martes, 15 de septiembre de 2015

Asanbonsam y Sasabonsam.

Figurín Ashanti representando un Sasanbonsam.
En zonas occidentales de África como Ghana, Costa de Marfil y Togo; la gente de la cultura Ashanti cuenta historias sobre dos monstruosos vampiros que habitan las junglas y bosques de la región, y que a diferencia de otros chupasangres nocturnos; salen del control de cualquier bruja o hechicero.
Asanbonsam y Sasabonsam, horripilantes cazadores nocturnos similares a murciélagos y que merodean entre las copas de los árboles para devorar viajeros y cazadores.

Asanbonsam.
Los Asanbonsam viven en los árboles y se alimentan exclusivamente de aquellos incautos que se atreven a aventurarse en sus dominios selváticos. Los vampiros esperan ocultos en las copas de los árboles, listos para abalanzarse sobre la presa y desgarrarles la garganta con dientes hechos de hierro.
La bestia tiene unos inusuales pies curvos como ganchos, con los cuales se cuelgan de las ramas de los árboles mientras esperan que la presa camine bajo éstos.

Sasabonsam.
Primos de los Asanbonsam, los Sasanbonsam tienen un aspecto similar: humanoides barbados de metro y medio de alto, con una boca repleta de colmillos de hierro. Pero toda la similitud con el hombre acaba ahí: presentan ojos rojos, cuernos, brazos largos y terminados en alas de murciélago, un torso esquelético, y piernas permanentemente dobladas que terminan en tres garras.
El cuerpo del Sasanbonsam está cubierto de manchas blancas y negras que le sirven para camuflarse en los árboles de algodón. Deja sus piernas colgando, para que cuando alguien pase por debajo del árbol; las pueda usar para jalarlo hacia la copa y alimentarse de él arrancándole la cabeza y bebiendo toda su sangre. En Ghana y Costa de Marfil los árboles de algodón crecen hasta alcanzar alturas descomunales gracias a que el temor hacia el Sasanbonsam impide que las personas se acerquen a cortarlos.
El Sasanbonsam puede enfermar a una persona con solo mirarla, y a veces sirven a los designios de un poderoso vampiro conocido como Obayifo. Existe un artículo publicado en un diario de 1939 que habla sobre un Sasanbonsam que fue cazado y asesinado por pobladores de una aldea.

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