Trabajo como policía de tránsito en Portsmouth, Inglaterra; y no en pocas ocasiones me he encontrado con situaciones que no he podido explicar. Pero lo que me pasó la noche del 25 de noviembre del año pasado es sin duda, la más extraña de todas.
Ya había anochecido cuando mi compañero y yo estábamos aparcados a un lado del camino cuando nuestro detector de velocidad capturó 'algo' invisible moviéndose a más de 30 kilómetros por hora. Nuestros radares eran nuevos y no tenían porqué descomponerse, así que optamos por revisar las grabaciones de la cámara montada en el parabrisas de la patrulla.
Lo que vimos... bueno, diré que hasta la fecha no puedo entenderlo.
La cámara captaba lo que puedo describir como dos figuras humanoides, corriendo por la calle a unos veinte metros de donde nos encontrábamos; y solo eran visibles en el filtro de visión nocturna. Los puedo describir como de una altura promedio, de color plateado y corriendo a gran velocidad por el camellón que dividía la autopista.
Al poco tiempo, apareció otra figura. Algo con el cuerpo de una mujer, de aproximadamente 1.80 de alto y que emergía de detrás de una camioneta aparcada en un lote al otro lado de la autopista. La mujer, a diferencia de los otros seres, llevaba un vestido holgado y que parecía más adecuado para el verano en el mediterráneo que para una noche de noviembre en Inglaterra.
En ese momento, un auto pasó por la autopista y las figuras se esfumaron en el aire. Mi compañero y yo esperamos en silencio, a la expectativa de que las apariciones volvieran; pero nada más pasó hasta el final de mi turno a las nueve de la noche. Curiosamente, cuando pedí ver de nuevo la grabación, sentí un escalofrío al darme cuenta de que en la cinta no aparecía rastro alguno de las figuras o de la mujer.
Obviamente, no reporté el incidente de manera oficial, pero varios amigos y otros compañeros en la fuerza dicen que en esa autopista a veces pasan cosas muy raras.
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