"Okiku y los nueve platos" es una de las historias de fantasmas más famosas de Japón, y data de julio del año de 1741; cuando apareció con el título de "Bancho Sarayashiki" ("La mansión de los platos en Bancho") en una producción del teatro Toyotakeza.
La leyenda ha sido adaptada constantemente tanto al teatro como shows de marionetas, obras de Kabuki y producciones televisivas y cinematográficas.
Como ocurre con varias leyendas de terror, el relato de Okiku cuenta con varias versiones, siendo la más popular una escrita por Okamoto Kido; la cual debutó en el teatro Hongo-Za en el año de 1916 y es una versión "moderna" en la cual se realiza un profundo estudio psicológico de los personajes.
Versión Original:
Hace mucho tiempo existió una bella sirviente llamada Okiku que trabajaba para el samurái Aoyama Tessan; quien estaba enamorado de ella. Okiku lo rechazó varias veces, por lo cual en venganza el guerrero la engañó para que creyera que había perdido o robado uno de los diez platos de cerámica de la familia.
Naturalmente, ese crimen resultaría en que la ejecutaran; por lo que una desesperada Okiku comenzó a contar los platos una y otra vez. Al no encontrar el décimo, fue a llorarle a Aoyama para explicarle que no había sido su culpa. El samurái se ofreció a ignorar lo ocurrido si la joven se casaba con él, pero Okiku se rehusó. Furioso, Aoyama la arrojó a un pozo para que muriera ahogada.
Se dice que al morir, Okiku se convirtió en un "Onryo"; una suerte de espíritu vengativo que torturaba a su asesino al salir del pozo cada noche; contando del uno al nueve. Al llegar al diez, el espíritu lanzaba un grito agónico y desgarrador al darse cuenta de que el plato no aparecería. En ciertas versiones de la historia, este tormento continuó hasta que un exorcista fue llamado a la casa y gritó "¡DIEZ! al final de su conteo.
El gantasma, creyendo que alguien había encontrado el décimo plato por ella, finalmente pudo descansar en paz.
Versión de Ningyo Joruri:
Hosokawa Katsumito era el señor del castillo de Himeji. Un día, Katsumoto cayó gravemente enfermo y su heredero Tomonosuke comenzó a planear el darle los diez platos al shogun con el fin de asegurar su sucesión.
Sin embargo, el jefe Asayama Tetsuzan también planeaba ocupar el lugar de Katsumoto. Uno de los asistentes de Tomonosuke, estaba a punto de casarse con una joven llamada Okiku; lo que llevó a Tetsuzan a intentar forzar a Okiku a ayudarlo con el homicidio de Tomonosuke.
El jefe Tetsuzan contrató a un ninja para que robara uno de los diez platos, y posteriormente llamó a Okiku para que le llevara los platos a su cámara bajo una excusa. Una vez ahí, intentó seducir a Okiku pero la joven se resistió por el gran amor que le tenía a su prometido. Esto enfureció a Tetsuzan y en venganza, le ordenó a Okiku que contara los platos frente a él; pero al faltar uno, culpó a Okiku por el robo y se ofreció a mentir para salvarla si la chica aceptaba ser su amante.
Ésta se negó, y el encolerizado Tetsuzan la mandó a azotar con una espada de madera y después a ser colgada desnuda sobre un pozo. El jefe disfrutó verla ser bajada constantemente al pozo y azotarla con una espada de madera cada que salía para respirar. De nuevo, le propuso que fuera su amante y le ayudara a matar a Tomonosuke; pero Okiku se negó.
Furioso, Tetsuzan la hirió con su propia espada y la hizo caer al pozo finalmente.
Al limpiar la sangre de la hoja de su espada, Tetsuzan pudo escuchar el sonido de una voz que contaba desde el pozo. La versión de esta obra concluye con el espíritu de Okiku trepando para salir del pozo ante la mirada impávida de Tetsuzan.
Versión de Kido Okamoto:
En 1655, un vasallo del shogun llamado Aoyama Harima se enamoró de una joven sirvienta llamada Okiku. Aoyama le prometió casarse con ella, pero un día recibió una propuesta de matrimonio de una tía. Aoyama, decidido a casarse con Okiku, se negó ante la propuesta.
Okiku dudó de él por celos y lo probó al romper uno de los diez platos del caserío Aoyama. La destrucción de uno de estos platos se sentenciaba con la muerte, y la familia de Aoyama pedía que ese castigo se cumpliera. Al principio el joven se convenció de que Okiku rompió el plato por accidente y la perdonó, pero al revelar que había hecho eso para probarlo; Aoyama se enfureció y la asesinó para después arrojar su cuerpo a un pozo.
Tiempo después, Aoyama encontró al fantasma de Okiku mientras caminaba por el jardín de noche. Al ver que el rostro del fantasma era uno no de venganza, si no de calma y belleza; decidió cometer seppuku para unirse a ella en la muerte.
El castillo de Himeji.
El castillo de Himeji.
El castillo de Himeji es una fortaleza construida en la ciudad de Himeji, en la prefectura japonesa de Hyogo; y se le considera uno de los más grandes ejemplos de arquitectura de castillos japoneses.
Es el castillo más grande y más visitado de Japón, y desde 1993 es parte de uno de los sitios elegidos por la UNESCO en Japón; y cinco de las más de cuarenta estructuras del castillo son tesoros nacionales del Japón.
En la versión llamada "Banshu Sarayashiki", la historia de Okiku está ubicada en el castillo de Himeji y se dice que el pozo en su interior es donde yacen los restos de Okiku. Hay quienes dicen que por la noche, el espíritu todavía sale del pozo para contar hasta nueve y gritar al no poder encontrar el décimo plato. En la actualidad, el pozo se encuentra tapado con una reja de metal.
El pozo de Okiku en Himeji.
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