La Vieja Basílica de Guadalupe
Al norte de la Ciudad de México se encuentra la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe; una de las iglesias más visitadas en el mundo; y construida en el lugar donde supuestamente la Virgen de Guadalupe se le apareció a Juan Diego Cuauhtlatoatzin en los años posteriores a la Conquista Española.El lugar, conocido por los habitantes de la Ciudad de México como "La Villa"; consiste de una vieja iglesia (la basílica original) y la más moderna; un edificio circular de gran tamaño y el cual es visitado por millones de personas al año; en especial durante el 12 de diciembre, fecha en la que se conmemora la supuesta aparición de la Virgen de Guadalupe.
A pesar de ser un lugar religioso, este complejo de edificios también tiene sus historias sobrenaturales... ya que la devoción de algunas personas o el cumplimiento de mandas persiste aún después de la muerte...
La primera de estas historias involucra a las Campanas, que a pesar de ya no tener badajo; aún pueden ser escuchadas por algunos durante la noche. La historia narra que en la antiguedad había un capellán muy cumplido y puntual, que siempre cumplía con su labor de tocar las campanas de la vieja Basílica.
En una temporada en particular, el clima se volvió hostil en la Ciudad de México; con vientos helados y bajas temperaturas, ocasionando que muchísimas personas se enfermaran; y entre estas, el capellán; que se vio afectado por escalofríos y fiebre.
Aún así, el religioso seguía siendo demasiado celoso para cumplir su responsabilidad; y contra indicaciones del Abad y demás personal de la iglesia que le pedían que guardara reposo; continuó haciendo su labor y tocando las campanas, impidiendo que alguien más lo hiciera. Y continuó así hasta que la enfermedad degeneró en un asunto delicado, y el capellán falleció por hacer su labor.
Sin embargo, desde entonces ha habido reportes de que en ocasiones las campanas continúan sonando; cosa que resulta algo desconcertante, en especial porque las campanas de la vieja basílica ya no tienen badajo.
Ha habido testigos que dicen que la mujer entra a la basílica, deja la vela como ofrenda, ejecuta un pequeño rezo y se desvanece. Bien es que esta entidad pueda ser una persona que no llegó a cumplir una manda de visitar el templo, o la manifestación de algún compromiso que la persona no cumplió en vida.
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