Al igual que en muchas otras mitologías, los Inuit de Alaska y el norte de Canadá cuentan con leyendas sobre animales sobrenaturales que parecen odiar al hombre. Junto al Kooshtaka, el Amarok o el Aklut; el Keelut es uno de los más temidos seres de las leyendas que los esquimales solían contar durante las oscuras épocas sin sol en el círculo polar ártico.
El Keelut, también conocido bajo otros nombres como Qiqirn, Ke'lets o Qiqion es un espectro del inframundo que aparece únicamente durante el invierno y toma la forma física de un perro despellejado casi por completo, con excepción de sus patas; las cuales van cubiertas de grueso pelaje que le ayuda a borrar sus huellas.
Esta adaptación le permite al Keelut el perseguir a su presa, por lo regular humanos; sin que estos se percaten. Aunado a esto, este monstruoso espíritu canino también es fanático de desenterrar cadáveres y devorarlos; por lo que la tradición Inuit sugiere que también actúa como un augurio de la muerte.
Sin embargo, su poder más peligroso es el de provocar convulsiones en sus presas con solo verlas; hacerlas olvidar a donde se dirigían o matarlas de hipotermia. Una vez que su víctima está indefensa, el Keelut entonces comienza a devorarla. Afortunadamente, es fácil ahuyentarlo; ya que le teme al ruido y los gritos, así como el llamarlo por su nombre pueden hacerlo correr. Aunque esto también resulta difícil, pues el Keelut es un gran cazador y por lo regular sus víctimas ni siquiera se dan cuenta de su presencia hasta que es muy tarde.
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