Tercera entrega de las historias de fantasmas más conocidas de las grandes ciudades de México. En esta ocasión, Guadalajara.
Nota: Estos lugares han sido recolectados de páginas de internet, foros de discusión y videos de varios sitios.
Avenida Lázaro Cárdenas:
Esta vialidad que conecta Guadalajara con Chapala ha sido sede de varios accidentes que de acuerdo con algunos conductores, pueden ser achacados a una mujer fantasma que aparece súbitamente en la carretera y obliga a los conductores a dar el volantazo.
Quienes la han visto, dicen que aparece a altas horas de la noche y que incluso hasta ha sido "golpeada" por vehículos.
Hotel Azteca:
Antiguamente un hotel de cinco estrellas y alcanzando su mayor auge durante el mundial México '86, esta construcción fue abandonado a raíz de hechos violentos relacionados con el narcotráfico.
En sus pasillos y habitaciones se dan toda clase de sucesos sobrenaturales: sombras, presencias malévolas, voces que susurran en la oscuridad, gritos e inclusive huellas inexplicables en cristales. La actividad principal se concentra en la habitación 409 y la zona donde anteriormente se encontraba la alberca, la cual es embrujada por el alma de una mujer que grita pidiendo ayuda durante las noches.
Hospicio Cabañas:
Esta edificación que data de inicios de 1800, ha servido como asilo, barracas, prisión e incluso un orfanato. La leyenda reza que en su interior se aparecen toda clase de fantasmas, primariamente niños; y que originalmente tenía un reloj monumental que se detuvo en el momento exacto que un pequeño falleció en 1952.
La casa del trébol negro:
Fue lugar de un crimen en que un hombre asesinó a su familia, y las almas de éstos aún se mantienen adheridos a la construcción. Se reportan manchas de sangre en las paredes de las habitaciones, llantos y voces por toda la casa.
Hospital Fray Antonio Alcalde y Barriga:
En este hospital que fue abierto en el siglo XVIII y aún sigue en funcionamiento, hay varias entidades sobrenaturales que se aparecen en los pasillos; siendo la más activa una enfermera llamada Manuela Lozano, quien de acuerdo a los registros, vivió en el siglo XIX y se manifiesta en el ala de medicina interna.
Casa de los Abanicos:
Esta imponente finca estuvo abandonada durante un tiempo, lo que ayudó a cimentar su reputación como un lugar embrujado; en especial luego de que se manejara la teoría de que en su interior se realizaban misas negras y otros rituales satánicos.
El árbol del Vampiro:
La historia cuenta que hace muchos años, un vampiro aterrorizó la ciudad de Guadalajara; atacando a niños y mujeres para chuparles la sangre. Hartos de la oleada de asesinatos, los habitantes se reunieron y pusieron fin al vampiro; clavándole una estaca en el pecho mientras descansaba en su ataúd.
El árbol, que en la actualidad se encuentra rodeado por rejas; creció a partir de la estaca, rompiendo las losas de la tumba. Al árbol se le dan toda clase de propiedades sobrenaturales: que si se le cortan pedazos del tronco manará sangre humana, que pueden verse los rostros de las víctimas del vampiro en la corteza; y que el día que el árbol muera, el vampiro resucitará para continuar alimentándose de líquido vital.
La tumba de Nachito:
En el panteón de Belén puede hallarse un sepulcro muy particular, que sobresale del resto por que en él hay decenas de juguetes y dulces dejados como ofrenda para el espíritu de un pequeño llamado Ignacio, o Nachito, como se le conoce popularmente.
Ignacio era un niño que padecía de claustrofobia y miedo a la oscuridad, por lo que a raíz de que falleció y fue sepultado; comenzaron a ocurrir sucesos paranormales. La lápida aparecía movida de lugar cada mañana, y los veladores del panteón decían ver a un pequeño corriendo por entre las tumbas. A raíz de eso, los padres del niño ordenaron que se modificara la sepultura; colocándola por sobre el suelo para evitar que el niño estuviese por debajo de la tierra.
El árbol del Ahorcado:
A un costado del panteón de Belén se localiza el viejo Hospital Civil de Gudalajara. Una leyenda popular del panteón es la de un joven que padecía cáncer y se suicidó luego de que se le informara que su padecimiento era términal.
Al muchacho lo hallaron colgado de un árbol en el extremo entre el hospital y el panteón; mismo del cual solo queda el tronco y en donde por las noches puede verse la sombra del muchacho colgado.
El Monje:
Hace años apareció una filmación que tuvo lugar en la capilla de vejación del Panteón de Belén. En ella se puede apreciar a una pareja de recién casados siendo fotografiados sobre las escalinatas de la capilla del panteón; cuando sin percatarse, aparece por detrás de ellos la silueta de un monje que lleva un crucifijo en la mano y desaparece bajo las escaleras.
Hospital Civil Viejo de Guadalajara:
Existe una grabación tomada en los quirófanos del hospital, donde un par de enfermeros aparecen hablando hasta que el que graba con su teléfono capta la imagen de una persona caminando rápidamente detrás de la puerta de la habitación donde se encuentran.
Al ir a ver de quién se trata, no encuentra nada más que una mesa que parece moverse por sí sola.
Zoológico de Guadalajara:
Personal y visitantes del zoológico de Guadalajara han reportado encuentros con una presencia agresiva que camina por las noches en el auditorio y los caminos entre las jaulas. Hay reportes de olores putrefactos, zonas frías y una niña fantasmal que se aparece en la estación del tren.
Plaza Ciudadela:
Hay un video captado por cámaras de seguridad en el cual se aprecia a un niño corriendo por un pasillo e introduciéndose a través de un hueco en una pared.
La Casa de los Perros:
También conocida como Museo del Periodismo, es una gran mansión ubicada en el centro de Guadalajara y que es conocida por las esculturas de perros pointer en el tejado y que actúan como guardianes.
Al fallecer el dueño, dejó en su voluntad un desafío: que aquél que fuese lo suficientemente valiente y le ofreciera nueve rosarios en el panteón de Mezquitán, sería el heredero legítimo de la propiedad. Hasta la fecha, nadie ha podido cumplir la voluntad del dueño; mientras que otra versión señala que la propiedad será de quien logre pasar una noche entera en la casa.
Sin embargo, esto resulta imposible gracias a los sucesos paranormales que ocurren en ella: gruñidos, poltergeist, gritos y sombras son ocurrencia común en las noches, e incluso algunos aseguran que los perros en el tejado ladran y merodean por ahí.