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viernes, 17 de abril de 2020

El Duende de Rijeka.

Rijeka es el puerto principal y la tercer ciudad más importante de Croacia, se localiza en la bahía de Kvarner en el Mar Adriático y es reconocda por su arquitectura que data del periodo de la dinastía de Habsburgo; el gran puerto y astillero Viktor Lenac, el Teatro Nacional de Croacia y la Universidad de Rijeka, fundada en 1632 como la Escuela de Teología.

En el año 2001, un suburbio de Rijeka fue escenario de un fenómeno paranormal poco conocido pero no menos aterrador, la aparición del denominado Duende de Rijeka. 
La historia comienza con un grupo de adolescentes que esperaban el autobús en una parada durante una tarde fría de Noviembre, cerca de los bosques croatas. De acuerdo con los chicos, mientras esperaban comenzaron a escuchar sonidos provenientes de los bosques, mismos que en un principio achacaron a un gato, una liebre o un perro callejero. 
Los ruidos fueron aumentando de intensidad hasta que vieron qué los ocasionaba. Según los testigos, una extraña criatura emergió de entre los bosques: un ser que medía aproximadamente 1.20 metros de alto, sin piernas y que se arrastraba con sus largos brazos y dedos terminados en afiladas zarpas. El monstruo se arrastraba hacia ellos, gritando y escupiendo violentamente; y pese a moverse usando las manos, era bastante rápido.

Repuestos de la impresión inicial, los chicos huyeron despavoridos de vuelta a sus casas; donde le contaron a sus familiares lo que habían visto. Siendo Croacia un país bastante tranquilo, la policía optó por investigar rápidamente en caso de que se tratara de algún maniático que pudiese resultar un riesgo para los jóvenes de la localidad.
La investigación reveló algo inusual: En un grueso pino se hallaban profundas marcas de zarpas en la corteza, aproximadamente en el sitio donde los chicos habían visto al ser saliendo de los bosques. Un análisis demostró que para que el ser pudiera dejar esas huellas profundas en la corteza, debía no solo pesar más de noventa kilos, si no ser mucho más fuerte que un hombre adulto; y que además había una inusual 'baba' en cada marca.

Se interrogó a los jóvenes y sus familias, y la historia tomó un poco de credibilidad cuando una vecina de la localidad dijo haber visto al mismo ser en su patio trasero durante una noche; corroborando que incluso lo había escuchado gritar. Conforme transcurrieron los días, la policía recibió varias llamadas durante las noches; quejándose de que 'algo' hacía ladrar a los perros de la zona después de la medianoche, y otros más contaron el haber escuchado a un hombre gritando en las madrugadas. 
Este fenómeno ocurrió aproximadamente durante la semana posterior al encuentro de los jóvenes, terminando tan abruptamente como empezó.

martes, 18 de febrero de 2020

El troll de Somerville.

El caso del Troll de Somerville, Massachusetts, es un evento paranormal poco conocido y del que solo se tiene registro por su aparición en el libro 'The Ghostly Register' del escritor Arthur Myers. 

Myers escribe la historia de una mujer identificada como 'Karen', que se mudó a una casa victoriana de tres pisos en el año de 1983. De acuerdo con Karen, la casa era todo lo que siempre había querido y por un rato pareció que todo iba bien; hasta una noche en que inició una racha de fenómenos inexplicables en la propiedad.
Inició con el sótano, pues Karen encontraba que este siempre se inundaba sin razón aparente, por más que fontanero tras fontanero le reafirmaban que no había fallas en las tuberías o una fuga proveniente de casas vecinas. A este fenómeno le siguió una sensación de fatalidad que se apoderaba de Karen cada que estaba en el segundo y tercer piso. Esta sensación, de acuerdo con Karen, era la de "presentir como si un animal quisiera atacarla"; y tanto fue el impacto de esto que la mujer empezó a dormir en la planta baja. 

Con el tiempo, Karen consiguió a una compañera de habitación que ocuparía una recámara en el tercer piso. Poco antes de que transcurriera una semana, la nueva habitante de la casa se quejó de que despertaba a mitad de la noche, presa de una sensación de que algo amenazador estaba con ella; y que su cama amanecía siempre en una posición diferente.
Fue aquí cuando Karen confirmó que lo que pensaba era paranoia resultó ser algo paranormal. 

Los sucesos continuaron incrementándose, llegando a que les movieran cosas de lugar, que las luces se encendieran y apagaran por sí solas y ruidos como de animales salvajes en habitaciones vacías. Las dos jóvenes llegaron a la conclusión de que la casa estaba embrujada y llamaron a un psíquico, que llegó a una conclusión inusual luego de ir a verlas. 
De acuerdo con el investigador, el fenómeno no era producto de un fantasma o un demonio, si no de un 'troll' que vivía en un manantial subterráneo debajo de la casa. Les explicó que podía percibir que el troll estaba furioso por haber sido atrapado bajo la casa luego de que esta fuera construida, y que las demostraciones de su poder eran una advertencia para que lo dejaran salir. 
El psíquico procedió a conducir un ritual para enviarlo a otro plano de existencia y por fin liberarlo de su prisión. De acuerdo con Karen, después del ritual despertó a mitad de la noche al escuchar una voz desconocida en su cabeza; la cual le preguntaba si se podía quedar. Naturalmente, Karen dijo que no y la presencia ominosa sobre la casa desapareció por completo. 

viernes, 20 de septiembre de 2019

El niño que enseña los dientes.

Entre los avezados a las historias de horror, parapsicología y folklore existe la noción de que no pueden existir los fantasmas de niños; ya que se les considera como seres puros y que no cargan con esas mandas, castigos o repercusiones que ocasionan que un alma quede varada en el mundo terrenal después de la muerte.
Por ello, se dice que la aparición de un infante no es otra cosa más que un demonio o alguna entidad del bajo astral que toma esa forma para engañar a sus víctimas. 

Es en Baja California Sur, donde se origina una leyenda que involucra a una de estas entidades; una escalofriante figura que aparece durante las noches y se conoce como 'el Niño que enseña los dientes' en lugares como la Paz y que ha permeado la cultura sudcaliforniana al grado de aparecer en compilaciones de relatos de horror, mitos y leyendas del estado. 

La historia reza más o menos de esta forma, de acuerdo con el cronista Rogelio Olachea Arriola: 
“Una vez, en altas horas de la noche, caminaba por la calle Reforma una señora de condición humilde y sus pasos eran lo único que se escuchaba en esa soledad. Al llegar al crucero de lacalle Ramírez donde se encontraba la tienda de los descendientes de don Martín Avilés, vio que venía a su encuentro un niño de aparentes 7 años, el cual pasó de largo sin tomar en cuenta a la señora. La luna iluminaba todo el lugar y la señora vio cómo el niño se ocultaba en la sombra de una casa; como estaba de espaldas, le preguntó: ¿Qué haces aquí niño? Te llevaré a tu casa con tu mamá. El niño no respondió nada, entonces volvió el rostro y enseñó a la señora unos enormes dientes y una sonrisa macabra, sin ojos y con una cara brillante como la losa. Entonces el fantasma se desvaneció en medio de unos ruidos extraños y la señora se desmayó”.

La historia concluye con la mujer despertando en la calle, rodeada de vecinos que acudieron una vez que escucharon sus gritos. Y se dice que a comienzos de la segunda mitad del siglo XX, las precarias y poco iluminadas calles de La Paz fueron sede de varios encuentros con este ser. 

Otra variante del mito trata sobre un hombre que volvía a casa a media noche después de una jornada laboral. Al caminar por una calle sin pavimentar y poco iluminada, el hombre notó que entre los campos al lado del camino había un niño en cuclillas cerca de un canal de riego. 
Lo llamó varias veces, sin éxito. Preocupado por la posibilidad de que el pequeño se ahogara entre las zanjas llenas de agua, se le acercó para ver de quién se trataba y averiguar qué hacía ahí o quienes eran sus padres. Sin embargo, al estar frente al pequeño; este alzó la cabeza y el hombre soltó un grito de terror al ver una espantosa aparición de ojos rojos, piel blanquisima y una boca sonriente y repleta de enormes dientes afilados. 
El hombre huyó lo más rápido que pudo, con las carcajadas de ese ser siguiéndole el paso hasta que entró a casa. Ya una vez en la seguridad de su hogar, el hombre relató a sus familiares lo ocurrido y estos le comentaron que el niño de los dientes era el demonio, y que llevaba un rato apareciéndose en el pueblo para llevarse a la gente. 

Sobre la identidad del niño que enseña los dientes, jamás se supo de qué se trataba. Hay quienes sostienen que es un fantasma, unos más que se trata del demonio en busca de almas y otra infinidad de versiones que van desde lo mundano como un niño en situación de calle y con una deformidad en el rostro; hasta aquellos que sostienen que el niño puede estar protegiendo un tesoro enterrado. 
Se le siguió viendo hasta que la modernidad llegó a La Paz y la luz eléctrica y la pavimentación acabaron con los recovecos oscuros y los caminos de terracería; hasta que por fin se le dejó de reportar a finales del siglo. Pero hasta el día de hoy, hay quienes dicen que si uno anda a solas por las calles de La Paz a medianoche, corre el riesgo de encontrarse con el niño que enseña los dientes. 

lunes, 9 de septiembre de 2019

Nunca digas su nombre.

Basado en una historia real de 4chan.
No había escuchado el término 'skinwalker' hasta que llegué a Nuevo México.
Trabajo como contratista para una constructora en Estados Unidos, y se me asignó la construcción de un fraccionamiento en una comunidad al norte de Albuquerque. Pasé cerca de dos meses en el proyecto hasta que me asignaron a Nebraska, pero en ese lapso de tiempo vi cosas que me llevaron a evitar Nuevo México durante el resto de mi vida.

Pero es mejor que les explique desde un inicio. 
Soy una persona profesional y en cierto modo solitario, así que no me esforzaba en socializar; pero en los primeros días de nuestra estancia llegué a escuchar conversaciones fugaces entre mis compañeros, pláticas sobre que 'algo' afuera de los tráilers no los dejaba dormir durante la noche.
Como dije, soy solitario, y además de ello no era creyente en lo sobrenatural; así que deseché sus historias y achaqué todo ello a bromas entre los trabajadores o algún coyote o perro que anduviera por ahí en busca de sobras. De cualquier forma, jamás tuve problemas para dormir.

Esas historias pronto escalaron hasta convertirse en conversaciones largas sobre fenómenos paranormales y algunos relatos que habían escuchado de los pobladores en el bar local. Lo encontré entretenido, en la misma forma que disfrutaría una película de terror y todo siguió así hasta que Rick, uno de los albañiles, dejó de ir a trabajar. 
Una mañana no se presentó al sitio de construcción, así que enviamos a alguien a buscarlo. Yo no lo vi, pero el trabajador en cuestión me contó que lo había encontrado hecho un ovillo en una esquina de su habitación; murmurando una y otra vez una frase.

"Pezuñas. Ojos. Se estaba riendo."

Me sentí mal por Rick, pero siendo una persona escéptica me imaginé que debía ser por el estrés del trabajo y la jornada de ocho horas en el calor asfixiante de Nuevo México; todo eso más la falta de descanso debió provocarle una especie de colapso nervioso.
Pero para el resto del equipo, esto fue algo sobrenatural; pues en los días posteriores las historias de fantasmas se convirtieron en la teoría general de que una entidad fantasmal o un monstruo aparecía por las noches en el campamento; y discutían esto a todas horas. Llegó a pasar que mientras hablaban de ello en el bar, el bartender empezó a expresar su descontento sobre las historias y simplemente se retiraba a la parte trasera del local cuando los trabajadores empezarón a discutir una palabra nueva. 
'Skinwalker'.
La palabra no significaba mucho para mí, aunque de lo que llegué a escuchar descubrí que se trataba de una especie de hechicero o brujo malvado. Recuerdo que una noche en particular, uno de los trabajadores empezó a narrar historias sobre estos Skinwalkers mientras el resto del grupo lo escuchaba con la atención de un grupo de niños de kinder.
Llevaban un rato bebiendo, y sus voces eran fuertes; por lo que una buena parte de los otros comensales ya se veían fastidiados por esa ruidosa plática de borrachos.
Al mirar alrededor, pensando lo idiotas que debían verse; noté a un anciano con ropas de granjero que los escuchaba atentamente y tenía el rostro contorsionado en una expresión de enojo. El hombre debió darse cuenta de que lo veía, pues se levantó y caminó hasta el grupo de borrachos; con una mirada agresiva. A su vez, los borrachos le preguntaron qué quería, pero el granjero no respondió y se limitó a fulminarlos con la vista.
En ese momento me levanté, deseando que ninguno de esos ebrios fuera lo suficientemente imbécil para provocar una pelea. El anciano permanecía de pie, mirando en silencio mientras los trabajadores lo provocaban, y esto continuó hasta que eventualmente perdieron el interés en él y resumieron su plática sobre skinwalkers.
Al escuchar la palabra skinwalker, el hombre finalmente se decidió a hablar, y dijo con una voz cavernosa:

"Dejen de hablar sobre lo que no conocen."

Los borrachos se pusieron de pie, y me acerqué con la esperanza de que me vieran y se alejaran del viejo. Éste permaneció impasible ante ellos, ordenándoles no ser irrespetuosos y no meterse en cosas que salían de su comprensión. Esto los hizo enojar, y justo cuando uno de ellos se acercó agresivamente al anciano; me decidí a actuar.
Siendo su supervisor, los idiotas prefirieron largarse y no arriesgar a que los reportara; dejándonos solo al anciano y a mí. Me disculpé con el hombre y le expliqué que solo eran un montón de idiotas que no sabían controlar como bebían. En ese momento, el hombre sencillamente me dijo que tuviera cuidado, que la gente local no quería hablar del tema y que hablar de Skinwalkers solo traería la clase de atención que no querríamos recibir. 
Tratando de permanecer cordial, me limité a asentir y le reiteré al hombre que vigilaría a mi equipo para evitar otro incidente.

Volví al campamento horas más tarde y de camino a mi tráiler, vi a uno de los borrachos; en concreto aquél que quería golpear al anciano. Dormía en una silla plegable frente a su tráiler, con una cerveza en la mano. No me importó dejarlo ahí, así que lo ignoré y seguí de largo para ir a dormir.
Desperté después de las tres de la mañana con los gritos de los trabajadores afuera del tráiler. Salté de la cama, me vestí y salí todavía algo dormido; para encontrar con que casi todos los trabajadores estaban reunidos cerca al tráiler del borracho dormido; gritando improperios y oraciones en igual medida. 
Supuse que el borracho debió haber sufrido un infarto, así que como responsable me abrí camino entre el tumulto hasta que una peste casi me provocó el vómito. No era un infarto. Era algo peor. 

El borracho, cuyo nombre ya no recuerdo, se había suicidado.
Al parecer, había roto la botella y usado un trozo de cristal para rajarse la garganta de lado a lado. Esta vez, fue suficiente para hacerme vomitar; así que me retiré a un terreno baldío junto al campamento para que no me vieran hacerlo. 
Acababa de vaciar mi estómago cuando escuché un ruido cerca. Algo se movía entre los arbustos del terreno, y pensando que podría tratarse de un coyote o un perro salvaje; miré a todos lados en busca de lo que producía el sonido. Podía ver las luces del campamento al otro lado de la barda que lo separaba del baldío, pero de ahí en fuera no había más iluminación allá de la luz de la luna y las estrellas en el cielo. 
Escuché otro ruido, esta vez más lejos y dirigí la mirada hacia él. Detrás de una línea de árboles, vi la inconfundible figura de una persona a cuatro o cinco metros; y pensé que a lo mejor debía ser uno de los trabajadores. Lo llamé. Y no tardó mucho en que cayera en cuenta de que había cometido un error.
Al gritarle que se identificara, no hubo respuesta. 
La persona se giró para encararme y emprendió el andar hacia mí. Algo en su movimiento me resultaba extraño. Perturbador. Se tambaleaba, pero no como un borracho; si no con los mismos pasos inseguros y torpes de un pequeñito que apenas aprende a caminar. Imaginen pues, a un bebé que todavía no domina el movimiento de sus piernas.
Grité de nuevo y esta vez sí hubo respuesta.
La voz que emergió de su garganta me heló la sangre. Sonaba inhumana y no sé como describirla exactamente, pero si pudiera compararla con algo, diría que parecía un perro que intentase hablar como un hombre. A esto se sumaron una serie de convulsiones que estremecieron al ser, y eso fue lo que de verdad me aterrorizó.

No comprendía las palabras que intentaba decir, y fue hasta que emergió de las sombras de los árboles que la luna lo iluminó de lleno y vi que no se trataba de un hombre o de un animal que conociera. Era algo más. Algo malvado y antinatural.
Su cuerpo era un híbrido del borracho suicida, el hombre a quien acababa de ver muerto minutos antes; y algo que parecía una cabra o un ciervo: La piel se veía alargada y como un rompecabezas de piel humana y pelo de animal, su rostro parecía una máscara de hule estirada sobre un cráneo animal y sus piernas tenían articulaciones como las de un animal de cuatro patas; terminados en pies con forma de pezuñas. 

La cosa dijo otra cosa, pero para ese momento ya había echado a correr.
Hui, esperando que no me persiguiera y como todos estaban enfocados en el cuerpo del borracho; nadie notó lo mal que me veía o la forma en que entré corriendo a mi tráiler. Ya adentro, tomé unos tragos de alcohol para calmarme y llamé al sheriff local; que ya se encontraba en camino luego de que un trabajador reportase la muerte del borracho.
Me senté en el tráiler, sin saber qué hacer y esperé que el sheriff llegara. Solo entonces me animé a salir, porque una parte de mí sabía que esa cosa seguía allá afuera. 

La muerte del borrachín trajo muchos problemas que terminaron con el proyecto de construcción. Demandas de su familia, investigaciones por un posible homicidio y varias quejas de los clientes que nos habían contratado. Después llegó una demanda porque no se completó el trabajo, y la verdad es que nadie quería regresar a trabajar luego de que los empleados dijeran que habían visto 'algo' inhumano rondando el sitio de construcción después de la muerte del borracho; y un puñado incluso renunció luego de escuchar la voz del difunto hablándoles por las noches, invitándolos a salir de sus tráilers.

No supe más.
De hecho, fui de los primeros que se largaron luego de que se cancelara el proyecto. Pero sentí que debía ir al bar y buscar al anciano con quien hablé anteriormente; para preguntar si sabía algo al respecto de la criatura que vi detrás del campamento. 
Afortunadamente, lo encontré sentado en el mismo lugar, bebiendo un tarro de cerveza. Me le acerqué para entablar conversación, pero él se dio cuenta de mi presencia y comenzó a hablar antes de que yo siquiera pudiese decirle un 'hola'. 

"Les advertí que no anduvieran por ahí hablando de esas cosas sin pensar en las repercusiones."

"Se suicidó, ¿o fue un skinwalker?", pregunté. El anciano me miró de vuelta con fuego en los ojos y replicó en un tono muy serio:

"No digas su nombre. Nunca sabes quién te escucha."

Con ello, se levantó y salió sin decir otra cosa.
Esa fue la última vez que dije la palabra 'skinwalker' en voz alta.

domingo, 28 de julio de 2019

El Koolakamba - El simio anómalo de Camerún.

Oficialmente, existen ocho especies de grandes simios reconocidas por la ciencia: El ser humano, el chimpancé común y el bonobo, los orangutanes de Borneo, Sumatra y Tapanuli; y las dos variedades de gorila que habitan en África.
Pero desde siempre han existido relatos de hombres 'salvajes' que combinan rasgos de hombre y simio. Desde los relatos de Plinio el Anciano hasta los modernos cuentos sobre antropoides críptidos como el Sasquatch, el Yeti o el Yowie; todavía se mantiene firme la creencia sobre que en ciertos rincones del globo son el hogar de 'hombres bestia'. Y esta teoría no resulta descabellada, pues por siglos los exploradores y colonos europeos escuchaban relatos de los nativos africanos sobre una raza de feroces hombres bestia con una gran fuerza.

En este caso, fue en el siglo XIX que el explorador francés Paul du Chaillu se encontró con lo que hoy se conoce como el gorila en las selvas de Gabón y Camerún; por lo que varios grupos de criptozoólogos sostienen que todavía hay una posibilidad de que regiones alejadas del planeta contengan especies de homínidos sin descubrir.
Curiosamente, además de catalogar al gorila y al chimpancé; los registros de du Chaillu hacen referencia a una criatura que denomina Koolakamba; a partir de los sonidos que hace y que son descritos por los nativos de la zona como un fuerte "¡Kooloo!".
De acuerdo con du Chaillu; el Koolakamba es un ser parecido al chimpancé, pero con un tamaño mayor, una cabeza grande y proporciones más similares a las del hombre. Y menciona que prefiere caminar en dos patas, a diferencia del chimpancé y el gorila.
Diferencias morfológicas entre cráneos de chimpancé, humano y gorila. 
Pero a diferencia de los otros dos grandes simios, y pese a la extensa recopilación de datos presentada por du Chaillu; el Koolakamba jamás fue reconocido por la ciencia y nunca se encontró un especimen vivo para corroborar los diarios del francés. Científicos que han investigado el tema sugieren que el Koolakamba podría haber sido un híbrido entre el gorila y el chimpancé; evidencia apoyada por Koppenfelds en el año de 1881, quien estaba convencido de que el animal era un híbrido y existía en regiones donde ambos primates compartían rangos de vivienda.
Koppenfelds escribió un tratado donde exponía que el Koolakamba era el producto de la cruza entre un gorila macho y una chimpancé hembra; a la vez que otros investigadores contemporáneos sugerían que sí, el Koolakamba podía ser real pero no un híbrido, si no una especie no reconocida y que podría ser el dichoso 'eslabón perdido' entre el hombre y los demás homínidos. Otros más exponían el hecho de que el Koolakamba podría ser únicamente un chimpancé anormal, producto de una mutación genética; cosa que se desmintió rápidamente al presentar evidencias de que los nativos de la región contaban con historias pasadas de generación en generación sobre el Koolakamba, lo que descartaba la idea de que se tratara de un animal mutante.

Las teorías de du Chaillu quedaron olvidadas hasta 1960, cuando el primatólogo Osman Hill mencionó que estaba casi seguro de que en los grupos de chimpancés que había investigado en la región de Holloman; podría haber especímenes del Koolakamba.
Hill observó variaciones entre los primates que coincidían con las descripciones de du Chaillu; en concreto la existencia de hocicos cortos y una variación en la forma de las orejas de los animales. Incluso Hill decía tener evidencia fotográfica sobre chimpancés de tamaño descomunal y postura bípeda, sosteniendo siempre que seguro se trataba de una subespecie de chimpancé y no un homínido sin descubrir.

En 1996, surgió un nuevo debate a raíz de la existencia de un chimpancé extraño en el zoológico de Yaounde, en Camerún. El animal era un simio grande, con un rostro cuadrado, una quijada poderosa, un cráneo muy grande y ojos vagamente humanos; por lo que se creyó que podía tratarse de un híbrido de chimpancé y gorila; y por ende, del fabuloso Koolakamba.
Desafortunadamente, el mono del zoológico Yaounde murió sin que se le pudieran realizar exámenes de ADN y nunca se comprobó si era un animal distinto o sencillamente un chimpancé anómalo.
Única fotografía conocida del chimpancé del zoológico Yaounde. 

martes, 24 de julio de 2018

Mohawks - Los Niños de Ojos Negros.

Pieza de arte Iroqués, mostrando un niño de ojos negros.
La leyenda de los Niños de Ojos Negros o BEKS (del término inglés Black-Eyed Kids) podría parecer algo nacido con el advenimiento del internet; un creepypasta más como Slender Man, El Rastrillo o la infinidad de seres que parecen plagar oscuras wikis, blogs de horror, videos en YouTube o sitios de arte como DeviantArt. 

Pero en realidad, si uno escarba más en las mitologías de las antiguas civilizaciones; podría encontrarse con que estos extraños seres, de quienes nadie parece saber su objetivo o identidad; son mucho más antiguos de lo que parecen. Los Iroqueses, una conocida tribu nativa de los Estados Unidos y Canadá; creía en el concepto de energías positivas y negativas.
La energía positiva, la cual denominaban Orenda; era algo divino y podía ser canalizado mediante la virtud, el entrenamiento y experiencias positivas.
La negativa, el Otkon, englobaba toda clase de fuerzas, seres, cosas y fenómenos que vivían en este mundo y provenían del inframundo; una fuerza energética maligna que podía poseer, destruir y usarse como arma contra los seres vivos. Los Mohawks del valle Mohawk creían firmemente en la brujería, y se decía que aquellos que usaban el poder negativo del Otkon a veces eran influenciados por "El Malvado"; un ser demoniaco que aparecía como un hombre serpiente.
El Malvado tenía el objetivo de manifestarse como un ser humano, y a veces intentaba cortejar a las mujeres Iroquesas con el fin de aparearse y producir un niño. El fruto de esta unión nacía como un niño de piel pálida y ojos completamente negros; y que inmediatamente era asesinado y cremado luego de nacer para evitar que resucitara. 

También los niños que se perdían en el bosque o andaban solos por la noche eran presa fácil para el Malvado, quien los infectaba con el Otkon. Estos niños se alejaban del campo de la tribu y volvían a casa con ojos completamente negros; pues se creía que el Malvado había robado su Orenda, reemplazándolo con Otkon que los volvía sus sirvientes fieles; a quienes encomendaba el infectar a otros niños con Otkon.
Los niños de ojos negros en la mitología Iroquesa eran fácilmente reconocibles por su forma de actuar, repitiendo sus palabras constantemente y moviéndose siempre de manera nerviosa. Se decía que pasaban todo su tiempo intentando destruir a las tribus usando el Otkon; que eran feroces, malévolos y comían carne humana. De hecho, el nombre 'Mohawk' fue adoptado erróneamente por los colonos europeos; ya que el nombre original de esta gente era Kanyukehaka, el cual significaba 'gente de los cristales'. El término 'Mohawk' en realidad significaba 'devorador de personas'; y era usado para referirse a los niños de ojos negros contaminados por el Otkon.

miércoles, 4 de julio de 2018

Fallout 76 - Criptozoología Postapocalíptica

Recientemente, la compañía de videojuegos Bethesda reveló el lanzamiento de "Fallout 76", la siguiente entrega en la famosa saga de RPG situada en un futuro postapocalíptico luego de una guerra nuclear entre Estados y China.
Los títulos de Fallout combinan la estética de producciones como Mad Max o Waterworld con ciencia ficción, transhumanismo y la tendencia retrofuturista; en especial las películas de clase B de la década de los 50 y la literatura de autores de corte pulp. Y ciertos aficionados podrían reconocer elementos de la obra de H.P. Lovecraft en Fallout 3 y 4; con la inclusión de la corporación minera Dunwich (referencia al "Horror de Dunwich"), una misteriosa entidad de nombre Ug-Quathoth (parecida a las entidades de los Mythos de Cthulhu) y el Krivbeknih, un libro análogo al temido Necronomicón.
Para Fallout 76, se anunció que muchas de las criaturas nuevas en el juego estarán basadas en el rico folklore y la criptozoología del estado de Virginia del Oeste; donde se desarrollará la historia.  Virginia del Oeste es uno de los estados de la unión americana con más leyendas de OVNIs, criaturas desconocidas y fenómenos sobrenaturales que le han dado una fama negativa de "estado embrujado". Es el estado del Mothman, de Indrid Cold, el Monstruo de Flatwoods y el asilo Trans-Allegheny; así que no fue de sorprenderse que entre las primeras confirmaciones está la presencia del Mothman como un enemigo, y en un video emitido durante el E3 aparece arte conceptual de lo que posiblemente es el Monstruo de Flatwoods.
Pero a estos increíbles y famosos seres se le suman criaturas no tan conocidas como el Snallygaster y la bestia de Grafton.

El Mothman.
El Mothman, u Hombre Polilla, es uno de los críptidos más famosos que existen; junto al Monstruo del Lago Ness y Pie Grande, y ha aparecido en películas, libros, videojuegos, series animadas y cómics desde que se le vio por primera vez en 1966. 
Es reconocido por su relación con el colapso del puente Silver en 1967, el cual culminó en la muerte de decenas de personas y del cual se cree; el Mothman fue una especie de 'portador' de la desgracia al aparecer en la zona de Point Pleasant por meses antes del desastre. Los testigos de la época aseguran que el Mothman es un extraño humanoide alado, con grandes ojos rojos y alas del tamaño de una avioneta pequeña; además de que cuenta con la escalofriante costumbre de perseguir a los autos en los caminos cercanos a la antigua fábrica de explosivos conocida como la Zona TNT.
En el documental del canal "Noclip" sobre la creación de Fallout 76, personal de Bethesda explica que el monstruo aparecerá como un acechador al principio; una figura ominosa a la distancia que se irá acercando poco a poco al jugador hasta confrontarlo al cabo de un tiempo. Lo que en un inicio se creyó era el Mothman, un monstruo alado gigante, fue revelado como otro enemigo de nombre "Scorch Beast"; mientras que el documental muestra lo que parece ser una figura encorvada y de grandes ojos brillantes en un bosque; posiblemente el Mothman.

El Monstruo de Grafton.
Mostrado en el primer vistazo de Fallout 76, el "Monstruo de Grafton" es un críptido poco conocido incluso entre los expertos de la materia; debido a la poca difusión de su encuentro fuera de Virginia del Oeste. El monstruo se origina en 1965 en Grafton, una aldea minera rodeada por montañas y densos bosques de coníferas en el corazón de Virginia del Oeste.
A las 11 de la noche del 16 de junio de 1965, Robert Cockrell, reportero del "Grafton Sentinel"; conducía de vuelta a casa por Riverside Drive, una autopista que corre en paralelo al delta del río Tygart. Cockrell, que había vivido toda su vida en Grafton y conocía los caminos a la perfección, iba a alta velocidad cuando al rodear una curva, sus faros iluminaron una gigantesca masa que le resultó desconocida.
Cockrell no tardó mucho en percatarse de que el objeto no era una roca o un trozo de concreto; sino un ser vivo de más de tres metros de alto, de color blancuzco y una piel húmeda parecida a la de una foca; además de no poseer cabeza. Al llegar a casa minutos después, Cockrell reunió a un grupo de vecinos para investigar de qué se trataba. 
Al regresar al sitio, el grupo no encontró rastros de la criatura, únicamente un círculo de ramas y pasto aplastado que indicaban que algo muy pesado había estado ahí. Cockrell y sus amigos aseguraban que mientras exploraban la orilla del río, fueron seguidos por un sonido de "silbato" proveniente del otro lado del Tygart.
Al día siguiente, Cockrell habló con su editor y la historia terminó publicada en el Sentinel en la edición del 18 de junio. En los días posteriores, más de cien personas de Grafton peinaron los bosques en busca del "Horror sin cabeza"; y sorprendentemente, alrededor de una veintena confirmó haberlo visto, con sus descripciones igualando la de Cockrell e incluso uno comentó que el ser podría ser un oso polar fugitivo de algún zoológico o colección privada, debido al tamaño y su resplandeciente color blanco.
En el año 2014, el show de televisión "Mountain Monsters", mostró imágenes borrosas de lo que parecía ser ganado huyendo de un gran ser de color blanco entre los árboles del fondo.

El Perezoso Gigante.
Uno de los enemigos más sorprendentes de Fallout 76, es una versión mutada del perezoso de tres dedos; armado con grandes zarpas, colmillos y una colonia de hongos creciendo en su lomo.
Si bien puede achacarse al hábito de introducir animales mutantes como enemigos (entre ellos escorpiones, ratas topo, cucarachas americanas, lobos, mantis e incluso fauna exótica como búfalos y gorilas); el uso del perezoso gigante como un monstruo en Virginia del Oeste es fácilmente explicable: En el año 2008, se declaró al perezoso gigante Megalonyx jeffersonii como el fósil oficial del estado. 
El Megalonyx ("garra gigante") es un perezoso extinto de la familia Megalonychidae, bastante común en Norteamérica entre el Mioceno y el Pleistoceno, extinguiéndose aproximadamente 11,000 años atrás. El Megalonyx jeffersonii medía más o menos tres metros de alto y pesaba hasta una tonelada. 
La presencia de hongos en la criatura obedece al hecho de que se ha descubierto que algunas especies de perezosos cultivan parásitos, hongos, algas e incluso insectos en su pelaje; teñiendo al animal de un color verdusco que lo ayuda a camuflarse entre la vegetación tropical y evitar a depredadores como el jaguar. En Panamá, se encontraron rastros de 84 especies de hongo en el pelaje de un perezoso de tres dedos. 
Otro posible candidato para la identidad del perezoso podría ser el críptido apodado "Diablo de la Manzana"; el cual fue visto en 1960 en los huertos de la localidad agrícola de Marlington. 
La leyenda reza que en ese año, los granjeros del pueblo se quejaban de encontrar cercas rotas, ramas despedazadas y manzanos enteramente desprovistos de fruta; y a eso se le sumó el rumor de que algunas personas habían visto a una criatura grande y peluda merodeando por los árboles; la cual también se decía que corría a gran velocidad y emitía un olor nauseabundo.
La historia se tomó como una exageración y se achacó más bien a algún oso hambriento que hubiese bajado de las montañas Blue Ridge en busca de alimento. 
Ese verano, W.C. Doc Priestly conducía cerca de Marlington y su auto dejó de funcionar repentinamente a veinte kilómetros al sureste de Flatwoods. Al bajarse para revisar el motor, Priestly alcanzó a divisar algo junto al camino: una gigantesca criatura cubierta de pelo grueso, la cual lo miraba y presentaba el pelo encrespado, como si quisiera atacar. Priestly permaneció quieto hasta que el ser perdió interés en él y se desvaneció entre los árboles.
Al encuentro de Priestly le siguió otro en Davis, en el lindero norte del bosque. En esta ocasión, una familia que acampaba dijeron haber visto un "monstruo horrible con dos grandes ojos que brillaban como bolas de fuego". En Parsons, otro fue reporrado por varias personas; y se le describió como una mezcla de oso y Pie Grande con "ojos rojos". 
La racha de avistamientos prosiguió hasta el 30 de diciembre de 1960, cuando Charles Stover, un trailero, conducía por un camino rural cercano a Hickory Flats. De acuerdo con Stover, estuvo a nada de arrollar al monstruo cuando este salía de entre los árboles; y lo describió como un "hombre grande y peludo", con ojos rojizos. Logró evitarlo y condujo hasta una estación de servicio cercana; donde contó su historia a un grupo de camioneros. Varios de ellos iban armados, así que decidieron volver al sitio en busca del monstruo. Sin embargo, no lograron encontrar más que grandes rocas desprendidas del suelo y arrojadas sobre el camino con gran fuerza

El Snallygaster.
En Fallout 76, el Snallygaster es una abominación reptiliana con múltiples extremidades, un gran hocico y una lengua extensible que usa para atacar. Esta criatura fue identificada por su nombre en el tráiler mostrado durante el evento de videojuegos E3; y proviene de un dragón legendario que habitaba Maryland y Washington DC; en especial las comunidades habitadas por inmigrantes alemanes en el siglo XVIII.
Los primeros inmigrantes decían ser atacados por un ser llamado "Schneller Geist", que significa "fantasma rápido" en alemán. Las primeras encarnaciones de la leyenda mezclaban rasgos de aves, demonios y dragones; describiendo al Snallygaster como un dragón con pico de acero, dientes afilados y tentáculos de pulpo. 
Se decía que el Snallygaster atacaba succionando la sangre de sus presas; y que el dibujo de una estrella de siete puntas servía para ahuyentarlo, por lo cual se inició la tradición de pintarlas en graneros y casas, costumbre que permanece hasta el día de hoy. En el siglo XIX, se resucitó la leyenda para asustar a los esclavos que intentaban huir por los senderos boscosos de la Vía Subterránea (nombre dado a un grupo que buscaba liberar esclavos africanos de las plantaciones sureñas).
En 1909, los periódicos de Washington DC detallaron encuentros entre habitantes de la región y una bestia con "grandes alas, un pico afilado, garras como ganchos de acero y un ojo en el centro de la frente"; y se decía que emitía silbidos como los de una locomotora. El pánico desatado por el Snallygaster fue tal que no solo el Smithsonian ofreció una recompensa para la captura del monstruo; pues el mismo presidente Theodore Roosevelt consideró posponer un safari para cazar él mismo a la bestia.

La Rana Loveland.
En el documental de NoClip, aparece arte conceptual de lo que parece ser una rana monstruosa, y que podría estar relacionada a un críptido del estado vecino de Ohio; la Rana Loveland. 
En el folklore de Ohio, la Rana o Lagarto Loveland es un anfibio bípedo encontrado por motoristas cerca del río Little Miami. Los primeros reportes de encuentros con la rana datan de 1955, en particular el mes de mayo, y varían bastante, aunque todas coinciden en que estos seres (pues se reportó a más de uno al mismo tiempo) miden entre 90 y 120 centímetros de alto, tienen piel parecida al cuero envejecido y rostros de sapo. Hay quienes los pintan como criaturas más grandes y peligrosas,  con la fuerza para marcar sus garras en la carrocería de un auto. 

El Wendigo.
Aunque el juego está situado en Virginia del Oeste, el equipo de desarrollo de Fallout 76 optó por introducir a un enemigo que, de acuerdo con muchos, podría ser una encarnación postapocalíptica del terrible espectro caníbal del folklore Algonquiano: el Wendigo.
El Wendigo es un mítico espíritu caníbal nativo de los bosques del norte de la Costa Atlántica y la región de los Grandes Lagos de Estados Unidos y Canadá; y se le asocia con asesinatos, codicia, canibalismo y otros tabús culturales impuestos a dichos comportamientos. Inclusive, existe una condición médica llamada "Psicosis del Wendigo"; descrita por los psiquiatras como una súbita necesidad de consumir carne humana y el temor a convertirse en un caníbal; aunque algunas comunidades indígenas de Norteamérica se refieren a la destrucción ambiental y la codicia como una manifestación de la psicosis del Wendigo.
El monstruo esquelético, de extremidades alargadas y movimientos feroces; no tiene aún un nombre definido pero la comunidad de fanáticos del juego ha optado por referirse a él como el Wendigo; debido a su similitud con la leyenda. En los mitos, el Wendigo aparece como un humanoide esquelético, de piel casi momificada y huesos prominentes; piel color ceniza y ojos hundidos, similar a un esqueleto recién desenterrado de la tumba. 
Otros aficionados al horror y la criptozoología han notado que el "Wendigo" bien podría estar basado en el monstruo de creepypasta conocido como El Rastrillo (The Rake), con el que guarda un gran parecido. Unos más apuntan al Demonio de Dover, un críptido visto en Dover, Massachusetts durante abril de 1977; y que parecía un extraño alienígena de grandes ojos, extremidades alargadas y piel blancuzca. 

El Monstruo de Flatwoods.
Durante el documental de NoClip, puede apreciarse arte conceptual de lo que parece ser el Monstruo de Flatwoods, lo cual tiene sentido considerando que es junto al Mothman, uno de los dos críptidos más representativos del estado de Virginia del Oeste.
Conocido también como el Monstruo del Condado Braxton o el Fantasma de Flatwoods; se dice que el monstruo apareció por primera vez en el pueblo del mismo nombre el 12 de septiembre de 1952. 
A las 7:15 de la noche, Edward y Fred May junto con su amigo Tommy Hyer, avistaron un meteoro que caía en la propiedad del granjero G. Bailey Fisher. Los chicos acudieron a buscar ayuda, reuniendo un grupo local en el cual se incluía un miembro de la guardia nacional de nombre Eugene Lemon. Al llegar a la granja Fisher y cruzar una colina, los muchachos vieron una extraña luz roja que parpadeaba; y al alumbrarla con una linterna, fue que encontraron a una criatura que aparentemente no era de este mundo: Un gigantesco humanoide de rostro redondo, brillantes ojos circulares y que portaba una especie de armadura y una capucha en forma de un as de espadas. El ser medía aproximadamente tres metros de alto, tenía manos terminadas en zarpas y flotaba emitiendo un sonido parecido al silbido de una olla de presión.
Además de ello, el grupo enfermó a causa de una niebla verde que emanaba del ser. Al día siguiente, autoridades del condado Braxton encontraron una especie de "goma" viscosa y marcas quemadas en el pasto donde Eugene Lemon aseguraba que habían encontrado al ser. 

martes, 22 de mayo de 2018

Drekavac.

El Drekavac (del serbio "drécati", "grito") es un demonio  o espíritu de los Balcanes y el sureste de Europa; donde también se le conoce como Drékalo, Krekavac, Zdrekavac o Zrikavac; todos nombres que significan "el gritón". 

Entre la infinidad de pueblos y culturas de los Balcanes, Crimea, el Mar Negro y los Cárpatos; hay infinidad de leyendas sobre esta criatura, y por lo tanto, su apariencia y hábitos pueden cambiar de pueblo en pueblo. Los únicos rasgos consistentes son que aparece únicamente durante las noches, en especial en las doce noches que anteceden a la navidad y que en Serbia son conocidas como "Las noches sin bautizar"; así como en los días de inicio de la primavera, pues se cree que los demonios son mucho más activos durante estas épocas.

Este espíritu funciona de manera parecida a los boogeymen, como un mito para espantar a los niños traviesos. Entre sus poderes, se dice que el Drekavac puede predecir la muerte de alguien, traer enfermedad y muerte al ganado y que si alguien pisa su sombra, indudablemente enfermará de un mal incurable y morirá. 
Dependiendo de la región, el Drekavac tomará una forma específica:
-Un demonio peludo con grandes zarpas que vive en los bosques.
-Un zombie que sale de la tumba durante las noches para aterrorizar a las personas.
-Un niño muerto, este es producido cuando un bebé muere sin ser bautizado. El espectro sale de la tumba durante la noche para asustar a sus padres, y se dice que grita a quienes pasan cerca de los cementerios para que lo bauticen y así pueda descansar en paz.
-Un hombre lobo en el este de Serbia.
-Un soldado fantasmal que recorre los caminos en la región de Maglaj. 
-En Kozarska Dubica, el Drekavac es un vampiro similar a Nosferatu que vuela por los bosques durante la noche.
-En Arilije, es una bestia con piernas como las del ciervo y la cabeza de un gato.
-Un humanoide con una pata, de brillantes ojos dorados y que se mueve por las noches dando saltos. 
-En el sureste de Serbia, el Drekavac es un cambiaformas que aparece como un potro, perro, gato o una gran ave de presa.
-Para los Gruzos, es una bestia humanoide parecida a Slender Man; con extremidades alargadas y una gran cabeza. Este ser puede volar, y se cree que nace del alma de un niño muerto violentamente o a causa de la negligencia de sus padres.
Un Botchling en "The Witcher 3", similar al mito del Drekavac. 
Pese a que el Drekavac es considerado un mito, existen reportes de encuentros con este ser; así como avistamientos múltiples en las montañas de Zlatibor. En 1992, los habitantes del delta del río Krvavicka sufrieron un caso de histeria colectiva al encontrarse los restos de un animal desconocido, que asemejaba un híbrido de zorro y canguro; y que de inmediato fue 'identificado' como un Drekavac. 
Posteriormente en el año 2003, la aldea de Tometino Polje fue lugar de una serie de ataques al ganado, con decenas de animales apareciendo muertos sin una gota de sangre. Se cree que fue la obra de un Drekavac, pues si bien el animal nunca fue visto; muchos aldeanos escucharon una serie de gritos y lamentos escalofriantes durante las noches en que eran cometidos los ataques. En el año 2011, la policía de Bosnia acudió a patrullar varias aldeas luego de que se escucharan gritos escalofriantes en las regiones de Drvar, al oeste del país.

Además de la multitud de formas que puede tomar, existen otros espíritus relacionados al Drekavac. Por ejemplo, el Bulkavac de Srem es un monstruo cornudo con seis patas, que habita las aguas y sale durante la noche para estrangular a los hombres y animales; el Jaud, un bebé vampiro ; el Myling y el Nav, consideradas las almas de niños que fallecieron antes de cumplir tres años; el misterioso Nekrstenac o el Plakavac, el alma de un recién nacido estrangulado por su madre. 

De manera general, se cree que el Drekavac no puede ser asesinado hasta que su alma logre encontrar la paz o ser bautizada. En los Balcanes, se cree que alguien debe soñar primero con el Drekavac para encontrarlo, y que este ser puede ahorcar a la gente mientras duermen a manera de venganza por algo que le hicieran en vida. 
Otras versiones sugieren que cuando el Drekavac grita afuera de una casa, los habitantes morirán; y que la única forma de detenerlo es teniendo un perro guardián o fuertes luces en el exterior de la casa, pues les teme a estos.

martes, 10 de abril de 2018

El Hombre Sapo de San Luis Potosí.

Aunque la historia de contactos con entidades extraterrestres en México está poco documentada en comparación a la del vecino del norte, en el libro "Contacto México: Historia del Fenómeno OVNI", el ufólogo Luis Ramírez Reyes escribe la crónica del encuentro entre un joven cazador de San Luis Potosí y una criatura desconocida para la ciencia.

El 12 de febrero de 1965, Francisco Estrada Acosta, un joven de 19 años de la localidad minera de Morales en San Luis Potosí; se encontraba caminando al borde del río Santiago en busca de piedras las cuales usar a manera de munición para cazar aves acuáticas y otros animales pequeños. Cuando se encontraba cerca de la presa de San José, Estrada Acosta se sintió observado mientras recogía piedras de río.
Al levantar la mirada, lo que estaba frente a él distaba mucho de su suposición inicial. No se trataba de un pescador, un jornalero o incluso de un ladrón. De hecho, lo que se alzaba frente a Estrada Acosta distaba mucho de ser siquiera humano. Al dar una descripción posterior, diría que era un ser humanoide, demasiado alto, con grandes ojos de color rojo y boca enorme como la de un pez en una cabeza de forma ovalada; y cuya piel era grisácea y escamosa como la de un sapo. 
De acuerdo con el joven, el extraño hombre rana alargó un brazo delgado y terminado en una especie de aleta como la de los pingüinos en dirección a él; acercándose tanto que pudo rozarle la piel en la mano. Estrada Acosta soltó las piedras que había recogido y echó a correr, echando un último vistazo para asegurarse que el ser no lo seguía.
Por lo que describió, el hombre rana parecía tener alas membranosas similares a las de un murciélago, y las desplegaba en señal de que intentaría emprender el vuelo. El ser no volvió a ser visto, y el misterio de lo que Francisco Estrada Acosta vio ese día (si es que así fue) permanece sin respuesta hasta el día de hoy.

domingo, 8 de abril de 2018

El Bebé de Brea.

La historia del "Bebé de Brea" o "Bebé Oscuro" es una historia poco conocida en los anales de la ufología y la criptozoología, en comparación a otros como el del Hombre Polilla o el Monstruo de Flatwoods; pero no por ello menos perturbador o misterioso. Incluso, algunos investigadores y asesores para la NICAP (Comité de Investigaciones Nacionales para Fenómenos Aéreos, por sus siglas en inglés) han llegado a catalogar el reporte como evidencia fehaciente de la presencia de entidades extraterrestres o interdimensionales.

La poca información existente, debido al fallecimiento de la única testigo adulta y la renuencia de sus familiares sobrevivientes para hablar de ello; pinta un escenario escalofriante si uno se imagina encontrarse en la posición de  quienes lo experimentaron.
Esa noche de agosto, la familia Quinn, compuesta por la madre únicamente identificada como la "señora Quinn" y sus hijas Brenda y Judy, dormían tranquilamente cuando despertaron a eso de la 1:30 de la mañana tras escuchar el ruido de algo que caía al suelo.
Al abrir los ojos, la señora Quinn vio algo que bastó para producirle pesadillas de por vida: Ahí, flotando a un metro de altura junto a su cama, estaba una criatura semejante a un bulto hecho de lodo; con ojos y sin una cabeza o extremidades visibles. La señora Quinn lo describió como un 'roly poly'; término usado para los insectos conocidos como cochinillas y para un modelo entonces popular de punching bags. 

Por su parte, la hija mayor, Judy; lo denominó como "un bebé de brea con ojos enormes". El término, hoy racialmente ofensivo, se ocupaba entonces para hacer referencia a las historias del escritor Joel Chandler Harris y la película de Disney "Song of the South". En ellas, el personaje Hermano Conejo es capturado por el Hermano Zorro usando un muñeco hecho de brea y resina de árbol. 
Y es que como el muñeco de la película, Judy aseguraba que el ser era una masa informe, cubierta de una sustancia negra y viscosa. Lo más aterrador sin embargo, fue el hecho de que Judy escuchaba una voz en su cabeza que le susurraba "Ven conmigo". No tardó mucho en salir del trance producido por la impresión, y una vez que pudo gritar, la voz se calló y el ser pareció hacerse intangible, como un fantasma; hasta desaparecer por completo.

El Bebé de Brea en "Song of the South".
Luego de que la señora Quinn y sus hijas dieran testimonio de lo ocurrido a la policía, los rumores en el pueblo no se hicieron esperar. Hubo quienes apuntaban a extraterrestres o criaturas desconocidas, mientras que algunos más hablaban de fantasmas e incluso de demonios; tomando en base el testimonio de Judy y que supuestamente el ser había intentado tentarla para llevársela.
gAños más tarde, varios fanáticos de lo paranormal apuntaron las similitudes entre el bebé de brea y un extraño ser flotante y de grandes ojos que aterrorizó a un pueblo en Tailandia; bautizado como el Espantapájaros Fantasma de Chiang Rai, por su parecido con las efigies usadas por los campesinos para ahuyentar a las aves y roedores en las plantaciones de arroz. 
¿Podría tratarse del mismo ser, o de otro perteneciente a la misma especie?

lunes, 2 de abril de 2018

El Destello Negro.

El Destello Negro (en inglés, "Black Flash"), es el nombre dado al misterioso espectro nocturno que aterrorizó el pueblo de Provincetown, Massachusetts en 1939. Y aunque los primeros relatos provenían de niños y resultaron descartados como parte de una elaborada broma, fue hasta la segunda semana de octubre de ese año que la broma dio paso a una temporada de terror.

En una noche poco antes de Halloween; Mary Costa caminaba de vuelta a casa cuando al pasar por un camino a pocas calles de la alcaldía, se encontró con algo que jamás había visto. Cortándole el camino, se encontraba un hombre alto, delgado y cubierto por una capa negra que ondeaba al viento. 
De acuerdo con la joven, el ser la observó en silencio con unos ojos que brillaban como si estuviesen hechos de metal, y que después estalló en carcajadas. Mary salió corriendo, no sin darse cuenta que el ser desapareció dando saltos sobre una barda y sin dejar de reír. La joven alcanzó a encontrar una cafetería abierta, donde relató lo ocurrido y llamó a la policía. Varios hombres que se encontraban comiendo en el local, salieron a buscar a la criatura pero sin éxito alguno.

La policía no se tomó el reporte en serio, archivándolo en el montón de relatos provenientes de niños y padres preocupados. Al poco tiempo de que Costa vio al vaporoso ser, la policía fue inundada por una serie de reportes misteriosos; donde todos coincidían en tres cosas: Que el ser vestía de negro y llevaba una gran capa como la de Drácula, tenía orejas puntiagudas y que sus ojos relucían con un brillo metálico o rojizo.
Los relatos también añadieron otros detalles, como que el ser iba acompañado por un zumbido parecido al de las cicadas, que su risa sonaba como algo metálico y que tenía el poder de saltar más alto de lo que le sería posible a un hombre. De forma espeluznante, muchos de estos reportes tomaban lugar al mismo tiempo pero en sitios distintos del pueblo; lo que presentaba tres posibilidades, cada una más aterradora que la anterior: Que era súper veloz, que podía teletransportarse, o que lidiaban con un grupo de esos seres.

La mayoría de los reportes insistían en que la aparición parecía contenta con provocar el miedo en quienes lo veían. Aunque llegó a darse un puñado de casos en que las agresiones llegaron a lo físico: Un hombre que descargó su rifle de cacería contra el extraño sin éxito alguno, otro que terminó con una muñeca rota al intentar defenderse, y finalmente uno más que fue empujado varios metros por los aires. De esto, se llegó a la conclusión de que el ser únicamente asustaba a niños y mujeres; pero que disfrutaba de atacar físicamente a hombres adultos y 'burlarse' de ellos. 
Para la última semana de septiembre, la prensa ya había bautizado a la extraña entidad con varios nombres: El Fantasma de Provincetown, el Fantasma Negro, el Demonio Fantasma, el Demonio de Provincetown y el Destello Negro; siendo este último el que quedó arraigado en la cultura popular. 

La especulación sobre el ser, su identidad y comportamiento creció de manera rampante; y aunque la policía de Provincetown explicó que se trataba de un bromista, la imaginación de los pobladores se trastornó en una histeria colectiva, un pánico que mencionaba por igual demonios, fantasmas, vampiros e incluso que se trataba del mismo Satanás. 
Las historias de encuentros con el Destello Negro continuaron hasta 1945, cuando en el mes de noviembre, un grupo de niños que jugaban en un patio escolar dijeron ver al monstruo en pleno día. Una hora más tarde, un escuadrón de oficiales de policía acudió al lugar y efectivamente, avistaron al Destello Negro saltando una reja de tres metros de alto y desapareciendo entre una serie de árboles. Esa misma noche, un anciano llamó a la jefatura de policía local para decir que no solo había visto al Destello en su patio trasero, sino que lo hirió con una cubetada de agua hirviendo. 

Grabado victoriano sobre Jack Piernas de Resorte.
Cuando la historia llegó a las cadenas noticiosas de Boston y Nueva York, no fueron pocos los que reconocieron la apariencia y el modus operandi de la espantosa aparición en una leyenda del siglo XIX. 
Durante mediados del siglo XIX, las áreas urbanas de Londres fueron asediadas esporádicamente por un misterioso ser apodado Jack Piernas de Resorte, el cual, justo como el Destello Negro; vestía ropas extravagantes de color negro, tenía ojos que brillaban y poseía una agilidad y velocidad sobrehumanas. Algunos medios de la época sugirieron que esta conexión no era una coincidencia, y que Jack era la misma criatura que el Destello; una especie de demonio que aparecía de tiempo en tiempo (idea que fue revisitada más de setenta años después en la saga de películas Jeepers Creepers) para alimentarse o causar pánico.

Algunos investigadores sugieren que tal vez se trató de una serie de histeria colectiva, similar a lo ocurrido posteriormente en casos como el del Chupacabras o el mito de los Niños de Ojos Negros, todavía incentivada por el recuerdo reciente de la narración de "La Guerra de los Mundos" por parte de Orson Welles el año anterior. Por su parte, las autoridades de Provincetown y Massachusetts coinciden en que el Destello Negro sí fue real, pero no se trataba de una entidad sobrenatural, si no de un grupo de bromistas que se aprovecharon de la temporada de Halloween. Años más tarde, un hombre dijo haber sido parte de estos bromistas, y explicó que todo se logró gracias a un grupo de muchachos locales bien coordinados y que operaban en varios lugares del pueblo para dar la ilusión de que el Destello podía estar en varios lugares a la vez.

La historia del Destello Negro concluyó de forma tan súbita y misteriosa como inició. Ya que es imposible determinar qué tanto hay de verdad en ella, si el testimonio del supuesto culpable fue verídico o si siquiera ocurrió. Ha sido detallada en libros, programas de televisión y artículos de sitios y revistas dedicados a lo sobrenatural; pero sin llegar a una explicación satisfactoria.

jueves, 8 de marzo de 2018

La gárgola de Frank Shaw.

A mediados de 1986, un empleado de la NASA llamado Frank Shaw tuvo un encuentro con lo que sólo puede ser descrito como una 'gárgola' de color negro y aspecto malévolo. Este evento atormentó a Frank por el resto de su vida, y aunque se negó a contar la historia en un principio para evitar ser tachado de loco; fue en el 2004 que su hija se puso en contacto con un reconocido criptozoólogo y contó su versión de lo ocurrido.
De acuerdo con la mujer, en aquél tiempo la familia estaba acostumbrada a que Frank llegara tarde del trabajo, por lo que a nadie le pareció extraño que una noche en particular regresara a altas horas de la madrugada. Lo que capturó la atención de sus hijos y esposa, fue el hecho de que Frank parecía bastante perturbado y nervioso. 
Tras unas horas de intentar reconfortarlo, Frank se decidió a relatar lo ocurrido.

De acuerdo con él, estaba caminando hacia su auto al final del turno, cuando tuvo la súbita idea de mirar hacia arriba. Lo que encontró, le heló la sangre. Sobre uno de los edificios del Centro Espacial se hallaba perchada una figura similar a una gárgola, de color negro y rasgos inhumanos. 
Frank lo describió como un ser completamente negro, y con una 'capa' sobre los hombros; pero al verlo con más detenimiento, se percató de que no era una capa, sino alas membranosas como las de un murciélago. Y la criatura, lo que sea que fuese, lo miraba de vuelta desde su percha con un interés casi depredador. Al relatar la historia, Frank dijo que por la expresión del ser, parecía como si disfrutara el producirle terror. 
Tras unos segundos que a Frank le parecieron una eternidad, la gárgola desplegó sus alas con un sonido similar al de un chisporroteo, y ascendió al cielo. Esto bastó para sacar al hombre de su parálisis nerviosa, y aprovechó el impulso de adrenalina para alcanzar su auto, encenderlo y salir a toda velocidad del estacionamiento; con la idea de que tal vez la criatura alada lo perseguía.

En los días posteriores, la esposa de Frank lo convenció de jamás contar la historia, pero con el paso del tiempo sintió que debía relatársela a alguien en quien pudiese confiar; a manera de sacar el recuerdo de su cabeza. 
Finalmente y tras una larga consideración, Frank decidió contarle la historia a su supervisor. Y de manera contraria a lo que habría previsto, éste no se burló por lo insólito de la historia. De hecho, lo confortó explicándole que no era el primer empleado del Centro Espacial Johnson que había visto al ser; y que incluso existía un archivo en la administración del edificio que hablaba de la gárgola. El supervisor de Frank se limitó a decir que el archivo había sido creado meses atrás, luego de que dos de los pastores alemanes usados como perros guardianes de la base hubiesen sido destrozados grotescamente. 
Por alguna razón, la historia de Frank llegó a oídos de algún oficial de la NASA, que ordenó que Frank fuese interrogado por elementos de seguridad. Este personal se aseguró de informarle a Frank que, lo mejor que podía hacer por sí mismo y su familia, era permanecer callado al respecto. Frank lo hizo, al menos hasta su muerte una década después. 
Debido a la política de confidencialidad y alto secreto de la NASA, no han surgido más reportes al respecto sobre la gárgola en las inmediaciones del centro Johnson. 

viernes, 19 de enero de 2018

El maniquí de la abuela.

Historia anónima.
Mis abuelos emigraron al país desde Alemania a principios de los 1930s, y eran dueños de una papelera en una ciudad más o menos importante del centro del país. Les iba bien, y vivían en una mansión que databa de varios siglos atrás; uno de esos caseríos imponentes que seguro más de uno estará imaginándose como salido de una película de terror.
En realidad, era todo lo contrario. La casa de los abuelos era la cosa más normal del mundo, aunque al ser tan grande y con todos los hijos ya viviendo fuera del hogar; imponía un poco por la soledad en sus muchas habitaciones. 

Aquí debo mencionar que mi abuela también se dedicaba a bordar, y acostumbraba a diseñar vestidos por puro hobby; por lo que se había hecho de varios maniquíes a lo largo de los años. Siempre me asustaron, en especial porque la habitación donde los guardaba tenía un gran ventanal que daba al pasillo donde estaban las habitaciones para huéspedes; y tenían esa extraña cualidad de muchas estatuas y pinturas, de sentir que te 'siguen' con la mirada mientras pasas frente a ellos.
Tenía once años en una ocasión que nos tocó pasar la noche ahí, y a mi me enviaron a una habitación del tercer piso; en el mismo corredor por el que se podía ver el ventanal de los maniquíes. Si me ponía de pie en la puerta, era capaz de ver claramente a un maniquí con forma de mujer, el cual le daba la espalda a la ventana.
Esa noche, ya sea por nervios hacia los maniquíes o por la copiosa cena que la abuela nos preparó, fui incapaz de dormir; así que pasé varias horas viendo películas en mi habitación. A mitad de una película animada, más o menos a eso de las dos de la mañana, empecé a escuchar el ruido de algo arrastrándose por la alfombra del pasillo. Bajé el volumen de la película y escuché, esperando escuchar también los constantes quejidos de mi abuelo alandar, el sonido de alguien aclarándose la garganta o algo que me pudiera confirmar la identidad de quien fuese que estuviera caminando por ahí.
Pero nada. Permanecí varios minutos en silencio, escuchando y dándome cuenta de que los pasos estaban acercándose a mi puerta.

Dudé por un rato, hasta que me armé de valor y abrí la puerta lo suficiente para poder asomar la cabeza con facilidad. El corazón me dio un vuelco ante lo que vi.
El maniquí de mujer, ese que había estado de espaldas hacia el ventanal; ahora me veía fijamente. Me congelé, aterrado y pensando si lo que estaba viendo era real. No tenía idea de qué hacer, y aunque mi mente infantil me decía que seguro alguien lo había movido unas horas antes; yo sabía que esa cosa debía estar viva de alguna manera. Algo muy dentro de mí me gritaba eso. 
Cuando pude volver en sí, cerré la puerta con llave y eché a correr de nuevo hacia la cama, donde me cubrí con las cobijas y subí el volumen al televisor. Pero esa cosa, ese maniquí viviente, volvió a caminar. Las pisadas fuertes, arrastrándose en el suelo, se acercaban más y más. Lentas, pero decididas. Así, hasta que escuché un golpe seco en la puerta, como si tomasen un mazo de madera y golpearan con poco interés; solo para intentar llamar mi atención, a manera de reconocimiento, una forma del maniquí para hacerme saber que estaba consciente de que yo estaba ahí. 
El ruido se detuvo, y ya pasaban de las cuatro de la mañana cuando reuní el suficiente valor para echar un vistazo por debajo de la puerta. La luz de la luna que se filtraba por las ventanas me dejaba ver el pasillo inmediato con toda claridad, y sí, ahí estaba esa cosa. Dos pies pálidos y sin dedos de pie frente a la puerta. En ese instante, hubo otro sonido de arrastre, y abrí la puerta justo en el momento para ver al maniquí desapareciendo hacia el final del pasillo. No caminaba. Era más bien como si algo lo hubiese jalado a la oscuridad de la habitación al fondo. 
No pude más. Salí despedido a toda velocidad por las escaleras y corrí hacia el garage, donde me quedé hasta la mañana que mi papá fue a buscarme. 
Sobra decir, que no volví a pasar una noche ahí, y cuando iba de día, evitaba a toda costa el subir al tercer piso yo solo. Con el tiempo llegué a pensar que tal vez se debía a una alucinación, a la falta de sueño o quizás solo lo imaginé; convencerme a mí mismo de que los fantasmas no existían y mucho menos los maniquíes vivientes.

A fin, mi abuela falleció de edad avanzada hace unos pocos años.
Mi padre se encargaba de los trámites respecto a la casa y las posesiones de mi abuela, y en uno de los días posteriores a la muerte de mi abuela, me llamó para pedirme que pasara por él; ya que era demasiado tarde. 
Mientras frenaba en el camino delante de la casa, volteé instintivamente hacia el tercer piso y lo vi. No grité, pero sí experimenté una sensación increíble de terror. En la ventana, viendo hacia el frente de la casa, ahí estaba el maniquí de pie. Pude ver como retrocedía, desapareciendo en la oscuridad de la habitación.
Sé que sigue ahí. Y a lo mejor está moviéndose mientras escribo esto.

lunes, 5 de junio de 2017

Hachishakusama - Ocho Pies de Alto.

El 26 de Agosto del año 2008, el sitio japonés 2channel.net, aquél que inspiró la creación del ya casi mítico 4Chan; fue sede de una historia inusual que le puso los cabellos de punta a más de un usuario del sitio: La leyenda de Hachishakusama o traducido al español, 'Ocho pies de alto'.
La historia, escrita por el usuario identificado como "VFtYjtRnO", habla sobre un episodio en su infancia donde se encontró con una extraña entidad de corte Youkai, conocida como Hachishakusama u 'Ocho pies de alto', una espectral mujer gigantesca que asemeja de manera desconcertante en más de un sentido a la leyenda occidental de Slender Man. 
La anécdota en 2ch es la siguiente:

"El hogar de mis abuelos paternos estaba a dos horas de donde vivíamos, en una aldea pequeña de agricultores en la prefectura de Hokkaido. A veces me quedaba con ellos durante el verano y las vacaciones invernales, y siempre estaban contentos de verme... pero la última vez que los visité fue hace diez años, cuando estaba en el tercer año de preparatoria. Era mi vacación de primavera y me habían invitado a visitarlos, así que decidí tomar mi bicicleta y pedalear hasta allá.
Pese al clima cálido de primavera, al llegar al pueblo sentí como si la temperatura hubiese bajado, por lo que me detuve en un descanso junto al camino para tratar de calentarme en el sol que brillaba en lo alto. Entonces, escuché algo... inusual.

'Po. Po. Po. Po. Popopopo. Po.'

No era un ruido mecánico, era una voz humana. Extraña, pero una voz. 
Miré a todos lados, para ver si había alguien cerca, y solo ví un sombrero blanco de paja sobre el borde de un muro de setos. El sombrero se movía a lo largo de los setos, y al pasar por un espacio abierto entre dos de ellos, vi que era usado por una mujer que llevaba también un vestido blanco. Debía ser alta, pues el muro de setos debía medir más de dos metros de alto. No pensé mucho en ello, y de cualquier manera, la mujer desapareció detrás de una línea de árboles al cabo de unos segundos.
Lo único que se me ocurrió fue que, o la mujer estaba de paseo y llevaba tacones altos, o se trataba de un hombre vestido de mujer. Raro, pero no descabellado en un lugar tan lleno de turistas en esa época del año.

Horas más tarde, mientras tomaba té con mis abuelos y los ponía al tanto de mi vida, toqué el tema en la conversación y les comenté que se me hacía raro ver un travesti en un sitio tan alejado de la vida nocturna de Tokio. Por alguna razón, mencioné lo del 'po, po, po'.
Al decir esto, mis abuelos se asustaron. Mi abuelo me bombardeó con preguntas tales como cuándo lo había visto, qué tanto sobresalía de los setos o si la mujer se me había quedado viendo. Le respondí tan rápido como preguntaba, y entonces salió corriendo para llamar a alguien con el teléfono de pared en el pasillo fuera del comedor; cerrando la puerta tras de sí para que yo no pudiera escuchar la llamada.
La habitación se tornó silenciosa. La abuela sonreía cortésmente, pero parecía tener breves temblores por alguna razón. El abuelo regresó pronto y me dijo que esa noche me quedaría con ellos. Debo admitir que no comprendía el porqué de ese cambio tan brusco de actitud, y pregunté si se trataba de algún enfermo mental de la localidad o algo así, a lo que el abuelo me contestó que la abuela podía decirme.
La abuela se limitó a mirarme y decir que iría a buscar a una tal señora K. (K-San en el original).

Claramente asustada, la abuela me explicó lo siguiente:
"Creo que Hachishakusama se ha interesado en tí... pero no debemos preocuparnos. El abuelo está aquí para arreglarlo".

Entonces, la abuela me contó poco a poco que Hachishakusama no era una persona, si no un monstruo o espíritu de las montañas. Su nombre se debía a su tamaño, 8 shaku, el equivalente a decir '8 pies de alto' (Hachi - 8, Shaku - Pie, Sama - Persona). Su apariencia cambiaba, pero por lo regular era siempre una mujer muy alta que se reía con un 'Po Po Po' muy tétrico.
Y una vez que Hachishakusama se interesaba en una persona, los cazaba hasta matarlos. La última víctima del espíritu había sido un joven hace quince años, y eso llevó a un grupo de monjes budistas a sellarla en un altar cerca de la aldea usando cuatro estatuas de Jizo, una deidad protectora de los niños; cada una colocada en uno de los puntos cardinales. La aldea tenía una especie de 'acuerdo' con las aldeas cercanas, estableciendo que debían tener ciertos beneficios por haber encerrado a la bestia. Desde entonces, habían pasado más de una docena de años desde que Hachishakusama había matado a alguien.

En ese entonces no creí nada de ello, pero el abuelo recibió al poco tiempo a una mujer muy anciana. K-San, la señora, me entregó un talismán de papel y me ordenó mantenerlo conmigo todo el tiempo, entonces fue al piso de arriba con el abuelo. Intenté ir al baño, pero la abuela no me dejó ir e insistió en que tuviera la puerta abierta para que pudiera verme mientras hacía mis necesidades.
Aquí fue que entendí qué tan serio era el asunto.
Me condujeron a una habitación en el piso de arriba. La única ventana había sido cubierta con periódico, sobre el cual pegaron otro talismán; y en cada esquina había un bol con Morishio, sal sagrada, así como una caja de madera donde colocaron una estatua de Buda. 
K-San me dijo que debía quedarme en la habitación hasta las siete de la mañana, y que no podía salir bajo ninguna circunstancia. El abuelo me dejó en claro que ni él ni la abuela me hablarían hasta las siete, mientras que K-San me ordenó guardar conmigo el talismán y rezarle a Buda si me sentía asustado.

Tenía una televisión y una cama en la habitación. La abuela me dejó unos bocadillos e intenté ver el televisor un rato, pero no me sentía muy interesado en la programación. Tampoco tenía hambre, así que me acosté, me envolví en las cobijas y debí caer dormido eventualmente; porque lo siguiente que recuerdo es despertar por el ruido de un show nocturno en el televisor. Mi reloj marcaba la una de la mañana.
Entonces escuché algo pegando en la ventana.
Lo quise ignorar, pensando que debía ser la rama de un árbol afuera, pero el ruido continuó. Tenía té y bocadillos, y subí el volumen del aparato para ahogar los golpeteos. En ese momento escuché la voz del abuelo proveniente del pasillo:

'¿Estás bien? Está bien salir si tienes mucho miedo.'

Fui hacia la puerta, pero me detuve de golpe al recordar como había insistido el abuelo que no me dirigiría la palabra hasta el amanecer. Y otra vez lo escuché.

'Está bien, puedes venir'.

Quería que se tratara de la voz de mi abuelo, pero supe de inmediato que no lo era. Tuve escalofríos, y al mirar uno de los cuencos con sal, me di cuenta de que el contenido estaba volviéndose de un color oscuro.
Me planté frente a la estatua de Buda, apretujando el talismán con ambas manos mientras rezaba por ayuda. 

'Po, Po, Po, Po, Po.... Po, Po, Po...." La cosa afuera de la ventana había comenzado de nuevo, esta vez más insistente. Entonces, vi la silueta de una gran mano palmeando el cristal desde afuera... pese a que me encontraba en un segundo piso. No quedaba más que seguir rezando a Buda.
Fue una larga noche.
No recuerdo del todo lo que hice, más allá de rezar hasta que escuché el ruido de fondo proveniente del televisor. Eran las noticias matutinas, y el reloj en pantalla decía 7:13 AM. El golpe en el cristal se había detenido. La voz finalmente había callado. La sal en los cuencos estaba toda negra. Abrí la puerta con mucho cuidado, y el abuelo K-San estaban afuera; observándome con gestos de preocupación. La abuela, llorando, me dijo que todo estaría bien.
Mis padres ya estaban abajo, junto con un grupo de hombres alrededor de una camioneta frente a la casa. El auto de mi abuelo estaba adelante de la van, y el de mi padre estacionado detrás de esta. Me sentaron en medio de la van con ocho de los hombres sentados alrededor de mí; uno a cada lado, tres al frente y tres más en el asiento posterior. Un hombre más se colocó en el asiento del conductor y K-San en el del copiloto.
Se me ordenó cerrar los ojos y mantener la cabeza gacha, en dirección al piso del vehículo.

'¡Sólo tú puedes ver a Hachishakusama... y no la mires!'

Nuestro convoy salió despacio hacia el camino montañoso. No creo que hubiésemos recorrido veinte kilómetros antes de que K-San nos avisara que todo se pondría feo... entonces empezó a recitar frases y cándicos budistas. 

'Po, Po, Po, Po, Po...'

La escuché afuera.
Apreté el talismán contra mi pecho y traté de mantener la cabeza agachada, pero no resistí la curiosidad y miré hacia la ventana... oh, jodido error. Afuera, veía un vestido blanco que parecía estacionaro junto a la ventana... cuando viajábamos a una velocidad bastante considerable. La figura se movió, como si se inclinara para ver por la ventana... y ahogué un gemido. El hombre a mi derecha me dijo que cerrara los ojos y ya no los abriera hasta que fuera seguro.
Aunque nadie pudo verla, todos escucharon lo que pasó: Los golpes. No sé como, pero algo estaba aporreando cada ventana en la van al mismo tiempo. Duró un buen rato, hasta que K-San dejó de cantar y dijo que estábamos seguros. Los autos se detuvieron, y mi padre y aubelo les agradecieron a todos los hombres que no shabían ayudado; pues todos tenían cierto parentesco conmigo. La abuela y K-San esperaban confundir a Hachishakusama al rodearme de gente de mi mismo linaje, y el abuejo pasó toda la noche reuniendo a mis parientes; determinando que era más fácil escapar durante el día.
K-San me pidió mostrarle el amuleto.
Se había tornado negro totalmente.

K-San me dijo que todo estaría bien, pero de cualquier manera me entregó otro talismán que debía mantenerme seguro hasta llegar a casa. Mi padre condujo el resto del camino, y me explicó que durante su niñez, uno de sus amigos había sido descuestrado por Hachishakusama.
Tiempo después, hablé con mi abuelo por teléfono y él me confirmó que ni siquiera estaba en casa durante esa noche, así que la voz no era suya.
Hachishakusama ataca a los niños y adolescentes, así que el monstruo intenta hablar con la voz de un familiar para atraerlos; y también me comentó que al ir al templo, los ancianos de la comunidad descubrieron que una de las estatuas de Jizo había sido rota por alguien, y que los trozos de la estatua habían sido colocados en una línea recta en el camino que conducía desde el templo a la casa de mis abuelos. 
Mi abuelo falleció dos años atrás, y no se me permitió ir a su funeral. Aún intento convencerme de que se trató de una superstición, pero a veces, cuando estoy solo en casa o camino por la calle de noche, todavía escucho esa voz.

'Po. Po. Po. Po...'

Un análisis de Hachishakusama.
Hachishakusama en Fatal Frame: Maiden of Black Water.
La historia, como ocurre con sus contrapartes occidentales en las figuras de The Rake, Slender Man, Jeff the Killer, B.O.B. o Smiling Jack; está considerada como un Creepypasta, una historia de horror presentada usualmente como un cuento apócrifo que intenta mostrarlo como algo real.
Podemos determinar que Hachishakusama no es otra cosa más que un mito, pues no existen leyendas antiguas al respecto (como ocurre con otros Youkai japoneses) o más reportes de encuentros con este ser en el internet; ni aparece en la mitología de la prefectura de Hokkaido.
Claro que, si el ser es oriundo de una aldea japonesa remota, existe la posibilidad de que la leyenda no sea tan conocida al ser únicamente producto de la tradición oral... aunque también esto se descarta, pues existiría evidencia de desapariciones múltiples de niños y jóvenes durante varias décadas en Hokkaido.
Como ocurre con Slender Man, Hachishakusama y su leyenda se han vuelto populares en varios sitios que han reposteado la historia de 2ch.net. Con el tiempo, apareció fanart de corte anime y se le nombró en compendios de criaturas mitológicas; pero sin la existencia de más reportes que añadieran al mito y la convirtieran en un ser críptido como el Mothman, el Demonio de Jersey o inclusive los Jinmenken y la Kuchisake-Onna del mismo Japón.
Como ocurre comúnmente, se le añadió al imaginario colectivo de personajes de horror japoneses y aparece en varios mangas y videojuegos. Por ejemplo, la entrega de la serie Fatal Frame, Fatal Frame: Maiden of Black Water, del año 2014; presenta un espíritu conocido como 'la mujer alta' y que es descrito como una leyenda urbana en el lore del juego.
No es de sorprenderse entonces, que la imagen de la Mujer Alta haya aparecido en varios sitios como una ilustración para la leyenda de Hachishakusama.
Fanart de corte anime sobre Hachishakusama y Slender Man.
Su primera aparición en el internet occidental ocurre el 24 de Agosto de 2016, en la página Scary for Kids; conocida por sus historias y juegos relacionadas con creepypastas, explicando que 'Ocho Pies de Alto' no es más que una leyenda urbana.
En la versión publicada por Scary for Kids, cambian algunos datos. Por ejemplo, el protagonista es un joven americano que visitó a sus abuelos a los 8 años y concluye con el hecho de que jamás regresó a Japón; explicando que Hachishakusama podría encontrarlo en cuanto pusiera un pie en el país del sol naciente, lo que expande a gran escala los poderes y alcance del espíritu. También se le describe como una mujer con foz varonil, y la historia acaba con el narrador recibiendo una llamada de su abuela, diciéndole que es seguro volver a Japón, seguido de un sonido familiar.

Po. Po. Po. Po.