lunes, 2 de noviembre de 2015

Sarah Whitehead.

El Banco de Inglaterra, institución existente desde 1694 ha sido la fuerza principal de economía en las islas británicas por siglos. Ha visto pasar los días de grandeza del Imperio Británico, la extraña época victoriana, dos guerras mundiales y las revoluciones sociales del siglo XX... e inclusive fue sede de un descubrimiento arqueológico impresionante, una coincidencia en la cual se hallaron los restos de un templo romano dedicado al dios de la riqueza, Mithras.
Por lo cual, no es extraño que en sus arcas y salas exista más de un alma relacionada a esos siglos y los eventos que transcurrieron ahí. Una de ellas en particular es conocida como "La Monja Negra", y también por su nombre en vida: Sarah Whitehead.

La historia de Sarah comienza el 2 de noviembre de 1811, cuando Philip Whitehead, empleado del banco; fue arrestado y encontrado culpable de falsificación. Fue juzgado en el Old Bailey y sentenciado a la muerte; lo que ocurrió el año siguiente. Y si bien para el Banco de Inglaterra y los empleados la muerte de Philip concluyó todo el terrible asunto; pasa que nadie tuvo a bien informarle a Sarah lo ocurrido con su hermano.
Poco tiempo después, la joven entró al banco y pidió ver a su hermano. Los empleados, alarmados y preocupados porque al parece Sarah ignoraba lo del fallecimiento de Philip, le mintieron diciéndole que se encontraba lejos por motivos de negocios. Pero la cosa no quedó ahí. Sarah siguió yendo al banco todos los días hasta que finalmente, alguien se hartó y le gritó que Philip había sido ejecutado por falsificar dinero.
El shock súbito bastó para enloquecer a Sarah, y la joven continuó visitando el banco para preguntar por su hermano; haciendo caso omiso de las explicaciones que le daban los empleados. Para entonces, Sarah ya llevaba un vestido negro y un velo que perturbaban a los clientes y trabajadores. 
Cuando la noticia llegó a los dueños del Banco de Inglaterra, prometieron pagarle a Sarah todos los años acumulados de sueldo por su hermano si prometía no volver a poner un pie en el edificio mientras viviera.
Y Sarah cumplió su promesa hasta la muerte.
Fue enterrada muchos años después en un lote de tierra detrás del Banco de Inglaterra como un homenaje por parte de la administración. Lo que quizás fue un craso error, pues Sarah rompió su parte del trato al abandonar el mundo de los vivos... pues la ahora sí aterradora imagen de Sarah Whitehead comenzó a rondar Threadneedle Street y las inmediaciones del edificio.

Por casi doscientos años, la hermana ha sido vista incontables ocasiones llevando su vestido negro, preguntándole a los peatones de la calle si han visto a su hermano. Pero eso no la contenta del todo, pues también se manifiesta en los túneles subterráneos de la estación Bank. 
Esta estación del subterráneo londinense tiene una historia propia de terror. Fue construida sobre la ubicación de una fosa de plaga (donde los sobrevivientes de la Peste Negra echaron a muchos muertos por la enfermedad siglos atrás) y en 1941 fue bombardeada por la Luftwaffe, matando a diecinueve personas que tomaban refugio en su interior.
No es raro sentir aprehensión y tristeza al atravesar los túneles y pasillos de la estación, mientras que en los andenes pueden escucharse gemidos y llanto... ¿tal vez los de la propia Sarah?
Nadie lo sabe con certeza, pero un trabajador dijo haber sido perseguido por una espectral mujer idéntica a Sarah durante las altas horas de la noche; con el fantasma desapareciendo instantáneamente al llegar al nivel de la calle. 

El Chan.

En el pueblo de Apaseo el Alto, en el estado mexicano de Guanajuato, existe un gran número de manantiales en la zona conocida como la Cañada. De estos cuerpos de agua existe uno particularmente abundante, de aguas cristalinas y donde en la época prehispánica se realizaban ofrendas a los múltiples dioses de los pueblos nativos de México.
Con la conquista española y la subsecuente expansión de los colonos, se creó un canal conocido como "El Tajo" con el fin de explotar los manantiales, y ese en particular. La expansión y el crecimiento de la población trajo una mayor necesidad de agua; lo que llevó a la contaminación, el saqueo y la exploración de los innumerables lagos, manantiales y ríos de las montañas guanajuatenses.
Y fue ahí que empezó la leyenda del Chan.

A finales del siglo XIX, un grupo de aventureros que buscaba explorar la caverna desapareció sin dejar rastro alguno. Se decía que la cueva era infinita, que los ríos jalaban a aquel lo suficientemente tonto como para intentar nadar en ellos, y que las desapariciones se debían a un misterioso ser que devoraba a los humanos.
La identidad de la bestia, que fue conocida como "El Chan" varía dependiendo de quien la cuente. Un gigantesco pez, un demonio marino, un ser similar a un sátiro, un pez monstruoso con rasgos de puerco, una serpiente e incluso un aterrador hombre lagarto... todas esas suposiciones fueron dadas por quienes supuestamente habían visto al Chan. Pero la verdad era que nadie lo había visto de cerca.

Cuenta una historia que en una ocasión, un trío de amigos borrachos se decidieron a espiar a la bestia durante la noche. Envalentonados por el alcohol en sus venas, esperaron varias noches hasta que por fin lo vieron.
Pero lo más sorprendente era que cada uno decía que el Chan tenía una apariencia distinta: El primero decía que era un ser similar a un macho cabrío, otro que era un humano peludo y con tentáculos, mientras que el último mencionaba que era un demonio similar a un macho cabrío.

Con el tiempo, el problema de la escasez de agua y las desapariciones relacionadas con el Chan se intensificaron. Se decía que el Chan no devoraba a los hombres solo porque sí. Se creía que solo castigaba a quienes iban al manantial sagrado para obrar mal, a los que sacrificaban animales y a todos los que contaminaban el agua.
Al final, fue un sacerdote quien se decidió de una vez por todas a acabar con el monstruoso demonio del agua. Rezó el Ave María y la Magnificat, y arrojó agua bendita a la caverna para intentar romper el embrujo. Al hacerlo, explotó una tormenta eléctrica sobrenatural; como si la tierra misma se quejara del acto cometido.
Pero el sacerdote continuó, y los frutos de su labor se vieron con el tiempo. El agua de la caverna comenzó a secarse, hasta que un día, el Tajo y el manantial subterráneo se secaron. Aquí la leyenda se torna más misteriosa, pues se dice que un grupo de muchachos encontraron el cuerpo del Chan en medio del lodo y las plantas acuáticas en descomposición; y que el cadáver de la bestia fue comprada por un personaje apócrifo.

domingo, 1 de noviembre de 2015

El polvo en la alfombra.

Historia tomada de 4chan.

"Hace unos años compré un pequeño departamento para vivir con mi esposa. Estaba en nuestro rango de precio, sin problemas significantes y en general me parecía un lugar bien ubicado y seguro.
Lo único raro era que la alfombra estaba muy sucia.
Revisé el piso de madera bajo la alfombra y todo estaba bien. Así que lo más lógico era quitarla, tirarla y comprar una nueva. Sin problemas.
Pero la mujer a la que le compramos el departamento se enfureció una vez que le comenté por teléfono que cambiaría la alfombra. Comenzó muy pasiva, explicándome que era importante; y durante la discusión fue aumentando de tono ya hasta que al final le colgué cuando empezó a gritar y suplicar que no lo hiciera.
Raro, pensé.
Limpié todo antes de llevar nuestras cosas en la mudanza, y me di cuenta de que la aspiradora estaba jalando un ridículo montón de polvo gris de la alfombra. Soy asmático, y encontré muy curioso que todo ese polvo no me hubiese reducido a una masa jadeante y llorosa que no podía respirar.
Como dije. Raro, pero no me iba a quejar.
Unos días más tarde, arranqué la alfombra y la fui a quemar a casa de un amigo porque resultaba demasiado caro tirarla a la basura o pagarle a un camión de limpieza. Unos días más tarde, estaba limpiando el piso de madera cuando encontré una tabla suelta.
La quité con un martillo y encontré una caja de cartón con algo garabateado en ella. La abrí y encontré una bolsa de plástico llena de polvo o tierra gris. Esforcé la vista para descifrar los garabatos. 
Oh, joder.
Eran cenizas humanas. El garabato era el nombre del hijo muerto de la tipa que había vivido en la casa antes que nosotros. La llamé y le dije que viniera a recoger a su hijo (sí, sé que suena mal).
Vino rápido para recoger las cenizas, nos gritó por arrancar la alfombra y se fue hecha una furia. Qué mierda. Por eso estaba tan necia respecto a que dejáramos ahí la alfombra.
Por eso había tanto polvo en la alfombra.
Media bolsa llena de cenizas humanas.
La puta loca había esparcido a su hijo por toda la perra casa.

El fantasma del cine.

Historia tomada de 4chan.
"Fue durante mi tiempo en la preparatoria que entré a trabajar al cine.
Era uno de esos teatros que cobraban un dólar por función. El edificio tenía más de 30 años y hasta donde sé, había sido anteriormente la fábrica de una compañía manufacturera. 
Amaba ese lugar, y trabajaba casi 60 horas a la semana durante el verano. La paga era buena, pero a veces me tocaba permanecer hasta tarde haciendo reparaciones o limpiando. No me importaba, el lugar era como mi segundo hogar.
En una noche, me ofrecí a ayudar al gerente a cerrar, y estaba sentado en una sala vacía escuchando música (creo que era la sala 4, el cine tenía 7) y decidí volver hacia el lobby porque ya se acercaba la hora para salir. Me quité los audífonos de camino y al atravesar las puertas escuché un sonido raro. Un silbido.
Giré y vi una especie de nube o montón de humo flotando en la entrada. Era muy grueso y muy definido. La nube flotó por ahí durante un momento, después se elevó y desapareció. Me quedé sorprendido y decidí ir a ver de qué se trataba, saber si era una fuga de gas o algún ducto de ventilación en el piso. Pero no vi nada.
Estaba confundido, pero lo ignoré. Tenía trabajo qué hacer.
Durante el transcurso del año siguiente pasaron varias cosas raras, pero jamás pensé que se tratara de porquería paranormal. Todo mundo contaba historias de muertes en ese edificio, pero siempre era la clase de rumores que nadie podía confirmar.
Aunque en una ocasión, el gerente encontró a un tipo muerto al final de una película. Algo muy bizarro.

De todas las salas, creo que solo una me perturbaba.
La sala 1, donde jamás vi algo pero tenía esa atmósfera que no me dejaba estar tranquilo. ¿Sí saben como es esa sensación al entrar a un cuarto, y puedes saber que hay una televisión prendida aunque no la hayas visto o escuchada?
¿O esa sensación de que alguien más está ahí?
Bueno, cada que limpiaba esa sala, sentía como si el maldito lugar estuviese lleno de personas. Como si cada asiento estuviese ocupado y todos esos fulanos invisibles me miraran.
Llegó al punto en que tenía que entrar acompañado (aunque jamás expliqué porqué exactamente).
Cuando llevaba ya un año trabajando ahí, ocurrió que un familiar de un miembro del staff fue al cine y explicó que había trabajado ahí muchos años atrás. Nos contó toda clase de historias locas y eventualmente llegó al punto de mencionar que el cine estaba embrujado.
Y podría haberla ignorado como con las otras historias, pero dijo algo que me heló la sangre.
Dijo que la sala 1 y la 4 estaban llenas de malas vibras y pasaba toda clase de cosas extrañas en ellas. Sentí escalofríos pero guardé silencio mientras continuaba diciendo todo lo que había visto.
Al parecer, en la sala 4 había un niño fantasma que era asiduo a hacerle bromas al staff. Era amigable, según esta tipa. Pero en la sala 1 había algo más. Un demonio.
No dije nada, pero aún así... me dio mucho terror. 
Platicó que habían intentado hacer una sesión espiritista pero salió mal y todo mundo involucrado dejó de trabajar en el cine a raíz de lo ocurrido. Siempre he creído en fantasmas, he experimentado varios encuentros extraños y en cada casa que he vivido han tenido lugar eventos inexplicables.

Durante el verano siguiente, las historias se volvieron legendarias. El niño pequeño (al que llamamos BIlly) se volvió muy activo: tiraba cosas de los escritorios, hacía volar los vasos de los anaqueles, movía las cajas de combos que usábamos para los niños y en general movía todo lo que no estaba fijado al suelo.
El gerente instaló cámaras de seguridad pensando que eran bromas del equipo nocturno de limpieza, pero jamás se filmó nada relevante.
También escuchábamos que alguien corría en el cuarto de proyección durante las últimas funciones y a la hora del cierre. En una ocasión me tocó trabajar como supervisor, solo estábamos otros dos miembros del staff y yo; y cerca de quince clientes en el cine. Subi al baño del piso superior para hacer mis necesidades en paz: era un cubículo pequeño sin puerta, pero no se veía nada más que un pasillo que conectaba al cuarto de proyección.
Escuché pisadas provenientes de las escaleras, grité que estaba ocupado y no tuve respuesta. Las pisadas continuaron hacia el baño.

"Oye, pendejo, ¡estoy cagando! ¿Qué quieres?" Grité, pero no había ruido más que el de los proyectores trabajando.

Lo que fuese que estaba ahí, regresó por donde vino. Terminé de hacer, bajé y le pregunté al staff que qué rayos querían; pero ambos negaron haber subido y tampoco vieron que alguien subiera las escaleras. Joder, un fantasma me vio cagar.
Eso era todo. Decidí organizar una sesión espiritista para ver de qué demonios se trataba.
Empecé a investigar, compré las cosas que necesitaba e incluso reuní a un grupo de voluntarios con cámaras. Incluso estudié como ser un médium. 
Envié unos cuantos correos a algunos psíquicos y médiums pidiendo tips, pero casi todos me contestaron diciendo que era un estúpido y que no siguiera con mi plan. Me contaron veinte mil historias de horror sobre sesiones fallidas, pero no me importó. Como sea. 
Leí por ahí que una cámara en blanco y negro era buena para documentar fantasmas porque captaban mejor las fuentes de luz. Así que usé un filtro en mi teléfono y empecé a rondar por el cine en busca de lo sobrenatural. Tomé fotos en todos lados, con excepción de la sala 1 y uno de los baños. 
Al siguiente día estaba limpiando la sala 1 y hablando conmigo mismo. Eso es lo que hago cuando tengo que lidiar con lo espeluznante. Me hablo a mí mismo. Bromeo o cuento historias para no pensar que hay algo en las sombras.
Decidí hablar sobre la sesión y le dije a los fantasmas que estaban invitados a unírsenos. Al terminar y salir de la sala, me detuve y giré hacia los asientos.

"Oh, sí. Olvidé tomarte una foto." Dije, sacando mi teléfono.

En ese momento, el tejado crujió horriblemente. Salí corriendo y me di cuenta de que lo que vivía en la sala 1 no quería que le tomaran fotos. Ese día más tarde obligué a alguien a que me acompañara para tomar una foto, pero no pasó nada raro.
Aunque creo que me siguió, porque en mi casa comenzaron a suceder cosas extrañas.
Nunca tuvimos problemas con el lugar, por cierto. En una ocasión, salí de mi habitación durante la madrugada y al atravesar el arco de la puerta, sentí un dolor en la espalda. La luz parpadeó y escuché a una mujer gritando junto a mi oído.
Al día siguiente de eso, fui a la habitación de mi hermana para platicarle. Estaba sentada en su cama, y mientras hablaba con ella vi que abrió los ojos como platos. Apuntó hacia algo atrás de mí.
Aparentemente, uno de sus cajones se abrió por sí solo. Giré y lo vi moverse, justo a tiempo para que me cayera encima.
Lo alcancé a agarrar, pero una lámpara salió volando a través del cuarto; y otro cajón se abrió y me golpeó en la rodilla. Caí, con el cajón encima de mí. Mi hermana se partía de la risa, lo que hizo que papá fuera a vernos y dijera "ponte quieto".
Empecé a pensar que la sesión no era la mejor idea, y que todo esto era una amenaza. Pero aún así, tenía que hacerla para descubrir qué carajo estaba en el teatro. 
Más tarde esa semana, papá me hizo ir y hablar con nuestro pastor. Estaba preocupado sobre las cosas espiritistas en las que me estaba metiendo, y el pastor sabía que sí, algo raro pasaba en mi casa. Me explicó que sí existen los espíritus, pero que no siempre son personas muertas, y que lo único que ronda la tierra son ángeles o demonios.
Tenía un punto válido. Y esta mierda definitivamente no era un ángel.
Eventualmente decidí que la sesión no era buena idea, así que la abandoné y continué con mi vida. Siguen pasando cosas raras, pero ya no tanto como antes.
Y todavía no sé qué hay en ese cine."

lunes, 19 de octubre de 2015

Las ánimas del castillo Leap.

Acceso al Castillo Leap.
En el condado irlandés de Offaly, cerca a la ciudad de Birr; se encuentra un paso estratégico que atraviesa el rango montañoso de Slieve Bloom y permite el paso a la provincia de Munster. Desde épocas inmemoriales, ha sido un sitio disputado constantemente, siendo controlado en los 1200s por el clan O'Carroll y en el siglo XV pasó a ser propiedad del clan O'Bannon, quien construyó una fortaleza para proteger el sitio a finales del siglo.
El nombre del castillo es "Lein Ui Bhanain", que se traduce como "Salto de los O'Bannons". El clan O'Carroll, que recuperó la posesión del castillo en los 1600s, era una familia de pendencieros que solían realizar banquetes para sus enemigos bajo la promesa de una reconciliación; para luego masacrarlos sanguinariamente o envenenarlos mientras comían.
En la actualidad, a la fortaleza se le conoce como el castillo Leap, y puede ser visitado libremente desde la autopista R421, a unas millas al norte de la aldea de Roscrea. Por su rica historia de asesinatos, caos y traición; no es de extrañarse que el castillo sea considerado el sitio más embrujado del mundo. En sus corredores, torres y salas hay muchos espectros; entre los cuales se encuentran una vengativa mujer vestida de rojo, esqueletos vivientes, monjes espectrales, poltergeists, niños fantasma y una aterradora criatura conocida como "El Elemental".

La Capilla Sangrienta.
El primer espíritu del que hablaremos en esta ocasión es aquel del sacerdote de la Capilla Sangrienta. En 1532, el jefe del clan, Mulrooney O'Carroll; murió sin dejar un sucesor designado. Sus hijos lucharon entre sí por el honor, lo que llevó al asesinato de uno de ellos; un sacerdote.
En un día fatídico, se encontraba dando misa en la planta alta de la torre cuando su hermano, conocido como Teige O'Carroll "El Tuerto"; entró corriendo y lo apuñaló en el pecho. Mortalmente, herido, el sacerdote colapsó sin vida sobre el altar. Desde entonces, el sitio ha sido conocido como "La Capilla Sangrienta".
Los visitantes al castillo dicen haber visto al sacerdote en un pequeño túnel a la izquierda de donde estuvo el altar en alguna ocasión; y en el área pueden escucharse ruidos extraños y sonidos.

Emily y Charlotte.
Dos de los espíritus más activos (de acuerdo con el dueño de la propiedad, el músico Sean Ryan) de la propiedad, son dos niñas llamadas Charlotte y Emily. Se cree que vivieron en el castillo en los 1600s, y que sus muertes fueron igual de trágicas.
Las circunstancias exactas del fallecimiento de Charlotte son inciertas, pero se especula que puede haber contraído una enfermedad fatal. Emily, por otro lado, cayó desde el muro sureste de la torre. Aparecen por las noches, soltando gritos que hielan la sangre; y en ocasiones son acompañadas por otra mujer fantasma a la que se le conoce como "La Gobernadora", y que ha sido vista cocinando en una olla en el primer piso.

La Dama de Rojo.
Subiendo la intensidad de las apariciones, es hora de hablar de la Dama de Rojo que aparece en la galería principal del castillo. La leyenda reza que fue asesinada al ser empujada de un balcón que da hacia la galería, cayendo varios metros y rompiéndose el cuello. Se manifiesta como un espectro esquelético que empuña una daga y avanza flotando ominosamente por la galería.

El Oubliette.
El Oubliette.
En 1922, durante la guerra civil irlandesa, gran parte del castillo fue quemado por el IRA. Durante la limpieza posterior y remodelación, se encontró un área conocida como el "Oubliette". La palabra, de origen francés, significa "olvidar".
El Oubliette se encuentra al fondo de un foso, en el cual hay una gran púa de metal que apunta hacia arriba. Aquellos desafortunados que fueron ejecutados por los sanguinarios clanes del castillo, caían en la pila hasta morir desangrados luego de varias horas. Se dice que para sacar todos los cuerpos del Oubliette, se necesitaron tres camiones.

El Elemental.
Reconstrucción del "Elemental".
Pero de todos los espíritus que pueblan este lugar, quizás el más horrible de todos es aquél al que se le conoce como "El Elemental". Es una entidad misteriosa que ha sido avistada por decenas de personas a lo largo de muchos años.
Se dice que el castillo siempre estuvo habitado por un espíritu peligroso, que posiblemente fue invocado por los druidas que habitaban el paso de las montañas siglos antes de la construcción del castillo, con el fin de proteger su sitio sagrado. Otra teoría apunta a que fue puesto ahí por una fuerza invasora que buscaba destruir el castillo desde adentro, y se menciona que el culpable fue el conde de Kildare; un conocido practicante de magia negra que intentó capturar Leap en varias ocasiones.
Las leyendas locales dicen que el Elemental es el espíritu corrupto de un ancestro del clan O'Carroll; el cual falleció en el castillo luego de una larga agonía por la lepra; lo que le da esas características de descomposición facial y la peste que rodea al espíritu.
Pero la historia más aceptada es la de Mildred Darby.
Mildred era esposa de un propietario del castillo a comienzos del siglo XX que tenía un gran interés en lo oculto y la magia negra. Se cree que una combinación de sus sesiones espiritistas y el descubrimiento del Oubliette fue la culpable de que el espectro del Elemental apareciera, porque poco después de la limpieza fue que Mildred tuvo un encuentro terrorífico con este ser.
No se sabe qué pueda ser, pero sí se tiene una idea de que solo se manifiesta cuando la gente lo provoca. Mildred Darby y varios aventureros y amantes de lo sobrenatural han sido no solo testigos de su aparición; si no que han recibido ataques del Elemental.

El relato de Mildred Darby:
"Dos manos me tomaron de los hombros. Giré abruptamente y vi, tan nítido como una persona real, a una 'Cosa' gris a unos cuantos pies de mí. Tenía los brazos alzados, como si quisiera maldecirme. Y no podría usar palabras para describir qué terrible era esta Cosa, su incongruencia física era enorme. Tenía la figura de un hombre pequeño, con dos grandes agujeros negros en lugar de ojos y rasgos como los de un muerto... Y toda esta cosa estaba sucia y cubierta de pelo similar al algodón. ¡Pero Oh, siniestro, repulsivo y demoniaco! Mis amigos que son diestros en lo oculto dicen que es lo que se conoce como un 'Elemental'.
La cosa era del tamaño de una oveja, delgada, demacrada y oscura. Su rostro era inhumano, lleno de vileza y grandes fosos negros en lugar de ojos; con labios abiertos y babosos, y saliva escurriéndole por la quijada. No tenía nariz, solo cavidades cavernosas en medio de ese rostro uniformemente gris. Sus manos terminaban en zarpas y lo rodeaba una peste que ofendía la nariz. El olor de la muerte, llenándome de náusea.
Me di cuenta de que el cuerpo de la criatura era vaporoso, indefinido y semitransparente. Podía ver el marco de la galería y la pared a través de él."

domingo, 18 de octubre de 2015

Slag - El demonio del Horno Sloss.

Uno de los túneles del horno Sloss.
El Horno Sloss es una planta industrial ubicada en la ciudad de Birmingham, Alabama; y en sus casi 90 años de operación, su producción de acero aportó la mayoría del metal usado para la construcción de los rascacielos neoyorquinos. En la actualidad, se encuentra clausurada y es considerada un patrimonio histórico.
Durante su periodo activo, de 1880 a 1872, El Horno Sloss fue sede de cientos de accidentes industriales con un alto índice de mortandad. La mayoría de los reportes son vagos y no se pueden verificar al cien por ciento, pero sí hay una lista de trabajadores que perdieron la vida en el interior del complejo industrial. 
En el libro "Sloss Furnaces and the Rise of Birmingham District" de W. David Lewis, se narran decenas de estos, entre los que se incluyen:
-Un trabajador que fue prensado por una rueda mecánica al engancharse la manga de su camisa con esta.
-Un hombre que resbaló de un andamio y cayó a un contenedor de acero fundido, siendo desintegrado en segundos.
-Varios trabajadores que cayeron de las pasarelas superiores y se estrellaron en el piso.
-Víctimas achicharradas por ráfagas de vapor súper caliente.
-Dos hombres que limpiaban las paredes de un horno y que perdieron la consciencia al inhalar vapor tóxico; cayendo al metal fundido del fondo.
-Una explosión en 1888 que quemó los ojos de seis hombres.
-El colapso de un andamio que lisió a dos y mató a otros seis.

Dada la historia trágica de la fábrica, no es de sorprenderse que tenga una reputación de estar embrujada. Entre los reportes se habla no solo de apariciones espectrales, si no silbatos que soplan por sí solos, pisadas misteriosas, golpes, gritos, sombras, orbes y nieblas entre los hornos. 
En el año 2003, un trabajador del sitio histórico fue enviado al hospital tras incendiarse espontáneamente y sufrir fuertes quemaduras. La víctima fue interrogada y dijo que comenzó a quemarse tras encontrarse cara a cara con una misteriosa figura en las sombras.
De estos espíritus, quizás el más aterrador es el de James Robert Wormwood, también conocido como "Slag"; un cruel capataz que hasta el día de hoy continúa rondando el sitio de su muerte.

Slag.
"Slag" era el capataz encargado del turno de la noche. Durante el verano cálido de Alabama, las temperaturas de la fundición alcanzaban más de 50 grados centígrados, por lo que la falta de sueño, el calor y la poca visibilidad producida por el vapor y el humo convertían el horno durante las noches en un infierno en la tierra donde solo los más desesperados se aventuraban a laborar.
Wormwood, un tirano enfocado en quedar bien con sus jefes; obligaba a sus empleados a acelerar la producción sin importar lo que les ocurriese. Durante su cargo, 47 hombres perdieron su vida (diez veces más que en cualquier periodo en la historia del Horno); y cientos más fueron mutilados e incapacitados por accidentes y una explosión en 1888..
Para Slag no había vacaciones o días feriados. Para él solo existía el Horno Sloss.
Pero naturalmente, todo debe llegar a un final. Y el de Slag llegó en octubre de 1906, cuando cayó al horno más grande (conocido como "La Gran Alice") y fue desintegrado en un segundo. Oficialmente fue  un accidente, pero hay quien menciona que los trabajadores de la fundición finalmente se habían cansado de él...
De todos modos, ni siquiera la muerte pareció detener al capataz. Desde su muerte, muchos empleados de la fábrica dijeron haber sido "empujados" por manos invisibles y haber escuchado a un hombre invisible gritando "¡Vuelvan al trabajo!".
La historia más aterradora relacionada con Slag tuvo lugar en 1971, justo la noche anterior a que Sloss cerrara sus puertas para siempre. Esa noche, el vigilante Samuel Blumenthal estaba dándole un último vistazo a la fábrica cuando se encontró cara a cara con lo que describió como un demonio que intentó hacerlo caer de las escaleras.
Blumenthal, que fue hallado al día siguiente cubierto con graves quemaduras, dijo que el demonio lo atacó a puñetazos por espacio de unos segundos; para después desaparecer en el aire. Esa noche, Blumenthal falleció en el hospital por lo terrible de sus heridas.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Mythos de Cthulhu no.9 - Hastur

"Me encontré rodeado por nombres y términos que había escuchado anteriormente en las más horribles de las conexiones... Yuggoth... el Gran Cthulhu... Tsathoggua... Yog-Sothoth... R'lyeh... Nyarlathotep... Azathoth... Hastur... Yian... Leng... el lago de Hali... Bethmoora... el Signo Amarillo... L'mur-Kathulos... Bran y el Magnum Innominandum...
Y me sentí movido a través de innombrables eones y dimensiones inconcebibles a los mundos de una entidad antigua y exterior la cual el autor del Necronomicon solo había adivinado de forma vaga... Hay todo un culto de hombres malvados (Un hombre de vuestra erudición mística sabrá a qué me refiero cuando los enlace con Hastur y el Signo Amarillo) devotos al propósito de rastrear y herir a otros en nombre de los monstruosos poderes de otras dimensiones..."
-H.P. Lovecraft, "El Susurrador en la Oscuridad".

También conocido como el Innombrable, Aquél que No Debe Ser Nombrado, Assatur, Xastur, Haaztre o Kaiwan; es quizás uno de los enigmas más grandes de los Mythos de Cthulhu. Su origen tuvo lugar no en la mitología de Lovecraft, si no en el relato "Haita el Pastor", escrito por Ambrose Bierce cuando H.P. Lovecraft solo tenía tres años de edad.
Originalmente descrito como una deidad benévola de los pastores, con el tiempo fue alterado por diversos autores hasta que llegó a manos de Lovecraft; quien convirtió al otrora dios benigno en una monstruosidad ignota e inclusive más perversa que el mismo Nyarlathotep o Cthulhu. August Derleth, parte del círculo de escritores que trabajaron en los Mythos de Cthulhu; escribió que Hastur era parte de la progenie de Yog-Sothoth y medio hermano del Gran Cthulhu.

El Rey Amarillo.
"La ambición de César y Napoleón palidece ante lo que no puede descansar hasta que se ha apoderado de las mentes de los hombres y controlado incluso los pensamientos que aún no han nacido... Es el Rey al que los emperadores sirven."
-Robert W. Chambers, "El Rey Amarillo".
Robert W. Chambers usó a Hastur desde 1895, en la serie de historias conocidas como "El Rey Amarillo", donde a la deidad se le menciona como un ser potencialmente sobrenatural en "El Signo Amarillo".
Aquí también se menciona a la ciudad de Carcosa, el lago Hali, y las estrellas de Aldebarán y las Hiades con relación a Hastur. Lovecraft leyó el libro de Chambers en 1927 y quedó tan admirado que añadió los elementos de éste a sus propias creaciones. 
Chambers presenta a Hastur como una entidad poderosa, insidiosa y con un deseo de dominación; al grado que busca lograr sus objetivos sembrando ese mismo deseo en las mentes de reyes, emperadores y conquistadores. El Rey Amarillo, avatar de Hastur, mora en la oscuridad de la ciudad de Carcosa; a orillas del Lago Hali en las Hiades. Sus descripciones parecen implicar que este lugar se encuentra en otra dimensión:
"A lo largo de la costa rompen las olas. Los soles gemelos se hunden bajo el lago. Las sombras crecen.
En Carcosa extraña es la noche en donde nacen las estrellas negras, y las extrañas lunas surcan los cielos. Pero más extraña es la Perdida Carcosa.
Canciones que las Híades entonarán. Donde ondean los harapos del Rey. El sonido debe permanecer sin escuchar en la Sombría Carcosa. Canción de mi alma, mi voz está muerta. Permanece sin ser pronunciada, que las lágrimas sin derramar se marchiten y mueran en la Perdida Carcosa.
-La Canción de Cassilda, en la segunda escena del primer acto del "Rey Amarillo".

El Rey Amarillo es un ser harapiento, vinculado a la misma Carcosa y con una motivación imposible de entender para las mentes humanas. No se sabe qué lo motiva, qué busca o cual es su deseo... pero aparece en la Tierra de vez en cuando. Puede despertar y reanimar a los muertos, poseer a los hombres y reclamar a aquellos que hacen tratos con él.
Se dice que el solo leer la obra del "Rey Amarillo" expone al lector a la influencia de este ser que si bien no aparece en las historias, está siempre presente con el Signo Amarillo.

Lovecraft, al igual que Chambers y Bierce; dotó a Hastur de una naturaleza ambigua y mística, pero le añadió la fatalidad y horror cósmico inherente del setting de los Mythos de Cthulhu. En "Horror Sobrenatural de la Literatura", Lovecraft escribe lo siguiente sobre el Signo Amarillo:
"...Tras tropezarme estúpidamente con el infernal y prohibido libro de horrores, los dos aprenden que entre otras cosas que ningún mortal sano debería saber; este talismán no es otro más que el Signo Amarillo, pasado de mano en mano por el culto maldito de Hastur desde la primigenia Carcosa..."

Así, Lovecraft se dedicó a convertir a Hastur en parte del panteón de los Primigenios y los Dioses Exteriores; trabajo que fue expandido por August Derleth, quien convirtió a Hastur en el engendro de Yog-Sothoth, Hermano de Cthulhu y posiblemente el Magnum Innominandum.
En los Mythos, Hastur cuenta con varios avatares:
El Devorador del Más Allá: Una monstruosidad negra y marchita, con tentáculos llenos de púas afiladas que pueden perforar cráneos y extraer el cerebro de sus víctimas.
El Rey Amarillo.
El Morador de las Profundidades.
Engendro de Azathoth.
Pareja de Shub-Niggurath y padre de Nug y Yeb.
Príncipe de los Primigenios.
El Sacerdote que no debe ser Mencionado.