El East End de Londres.
En una mañana de domingo en julio de 1971, tres trabajadores caminaban a lo largo de una calle desierta en el distrito Wapping del este de Londres, cuando vieron lo que parecía ser una figura que portaba ropas extrañas.
Una inspección más cercana reveló que la persona portaba los ropajes de un clérigo del siglo XVIII o XIX. Los hombres lo pasaron de largo, pero al cabo de unos cuantos metros cayeron en cuenta de que no se trataba de algo común y voltearon para verlo de nuevo por pura curiosidad. En ese instante confirmaron sus sospechas: acababan de ver un fantasma en medio de una calle solitaria.
Los hombres, que de inmediato contaron la experiencia, habían visto al malévolo fantasma del Vicario del muelle Ratcliff; quien se decía embrujaba la zona de Wapping y Limehouse del río Támesis.
La historia del Vicario.
El relato de tal aparición inicia en los 1770s, cuando el entonces Vicario de St. Anne's Limehouse, una figura sumamente respetada entre la población por sus acciones benéficas; administraba una pensión para marineros. Pese a que era bien visto por todos, nadie sabía que tras su labor altruista de brindarle alojamiento a los marineros de Londres había algo siniestro.
El Vicario asesinaba a los huéspedes para robarles el dinero y después arrojar los cadáveres a las turbias aguas del Támesis. Al ser descubierto, fue colgado con cadenas sobre el río y dejado ahí hasta que tres mareas lo hubiesen cubierto.
Durante doscientos años, varios londinenses dicen haber visto al fantasma caminando por los muelles. Era tan horrible que los marineros y pescadores del muelle de Wapping y Limehouse se negaban a trabajar después de la noche, e inclusive la policía encargada de patrullar el río cuidaba no acercarse a la zona una vez que la luna se alzaba en lo alto del firmamento.
A los niños se les decía que el Vicario iba por quienes se portaban mal, y a la luz de las chimeneas en las tabernas y salones de juego londinenses se narraban relatos sobre el terrorífico clérigo; historias que helaban la sangre de aquellos que debían aventurarse a la luz de las lámparas de Wapping para regresar a casa.
La leyenda continúa hasta estos días, y ha sido cubierta por revistas y programas televisivos. Aunque los encuentros con el Vicario se han vuelto escasos a raíz de que Wapping y Limehouse dejó de ser una zona pesquera y pasó a transformarse en un área residencial de clase media-alta; hay quienes siguen diciendo que las personas que se aventuran a caminar por los muelles del Támesis en dicha zona todavía pueden encontrarse cara a cara con el malévolo religioso.
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