Categorías

Mostrando entradas con la etiqueta creepypasta. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creepypasta. Mostrar todas las entradas

martes, 17 de noviembre de 2020

Los Payasos Planeadores del Plexo Solar.


El fenómeno de los Solar Plexus Clown Gliders (en español: "Payasos Planeadores del Plexo Solar") es poco conocido pero relativamente popular en círculos de discusión sobre el New Age y la parapsicología relacionada a la mente. 

Su origen ocurre en cadenas de e-mails enviadas a fines de los años noventa, que eran enviadas a manera de broma (de manera similar a los correos que involucraban a Teresa Fidalgo, Carmen Winstead o Smile.jpg) y sugerían que ciertas personas podían ser infectadas por entidades extradimensionales solo con escuchar el nombre del fenómeno o ver una serie de fotografías adjuntas al mensaje. 

De manera distinta a los críptidos, maldiciones y demonios; los SPGC eran entidades etéreas y efímeras que operaban de forma similar a Smile Dog, con contaminación memética a través de imágenes y palabras. Se cree que los SPCG se alimentan de la miseria y las emociones negativas, mismas que obtienen al bombardear a sus huéspedes con alucinaciones realistas para atormentarlos y se sugiere que sus poderes producen efectos comparables al de alucinaciones producidas por la metanfetamina o la paranoia de abstinencia. 

Entre estos efectos se incluyen una sensación de fatalidad ominosa, alucinaciones, experiencias extracorporales, paranoia, delirios y psicosis. 


La cultura hindú y las prácticas del New Age sostienen que el plexo solar, es el chakra que contiene emociones positivas y negativas; y es importante porque en él se concentran emociones que incluyen la perseverancia, el deseo de ganar, la ira, la irritación, el egoísmo, la agresividad, la destructividad, la violencia, la crueldad, el resentimiento, la preocupación, la ansiedad y el miedo; entre otros. 

Existen demonios y espíritus en diversas mitologías que se alimentan de estas energías negativas, de ello que para muchos practicantes del New Age sea primordial el limpiar los chakras. 


Historia de los SPCG. 

No existe un origen concreto del término, aunque se sugiere que fue ideado a partir de un concepto establecido por el cineasta David Lynch en su libro de 1973 "Catching the Big Fish: Meditation, Consciousness and Creativity"; donde habla sobre ansiedad, depresión y furia; y la forma en que lidió con ellas meditando. 

En el libro, Lynch explica que a todo ese negativismo le otorgó el nombre del "Suffocating Rubber Clown Suit of Negativity" (en español: Traje sofocador de payaso de goma de negatividad); y lo describía como sentirse metido en un traje sólido y pútrido hecho de goma caliente que desaparece una vez que se medita y recapacita en torno a sus problemas. 

Y aunque se sugiere que en la década de 1980 se popularizó la frase entre círculos de practicantes del New Age, algunos más sugieren a que puede ser parte de un experimento de control mental de la CIA, o algo relacionado al MK Ultra. 


Se volvió más prevalente en la década de 1990, cuando un virus troyano del mismo nombre se diseminó por Estados Unidos y Europa. El virus era de los primeros en usar screamers, pues se activaba al azar y mostraba la imagen de un rostro aterrador de forma rápida; llevando a los usuarios a creer que su PC estaba embrujada. 

Los SPCG se convirtieron en la base para otros memes de fenómenos que se distribuían de manera digital y herían a quien los veía. Ejemplos de estos incluyen una imagen fractal conocida como 'El Perico', el cual incluía una descripción sobre que con solo ver esa imagen producía la muerte; 'Hombre con dona', una fotografía del mangaka Hirohiko Araki comiendo una dona de color azul que podía causar un colapso psicológico en quien los veía; el famoso Smile.jpg, las fotografías de fantasmas y las maldiciones de correos en cadena. Estos fenómenos son denominados 'Basiliscos', en referencia a los reptiles mitológicos que mataban con la mirada. 


El virus SPCG. 

Al igual que ocurre con ciertas entidades ficticias como Pennywise, los dioses de Lovecraft o SCP-096, el saber de la existencia de los SPCG vuelve a la víctima susceptible a una infección o posesión demoniaca. La idea es que básicamente, el solo recitar las palabras Solar Plexus Clown Glider genera una reacción en el cerebro y el meditar o pensar sobre estas entidades provoca el comenzar a experimentar encuentros con ellas. 

En hilos archivados de 4chan se maneja la posibilidad de que como ocurre con los Basiliscos, los SPCG pueden llevar al desarrollo de un Síndrome Neuroléptico Maligno, en el cual el cerebro comienza a autodestruirse en respuesta a estímulos repetitivos; llevando a la mente a creer que algo muy terrible ha ocurrido y debe responder de manera acorde.

Un ejemplo parecido a este es el del cómic "DCeased", de DC Comics. En él, un virus tecnológico creado por el villano Darkseid y distribuido por el superhéroe Cyborg hace que toda persona expuesta a un dispositivo conectado a internet se transforme en un zombie poseído por la ecuación antivida mediante la contemplación de una pantalla en la cual dicha ecuación es transmitida de manera viral.

Y aunque los SPCG no son tan mortíferos como el virus en "DCeased"; actúan con principios similares de acuerdo al mito, distribuyéndose por la internet mediante un conjunto de palabras o imágenes que afectan el cerebro y los chakras; permitiendo que estas entidades o transtorno puedan manifestarse. 

Una de las supuestas imágenes que ocasionan el contagio de SPCG.

El ejemplo más conocido es el del presentador del podcast de Dead Rabbit Radio, Jason Carpenter, quien tras investigar sobre estos seres empezó a ver lo que describe como una cobra gigante en los pasillos de una corte. Luego de este fenómeno, Carpenter experimentó ansiedad y una degradación en su calidad de vida; por lo que considera a los SPCG como un parásito memético que existe solo para perpetuar el sufrimiento humano. 

Además de la cobra vista por Carpenter, los SPCG son reportados con la forma de payasos o mimos demoniacos comparables a Pennywise o el Joker, pero hay quienes sostienen que realmente son entidades similares a babosas o serpientes hechas de sustancias más allá de los límites de la tercera dimensión; algo similar a los Black Stick Men o el fenómeno de la Gente de Sombras. 

Finalmente, se sugiere que además del virus troyano y la palabra en sí, se puede ser infectado mediante un conjunto de imágenes en blanco y negro que deben ser vistas en orden para desatar un efecto de locura; e incluso se dice que existe una frecuencia de sonido específica que ocasiona la infección inmediata por los SPCG. 


¿Qué es en realidad?

La verdad aceptada, es que los SPCG no son más que una leyenda urbana sobreviviente de los días antiguos del internet y los correos spam de aol.com. Por ende, es el progenitor a ideas como El Perico, El hombre con dona, Smile.jpg, SCP-096 y el basilisco de Roko; entre otros. Una especie de versión digital del mito de Bloody Mary. 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Cabezas de Cámara - La creepypasta perdida.

Como muchos lectores sabrán, existe una popular clasificación de 'medios perdidos' en internet. Material que ya sea por falta de interés, la caída de un sitio o cuestiones legales de algún propietario intelectual; resulta muy difícil de encontrar o de plano inexistente. 
En este apartado podemos hablar de dos tipos distintos: 
Medios legítimos, es decir contenido real y cuya existencia puede ser corroborada por personal involucrado en su creación; por ejemplo el infame storyboard perdido de Rugrats, el capítulo para adultos del Laboratorio de Dexter o las grabaciones del suicidio de Christine Chubbuck y la muerte de Steve Irwin. En este caso, el medio resulta real y en ciertos casos, como en el del capítulo del Laboratorio de Dexter; incluso ha sido presentado en sitios web como YouTube, o destruido como pasó con la cinta de Steve Irwin.
Medios falsos, supuesto material con propiedades anómalas y que es fuente de creepypastas; como ocurre con el Suicidio de Calamardo, Dead Bart, Candle Cove o Amigos de la Fe. Aquí es fácil determinar su falsedad, y las supuestas copias existentes son trabajos de fans muy bien hechos o referencias hechas por los creadores. Por ejemplo, Candle Cove fue convertido en la temática de la primer temporada de la serie de ciencia ficción Channel Zero y el Suicidio de Calamardo fue referenciado en un capítulo de Bob Esponja. 
Pero hay materiales perdidos que resultan inclusive aún más dudosos. Por ejemplo, la creepypasta de Cameraheads o Cabezas de Cámara; una historia de horror supuestamente elaborada en los primeros años del foro /x/ de 4Chan, de manera similar a la fundación SCP, The Grifter o los Heraldos de la Perdición. 
La diferencia sin embargo, es que al parecer no hay una versión fidedigna del tema donde se originaron, ningún usuario de 4chan cuenta con una copia del tema e incluso los más veteranos de /x/ son incapaces de decir cuando se originó realmente. 
Hablamos pues, de una creepypasta mucho más antigua que Slender Man, el Rastrillo, Smile Dog, Jeff the Killer y cualquier otro de los seres que durante la última década han empezado a pulular en internet. Y de manera más perturbadora, nadie recuerda qué ocurrió con ella pese a que muchos tienen memorias de haberla leído.

La historia.

Post del 2014 preguntando por la existencia de la creepypasta.
La historia más aceptada, recopilada a través de sitios como la wiki de Creepypasta, Lost Media, Reddit, 4chan y algunos foros de terror; trata de un hombre posteando en 4chan, describiendo como encontró una mochila rota junto a un montón de libros mientras caminaba hacia su casa. Entre los libros se encontraba una nota en la que se leía "Maté a un Cabeza de Cámara"; y el autor supuestamente comienza a investigarlos, solo para percatarse de que en realidad son los Cabezas de Cámara quienes lo investigan. 
Con cada post, el autor parece empezar a perder la locura de manera progresiva, detallando a las criaturas como seres paranormales similares al Rastrillo y Slender Man en su forma de operación. Como un dato interesante, los Cabezas de Cámara son mucho más viejos que esos personajes, y un post se dedicaba a detallarlos como entidades biomecánicas similares a los diseños de HR Giger o el hoy extremadamente popular Sirenhead. 
Aunado a esto, en el tema se postearon una gran cantidad de fotografías, documentos y videos que daban a entender que se trataba tal vez de un ARG como el posterior Marble Hornets o la Fundación SCP. 
/x/Wiki.
Se sabe que había un artículo de los Cameraheads en /x/wiki, un depositorio de temas populares entre los usuarios de /x/; y que este aparecía en el apartado de 'Bullshit', descrito como "El Cáncer que está matando a /x/, un término que aplica a trolls y memes que han sido posteados muchas veces". 
El artículo en /x/wiki era supuestamente muy completo, con galerías de fotos y transcripciones de documentos sobre los Cabezas de Cámara. La wiki terminó perdiendo popularidad y con el tiempo se modificó como los Registros Akáshicos; con mucho material siendo borrado, incluida la creepypasta de Cabeza de Cámara.
Los usuarios de /x/ han intentado recuperar el artículo robado, y aunque con el tiempo han ocurrido temas de gente incrédula sobre la existencia de la creepypasta; el hecho de que en Wayback Machine se pueda acceder a la página que lista Cabeza de Cámara en el apartado de 'Bullshit' en /x/wiki, efectivamente confirma que es algo real y no una historia meta como Gozu. 
La evidencia.
Desafortunadamente, no hay una forma de obtener copias de los archivos en los primeros años de 4chan. Los hilos más accesibles de los /x/ archives actuales son del 2014, época en que resucitó el interés por la historia y se le otorgó estatus de medio perdido. 

En un tema que data del 27 de mayo del 2018, un usuario escribe lo siguiente:
"Cabeza de Cámara es una creepypasta muy vieja. Un tipo encuentra una nota que dice 'maté a un Cabeza de Cámara', evidencia de una pelea y una cámara rota. De ahí, se convierte en un descenso hacia la locura con estos seres infestando su vida. Es como las pastas de SCP, Arizona o la Cabaña y los Muñecos. Por un momento fue la única pasta en la /x/wiki y era un críptido principal e importante como los Acechadores de Texas. Creo que ambas han sido olvidadas y la historia de Cabeza de Cámara fue removida. Había unas fotos raras y con imperfecciones."

A inicios del 2020, un usuario de 4chan descubrió lo que parece ser uno de los videos del ARG original, el video titulado 'Camerahead' fue subido en el 2009 por el usuario kotyakov, y es el único video en esa cuenta. 
La descripción reza 'video extraño que estaba en un minidv que encontré en una barranca cerca de mi casa'. El video muestra principalmente estática junto a varias imágenes borrosas. Casi al final, aparece una figura enmascarada que sonríe y vuelve a desvanecerse en la estática. Usuarios de ObscUrban Legend Wiki han contactado a kotyakov preguntándole por la procedencia del video, pero no han recibido respuesta. 
El rostro en el video de kotyakov. 

miércoles, 10 de junio de 2020

La anémona.

Esta historia es supuestamente verídica, tomada del diario de un oceanólogo e investigador cuyo nombre permanecerá en el anonimato por decisión de su familia. No he visto las páginas del diario en persona, pero estoy tratando de conseguirlas. 
Por el momento, disfruta una versión resumida.

-Fecha sin especificar.
Acabo de escuchar a un cachalote en el  hidrófono. Muy inusual en esta área y época del año. La frecuencia es un puñado de hertzios más baja de lo normal. ¿Posible nueva subespecie?

-Fecha sin especificar. 
La manada está inquieta. Todavía escucho al cachalote. Hoy no he visto a Marv, espero que el viejo esté bien.

-Fecha sin especificar.
La manada continúa agitada. Segundo día al hilo sin ver la vieja aleta dorsal llena de cicatricez de Marv. Me empiezo a preocupar. 

-Fecha sin especificar.
Escuché a Marv en el hidrófono. Que bueno saber que está bien.

-Fecha sin especificar.
Sigo escuchando a Marv en el hidrófono. Suena angustiado. La manada continúa agitada.

-Fecha sin especificar.
Si esto sigue así, voy a tener que submergirme y buscarlo.

-Fecha sin especificar.
La manada está extremadamente agitada. Me empujaron a la superficie cuando quise bucear.

-Fecha sin especificar.
(Ilegible)

-Fecha sin especificar.
No sé si debería escribir esto. Siento que me estoy volviendo loco. Eso que vi no puede ser real.

-Fecha sin especificar.
Está matando a los salmones. No se los come, solo los deja flotando para que se pudran. Las ballenas no quieren comerse a los salmones y creo que no tardará para que mueran de hambre.

-Fecha sin especificar.
El hijo de puta empezó a cantar otra vez. 

-Fecha sin especificar.
Tengo que bajar y tratar de detenerlo. Sé que no estoy loco. Voy a escribir lo que pasó en mi última inmersión, en caso de que algo salga mal.
>Usé el hidrófono para triangular el punto de donde venían los llamados de Marv. Revisé la profundidad, me vestí y me sumergí. La manada intentaba empujarme a la superficie, pero seguí nadando hacia abajo y eventualmente se detuvieron, rodeándome a la distancia y haciendo sonidos tristes que nunca antes había escuchado en orcas. Continué, determinado a encontrar a Marv y llegar al fondo de lo que estaba pasando. El pobre bastardo. Luego de cierta profundidad, la manada dejó de seguirme y siguieron nadando en círculos; llorando de esa forma extraña.

>Llegué al fondo, pero no pude ver a Marv de inmediato. Lo escuchaba, pero sin ver su ubicación. Sonaba como si estuviese a mi lado, aunque no podía verlo. Me di cuenta de que eran los muros del canal haciendo rebotar el sonido a mi alrededor. Seguí buceando y finalmente lo encontré: Flotaba, inmóvil y atrapado en una especie de sustancia traslúcida.
Parecía inconsciente, pero todavía podía escucharlo. Debía ser imposible que continuara con vida luego de estar tanto tiempo bajo el agua, pero seguía vocalizando. Tomé mi cuchillo y traté de cortar lo que en ese momento creí era plástico de algún tipo. 
Al instante que mi mano tocó esa cosa, fui golpeado por un fuerte dolor en mi brazo que se extendió al resto de mi cuerpo. Vi estrellas y cuando recuperé la consciencia, estaba flotando inmóvil junto a Marv. 
Nunca he estado más asustado en mi vida. Lentamente, sentí un tentáculo que se había enredado en mi brazo, jalándome al fondo. Mis intentos por ver qué había debajo fueron en vano, ni siquiera podía mover los ojos... y esa cosa seguía arrastrándome, girando mi cuerpo hacia él. 
Conforme apareció el fondo del océano en mi campo de visión, noté que algo estaba horriblemente mal: En lugar de arena y rocas, el fondo pulsaba y se movía como una alfombra de gusanos; y un filamento que emergía de esa masa de arena viviente era lo que me jalaba. Podría describirlo como una especie de anémona gigante, extendiendo sus tumores bulbosos en dirección a mí. Era jalado centímetro a centímetro, de la misma forma que un pescador haría con un pez que acaba de morder el anzuelo.
No podía llorar, ni siquiera cerrar mis ojos. Solo mirar como esta cosa me atrapaba como un pez. El cabrón se tomaba su tiempo, tal vez porque le gustaba la idea de marinar a su comida con el sabor del miedo. Y estoy seguro que hay peores formas de morir, pero esta debía ser una muy arriba en la escala. 

Entonces, la toqué finalmente. Todavía puedo recordar la sensación.
Miles de apéndices parecidos a las antenas de un caracol, picándome los brazos y el rostro. Se sentían como papel de lija. Jalándome. Seguía paralizado, pero dentro de mí, gritaba al tope de mis pulmones. La masa me continuó jalando con un movimiento constante, cada pulso llevándome más y más profundo en el océano.
Creo que acepté que estaba muerto para cuando la criatura sumergió mi cabeza en su cuerpo. Todo lo que podía escuchar era como raspaba contra mi máscara, metiéndome más y más dentro de su enormidad.No sé si me desmayé o quedé catatónico, porque de pronto recuperé la consciencia y ya estaba flotando en una nube de sedimentos lodosos. Todo a mi alrededor eran los mismos tentáculos y antenas bulbosos, pero ya no eran una masa; si no un cardumen o un enjambre que se movía sin dirección. Me tomó un segundo el recuperar mi calma. En ese momento, algo muy grande me rozó.
Si no siguiera paralizado, seguro me habría cagado encima. La figura volvió a tocarme, era una silueta enorme que desplazaba el agua violentamente a su paso. Los tentáculos del fondo eran arrancados del suelo marino cada que la sombra se movía.

Escuché una llamada.
Una ballena. Shae, una de las hembras de la manada. 
Más sombras grandes descendieron al fondo, y en cuestión de momentos el resto del grupo se le había unido. Las ballenas se lanzaron en picada, emitiendo vocalizaciones que jamás había escuchado; y la anémona disparó varios filamentos como el que nos había atrapado a Marv y a mí; pero los animales los esquivaron y continuaron barriendo el fondo, lanzando nubes de sedimento y tentáculos por todos lados. 
Sentí que Shae y otras ballenas me alzaban hacia la superficie poco a poco. Después de una hora flotando, pude moverme lo suficiente para trepar de vuelta al bote. Shae soltó un chillido alegre al ver que ya estaba a salvo. 
Supongo que lo que sea que está allá abajo no es fanático de que le roben el almuerzo, así que por eso mata a los salmones. No sé qué haré, pero primero muerto que dejar que las ballenas pasen hambre.

Esa es la última entrada en el diario, y el escritor se encuentra aparentemente desaparecido o muerto. 

miércoles, 5 de febrero de 2020

El fantasma sin cabeza.

"Cuando tenía quince años, vivía en el estado malayo de Penang con mis padres y hermanos. Ocupábamos una casa construida por el gobierno que ya no existe, pues fue demolida hace unos años para construir en su lugar un desarrollo inmobiliario. Las casas, del tipo playero como se les conoce popularmente, se encontraban en el terreno que alguna vez fue parte de un campamento del ejército japonés durante la ocupación de Malasia en la Segunda Guerra Mundial. 
Una noche en particular, no podía dormir y decidí ponerme a leer historietas. Debía pasar de la una de la mañana cuando finalmente me dio sueño y subí a mi habitación. Me estaba por acostar cuando caí en cuenta de que dejé las historietas en el piso de la sala de estar y si mi madre las veía en la mañana, seguro las tiraría a la basura. Con pereza, decidí regresar por ellas y no tomé la molestia de encender la luz, porque la de la luna se filtraba a través de las enormes ventanas de la sala e iluminaba perfectamente el lugar. 

Mientras recogía mis historietas, escuché un sonido suave. Un golpeteo ligero que venía de la habitación donde teníamos la televisión. Pensé que podía tratarse de un ladrón, y la curiosidad me llevó a asomarme por el arco de la puerta. Lo que vi me persigue hasta la fecha: Ahí, de pie e iluminado por la luz de luna, vi una figura traslúcida y vestida con lo que indudablemente era el uniforme del ejército imperial japonés... pero lo que me heló la sangre fue que el hombre no tenía cabeza.
Me llevé ambas manos a la boca para evitar gritar, y me paralicé observando como el soldado andaba a ciegas, tentando todo a su alrededor como si buscara algo; tal vez su cabeza. Esto transcurrió por varios minutos hasta que se dirigió tambaleándose hacia la cocina. 
Sin dejar de cubrir mi boca y olvidando las historietas, subi corriendo a mi habitación y me metí bajo las sábanas. No tengo idea de a qué hora me venció el sueño, pero tardó mucho para que eso pasara. 
Con el tiempo, escuché de los vecinos que también habían visto al soldado japonés, que aparecía por las noches en las casas, calles y jardines en busca de algo. Hasta la fecha, creo que debía estar buscando su cabeza." 

miércoles, 16 de octubre de 2019

El diario del señor Bien Hecho - Parte 4.

Hola.
De todas las cosas maravillosas que se pueden ver en este mundo, la mayoría de ellas yacen en la periferia de esa realidad terrenal, superficial, mundana, sin valor, duplícita, torcida, hórrida, desagradable, despreciable, banal y enfermiza a la que se aferra la humanidad.
Lo siento.

Pero es en el rabillo de los ojos que uno puede encontrar gemas desconocidas entre la basura. Esas formas definidas que la humanidad asigna de manera inconsciente a lo que puede explicar fácilmente; a esas normalidades aceptables del mundo social que nos perturban; que nos dejan con un vago terror que le ruega a los ojos el cerrarlos cuando las luces se apagan antes de ir a dormir y no abrirlos hasta que la luz mañanera acaba con las posibilidades de la oscuridad.

Qué desperdicio. Qué ridículo.

Abre tus ojos y usa las capacidades maravillosas de estos órganos fantásticos. Mientras efectúas tus rituales higiénicos de cada día, te sugiero prestar atención indirecta a la oscuridad del pasillo más allá de la puerta. Espera a algo inevitable, algo fuera de lugar con la calma característica de la noche, eso que siempre pasa sutilmente en dirección a destinos ignotos.
Pero no le hagas caso.
No, no, no lo hagas.
Algunas cosas son mejores si solo se les ve y no se interactúa con ellas.

Porque al ver eso que se cree a sí mismo invisible, llega una atención con las consecuencias más severas. 
Oh, sí. Muy severas.
Compórtate.
Mira, pero no toques. O hables. O pruebes.
Solo tal vez entonces serás capaz de escuchar. Sutilmente al principio, pero en cada ocasión posterior será imposible d eignorar. incluso mientras permanecen de pie, mirándote desde las esquinas más oscuras de tus refugios más sagrados y seguros; debes evitar hacerles saber que los ves. 

Quédate contento con observar.
Sí, contento.
Esa reacción es la única barrera contra sus actos.

Si lo haces, si puedes evitar las tentaciones de la oscuridad y controlar tus impulsos primordiales; entonces tal vez estarás preparado.

Preparado.
Para más.
Mucho más.

lunes, 14 de octubre de 2019

El misterio de la Mansión Dunlora.

La mansión Dunlora es una construcción dilapidada en el bosque a las afueras de Charlottesville, en el estado de Virginia; y cuenta con un siglo de historias de fantasmas acumuladas en torno a ella.

Erigida en 1724 por un militar de nombre Thomas Carr como recompensa por 'servicios a la corona británica' en la época de las colonias; Dunlora terminó su construcción hasta 1730 y pasó casi siglo y medio como una plantación más, irrelevante entre las cientas de propiedades de las regiones campestres de la Confederación. Al menos, hasta el año 1900 cuando una mujer con fama de bruja en Charlottesville tomó posesión de ella. 

Con los años, los campistas y vecinos que acostumbraban tomar paseos o pasar la noche en el bosque cercano empezaron a evitar el lugar y a narrar historias sobre rituales satánicos, luces fantasmales, demonios y aparecidos que se manifestaban en torno a la cada vez más decaída mansión. Por eso, cuando la 'bruja' falleció y la mansión Dunlora cayó en el abandono; a estos cuentos se les unió el rumor de que el espectro de la bruja aparecía en el bosque y ahuyentaba a aquél lo suficientemente valeroso (y tonto) como para acercarse al lugar.
Curiosamente, se empezó a manejar también que en las inmediaciones del terreno de la mansión existía un viejo y ruinoso cementerio para los esclavos que vivieron en el lugar hasta que se declaró el fin de la esclavitud en EUA. 

Los Scouts Perdidos.
La leyenda más aterradora sobre Dunlora, es el caso de los Scouts Perdidos.
El mito inicia en el verano de 1920, cuando una tropa conformada por seis Boy Scouts y su líder realizaban una excursión en el bosque; ignorando las leyendas sobre la casa y los terrenos a su alrededor. El viaje transcurrió sin contratiempos durante el día, y luego de una copiosa cena y los obligados cuentos de espantos en torno a una fogata; el grupo se retiró a dormir en tres tiendas para los Scouts y una para el líder. 

A mitad de la madrugada, el líder de la tropa fue despertado por el sonido de las garras de un animal arañando el suelo, así como gruñidos que no supo identificar. Creyendo que la tropa estaba en peligro, tomó su linterna y emergió de la tienda para ver de qué se trataba; encontrándose con que no solo había rastros del animal, pues además los Scouts habían desaparecido de sus tiendas.
Inicialmente, sus sospechas fueron que se trataba de una broma y los llamó por sus nombres, amenazando con retirarles las insignias; más no hubo respuesta alguna y terminó usando su linterna para recorrer los senderos del bosque en busca de los muchachos. 

Su búsqueda se extendió por el resto de la noche, y ya clareaba cuando percibió un brillo a la distancia; mismo que atribuyó a la linterna de alguno de los muchachos. Avanzó en dirección a ella, hasta salir del bosque y divisar la sombra de una enorme casa; una mole decrépita, abandonada y cubierta de vegetación. 
En ese instante, la luz volvió a parpadear de nuevo desde una de las ventanas del segundo piso; y ahí el líder descubrió que no se trataba de una linterna, si no otra cosa que se movía como la llama de una vela en el viento. 
Al internarse en la casa, era obvio que el lugar había sido abandonado mucho tiempo atrás: El interior cubierto de polvo, moho y suciedad; los muebles dañados por animales salvajes y hongos, y gruesas telarañas, eran producto de años de descuido y ninguna manutención. 
Su búsqueda lo llevó a través del primer piso, y estaba por rendirse y salir de nuevo al bosque cuando escuchó el distante y apagado grito de un infante; proveniente del sótano de la casa. 

Creyendo que era uno de sus scouts, corrió escaleras abajo hacia un sótano cavernoso y con un fuerte olor a humedad. Abajo, la única fuente de luz provenía de su linterna y la movía de lado a lado para tratar de encontrar al chico.
En uno de esos movimientos, la linterna iluminó el rostro de una anciana parada al otro extremo del sótano; con un rostro casi esquelético, surcado por profundas arrugas, ojos lechosos y una sonrisa llena de dientes amarillos y afilados en puntas triangulares. 
La mujer le sonrió, y el líder de la tropa salió corriendo a toda velocidad con la extraña mujer detrás de él en persecución. Al correr hacia afuera de la casa, tropezó con algo que hizo un sonido húmedo cuando lo pisó. 
No era un tronco o vegetación putrefacta, se trataba del cuerpo de uno de los Scouts; tirado sobre un charco mezcla de lodo y sangre, con el estómago abierto en canal. El líder se levantó de un salto y al hacerlo, se dio cuenta de que en la habitación donde había tropezado estaba el resto de los scouts; alineados y destripados de manera idéntica. 

La leyenda dice que horas más tarde, la policía acudió a la mansión luego de recibir reportes de gritos en ella, y encontraron al líder de la tropa en estado de shock en medio de un camino que conducía a Dunlora.
Al interrogarlo y no obtener más que balbuceos; dieron con el campamento donde se desarrollaba una escena dantesca: Los cuerpos de los chicos habían sido colocados en sus bolsas para dormir, pero los órganos arrancados de los cuerpos se asaban lentamente sobre una fogata. El líder de la tropa siguió gritando sobre lo que vio en la mansión y la anciana, pero la policía hizo caso omiso de sus chillidos y el hombre terminó arrestado por homicidio y encerrado en un asilo mental.

La leyenda termina con el rumor de que en el bosque crecieron siete nuevos árboles en el sitio del campamento; y que estos árboles se encuentran poseídos por los espíritus de los scouts fallecidos. 

La verdad.
Y como ocurre casi siempre con las leyendas urbanas sobre aparecidos, no existe evidencia de los asesinatos de los scouts en los diarios de Charlottesville o en registros policiales. Sobre la mansión, pues no se encuentra completamente abandonada; ya que hay un encargado del terreno y que sostiene que pese a su estado actual, la mansión está en posesión de la misma familia desde hace un siglo; y que no existe evidencia de la famosa bruja o del cementerio de esclavos. 
En realidad, la mansión Dunlora era un mito poco conocido y que no se hizo viral hasta el año 2016; cuando la historia fue publicada en línea como una creepypasta. 

martes, 24 de septiembre de 2019

El diario del señor Bien Hecho - parte 3.

La estupidez del valor. 
Muchas personas, en su definida y claramente inferior sabiduría, eligen probarse a sí mismos acudiendo a lugares que se supone son frecuentados por lo 'sobrenatural'. Qué termino tan molesto y paradójico. 'Sobrenatural'.
¿Cómo algo puede estar 'sobre' la naturaleza cuando ocurre de manera natural?

Discrepo.
Muchas almas 'valerosas' que salen en busca de lo nocturno y lo desconocido se darán cuentad e que hay poco que temer, pese al sudor frío que experimentan y eligen tomar esta evidencia como una respuesta de si lo 'sobrenatural' existe en nuestra percepción compartida del mundo.

Tontos. 
Oh, sí. Si alguien de verdad se vuelve valeroso, más allá de lo sano; descubrirá que nunca verá algo más allá de lo mundano. Son aquellos que abrazan a su miedo quienes encontrarán evidencias mucho más perturbadoras sobre la posibilidad de que existen entidades y energías más allá de lo qu econocemos.
El miedo es más que una advertencia viológica en torno al peligro. Es un sentido con poca diferencia respecto a aquellos cinco que la mayoría de la gente conoce. Ignorar el miedo es cerrar los ojos a esos secretos que poseen belleza más allá de las imaginaciones de los mortales.

Así que quiero impartir este aviso en aqauelloa que buscan confirmar la existencia de lo 'sobrenatural'. 
Abraza tu miedo. 
Enciende el fuego del terror y busca a la oscuridad.
Verás cosas tan maravillosas. 

domingo, 22 de septiembre de 2019

El zorro.

Historia tomada de 4chan.
"En septiembre del 2004 fui de vacaciones a Japón. En concreto, a un campamento en el área montañosa de Arashiyama, a las afueras de Kyoto. El lugar estaba a rebosar de turistas, por lo que decidí salir de los caminos de alpinismo más concurridos y dirigirme a los senderos más viejos del bosque y que conducían a las montañas.

Luego de caminar por un rato a lo largo de un sendero de terracería, llegué a un claro donde se encontraba un anciano. Imaginen el clásico maestro de película de artes marciales, con bastón de madera, un traje japonés de color azul y una barba larga y blanca. Al verme, el anciano me vio y aunque no hablo muy bien japonés, logré comprender que quería que lo acompañara y decía algo como que el bosque era muy peligroso para alguien de su edad y necesitaba que alguien lo llevara de vuelta a los caminos principales.
Accedí y emprendimos la caminata de vuelta. 

Durante el trayecto, el viejo empezó un monólogo sobre la belleza de la naturaleza, como el hombre corta los bosques y contamina la tierra; haciendo hincapié en que los humanos debíamos respetar y proteger el mundo. Jamás habló de sí, quién era o porque estaba ahí, o hizo pregunta alguna. 
Llegamos a una bifurcación luego de una hora de caminar. El anciano se despidió amablemente y me indicó qué camino tomar para volver a Kyoto; diciendo que su hogar se encontraba más allá en el otro. Le pregunté si no requería que lo llevara hasta su destino, pero se negó y me bendijo para luego reanudar su camino. 

Aquí caí en cuenta que el sol comenzaba a caer, así que hice caso al viejo y regresé por el sendero que me indicó. Lo cual fue un error, pues este parecía internarse en el bosque y dar varias vueltas, por lo que opté por volver. 
Al regresar a la bifurcación,  y ya alumbrando el camino con una linterna, encontré un zorro blanco sentado sobre una roca musgosa. Y les juro que el animal me veía con lo que creo que era una sonrisa burlona. Me quedé de pie, mirándolo hasta que se desapareció entre los arbustos cuando le apunté fijamente con la linterna.

Recuerdo haber leído leyendas japonesas sobre Kitsunes, espíritus con forma de zorro que cambian de forma y gustan de jugarle bromas a los hombres.
Y creo que fue lo que vi ese día en un bosque de Kyoto."

lunes, 16 de septiembre de 2019

El diario del señor Bien Hecho - Parte 2.

Hola. 
Lo que temes no es aquello a lo que no puedes ver en las sombras.

Parece que las masas se reconfortan con la banal declaración de que 'la gente teme a lo desconocido'. La humanidad por alguna razón que desconozco, encuentra un extraño comfort en esta idea. Si la gente de verdad temiese a lo desconocido, estas palabras serían comparables a entablar contacto visual con el horror desgarrador que habita los recovecos más profundos de la psique humana.

No. Lo que temes no es aquello a lo que no puedes ver.
Es a lo que verás si miras por mucho tiempo. Verás a esa cosa que 'sabes' que está ahí. Intentarás persuadirte, de apagar esa punzada de pánico en tu cerebro al asegurarte que es simplemente un fragmento de tu subsconsciente jugándote bromas.
No lo es.
Sí, tememos a las sombras por una razón.
Esa razón no es aquella que tú crees.

lunes, 9 de septiembre de 2019

El diario del Señor Bien Hecho - Parte 1.

Hola.
Soy el señor Bien Hecho.
Observé la copulación en que fuiste concebido y grité con horror. Te vi nacer como un parásito rosado y ensangrentado, y rechiné mis dientes con odio; rozándolos una y otra y otra y otra y otra vez hasta que se volvieron aplanados y lisos. 
Te miraré marchitarte y envejecer. Mientras tu cuerpo se seca y el peso de los años acaba con tu vitalidad. Sonreiré y reiré y reiré. Veré tu cuerpo sin vida ser bombeado de químicos y enterrado para alimentar a las bestias sin ojos que habitan el subsuelo. Y aullaré, porque sé a donde vas. 

Sé a donde vas.
Conozco los secretos de esta tierra, como conocía los de la anterior. Y traeré el Final. Y no puedes detenerme. 
Lees estos cuentos y no sabes que con cada uno que lees,  cada historia que cuentas una y otra vez, todos los mitos que tu gente y tú han creado; llamas el Final de las cosas.
Habrá algunos entre ustedes que intentarán verificarlos; buscarán desmentirlos. Quienes lo hagan con pasión, descubrirán que muchos son falsedades sobre seres, espectros, entes y demonios que no existen. Pero otros... otros serán deliciosamente perturbadores y te dejarán dañado por el resto de tus días; y unos más inclusive te arrancarán la piel. 

Y es apiel será usada para crear más y más historias. Torcidas y alargadas para llamar a más individuos curiosos. 
Y reiré. Mis dientes se apretarán tanto, tanto, tanto, que uno de ellos se agrietará con un chasquido satisfactorio. Mis ojos incapaces de parpadear, mirarán todo caer en el orden que debe ser. Mi mirada ancha y vacía, alegre de tu deliciosa agonía. 
Oh, estoy tan encantado. TAN ENCANTADO.

Porque mientras lees esto, seguro alguien se sentirá atraído. Esa parte enferma de tí que ansía El Final; susurrará en tu mente, obligándote a ver el horror, el sufrimiento, la sangre y la muerte. Querrás verlo. Querrás saber qué existe en la oscuridad más allá de la vista, el olfato, el sabor, el oído y el tacto.
Ven.
Ven y mira.
Te mostraré cosas maravillosas.

Nunca digas su nombre.

Basado en una historia real de 4chan.
No había escuchado el término 'skinwalker' hasta que llegué a Nuevo México.
Trabajo como contratista para una constructora en Estados Unidos, y se me asignó la construcción de un fraccionamiento en una comunidad al norte de Albuquerque. Pasé cerca de dos meses en el proyecto hasta que me asignaron a Nebraska, pero en ese lapso de tiempo vi cosas que me llevaron a evitar Nuevo México durante el resto de mi vida.

Pero es mejor que les explique desde un inicio. 
Soy una persona profesional y en cierto modo solitario, así que no me esforzaba en socializar; pero en los primeros días de nuestra estancia llegué a escuchar conversaciones fugaces entre mis compañeros, pláticas sobre que 'algo' afuera de los tráilers no los dejaba dormir durante la noche.
Como dije, soy solitario, y además de ello no era creyente en lo sobrenatural; así que deseché sus historias y achaqué todo ello a bromas entre los trabajadores o algún coyote o perro que anduviera por ahí en busca de sobras. De cualquier forma, jamás tuve problemas para dormir.

Esas historias pronto escalaron hasta convertirse en conversaciones largas sobre fenómenos paranormales y algunos relatos que habían escuchado de los pobladores en el bar local. Lo encontré entretenido, en la misma forma que disfrutaría una película de terror y todo siguió así hasta que Rick, uno de los albañiles, dejó de ir a trabajar. 
Una mañana no se presentó al sitio de construcción, así que enviamos a alguien a buscarlo. Yo no lo vi, pero el trabajador en cuestión me contó que lo había encontrado hecho un ovillo en una esquina de su habitación; murmurando una y otra vez una frase.

"Pezuñas. Ojos. Se estaba riendo."

Me sentí mal por Rick, pero siendo una persona escéptica me imaginé que debía ser por el estrés del trabajo y la jornada de ocho horas en el calor asfixiante de Nuevo México; todo eso más la falta de descanso debió provocarle una especie de colapso nervioso.
Pero para el resto del equipo, esto fue algo sobrenatural; pues en los días posteriores las historias de fantasmas se convirtieron en la teoría general de que una entidad fantasmal o un monstruo aparecía por las noches en el campamento; y discutían esto a todas horas. Llegó a pasar que mientras hablaban de ello en el bar, el bartender empezó a expresar su descontento sobre las historias y simplemente se retiraba a la parte trasera del local cuando los trabajadores empezarón a discutir una palabra nueva. 
'Skinwalker'.
La palabra no significaba mucho para mí, aunque de lo que llegué a escuchar descubrí que se trataba de una especie de hechicero o brujo malvado. Recuerdo que una noche en particular, uno de los trabajadores empezó a narrar historias sobre estos Skinwalkers mientras el resto del grupo lo escuchaba con la atención de un grupo de niños de kinder.
Llevaban un rato bebiendo, y sus voces eran fuertes; por lo que una buena parte de los otros comensales ya se veían fastidiados por esa ruidosa plática de borrachos.
Al mirar alrededor, pensando lo idiotas que debían verse; noté a un anciano con ropas de granjero que los escuchaba atentamente y tenía el rostro contorsionado en una expresión de enojo. El hombre debió darse cuenta de que lo veía, pues se levantó y caminó hasta el grupo de borrachos; con una mirada agresiva. A su vez, los borrachos le preguntaron qué quería, pero el granjero no respondió y se limitó a fulminarlos con la vista.
En ese momento me levanté, deseando que ninguno de esos ebrios fuera lo suficientemente imbécil para provocar una pelea. El anciano permanecía de pie, mirando en silencio mientras los trabajadores lo provocaban, y esto continuó hasta que eventualmente perdieron el interés en él y resumieron su plática sobre skinwalkers.
Al escuchar la palabra skinwalker, el hombre finalmente se decidió a hablar, y dijo con una voz cavernosa:

"Dejen de hablar sobre lo que no conocen."

Los borrachos se pusieron de pie, y me acerqué con la esperanza de que me vieran y se alejaran del viejo. Éste permaneció impasible ante ellos, ordenándoles no ser irrespetuosos y no meterse en cosas que salían de su comprensión. Esto los hizo enojar, y justo cuando uno de ellos se acercó agresivamente al anciano; me decidí a actuar.
Siendo su supervisor, los idiotas prefirieron largarse y no arriesgar a que los reportara; dejándonos solo al anciano y a mí. Me disculpé con el hombre y le expliqué que solo eran un montón de idiotas que no sabían controlar como bebían. En ese momento, el hombre sencillamente me dijo que tuviera cuidado, que la gente local no quería hablar del tema y que hablar de Skinwalkers solo traería la clase de atención que no querríamos recibir. 
Tratando de permanecer cordial, me limité a asentir y le reiteré al hombre que vigilaría a mi equipo para evitar otro incidente.

Volví al campamento horas más tarde y de camino a mi tráiler, vi a uno de los borrachos; en concreto aquél que quería golpear al anciano. Dormía en una silla plegable frente a su tráiler, con una cerveza en la mano. No me importó dejarlo ahí, así que lo ignoré y seguí de largo para ir a dormir.
Desperté después de las tres de la mañana con los gritos de los trabajadores afuera del tráiler. Salté de la cama, me vestí y salí todavía algo dormido; para encontrar con que casi todos los trabajadores estaban reunidos cerca al tráiler del borracho dormido; gritando improperios y oraciones en igual medida. 
Supuse que el borracho debió haber sufrido un infarto, así que como responsable me abrí camino entre el tumulto hasta que una peste casi me provocó el vómito. No era un infarto. Era algo peor. 

El borracho, cuyo nombre ya no recuerdo, se había suicidado.
Al parecer, había roto la botella y usado un trozo de cristal para rajarse la garganta de lado a lado. Esta vez, fue suficiente para hacerme vomitar; así que me retiré a un terreno baldío junto al campamento para que no me vieran hacerlo. 
Acababa de vaciar mi estómago cuando escuché un ruido cerca. Algo se movía entre los arbustos del terreno, y pensando que podría tratarse de un coyote o un perro salvaje; miré a todos lados en busca de lo que producía el sonido. Podía ver las luces del campamento al otro lado de la barda que lo separaba del baldío, pero de ahí en fuera no había más iluminación allá de la luz de la luna y las estrellas en el cielo. 
Escuché otro ruido, esta vez más lejos y dirigí la mirada hacia él. Detrás de una línea de árboles, vi la inconfundible figura de una persona a cuatro o cinco metros; y pensé que a lo mejor debía ser uno de los trabajadores. Lo llamé. Y no tardó mucho en que cayera en cuenta de que había cometido un error.
Al gritarle que se identificara, no hubo respuesta. 
La persona se giró para encararme y emprendió el andar hacia mí. Algo en su movimiento me resultaba extraño. Perturbador. Se tambaleaba, pero no como un borracho; si no con los mismos pasos inseguros y torpes de un pequeñito que apenas aprende a caminar. Imaginen pues, a un bebé que todavía no domina el movimiento de sus piernas.
Grité de nuevo y esta vez sí hubo respuesta.
La voz que emergió de su garganta me heló la sangre. Sonaba inhumana y no sé como describirla exactamente, pero si pudiera compararla con algo, diría que parecía un perro que intentase hablar como un hombre. A esto se sumaron una serie de convulsiones que estremecieron al ser, y eso fue lo que de verdad me aterrorizó.

No comprendía las palabras que intentaba decir, y fue hasta que emergió de las sombras de los árboles que la luna lo iluminó de lleno y vi que no se trataba de un hombre o de un animal que conociera. Era algo más. Algo malvado y antinatural.
Su cuerpo era un híbrido del borracho suicida, el hombre a quien acababa de ver muerto minutos antes; y algo que parecía una cabra o un ciervo: La piel se veía alargada y como un rompecabezas de piel humana y pelo de animal, su rostro parecía una máscara de hule estirada sobre un cráneo animal y sus piernas tenían articulaciones como las de un animal de cuatro patas; terminados en pies con forma de pezuñas. 

La cosa dijo otra cosa, pero para ese momento ya había echado a correr.
Hui, esperando que no me persiguiera y como todos estaban enfocados en el cuerpo del borracho; nadie notó lo mal que me veía o la forma en que entré corriendo a mi tráiler. Ya adentro, tomé unos tragos de alcohol para calmarme y llamé al sheriff local; que ya se encontraba en camino luego de que un trabajador reportase la muerte del borracho.
Me senté en el tráiler, sin saber qué hacer y esperé que el sheriff llegara. Solo entonces me animé a salir, porque una parte de mí sabía que esa cosa seguía allá afuera. 

La muerte del borrachín trajo muchos problemas que terminaron con el proyecto de construcción. Demandas de su familia, investigaciones por un posible homicidio y varias quejas de los clientes que nos habían contratado. Después llegó una demanda porque no se completó el trabajo, y la verdad es que nadie quería regresar a trabajar luego de que los empleados dijeran que habían visto 'algo' inhumano rondando el sitio de construcción después de la muerte del borracho; y un puñado incluso renunció luego de escuchar la voz del difunto hablándoles por las noches, invitándolos a salir de sus tráilers.

No supe más.
De hecho, fui de los primeros que se largaron luego de que se cancelara el proyecto. Pero sentí que debía ir al bar y buscar al anciano con quien hablé anteriormente; para preguntar si sabía algo al respecto de la criatura que vi detrás del campamento. 
Afortunadamente, lo encontré sentado en el mismo lugar, bebiendo un tarro de cerveza. Me le acerqué para entablar conversación, pero él se dio cuenta de mi presencia y comenzó a hablar antes de que yo siquiera pudiese decirle un 'hola'. 

"Les advertí que no anduvieran por ahí hablando de esas cosas sin pensar en las repercusiones."

"Se suicidó, ¿o fue un skinwalker?", pregunté. El anciano me miró de vuelta con fuego en los ojos y replicó en un tono muy serio:

"No digas su nombre. Nunca sabes quién te escucha."

Con ello, se levantó y salió sin decir otra cosa.
Esa fue la última vez que dije la palabra 'skinwalker' en voz alta.

sábado, 27 de julio de 2019

La intrusa en la morgue.

Historia anónima.
Esta historia le ocurrió a mi padre hace unos años, cuando se desempeñaba como guardia de la morgue en un importante hospital general del bajío, en el centro de México.
Mi padre era policía, y se le asignó el cuidado de la morgue en una época donde por la violencia de la guerra contra el narco; llegaban varias víctimas durante las noches. Había ocurrido que comandos armados entraban a los hospitales para rematar a sus objetivos si es que estos habían sobrevivido, a extraer cuerpos de sicarios o simplemente con motivos de intimidación. 
Era una noche cálida de verano, justo en medio de la famosa canícula; y mi padre estaba cubriendo el turno de las 11 de la noche a las 6 de la mañana junto a otro compañero a quien llamaré Miguel. Mi padre se encontraba afuera del hospital, tomando un café a eso de las dos de la mañana cuando recibió una llamada de Miguel en el radio. 
Miguel le explicó que un empleado de mantenimiento había estado trapeando un corredor cerca de la morgue cuando alcanzó a ver a una silueta corriendo de un lado a otro al final del pasillo. Sin saber qué hacer, llamó a los elementos de seguridad y no tardó mucho para que mi padre se reuniera con Miguel y el empleado les diera su testimonio. 

Pensando que podía tratarse de algún miembro del crimen organizado, los dos entraron al sótano del hospital y anunciaron su presencia; pidiéndole a quien estuviese dentro, que se rindiera y saliera con las manos en alto. Nadie les respondió, y más sorprendente aún, no había rastros de que alguien hubiese entrado por las otras puertas que conectaban con el piso superior del hospital. 
Se dividieron para cubrir más terreno y mi padre se encontraba subiendo las escaleras al primer piso cuando recibió una llamada de Miguel; que le decía que había visto al intruso correr a lo lejos, y que se trataba de una mujer. Luego de reunirse, Miguel y mi padre corrieron en dirección al pasillo por donde había desaparecido la mujer; y fue ahí que la vieron cerca de un corredor poco iluminado.

La mujer estaba frente a una puerta gris, de metal. Las luces en esa área del hospital fallaban mucho, y a esa hora se encontraban apagadas; por lo que no pudieron verla claramente. De lo que se distinguía, iba desarmada y llevaba un vestido que le llegaba abajo de las rodillas, zapatos de piso y una cabeza llena de esponjado cabello negro y le cubría las facciones. 
Miguel le habló a la mujer, preguntándole quién era. 
No hubo respuesta. En lugar de ello, la mujer abrió y entró a la habitación; azotando la puerta detrás de sí. Le tocaron y gritaron que abriera, sin respuesta alguna. La mujer había asegurado el cerrojo, así que la única forma de abrir fue llamar a mantenimiento y pedirle las llaves. 

Cuando el empleado de mantenimiento llegó y escuchó lo que había ocurrido, les lanzó una mirada de confusión y preguntó si estaban seguros de lo que había ocurrido. Mi padre le dijo que sí, a lo que el empleado le respondió que era imposible; pues esa habitación no tenía forma de cerrarse desde adentro.
De cualquier forma, les abrió y los dos entraron apuntando con sus armas. Llevaban linternas, así que barrieron cada centímetro de la habitación con ellas en busca de algo; pero no había rastro alguno de la mujer o de cualquier cosa fuera de lugar, más allá de un olor desagradable y dulzón que mi padre no pudo identificar en un principio; pero le causó bastante repulsión.

El empleado de mantenimiento entró después de ellos y encendió las luces de la habitación. Efectviamente, el lugar estaba vacío con excepción de algunas herramientas en anaqueles y dos planchas de metal. Una estaba vacía, y la otra cubierta con una sábana y lo que parecía ser un cuerpo.
Ahí estaba la mujer, oculta y haciéndose pasar como un cadáver en el área de la morgue. Mi padre se acercó a ella, diciéndole que todo había terminado y que era mejor rendirse. Al aproximarse, percibió de nuevo el aroma; esta vez más fuerte. Era el olor de un cadáver.
Al retirar la sábana, mi padre sintió como se le encogía el corazón y Miguel dejó salir una maldición bastante fuerte. 
Ahí, bajo la plancha y ya con rasgos de lividez cadavérica; estaba esa mujer. Desnuda, con el esponjado cabello negro hecho una pasta y enmarcando su rostro; acrecentando aún más el aspecto tétrico de sus mejillas demacradas y las venas oscuras en ellas. 
La etiqueta atada en el pulgar del pie derecho decía que había muerto cuatro días atrás. 

viernes, 8 de marzo de 2019

Fantasmas de la Ciudad de México, versión actualizada - Parte 3

El terror del Edificio Canadá - Insurgentes 300, Colonia Roma. 
Insurgentes 300, Colonia Roma. 
En los años 50 y con el auge del famoso "milagro mexicano", en el cual la economía creció y permitió la modernización de México; comenzó un ambicioso plan que buscaba remodelar y construir nuevas edificaciones en la Colonia Roma, reconocida desde siempre como un área para capitalinos de alto nivel adquisitivo.
Esto recayó en manos del arquitecto Enrique de la Mora, quien ideó la construcción de un complejo de edificios que abarcarían un extremo de la Colonia Roma hasta la avenida de los Insurgentes. El primero de estos edificios (y el único construido) fue el #300 de Insurgentes, en la esquina de la avenida del mismo nombre y la calle de Medellín. Por su importancia, el mismo presidente Adolfo López Mateos acudió a la inauguración y no tardó mucho para que no solo se llenara de oficinas de alto lujo; sino de inquilinos del calibre de Silvia Pinal y Mauricio Garcés.
Se le conoce popularmente como el Edificio "Canadá", pues su fachada fue dominada hasta el 2006 por el logotipo de la extinta zapatería del mismo nombre. La historia de este colosal edificio es bastante oscura, ya que fue lugar de varias tragedias entre las que se cuentan el incendio de los pisos quince y dieciséis, el asesinato del magistrado Abraham Polo Uscanga en 1995. En el temblor de 1985, mismo que acabó con gran parte de la Colonia Roma; parecía que el edificio había resultado ileso debido a las avanzadas técnicas de construcción usadas en él... situación que cambió una vez que un equipo de peritos lo inspeccionó y determinó que el edificio presentaba un daño estructural bastante grave.
El edificio terminó siendo clausurado, y con excepción de algunos bares de mala muerte en la planta baja y excéntricos inquilinos que se niegan a abandonarlo; sus una vez codiciados pasillos y habitaciones yacen en la desolación total. Situación que, sin duda ha ayudado a la proliferación de fenómenos paranormales.
La opinión de Inquilinos, vagabundos y aficionados a la exploración urbana coincide en que hay 'cosas' que habitan los huecos de los elevadores, las escaleras y los pisos más altos: Sombras que se mueven entre los pasillos y habitaciones, gritos y llanto provenientes de las cajuelas de automóviles abandonados en el estacionamiento subterráneo, luces inexplicables que pueden verse recorrer los pasillos y los espíritus de quienes fallecieron en el incendio de los pisos 15 y 16.  

Los pasajeros fantasma - Diversas áreas de la ciudad.
Uno de los arquetipos más famosos en las historias de fantasmas es la de los 'autoestopistas que se desvanecen', espíritus que casi siempre se aparecen a conductores que viajan por carreteras y caminos rurales poco transitados durante las noches. Estos espectros tienden a ser víctimas de accidentes automovilísticos y dependiendo de la historia, pueden ser benévolos o intentan atacar a los vivos.
Resultaría descabellado creer que en una metrópolis que nunca duerme, como lo es la Ciudad de México con sus amplias avenidas y negocios que trabajan las veinticuatro horas del día; se pueda encontrar a estos seres. Pero en realidad, hay decenas si no es que cientas de historias por parte de taxistas, chóferes particulares, conductores de Uber, policías y ciudadanos que aseguran haberse encontrado con espíritus que llevan ropa negra y a los cuales no se les ve el rostro. Lugares como el paradero del Rosario, Clavería, la Calzada de los Misterios y las inmediaciones de la Basílica de Guadalupe; el área llena de camposantos entre el metro Tacuba y Panteones, la central de abastos de Iztapalapa y el Cerro de la Estrella son sede de estos fenómenos que van desde lo chusco hasta lo escalofriante. 

Los fantasmas de la Basílica - Basílica de Guadalupe y el Tepeyac.
Las Basílicas, antigua y nueva. 
La Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe es un punto importante para la historia de México, evidencia clara del sincretismo y la fusión de las creencias mesoamericanas y el catolicismo español para crear el México moderno. Fue construida en el Cerro del Tepeyac, sobre un templo dedicado a la Tonantzin; diosa madre de los mexicas y que fue combinada con la Virgen María para crear a la figura que hoy conocemos como la Virgen de Guadalupe. Se cree que fue en el Tepeyac donde el indígena Juan Diego vio a la Virgen y esta se manifestó en su ayate. 
El pequeño altar construido en 1532 evolucionó en 1709 a un complejo adoratorio que contaba con un templo, convento y una iglesia para monjas capuchinas. Fue hasta 1904 que recibió el título de Basílica y hasta el día de hoy; es uno de los sitios más importantes en el Catolicismo, recibiendo a millones de peregrinos el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. 
Las historias paranormales asociadas a la Basílica se vuelven difusas, entre antiguas leyendas coloniales y relatos del México moderno. La más famosa de estas es la de un capellán que resultó enfermo gravemente en una época en que la Ciudad de México experimentó una temporada particularmente fría. Este capellán, obsesionado con su labor, continuó tocando las campanas pese a las advertencias del abad; y con el tiempo su enfermedad empeoró hasta que falleció. Desde esa fecha, hay quienes aseguran que en ciertas horas de la madrugada, se puede escuchar el tañido de las campanas de la vieja Basílica; mismas que desde hace décadas no tienen badajo.
La segunda leyenda urbana es conocida entre los comerciantes de las inmediaciones de la basílica, peregrinos y elementos de seguridad de la Basílica; y habla de una misteriosa mujer vestida de negro que sale de la vieja Basílica y lleva una vela; la cual no importa si hay corrientes de aire o aguaceros, jamás se apaga. Quienes la han visto, sugieren que la mujer avanza hacia la nueva Basílica y desaparece atravesando las paredes después de dejar la vela como ofrenda. Se cree que puede ser el espíritu de una persona que no llegó a cumplir una manda en vida. 

El demonio en el callejón - El Callejón del Diablo, Mixcoac. 
Callejón del Diablo, Mixcoac. 
En el barrio de Mixcoac, al sur de la ciudad,e xiste un callejón que antiguamente se encontraba bordeado por gruesos árboles que obscurecían el pasaje e incentivaban la creencia popular de que en él se aparecía el mismo demonio.
De acuerdo con la leyenda, hace mucho existía un hombre que tenía fama de temerario en la colonia y que decía que a él ni el Diablo lo asustaba. Al menos, hasta una noche que decidió recorrer el callejón a altas horas de la noche para probar su esceptisismo hacia los cuentos del lugar. Iba a la mitad del callejón cuando encontró a un ser deforme recargado en un árbol, y el cual reía tan escalofriantemente que lo hizo correr. 
Después de esto, más hombres se envalentonaban para probar suerte en el callejón; y más de uno vio a una figura monstruosa con cuernos y cola, sombras que lanzaban risotadas burlonas al ocultarse entre los árboles e incluso gigantescas lechuzas de brillantes ojos rojos. Otra historia habla de que, a comienzos del siglo XX, apareció en el callejón el cuerpo destrozado de un usurero conocido como 'Julio'; el cual tenía fama de violentar a las personas a la hora de cobrar deudas y se cree que su final llegó al recorrer el callejón y encontrarse con alguien más malo que él.
Finalmente, una leyenda famosa en las inmediaciones del callejón habla de una mujer fantasma que aparece en las calles cercanas y que ha ocasionado varios accidentes al sorprender a los conductores que recorren la zona durante la madrugada. 

Monstruos revolucionarios - Estación Barranca del Muerto.
Interior de la estación Barranca del Muerto. 
El término 'barranca del muerto' que da su nombre a la estación y a una avenida; hace referencia a un lugar donde se arrojaban cadáveres durante la época de la revolución mexicana. Por esto, no era raro ver buitres (mismos que están representados en la iconografía de la estación) y águilas volando en busca de carroña o percibir el hedor de los cuerpos que se pudrían en el sol de la Ciudad de México.
Con el tiempo, surgieron leyendas en torno al lugar; y las apariciones que en él tienen lugar. Espíritus de soldados revolucionarios, oficiales del Porfiriato, almas sin cabeza y perros negros son reportados constantemente en la zona; y cuando se abrió la estación el 19 de diciembre de 1985, no tardó en que aparecieran rumores de que al excavar habían aparecido cadáveres o que en las profundas escalinatas se podían escuchar pasos. 
Hay incluso una leyenda sobre un niño que se aparece muy temprano o muy tarde, en las horas de apertura y cierre cuando la estación no tiene tanto flujo de usuarios. El niño supuestamente llora buscando a su madre y les pide a los pasajeros que lo acompañen a la estación siguiente para buscarla... solo para desaparecer una vez que el tren empieza su marcha.
Sin embargo, la leyenda más famosa se origina con un cuento titulado "No se duerma en la estación Barranca del Muerto", la cual fue popularizada en la década de los noventa por programas de radio en la madrugada. La historia reza que hace tiempo, un joven se quedó dormido en el metro y despertó cuando ya el tren estaba en los talleres de la línea 7. 
El joven se resignó a esperar a las cinco de la mañana, y esperó en la oscuridad del vagón hasta que escuchó el ruido inconfundible de dos personas peleando. Como pudo, salió del vehículo y al recorrer las vías del taller se topó con dos personas que parecían estar trabadas en una lucha. El joven los iluminó con su encendedor y ahogó un grito al ver a un ser vestido de ultratumba: Alto, delgado y de piel amarillenta, con garras afiladas y ojos rojos; el cual mordía el cuello de un indigente.  El joven soltó su encendedor y corrió hasta llegar a la estación, siempre con el sonido de las pisadas del ser persiguiéndolo. Al final, el joven logra llegar a la estación y recibir auxilio de los guardias de seguridad; mientras que el 'vampiro' de Barranca del Muerto ha desaparecido en la oscuridad de los túneles. 

La Mujer de Rojo - Paseo de la Reforma. 
Reforma 222.
Es una leyenda urbana popular entre las personas que habitan las Colonias Roma y Juárez, así como las inmediaciones de Paseo de la Reforma en torno al centro comercial Reforma 222, el Parque Río de Janeiro, el corredor comercial de Génova y las calles aledañas. 
El espíritu es fácilmente reconocible por su aspecto: Una mujer joven y bella que porta vestido rojo y parece 'esperar' sola en las aceras cuando hay poca afluencia vehicular o personas caminando. Este ser tiende a sonreír de manera casi demoniaca a quienes la ven, y se le aparece fácilmente a hombres que recorren las calles de forma solitaria entre las tres y cinco de la mañana. Quienes la ven, coinciden en que la mujer parece flotar y que no se le ven los pies; además de que parece cambiar su apariencia, manifestándose como una mujer joven, de edad media o una anciana.  

martes, 23 de octubre de 2018

"¿Porqué hablamos de fantasmas?"

Nos reunimos aquí, al final de lo que Ray Bradbury llamaba "El País de Octubre": un estado que es tanto de la mente como del tiempo. Todas las cosechas han sido recogidas, el suelo está lleno de escarcha, hay niebla en el aire gélido de la noche y es la hora para contar relatos de fantasmas.

Cuando crecía en Inglaterra, Halloween no era época de celebración. Era la noche donde, nos aseguraban, los muertos caminaban, todas las cosas de la noche estaban sueltas y de manera sensible, los niños creíamos esto y permanecíamos en casa; cerrábamos las ventanas, tapiábamos las puertas, escuchábamos a las ramas arañando y golpeando los cristales, temblábamos y estábamos contentos.

Había días que cambiaban todo: cumpleaños, años nuevos y los primeros días de clase, días que nos mostraban que existía un orden para todas las cosas, y que las criaturas de la noche y la imaginación entendían esto tanto como nosotros. La Víspera de Todos los Santos era su fiesta, la noche en que todos cumplían años. Tenían licencia, todos los límites entre los vivos y muertos desaparecían. Y había brujas, porque aunque nunca me dieron miedo los fantasmas, sabía que las brujas esperaban en las sombras. Y comían niños pequeños.

No creía en las brujas, no durante la luz del día. Ni siquiera a media noche. Pero en Halloween, creía en todo. Incluso creía que había un país al otro lado del mar donde, en esa noche, los niños de mi edad salían con disfraces e iban de puerta en puerta; pidiendo dulces y amenazando con hacer bromas. 
Halloween era un secreto en ese entonces. Algo privado. Y permanecía acurrucado dentro de la casa en Halloween, como un niño. Gloriosamente asustado. 

Y hoy, mientras escribo ficción y a veces esas historias se internan en las sombras, me encuentro con que debo explicar a mí mismo ante mis seres queridos y amigos.
¿Porqué escribes historias? ¿Hay un espacio para historias de fantasmas en el siglo XXI?
Como decía Alicia, siempre hay mucho espacio. La tecnología no hace nada para ahuyentar a las sombras del borde de la realidad. La historia de fantasmas aún se mantiene en los límites de la visión, haciendo las cosas más oscuras, extrañas, más mágicas, justo como siempre lo ha  hecho...

Hay un blog que no creo que nadie más lee. Lo encontré por casualidad, buscando otra cosa y algo sobre él, tal vez el tono de la voz, tan simple y sombrío y desesperanzado, llamó mi atención. Lo añadí a mis marcadores.
Si la chica que lo escribía sabiera que alguien la leía, que a alguien le importaba, tal vez no se habría suicidado. Incluso escribió como lo haría, las píldoras, el Nembutal y el Seconal y el resto; que había robado durante meses del baño de su padrastro; la bolsa de plástico, la soledad, y escribía sobre ello de una manera llana y pragmática; explicando que si bien sabía que los intentos de suicidio eran llamadas de auxilio; esta no lo era, porque no quería vivir más.

Contaba los días en torno a ello, y yo seguía leyendo, inseguro de qué hacer; si es que siquiera podía hacer algo. No había información suficiente en la página para identificarla, ni siquiera sabía en qué continente vivía. No había una dirección de correo. Una forma de dejar comentarios. El último mensaje decía simplemente, "Esta noche".
Me pregunté a quién podría decirle, y luego me encogí de hombros, lo mejor que pude. Tragué saliva sabiendo que no había estado a la altura.

Entonces, la chica comenzó a postear de nuevo.
Y decía que tenía frío y estaba sola.
Creo que sabe que sigo leyéndola.

Recuerdo la primera vez que estuve en Nueva York durante Halloween. Un desfile interminable de brujas, espectros, demonios y reinas malvadas, y fue glorioso. Por un momento, fui de nuevo ese niño de siete años y me sentí impresionado. Si hiciéramos esto en Inglaterra, dijo esa parte de mi cabeza que escribe historias; las cosas despertarían. Todas las cosas que queremos ahuyentar cuando hacemos fogatas en la noche de Guy Fawkes. Tal vez lo hacían aquí, porque las cosas que observan no son británicas. Tal vez aquí, los muertos no caminan en Halloween.

Entonces, unos años después me mudé a América y compré una casa que parecía dibujada por Charles Addams en un día donde se sintiera particularmente mórbido. Para Halloween, aprendí a cortar calabazas, atiborrarme de dulces y esperar a que los primeros disfrazados llegaran. Catorce años después, sigo esperando. Tal vez mi casa se ve bastante perturbadora. Tal vez, solo está algo alejada de la ciudad.

Y luego estaba esa mujer que, sonando muy divertida en el contestador automático de su celular, decía que sentía haber sido asesinada, pero que dejáramos un mensaje y ella contestaría en cuanto pudiera.
No fue hasta que leímos las noticias, varios días después, que nos enteramos de que sí había sido asesinada; de forma inexplicable y bastante horrible.
Entonces, sí se contactó de nuevo con quienes le habían dejado un mensaje. Por teléfono, al principio; dejando mensajes de voz que sonaban como los de alguien susurrando en un huracán; sonidos húmedos y ahogados que no se convertían en palabras del todo.
Eventualmente, lo sé, nos llamará para responder nuestros mensajes. 

Y todavía preguntan, ¿porqué cuento relatos de horror? ¿Porqué leerlos o escucharlos? ¿Porqué tomar placer en cuentos que no tienen otro propósito más que asustar de forma confortable?

No lo sé.
No en verdad. Es algo antiguo. Tenemos historias de fantasmas en el antiguo Egipto, en la Biblia, relatos clásicos de la época de Roma (junto con hombres lobo, casos de posesiones demoniacas y por supuesto, una y otra vez, brujas). Nos hemos estado contando relatos del otro mundo, de la vida más allá de la tumba, historias que pican la piel y hacen las sombras más oscuras; pero de manera más importante, nos recuerdan que vivimos y que hay algo especial, único y notable en el hecho de estar vivos.

El miedo es una cosa maravillosa, en dosis pequeñas.
Te montas en un tren fantasma hacia la oscuridad, sabiendo que eventualmente las puertas se abrirán y saldrás a la luz del día una vez más. Es reconfortante saber siempre que al final seguirás ahí, sano y salvo. Que nada extraño ha pasado, no en realidad. Es bueno ser un niño de nuevo por un breve momento, y temer... no a los gobiernos, no a las regulaciones, las infidelidades, los contadores o guerras distantes... temerle a los fantasmas y las cosas que no existen, y que incluso si lo hacen, no pueden herirnos.

Es en esta época del año, la mejor para un embrujo; donde incluso las cosas más prosaicas crean las sombras más perturbadoras. 

Las cosas que nos asustan pueden ser pequeñas: una página web, un mensaje de voz, un artículo en un periódico; quizás escrito por un inglés, recodando Halloweens de hace mucho tiempo y árboles esqueléticos, caminos serpenteantes y oscuridad. Un artículo que contiene fragmentos de historias de fantasmas y que, tan sin sentido como pueden escucharse; nadie más que tú recuerda haber leído, y que simplemente no está ahí la próxima vez que intentes buscarlo.
-Neil Gaiman.