videojuegos de Sonic. Pero pocas historias han trascendido el tiempo como la mítica existencia de Polybius...

¿Qué es Polybius?
De acuerdo a la leyenda urbana, Polybius era una maquinita o gabinete de arcade que producía toda clase de efectos psicológicos en quienes lo jugaban. La historia describe que los jugadores sufrían amnesia, terrores nocturnos y eventualmente dejaban los videojuegos por completo.
Se dice que solo duró un mes de 1981, y que desapareció sin dejar evidencia. Hasta la fecha, no hay evidencia factible de que Polybius haya existido siquiera. El nombre se origina de Polybius, un historiador griego que decía que nunca se debía reportar aquello que no se pudiese verificar por medio de entrevistas con testigos presenciales.

La leyenda de Polybius.
La leyenda urbana cuenta sobre la aparición de un nuevo videojuego en las arcades de varios suburbios de Portland, Oregon; algo que en 1981 era todavía visto como una novedad. El juego era tan popular que había largas filas para jugarlo, derivando inclusive en feroces peleas para determinar quién lo usaría a continuación.
Se menciona que las máquinas eran visitadas constantemente por "hombres de negro", los cuales recogían datos desconocidos a partir de un dispositivo ubicado en el interior del gabinete; con el fin de probar las respuestas de los efectos psicoactivos que la máquina producía en los jugadores. Entre estos se habla de amnesia, insomnio, stress, pesadillas y terrores nocturnos; así como una aversión tal a los videojuegos que uno de los involucrados acabó volviéndose un activista anti-gaming.

Polybius fue supuestamente inventado por la compañía Sinneslöchen, que en alemán significa algo así como "borrar sentidos" o "privación sensorial". La leyenda aparece por primera vez en la página coinop.org el 3 de agosto de 1998; en donde el autor dice que posee un ROM funcional del juego y que pudo dataminarlo para extraer fragmentos de texto entre los que se incluye un copyright de 1981 a nombre de Sinneslöchen.
Algunos usuarios de internet y folkloristas urbanos creen que la leyenda se originó a partir de relatos sobre una versión beta de "Tempest" que ocasionó problemas relacionados con epilepsia fotosensitiva, náusea y vértigo. Se tiene registro de que dos jugadores enfermaron el mismo día de 1981 en Portland tras jugar Asteroids por 28 horas en un intento por romper el récord mundial.

Travis el chimpancé.

Travis.
El 16 de febrero del 2009, la policía de North Stanford, en el estado de Connecticut; recibió una llamada de emergencia en la cual, para sorpresa del operador, una mujer gritaba frenéticamente sobre un chimpancé que había atacado a una mujer. Entre ellos, un grito que helaba la sangre: "¡Se la está comiendo!"
Al llegar, los oficiales y equipos de emergencia locales se encontraron con un chimpancé adulto de pie afuera de una casa. El animal se acercó a una patrulla e intentó entrar en ella, destrozando un cristal y forzando la puerta del copiloto hasta que pudo abrirla. Al verse amenazado, el oficial que aún se encontraba en el interior del vehículo le disparó varias veces al animal en el pecho.
Herido, el simio se retiró a la casa, donde cayó muerto junto a su jaula.
Al entrar a la vivienda, los paramédicos se toparon con una escena por demás dantesca. Una mujer, identificada como Charla Nash, amiga cercana de Sandra Herold (dueña del chimpancé) había sido severamente herida por el animal. Nash perdió las manos, la nariz, ojos, labios y gran parte del rostro; y fue víctima de daño cerebral tras haber sido golpeada por el animal.

El ataque.
De acuerdo a Sandra Herold, el chimpancé salió de la casa tras tomar las llaves del auto de los Herolds, y Nash decidió ir tras él para meterlo de nuevo. Sin embargo, Travis reaccionó violentamente al ver a la mujer que sostenía uno de sus juguetes favoritos.
Pese a que Nash era familiar con Travis, se cree que el chimpancé la desconoció porque la mujer había cambiado de peinado poco tiempo antes; y que quizás la súbita agresión se debió a que el chimpance había estado siendo medicado para tratar la enfermedad de Lyme.  Cuando comenzó a agredir a Nash, Herold intentó detenerlo con una pala y finalmente con un cuchillo, a lo que de acuerdo con ella, el animal se volteó y la observó con una expresión confundida.
Fue entonces que Herold llamó al 911
Se sabe que Travis podía abrir puertas usando llaves, vestirse a sí mismo, regar plantas, alimentar a los caballos de su dueña, comer en la mesa y beber vino con una copa. De acuerdo a Herold, Travis era tan aficionado al helado que se aprendió los horarios de los camiones que vendían el producto. Inclusive era capaz de conducir un vehículo.

Tras que el incidente en 2009 recibió atención internacional, una vecina de Herold dijo que en 1996 el chimpancé la había mordido e intentado jalarla a un vehículo cuando intentó saludarlo. Declaró haberse quejado con los Herolds y la policía, pero las autoridades de Stanford dijeron no haber recibido registros de tal denuncia.
En el año 2003, Travis escapó del auto de los Herolds y detuvo el tráfico en una intersección de la ciudad durante varias horas. El incidente tuvo comienzo cuando un peatón arrojó algo al auto, el cual entró por una ventana medio abierta y golpeó a Travis mientras el vehículo se detenía en un alto. Furioso, Travis desató su cinturón de seguridad, abrió la puerta y persiguió al culpable.
Al llegar la policía, intentaron atraer a Travis hacia el interior del auto sin éxito alguno. Eventualmente fue detenido y el incidente obligó al gobierno de Connecticut a aprobar una ley que prohibía la posesión de primates de más de 25 kilos como mascotas. Desde la muerte de Travis, nadie en Connecticut ha intentado aplicar a un permiso de posesión para un chimpancé.

sábado, 19 de septiembre de 2015

El hombre.

"Cuando vivía en mi ciudad natal, mi sobrino siempre decía que había un hombre que me seguía. En un principio no pensaba mucho al respecto, porque siempre me imaginaba que era solo un invento o que estaba jugando conmigo.
Al menos hasta que adoptó la costumbre de correr y cerrar la puerta detrás de mi cada que iba de visita. Me decía que el hombre malo sin ojos se acercaba más y más cada que estaba afuera de la casa.
La sola idea me dio escalofríos, pero seguí con la idea de que no era más que la mente de un niño imaginativo. Busqué en internet alguna historia sobre "el hombre malo sin ojo", pero sin éxito alguno. Todo siguió como siempre hasta que unos días después; el temor de mi sobrino fue tal que comenzó a mojar la cama en las noches.
Me cansé, y le pedí que me lo describiera.
La imagen mental que vino a raíz de ello fue algo que me heló la sangre. Decía que era un hombre alto, vestía un abrigo viejo y que no tenía ojos. Que siempre caminaba lentamente con los brazos extendidos, como si intentara agarrar algo. O alguien.

En una ocasión que me tocó cuidar al niño mientras mi hermano trabajaba (era guardia de seguridad) durante la noche, decidí dormir en el piso de su habitación para hacerle compañía y ver qué rayos pasaba.
Lo que ocurrió, bueno... no lo olvidaré jamás.
Desperté poco después de media noche gracias a un ruido. Me tomó unos segundos darme cuenta de qué se trataba: algo, o más bien alguien, golpeaba suavemente el cristal de la ventana. Su sombra, que estaba proyectada en la pared opuesta a la ventana, era desconcertante. Sí, era sólida pero tenía una cierta transparencia... como una medusa o una estatuilla de cristal oscuro. 
Era inconfundiblemente humana... pero parecía mucho más grande que un humano normal. Alargada, deforme. 
Mientras estaba ahí idiotizado, tratando de reaccionar o siquiera entender de qué se trataba; mi sobrino despertó gritando. "¡El hombre sin ojos! ¡Está aquí!"
Eso me devolvió a la realidad, y fue un milagro que no me cagara del miedo. Esa cosa seguía en la ventana, chocando como un insecto particularmente estúpido e incapaz de romper el cristal. Tomé al chico y corrí con él al otro extremo de la casa, donde llamamos a mi hermano por teléfono.
Dejé a mi sobrino en el hueco debajo de la escalera, donde estaría seguro porque no había ventanas; y me asomé varias veces al exterior de la casa. No vi al ser en concreto, pero sí me di cuenta de que había sombras que parecían mucho más oscuras o daban la impresión de moverse. Esa cosa, lo que sea que fuese, seguía ahí.
Esperando. Acechando.
Pasó una hora antes de que llegara mi hermano,  y al entrar vi que estaba enojado conmigo. "¿Qué mierda hacías allá afuera? ¡Debías estar aquí cuidando al niño!", me gritó. Le respondí que había estado en casa todo el tiempo, pero él se limitó a decir que no mintiera, que me había visto moverme entre los arbustos del frente de la casa mientras conducía de regreso.
Jamás salí de la casa.

Después de eso me mudé al cabo de unos meses, y desde el incidente ha pasado poco más de un año. 
Hace unos días, mi hermano y su hijo vinieron de visita; y en un momento que me encontraba a solas con el niño, éste me contó que había visto otra vez al hombre sin ojos. Ese mismo día mientras viajaban en la autopista. Esa cosa salía de un lado del camino y caminaba hacia el auto, estirando los brazos y tambaleándose como un zombie de película.
No sé qué pensar o hacer al respecto."