De acuerdo con registros históricos dejados por las civilizaciones del Mediterráneo, en África alguna vez existió una especie de oso. El animal, conocido como el Oso Atlas, habitaba las montañas del mismo nombre y regiones vecinas en Marruecos y Libia; y era similar a un oso pardo, aunque de características herbívoras.
Su decline coincide con la época en que el Imperio Romano se extendió a África, pues los romanos cazaban y capturaban a esta especie con el fin de llevarla a los juegos que se tenían en el coliseo. Y aunque la especie existiría hasta el siglo XIX, desapareció con la introducción de armas de fuego a África y la expansión de actividad humana.
Sin embargo, en el centro de África y las montañas del norte existen historias de un animal carnívoro mucho mayor que el león y el leopardo; un temido cazador nocturno que toma su nombre de una tribu: el Oso Nandi.
Si bien los relatos de encuentros con este animal provienen en su mayoría de cazadores furtivos, nativos y exploradores que se adentran en lo más recóndito de las sabanas y selvas; ha sido visto en incontables ocasiones por colonos y granjeros, incluso tan cerca que sus descripciones automáticamente descartan la confusión con algún otro carnívoro.
El animal que describen, para sorpresa de la comunidad científica, es similar a los úrsidos en su postura y comportamiento. Se dice que es capaz de pararse en sus patas traseras, es un escalador de árboles excepcional, posee un pelaje grisáceo y se asemeja un poco al oso pardo europeo.
Representación del oso Nandi.
Algunos criptozoólogos y biólogos apuntan a que posiblemente se trata de una población sobreviviente del Oso Atlas, aunque hay una discordancia en términos de hábitat del animal; pues el oso Nandi ha sido avistado en los bosques del este de África, al otro extremo del continente. También algunos reportes desmienten la idea de que puede trepar árboles, y que su pelaje no es café; si no casi negro en el lomo y de un naranja brillante en el vientre.
En este punto cabe mencionar que podría tratarse de una subespecie no descubierta del oso pardo europeo; ya que la evidencia histórica indica que en ciertas áreas de Irán, Israel y Medio Oriente han sobrevivido pequeñas poblaciones de osos; los cuales llegan a pesar hasta menos de cien kilos y tienen un tamaño menor al de sus contrapartes europeas.
Por ejemplo, existe una teoría que maneja la posibilidad de que hace miles de años, los osos europeos que se extendieron a regiones de Israel hayan encontrado la forma de atravesar Egipto; tal vez en una época en que las lluvias y condiciones climáticas eran más idóneas que en la actualidad.
El mayor Brathwaite, un respetado explorador y miembro del ejército británico, relató en un libro sobre sus viajes, un encuentro acaecido en 1912 durante una expedición:
"Viajaba con un primo en la región de Uasingishu, justo después de finalizada la expedición Nandi y mucho antes de que construyéramos asentamientos en la zona. Habíamos acampado cerca del río Mataye y caminábamos hacia la roca Sirgoit, cuando divisamos a la bestia... Vi a un gran animal sentado en sus patas traseras a 30 yardas de distancia. Tenía una actitud similar a la del oso en el Zoológico al momento de pedir comida, y debo decir que medía casi metro y medio de alto. Luego se echó hacia adelante y se fue en dirección a Sirgoit, caminando como un oso.
Tomé mi rifle y le disparé mientras desaparecía tras las rocas. Y aunque fallé, la bestia se detuvo y nos miró por un momento... podría decir que en tamaño, era más grande que el oso que habita el zoológico de Londres, y tenía una complexión robusta. La patas delanteras se hallaban cubiertas de un grueso pelaje, mientras que las traseras tenían pelo corto y pegado al cuerpo. La cabeza era larga y puntiaguda, como la de un oso... y no recuerdo perfectamente las orejas más allá del hecho de que eran demasiado pequeñas."
Diversos zóologos e investigadores han propuesto la idea de que el Oso Nandi sea de hecho una especie pequeña de oso sub-tropical, como las que se encuentran en el sureste asiático. Se diría que podrían haber emigrado a África desde Afganistán o la India; o que posiblemente en la edad de hielo tuviesen un rango geográfico mucho mayor al de la actualidad.
Comparación entre un Dinopithecus y el papión más grande en la actualidad, el Chacma.
Una teoría más apunta a que el Oso Nandi es una especie de papión o mandril gigante sin descubrir.
Históricamente, algunos miembros de la tribu Nandi identifican al animal como una especie de mono o simio; lo que ayuda a cimentar esta idea.
Es importante explicar que si bien las especies de mandril o papión más grandes en el mundo ya no rebasan el tamaño de un perro grande; el registro fósil en África ha entregado evidencia de que en el pasado existían especies como el Dinopithecus ingens; que podía ser incluso tan grande como un ser humano.
Históricamente, algunos miembros de la tribu Nandi identifican al animal como una especie de mono o simio; lo que ayuda a cimentar esta idea.
Es importante explicar que si bien las especies de mandril o papión más grandes en el mundo ya no rebasan el tamaño de un perro grande; el registro fósil en África ha entregado evidencia de que en el pasado existían especies como el Dinopithecus ingens; que podía ser incluso tan grande como un ser humano.
Reconstrucción de la Hiena Gigante, Pachycrocuta Brevirostris.
Existe también la posibilidad de que la identidad del Oso Nandi esté relacionada con las hienas; a juzgar por las descripciones de su postura y el color inusual de su pelaje.
En el registro fósil de África hay evidencia de varias especies de hiena, que fueron extinguiéndose poco a poco hasta que solo quedaron cuatro; siendo la más grande la Hiena Moteada. En el pasado existió un depredador mucho más grande, una variedad de hiena tan grande que parecía más un oso que un cánido de gran tamaño.
Karl Shuker, un biólogo y paleontólogo inglés; ha declarado que posiblemente el Oso Nandi sea parte de una población sobreviviente de la Hiena de Cara Corta (Pachycrocuta Brevirostris), que se extinguió oficialmente hace 50,000 años.
En el registro fósil de África hay evidencia de varias especies de hiena, que fueron extinguiéndose poco a poco hasta que solo quedaron cuatro; siendo la más grande la Hiena Moteada. En el pasado existió un depredador mucho más grande, una variedad de hiena tan grande que parecía más un oso que un cánido de gran tamaño.
Karl Shuker, un biólogo y paleontólogo inglés; ha declarado que posiblemente el Oso Nandi sea parte de una población sobreviviente de la Hiena de Cara Corta (Pachycrocuta Brevirostris), que se extinguió oficialmente hace 50,000 años.
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