Fotografía actual de la cabaña.
Al suroeste del poblado de Tombstone Arizona, se encuentra la ruina de una vivienda conocida como la Cabaña Brunckow; a la cual también se le llama "la cabaña más sangrienta en la historia de Arizona" debido a que entre 1860 y 1890 se cometieron en ella más de una veintena de muertes.
La mayoría de las víctimas permanecen enterradas en tumbas sin marcar cerca de la propiedad,
Frederick Brunckow.
El dueño original de la cabaña era Frederick Brunckow, un inmigrante alemán que llegó a los Estados Unidos en la década de 1850; uniéndose a la Sonora Exploring and Mining Company como ingeniero minero; labor que lo llevó al oeste del país.
En 1858, Brunckow dejó la Sonora Company para fundar su propia mina, la cual se ubicaba a cuatro kilómetros al sur de lo que en el futuro sería el pueblo de Tombstone; cerca del Río San Pedro. A Brunckow se le unieron un químico llamado John Moss, el cocinero alemán David Brontrager, y dos mineros llamados James y William M. Williams.
La mañana del 23 de julio de 1860, William Williams fue a Fort Buchanan para comprar harina. Al regresar la noche del 26 del mismo mes, se encontró con que la tienda había sido saqueada; así como el cadaver de su primo James, quien había sido asesinado a sangre fría. Williams regresó a Fort Buchanan para pedir ayuda, y al volver a la mañana siguiente; él y varios soldados más encontraron otros dos cuerpos: Morse, que yacía devorado por animales afuera del campamento, y el mismo Brunckow, que fue ejecutado con un taladro para roca y dejado en la entrada de la mina.
Brontrager y los trabajadores mexicanos al servicio de la compañía habían desaparecido, así como unas cuantas cabezas de ganado y 3,000 dólares. Esa misma noche, Brontrager llegó a un campamento cercano y le contó a los mineros ahí que había sido secuestrado por los trabajadores mexicanos, quienes se volvieron en contra de él y sus amigos unas horas después de que William Williams había abandonado la mina; y que lo dejaron ir libre porque creyeron que era un buen católico.
Los soldados enterraron a Brunckow y los demás cadáveres en la cabaña, y jamás se arrestó a los asesinos.
Para 1880, el número de muertes dentro de la propiedad sobrepasaba la veintena; entre ellas el sheriff Milton B. Duffield, asesinado por un hombre llamado James Holmes tras una disputa sobre el título de la propiedad; y el famoso bandolero llamado Frank Stilwell, quien fue asesinado por el reconocido pistolero Wyatt Earp.
Tal historial hizo que varios periódicos de Arizona empezaran a reportar "apariciones fantasmales" de las víctimas en la cabaña. En 1881, el Arizona Democrat del poblado de Prescott, discutió la historia de la cabaña como una de "violencia y asesinato ininterrumpidos", afirmando que en el tiempo entre la muerte de Brunckow y la fecha de publicación del artículo; otros diecisiete hombres habían sido asesinados en el interior. El periódico también aseguró que el terreno estaba embrujado: "Las tumbas son muchas en el exterior de la vieja cabaña de adobe... capataces y mineros evitan el sitio como si se tratase de la plaga; y muchos de ellos pueden afirmar que los espíritus inquietos de los fallecidos gustan de merodear la escena".
El Tombstone Prospector incluso menciona la existencia de un fantasma que camina por la cabaña durante la noche, y que se desvanece cuando alguien se le acerca. El periódico también explica que muchas personas que visitan la cabaña reportan haber escuchado los sonidos de trabajadores en la mina y de alguien serruchando madera.
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