Hay muchas historias de monstruos.
¿Te has preguntado alguna vez, qué es lo que hace a un monstruo?
El Minotauro, Drácula, Grendel, Godzilla, la Llorona y Slender Man son todos diferentes; pero en sí, comparten una cualidad fundamental. Supongo que podrías decir que sabes identificar a un monstruo cuando lo vez, ¿Pero en verdad eres capaz de hacerlo? Porque, ¿cuál es el ingrediente que conecta a los monstruos?
Los dictadores como Hitler, los asesinos como Gein o Jack el Destripador, son monstruos. También los zombies, los vampiros, los hombres lobo y los Kaiju. Incluso un animal bajo las circunstancias indicadas, puede ser un monstruo. Algunos visten bien y parecen personas normales, otros son abominaciones y algunos más actúan por instinto; así que no, no hay nada físico en común que diga qué es un monstruo. Al fin y al cabo, técnicamente podríamos decir que Pikachu o Sully son monstruos.
En realidad, lo que determina a un monstruo real, es que tiene la capacidad de dañar al inocente como su directiva primaria.
Entonces, me gustaría contarte de un monstruo en particular.
Este es muy distinto a lo que encontrarías en una historia de horror, por dos razones.
Primera, ni siquiera está vivo. No piensa. No te perseguirá como un Xenomorph o un tigre, ni intentará dañarte intencionalmente. Al igual que Azathoth, ni siquiera es capaz de reconocer su existencia. Es un idiota en medio de una oscuridad perpetua. Tal vez, en algún momento de la historia intentó atacar en un acto de violencia, pero desde entonces permanece perfectamente quieto en la oscuridad, mientras la gente intenta olvidarlo.
Ahora, solo está sentado ahí. Incluso si te acercas, no escapará o intentará agredirte. No te manipulará psicológicamente como Hannibal Lecter, no te engañará como Loki, ni te comerá como un dinosaurio o te cazará como Jason Voorhees; en realidad no hará nada que usualmente asociamos con los monstruos que plagan nuestros miedos.
De hecho, es mucho más peligroso que cualquier cosa que te puedas imaginar. Más que Doomsday, la Cosa de Otro Mundo, Godzilla o Cthulhu. Si te acercas, te destruirá. Y peor, ni te darás cuenta de qué pasó.
En segunda, debes saber qué es real.
Sí, ya sé que hay muchas historias que dicen ser reales, como Slender Man o Jeff the Killer, pero para cuando llegues al final de esto; sabrás que no te miento. El monstruo está allá afuera, esperando mientras lees esto. Sé que todavía no me crees, pero déjame convencerte.
Antes de comenzar, debo explicar su historia.
Hace años, la humanidad lo creó con la idea de que podría mantenerlo encerrado y usar su energía para darnos luz y calor. Pero como ocurre siempre, incluso la mejor idea puede ser la peor pesadilla bajo la luz adecuada. Y así pasó. Los expertos que lo crearon perdieron control de él, y la bestia emergió destruyendo todo con una bola de fuego antes de escapar al sótano abandonado donde espera hasta el día de hoy.
Puedes pensar de qué se trata, y tal vez tengas la cosquilla de encontrarlo por tí mismo, pero... por favor, no lo intentes. Para comenzar, es ilegal. Fue creado por humanos, de la clase que no se sentirán muy contentos si intentas encontrarlo. Cualquiera que se embarque en la jornada de encontrar al monstruo será sin duda, capturado y arrestado. Esos serán los afortunados, pues solo volverán con una multa y tal vez un tiempo en la cárcel.
Pero no pienses mal. Esas leyes tan estrictas son para protegernos de él.
Quienes lleguen a verlo, seguro enfrentarán su fin cuando la bestia destroce sus cuerpos a pedazos antes de que siquiera lo noten. ¿Qué tanto estás dispuesto a arriesgarte para satisfacer tu curiosidad?
Está bien... ya te oí.
En todo caso, déjame decirte que hay dos formas de llegar. Recomiendo la más difícil, pues la que da más opciones de lorgarlo. Debes viajar a una aldea remota y caminar por los bosques, rumbo a la desolación. Te recomendaría abastecerte de provisiones y suficiente comida para durar un par de días en la intemperie.
Y necesitarás una linterna porque no hay iluminación en la guarida de la bestia. Y si no quieres caminar solo, puedes ir a un tour. Claro, algunos avispados intentarán venderte tours del área maldita por la vestia. Ha matado a cientos y hecho correr a miles de sus hogares, y eso atrae a la gente. No sé, tal vez curiosidad mórbida. Esa misma curiosidad que la tuya.
De cualquier modo, no te recomiendo el tour. No te llevarán lo suficiente cerca para verlo y si intentas alejarte del grupo, las autoridades serán alertadas y te capturarán. Quédate mejor con la opción solitaria.
Al llegar, te encontrarás en una ciudad habitada por cien mil almas al borde de un río. Bueno, ciudad es decir mucho. Más bien es un pueblo. Es el último sitio habitado antes de llegar al reino de la bestia, al norte. Hay algunas aldeas pequeñitas por aquí y por allá, pero son bastante insignificantes y remotas. No hay caminos, tampoco.
Y no te preocupes, casi todos los que vivían al norte huyeron despavoridos y abandonaron todo. Muchos ni siquiera llegaron a huir, y quedaron tirados donde los sorprendió la aparición de la bestia.
Desde ahí, debes viajar al noreste.
Habrá caminos de terracería, pero ahí llamarás la atención. La mejor ruta es seguir a lo largo del delta del río, escondiéndote en las partes bajas o seguir al norte y al este a través de varios campos abandonados. La falta de humanos ha permitido que los animales sobrevivan, así que ten mucho cuidado con los lobos.
De cualquier modo, eventualmente llegarás a una reja de malla ciclónica llena de advertencias. Este es el perímetro de la guarida de la bestia. Aquí comienza lo divertido. Necesitarás escabullirte por varias rejas y vallas de seguridad, y verás toda clase de aldeas y edificios abandonados a lo largo de kilómetros. Quizás sea sabio esperar a que sea de noche para cruzar la reja y avanzar, porque nadie patrulla durante las horas de oscuridad.
Considera tomarte tu tiempo. Mucha gente paga grandes sumas de dinero para ver la devastación, y muy pocas veces hay alguien que se atreva a ir solo. Asegúrate de no quedarte quieto en un lugar por mucho tiempo, porque aquí estás dentro de la esfera de influencia de la bestia, aunque a esta distancia no hay tanto peligro. Quizás no lo notes, pero ya te está atacando.
Mientras más vayas al este, verás sus poderes.
Árboles petrificados de color rojo, plantas muertas por todos lados y cadáveres de animales blanqueados por el sol. Eventualmente llegarás a un lago artificial y las ruinas de una ciudad en la costa del noroeste. Más allá, verás un complejo industrial a la distancia. En la oscuridad debe ser difícil verte, pero aún así ten cuidado porque habrá quienes trabajen aquí: Empleados gubernamentales ocupados en la construcción de un nuevo edificio o barreras para disminuir los poderes de la bestia o sencillamente algunos guardias que están ahí para arrestar a los incautos como tú.
Si te tomas un tiempo para vagar por ahí, verás que los edificios están llenos de reliquias del pasado. Como si el tiempo mismo se hubiese detenido del todo. Pero no es por eso que estás aquí.
Más al noreste verás una silueta monstruosa contra el cielo nocturno. No, no es la bestia. Es un edificio parcialmente construido para mantener a la bestia contenida. Es el segundo intento de hacerlo, porque el primero fue incapaz de lidiar con los poderes de la abominación. Pero aún así, su construcción fue detenida gracias a un conflicto armado en las cercanías del sitio.
Necesitas ignorarlo.
Quieres verlo. Tu objetivo yace en el interior. A estas alturas, ya sabrán de qué hablo.
Tienes el camino libre. Las autoridades ni siquiera se acercan a este punto y es posible entrar durante la noche. Si de alguna forma logras entrar al lugar, conocido como el Sarcófago, buena suerte.
Notarás que el techo colapsó hace años y que las paredes están agrietadas, como si algo muy grande hubiese golpeado hasta romperlas. Ya es tarde. Si has llegado hasta aquí, tus posibilidades de supervivencia son escasas. Ya te está matando.
De seguir, notarás que el sitio está atiborrado de escombros, con vigas de metal tiradas por todos lados y plataformas inestables por todos lados. Debes llegar al centro y descender a una fosa donde vive el monstruo. No te recomiendo saltar, es profundo. En realidad, necesitas bajar por los lados, encontrar un pedazo de suelo agujereado para saltar a un piso inferior y rodear por las escaleras que aún existan. Más allá, está la bestia. Esperando.
Estás cerca. Necesitarás una linterna, porque solo así podrás ver. No hay luz eléctrica, y a esta profundidad la luna ya ni siquiera pasa por las grietas del techo. Camina por los pasillos, y eventualmente llegarás a un túnel que parece haber sido atacado por un dragón.
Procede. Llegarás a una esquina. Detente y toma aliento.
El monstruo está a la vuelta. Toma otro respiro. Verás algo que casi nadie sabe que existe. ¿Quieres seguir? Bien.
Verás otro pasillo con las mismas paredes derruidas y ninguna señal de un monstruo. Esperarías ver un horror indescriptible o una abominación salida de las peores pesadillas de hombres como Junji Ito, H.P. Lovecraft o Stephen King, ¿no? Lo único frente a tí es una masa de roca fundida que se escurre por un muro, algo casi alienígena. Acércate. Tócala. Se sentirá cálida.
Has encontrado al monstruo.
Como te dije, no es una criatura. Ni siquiera está vivo.
Pero aún así, es la bestia más peligrosa que existe en la tierra.
Si salieras corriendo de manera inmediata, y de pura casualidad encontraras un hospital, de cualquier manera morirías. En media hora, te sentirás con náuseas y vomitarás. En horas, sufrirás de migraña, diarrea y fiebre. Ya te sientes débil y desorientado. Tu cabello, dientes y uñas se caen. Ahora eres propiedad de la bestia.
Dije que apenas y se mueve. Sí, lo hace. Lentamente.
Está fundiendo la tierra bajo él. Si lleva a tocar los mantos acuíferos, acabará envenenando a todo un continente o explotará con una fuerza comparable a la de un volcán. Si escupe su veneno a la atmósfera... bueno, digamos que los dinosaurios la tuvieron fácil en comparación. Su furia no puede ser contenida. Ignorarlo no es una opción.
En fin, relájate.
No estás ahí. No fuiste a ese viaje. Es más, seguro estás leyendo esto en la pantalla de tu teléfono mientras matas el tiempo en la noche antes de dormir. Tal vez diste con esta historia por casualidad al buscar cosas de miedo en Google. Si sabes de quién hablo, respirarás tranquilo sabiendo que está a miles de kilómetros, al otro lado del océano. En fin.
Pero recuerda, está ahí afuera. Sentado en la oscuridad.
Hay quienes lo han visto y fotografiado. Google te mostrará fotografías de él, que parecen haber sido pasadas por filtros en Photoshop para parecer espectrales y dar miedo. En realidad, no están alteradas. El poder de la bestia es tanto que deforma la luz y nos impide verlo como es.
¿Su nombre?
Técnicamente, su nombre científico es Corio. Algunos más lo llaman Medusa o El Basilisco, porque verlo significa una muerte instantánea.
Aunque es más popular llamarle de forma estúpida y casi divertida.
¿Quién pensaría que algo llamado Pata de Elefante sería tan terrible?
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