Las ruinas de Shawnee Lake.
Conocido como "el parque de diversiones más emmbrujado del mundo", el parque del lago Shawnee se encuentra en Virginia del Oeste, y es un lugar famoso no solo por los eventos paranormales que ocurren en él, si no por una larga historia de violencia y accidentes fatales.
La historia comienza con los indios Shawnee, una tribu que habitaba la región que algún día sería Virginia del Oeste, y que ocupaban el borde del lago como un cementerio. Según los arqueólogos e historiadores locales, se cree que todavía puede haber más de tres mil cuerpos enterrados bajo el parque y en los campos vecinos.
En 1775, dos años antes del inicio de la revolución americana, la familia Clay llegó a Virginia y construyó una pequeña granja al borde del lago. Los Shawnee se sintieron ofendidos por la perturbación de sus tierras sagradas, y al principio se presentaron ante los Clay para pedirles que por favor se retiraran. Mitchell Clay, el patriarca de la familia, hizo caso omiso y continuó con su vida pese a las constantes súplicas de los Shawnee.
No se sabe si fueron los Shawnee o una tribu rival, pero lo cierto es que en agosto de 1783 un grupo de guerreros nativos invadió la granja Clay mientras Mitchell estaba ausente en un viaje de cacería. Al llegar, acabaron con dos de los hijos en el lugar, apuñalándolos y arrancándoles el cuero cabelludo como trofeo. Al mayor lo secuestraron, llevaron al bosque y ahí se le ató a una pira de madera seca para ser quemado.
Al regresar y hallar a sus hijos asesinados, el furibundo Mitchell Clay reunió rápidamente a un grupo de colonos y fue a cazar a los Shawnee que vivían en la localidad; matando a la mayoría. Por esta razón es que tanto nativos como colonos decidieron evitar el construir nuevos edificios en donde estuvo la granja Clay, pues se creía que la zona estaba no solo llena de fantasmas; si no de energías negativas.
El parque Shawnee.
Ignorando la leyenda como una superstición rural, en 1926 la tierra fue comprada por un empresario de nombre Conley T. Snidow; que creía que el borde del lago sería un lugar excelente para construir un parque para las familias de los trabajadores que comenzaban a llegar a la región de Virginia del Oeste, famosa por sus minas de carbón.
Originalmente, el parque contaba con columpios circulares, una rueda de la fortuna y un estanque acondicionado para nadar y pescar. A estos pronto se les sumaron un salón de bailes, puestos de comida y una alberca. Para 1950, el parque ya contaba con carritos chocones, una montaña rusa y botes de pedales para el estanque y el lago.
Parecía que la superstición finalmente había desaparecido, pues no había un fin de semana que el parque del lago no estuviese a reventar con familias de los pueblos y los condados cercanos. O al menos, hasta una racha de incidentes que comenzaron en esa década.
A mediados de los cincuenta, una niña que montaba en el columpio circular falleció por un incidente bastante inusual: Un camión en reversa no vio o no pudo frenar al llegar a los columpios, y la niña se estrelló de lleno contra el vehículo cuando este se atravesó en la trayectoria del juego. La niña falleció en el acto.
Más adelante, en 1966, la desaparición de un niño de once años en el parque concluyó cuando, una semana después de su desaparición, se encontró su cadáver putrefacto en el fondo del estanque para pescar. Resulta que el chico había estado nadando en el fondo cuando su brazo se atoró en una pipa de drenado y se ahogó al no poder sacarla a tiempo.
Al poco tiempo de esta última muerte, el parque fue cerrado y sus atracciones terminaron como ruinas oxidadas en medio de los bosques de Virginia del Oeste, hasta que en 1985 se volvió a comprar el parque con la intención de convertirlo en un campamento con cabañas de pesca.
Con el tiempo, los visitantes a las ruinas del parque comenzaron a reportar una amplia gama de situaciones inexplicables, que incluyen pero no se limitan a:
-Una sensación de persecución y ser observado al entrar al parque.
-Ataques de pánico repentinos.
-Sensación de fatalidad al acercarse a los columpios.
-Contacto de manos invisibles en los hombros.
-Ser empujado o golpeado por fuerzas no físicas.
-Objetos que se mueven solos.
-Sombras que rondan y se ocultan entre los juegos.
-Columpios que se mueven por sí solos.
-Apariciones del tamaño de niños entre los pastizales y los juegos mecánicos.
-Sonidos anómalos como risas infantiles, susurros al oído, gritos, cánticos en lenguajes desconocidos y llantos.
-Figuras inexplicables y niebla en fotografías.
-Fenómenos de voz electrónica entre los que se han registrado voces que dicen "Por favor, váyanse", "No", "No hablaré" y la voz de una niña que parece susurrar "Estoy en los columpios".
De acuerdo con el dueño del parque y algunos visitantes, el fantasma más activo es el de una niña que aparece cerca de los columpios. A la niña se le describe con un vestido rosa manchado de sangre seca, con una expresión sombría en el rostro y el poder de paralizar a quien la mira a los ojos.
Otro fantasma es el de un suicida que saltó de la cima de la rueda de la fortuna, y que es visto como una sombra en el asiento más alto; y que a veces se deja caer, solo para desaparecer antes de tocar el suelo.
En el caso del estanque, o más bien la charca de agua lodosa que es hoy; algunos pescadores que la visitan con la intención de atrapar uno de los peces gato introducidos en la década de los ochenta; cuentan historias de figuras oscuras que flotan bajo la superficie y unas manos que parecen brotar del fondo para jalar a quien se introduzca en el agua.
Los espíritus de nativos americanos suelen aparecer cerca de los viejos puestos de comida, manifestándose durante las noches ya después de que el parque ha sido cerrado o en épocas donde no hay campistas; por ejemplo en el invierno.
Caso curioso y relacionado es el que ocurrió con el equipo de producción del programa "Los Lugares más Aterradores de la Tierra", del Travel Channel en el año 2005.
Los camarógrafos y el equipo de investigación se negaron a entrar al parque porque además de escuchar cánticos y tambores indios, se percibía una sensación de fatalidad en el ambiente, como si algo malo fuera a ocurrirles. En el programa "Ghost Lab", un miembro del equipo quedó inexplicablemente atrapado dentro de una taquilla, aún cuando la puerta no contaba con una cerradura o un mecanismo que impidiera su apertura.
Aun después de leer todo esto, tengo curiosidad por visitar ese parque.
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