miércoles, 17 de febrero de 2016

Fantasmas del desierto.

Soy soldado del ejército de Estados Unidos.
En el 2013, me enviaron a la provincia de Parwan, en Afganistán para trabajar como guardia de seguridad en una base. Mi trabajo consistía en conducir alrededor de la base en un Humvee, responder si alguien nos disparaba, identificar amenazas potenciales y estar en alerta por si algún grupo de insurgentes venía a atacarnos.
Esto que contaré ocurrió unas cuantas noches después de que fuimos atacados por un pequeño ejército del talibán. No entraré en detalles sobre la batalla en sí, solo diré que hubo un total de 700 bajas confirmadas del ejército invasor y 3 nuestras.
Unas noches después, comenzaron a pasar cosas raras aproximadamente a la hora en que tuvo lugar el ataque. Nuestros sensores de movimiento, lásers a nivel piso y otros detectores de la base comenzaron a registrar errores y a lanzar alertas constantes de que algo estaba dentro del perímetro interior de la base.
A la tercera o cuarta noche, decidimos tomar turnos para escudriñar la reja exterior con gafas de visión nocturna. Vi a siete hombres del otro lado de la reja exterior, musulmanes. Lo que me sorprendió fue que parecían estar ahí de pie, mirando fijamente en nuestra dirección, como si supieran que estábamos ahí. 
Estaba oscuro como boca de lobo, así que no había forma alguna de que supieran que estábamos ahí. Un compañero corrió a alertar al comandante de la base mientras que nosotros, al ver que se encontraban en el área designada en que podíamos usar fuerza letal; abrimos fuego.
Quise confirmar que les dimos, así que cambié a una cámara térmica y... vi que no había nada ahí.
Les vaciamos una ronda de artillería, y aún así, nada.
No había cráteres, humo, cuerpos o incluso piedras que pudiéramos confundirlas con personas. Nada más que una milla de arena. Observé a todos lados con la cámara, preguntándome qué había pasado o si era producto de una alucinación... pero entonces un compañero más los vio.
A una milla de donde estábamos. 
Las siluetas azules de siete hombres de pie en la arena.
Los mismos que ví. Casi me orino de la impresión, porque no podía explicarme como habían corrido más rápido que las balas. Cambié a visión nocturna y encontré que no eran siete... solo había un hombre de pie, mirándome fijamente.
Mi compañero empezó a gritar que eran fantasmas, que debíamos largarnos de ahí. Yo me paralicé, porque parecía que este cabrón fantasmal comenzó a correr directamente hacia a mí. Grité, y mi compañero le vació una ronda de 300 balas a esa cosa.
El comandante llegó finalmente, furioso porque estábamos gastando munición a lo imbécil.
Nos veíamos realmente perturbados, así que explicamos todo lo que pasó. El comandante se partió de risa y nos dijo "así que han visto esa porquería". Intercambiamos miradas confundidas y nos puso al tanto de lo que ocurría ahí.
Resulta que hay más de dos mil bajas confirmadas en esa zona, todas de insurgentes y talibanes, pero nos dijo que evitaban mencionarlo para evitar que bajara la moral entre los soldados de la base; y que el maldito lugar está más embrujado que Amityville.

Así que, solo puedo asegurarles algo. 
Jamás vayan a Afganistán. El lugar está muy embrujado. En dos tours de combate he visto toda clase de mierda inexplicable.

martes, 16 de febrero de 2016

Los vigilantes oscuros.

En las montañas de Santa Lucia, California, existe la leyenda de un grupo de seres misteriosos conocidos como "Los Vigilantes Oscuros".
Quienes los han visto, los describen como fantasmas gigantescos de color negro, que se alzan en los bordes de los acantilados y montañas de la sierra al atardecer. Al parecer se quedan observando el horizonte de las montañas como si buscaran algo, para desaparecer al cabo de unos segundos tras ser vistos.
Nadie sabe quienes o qué puedan ser, de donde vienen o porqué están ahí. Y mucho menos se sabe qué pueden estar buscando. Los indios Chumash hablaban de ellos en leyendas, y hay pinturas rupestres en cavernas de las montañas que muestran imágenes de los seres. Incluso el legendario autor John Stembeck los menciona en su historia corta, "Flight":

"Pepe miró a la cima del risco más cercano. Vio una forma oscura recortada contra el cielo, un hombre de pie sobre una roca; y desvió la mirada para tratar de no verse entrometido. Un momento después, al voltear de nuevo, la figura ya se había ido".

En 1937, el poeta Robinson Jeffers los menciona en su poema "Qué clase de consejos me das" como "formas que parecen humanas pero que ciertamente no lo son". 
En la década de los sesenta, un habitante de la península de Monterey los vio mientras escalaba las montañas. Tuvo el tiempo necesario para estudiarlo y darse cuenta de que la figura parecía estar escudriñando las montañas. 
Otros avistamientos recientes los describen usando una capa y sombrero oscuro, similar a las descripciones del Sombrerero y otras gentes de sombras.

"Una mañana, me encontraba conduciendo por el camino que va de San Juan a Hollister, cuando vio una figura grande y negra de pie al borde de las montañas, lo cual es muy raro, pues nunca había visto a nadie atravesando las rejas de alambre de púas en todo el tiempo que llevo cruzando ese camino.
Conduje despacio, intrigado. La figura parecía estar mirando a la distancia, hacia los valles y montañas como el Pico Fremont. Llevaba una especie de capa muy amplia con hombros anchos, y por la 'joroba' en su espalda pensé que se trataba de un cóndor; pero en realidad medía más de tres metros, mucho más grande que cualquier ave. La sombra o persona no se dio cuenta de que estaba ahí, y desapareció cuando el auto se acercó lo suficiente como para tener una imagen clara de ella."
-Anónimo, 2010.
Las montañas de Santa Lucía.
"He visto una figura de más de dos metros en una de las montañas cerca de Bernal durante las épocas de invierno. Siempre la veo cuando es luna llena y el cielo está claro, y no me da miedo, porque al trabajar como ingeniero para una compañía encargada de monitorear sismos en las región he escuchado de compañeros que pasan por cosas más raras. En una ocasión, un colega me llama para decir que ha visto al 'Jeeper Creepers', que tiró todas sus cosas y corrió de vuelta a su camión .
Así que como no quiso volver, me vi obligado a caminar a la montaña para terminar su trabajo. Entonces vi a esa cosa. Alto, enteramente negro y perfectamente visible aún contra el cielo nocturno. Tomé mi cuchillo de bolsillo y me acerqué, decidido a confrontarlo, pero se movió demasiado rápido y desapareció de mi vista en segundos. Solo puedo decir que no vi su rostro, pero vestía con una túnica como la de la Muerte."
-Anónimo, 2014.

Bienes raíces.

Cuando estaba en tercer año, vivía en una casa que me aterrorizaba al anochecer.
En una ocasión, tuvimos visitas y me vi obligado a dormir en una catre que teníamos en una pequeña alacena bajo las escaleras. A la hora de dormir, mamá bajó a decirme buenas noches, arroparme y apagar las luces.
No tardé mucho en quedarme dormido. 
Desperté a eso de las doce de la noche en el baño, y por alguna razón mis manos y el lavabo estaban cubiertos de sangre. Comencé a alocarme y entonces sentí que mi labio superior dolía muchísimo. Me acerqué al espejo y al revisarme, encontré una herida en la parte superior de mi boca, justo entre los dientes delanteros y los labios.
Pensé que debí haber caminado dormido y me lastimé al caer o algo así. No le tomé importancia. Lavé toda la sangre de mis brazos y regresé a la cama.
Al día siguiente, mi labio estaba hinchado al doble de tamaño; y hasta la fecha no sé qué fue lo que pudo haber pasado.
Poco después de eso empecé a temerle más a esa casa por alguna razón que no entendía del todo. Cada noche tenía ataques de ansiedad y debía cerrar mis ventanas y persianas antes de dormir. Me despertaba siempre a las doce de la noche y veía con horror que sin importar como las cerrara, tanto mi ventana como las persianas y el mosquitero de fuera habían sido abiertos.
En una ocasión poco antes de Halloween, permanecí fingiendo que dormía para tratar de descubrir si eran mis padres fastidiándome o alguien del vecindario que buscaba asustarme o algo peor. No creo olvidar lo que vi.
Había algo rojo y grande fuera de la ventana... en un segundo piso. No podía ser, ¿cómo era que algo flotara así como si nada y abriera mi ventana? 
Sobra decir que no pegué el ojo en toda la noche.

Las cosas siguieron pasando, y recuerdo una en particular de cuando tenía trece.
Estaba viendo TV una noche en el sótano, pues teníamos una pequeña sala ahí. Estaba sentado en una mecedora frente al aparato, y de pronto sentí que alguien o algo estaba acomodando la silla. Pensé que era mi hermana intentando asustarme... luego escuché que el teléfono de pared detrás de mí se caía sobre una mesa. Volteé y vi un brazo gris con dedos muy largos saliendo de la pared y acomodando el teléfono de nuevo.
Grité como niña y salí corriendo de ahí. Hasta la fecha me da miedo ir a ese sótano.

Pero bueno...
¿Todo eso? Digamos que finalmente me cansé y con el tiempo me mudé a mi propio departamento luego de cumplir dieciocho. 
Hace dos meses, fui a visitar a mis padres y les conté todas esas cosas raras. Intercambiaron miradas incómodas, y hablaron seriamente conmigo.
Fue así como me enteré de que la hija del dueño anterior de la casa practicaba.magia negra.
Y solía hacer rituales con sacrificio de animales en la habitación donde yo dormía.

domingo, 14 de febrero de 2016

El enigma del Triángulo Bridgewater.

La ubicación aproximada del triángulo Bridgewater.
En el libro Mysterious America, escrito por el investigador paranormal y criptozoólogo Loren Coleman, se describe la existencia de un área al sur del estado de Massachusetts conocida como "El Triángulo Clearwater".
Se localiza a 15 kilómetros al sur de Boston, y es un área triangular de cerca de 70 kilómetros entre las ciudades de Abington, Freetown y Rehoboth; las cuales forman sus ángulos. La ciudad llamada Bridgewater se encuentra justo al centro del triángulo, y el área abarca otras seis ciudades: Raynham, Taunton, Brockton, Mansfield, Norton y Easton.
Llama la atención porque en él hay una inusual concentración de reportes sobrenaturales que van desde fantasmas hasta avistamientos de críptidos, encuentros con alienígenas, desapariciones inexplicables y mutilaciones de ganado.
Quienes se adentran a los bosques y lagos para acampar, cazar o pescar, reportan una sensación constante de ser observados por una presencia invisible; y cabe destacar que los nativos americanos que originalmente poblaban la zona la consideraban embrujada o sagrada, e incluso se referían al pantano Hockomock como un "sitio de espíritus malvados", donde hasta la fecha yace un cementerio antiguo.

El pantano Hockomock.
Es un área agreste de casi cinco mil acres ubicada en la porción occidental del Triángulo, y es donde se concentra la mayoría de actividad paranormal. La tribu Wampanoag de la nación Algonquin consideraba el pantano como un sitio de "espíritus malvados", evitándolo a la hora de cazar. En una isla conocida como Grassy Island, un grupo de arquéologos descubrió un cementerio nativo que de acuerdo a muestras de carbono 14 data de hace 8,000 años. Se dice que al abrir las tumbas, el lodo en el interior de estas comenzó a burbujear y las fotografías tomadas en la excavación salieron veladas.

La rocas de Bridgewater.
Perfil de "Profile Rock".
Localizada en la ciudad de Freetown, Profile Rock tiene grabada la efigie de un nativo americano que mira hacia el horizonte. Esta roca era considerada sagrada por los Wampanoag, y las leyendas locales aseguran que en ciertas noches aparecen guerreros fantasmales de la tribu Wampanoag danzando cerca de ella.
En medio del pantano Hockomock, a un costado de la ruta 44 en Rehoboth, existe una formación nombrada en honor del Jefe Anawan, y donde éste se rindió ante los colonizadores al final de la Guerra del Rey Philip. La leyenda reza que los espíritus de los guerreros de Anawan embrujan el área, lanzando fuego espectral y danzando en noches de luna llena.
Cerca del cementerio de Grassy Island, se alza la roca Dighton, la cual tiene inscripciones misteriosas que de acuerdo a algunos arquéologos coinciden con  escrituras desarrolladas por nativos americanos, vikingos e inclusive los fenicios; pero que jamás han sido identificados a la perfección.

Las luces de Bridgewater.
Representación de las luces vistas en 1994.
Los primeros reportes de actividad paranormal en el Triángulo datan de 1760, cuando el 10 de mayo de ese año, una "esfera de fuego" fue vista por cientas de personas flotando sobre Nueva Inglaterra y emitiendo una luz cegadora. Se dice que la luz fue vista entre las ciudades de Bridgewater y Roxbury.
Los reportes de extrañas luces en el cielo y objetos voladores no identificados siguieron reportándose por siglos. Por ejemplo, en Halloween de 1908 los periódicos locales publicaron noticias sobre "luces" flotando sobre el triángulo. En 1970, se dice que dos OVNIs aterrizaron en la ruta 44 cerca de Taunton. Veinticuatro años más tarde, un oficial de policía de Bridgewater reportó haber visto una nave triangular con luces rojas y blancas.
Pero es la ciudad de Raynham la cual frecuentemente experimenta reportes de bolas de luz que flotan a centímetros del suelo en el galgódromo local.

Los helicópteros negros.
Fotografía tomada en una de las poblaciones de Bridgewater.
El fenómeno más frecuente es el de misteriosos helicópteros negros que sobrevuelan el área de vez en cuando. Estas naves desafían las tácticas militares, pues vuelan apenas rozando las copas de los árboles (cuando la fuerza aérea estadounidense especifica que los vuelos para ejercicios militares deben conducirse a una altura mínima de 150 metros), y que deben evitar zonas residenciales; cosa que los helicópteros misteriosos de Bridgewater hacen constantemente.

Las bestias misteriosas del pantano Hockomock.
Diario de Abington hablando sobre el perro negro.
Además de los OVNIs, el triángulo también parece atraer a toda clase de críptidos y bestias misteriosas que se reúnen en las zonas más profundas del pantano Hockomock. 
En 1970, la policía de Massachusetts se vio envuelta en una cacería luego de que fueran inundados por reportes de encuentros con un monstruo gigante y peludo de más de dos metros, que dejaba profundas huellas en el lodo. Oficialmente, se trataba de un oso pardo que jamás fue capturado.
Ocho años después, el investigador Joseph M. DeAndrader observó otra criatura similar adentrándose en la espesura del pantano Hockomock; y no solo se habla de homínidos como Pie Grande, si no que en 1971, varias personas de las ciudades del Triángulo pudieron observar gigantescas aves negras con envergaduras de más de tres metros volando cerca de Bird Hill en el pantano. En 1984, un cazador observó a dos de estas aves luchando en el aire.
Otra bestia famosa es un perro negro con ojos rojos que fue visto matando a dos ponies. El testigo, dueño de los equinos, dijo que la bestia era tan grande como los ponies y los mató arrancándoles las gargantas.
Otros animales reportados incluyen panteras negras, tortugas grandes como automóviles y serpientes constrictoras tan gruesas como troncos de árboles.

Los espíritus del pantano.
Además de los fantasmas de guerreros nativos americanos, hay infinidad de historias de fantasmas que tienen lugar en el pantano Hockomock. 
Entre estos se encuentran "El Viajero Pelirrojo", un fantasma de aspecto desgarbado, que viste una camisa a cuadros y tiene barba y cabello desaliñados, y se dice que este espíritu aterroriza a los conductores en un tramo de cinco kilómetros sobre la ruta 44; una mano fantasmal que apareció en la ventana de una casa en la ciudad de Fall River y se atribuye a una espiritista que dijo que al morir, probaría la existencia del otro mundo; un camionero espectral que cruza el estrecho camino Copicut, sonando su bocina y persiguiendo a los motoristas que transitan por ahí; un fantasma pútrido que emerge del pantano y cruza la ruta 138; un pequeño fantasma que es visto estudiando por las noches en una escuela de la ciudad de Middleboro, entre otros.
Es la ciudad costera de Hull, la que reporta monstruosas serpientes marinas en su bahía, carretas espectrales, mujeres vestidas de blanco y otras almas que corren por las calles al anochecer, lamentándose. De manera sorprendente, incluso el Boston Globe ha dedicado extensos artículos a manera de crónica sobre estos espíritus.

sábado, 13 de febrero de 2016

El espejo púrpura.

Al cumplir quince años, una joven recibió un gran espejo púrpura como regalo de su madre.
Lo colgó y pronto se convirtió en su posesión más valiosa, pues se obsesionó cada día más y más con su propia belleza, al grado de que sus amistades la empezaron a llamar narcisista y superficial.
La fijación por su apariencia degeneró en un hábito de comer menos y menos conforme transcurrían los meses, ya que la chica se había convencido de que su belleza provenía de una figura delgada y envidiable. Los meses se convirtieron en años, y el trastorno alimenticio  la redujo a una criatura esquelética y frágil.
Naturalmente, quienes la conocían siempre le insistían que debía ir a un médico, que no era normal que tuviera esa delgadez... pero la joven se burlaba y respondía altaneramente, descalificando los comentarios como celos por su increíble belleza; y que no era culpa suya ser tan atractiva.

Y es que no importaba qué tanto peso perdiera o la manera en que la forma de sus huesos era casi visible a través de su piel, pues su reflejo aparecía hermoso y delicado cada que se miraba al espejo.
Todo continuó igual hasta el día que la chica cumplió 20 años.
Sus padres accedieron a hacerle una fiesta pese a las protestas del resto de la familia y amigos de la joven, de que en lugar de ello debían internarla en una clínica especializada. Ese día, la chica se encontraba en su habitación cuando decidió arreglarse para verse radiante en la noche. Se acercó al espejo y lo que vio, la paralizó.
En el reflejo, aparecía una muchacha casi fantasmal, de piel pálida, ojos hundidos, una delgadez extrema y huesos protuberantes. No podía ser ella, pensaba. Debía ser una broma de todos aquellos que se burlaban y tenían celos.
Retrocedió, apartándose del espejo decidida a asegurarse de que no era ella, pero su reflejo imitó cada uno de sus movimientos y confirmó sus peores pesadillas. Era cierto. La mujer esquelética del espejo era ella.
¿Pero cómo?, se preguntó.
¿Porqué sus mejillas eran tan huesudas? ¿Porqué era tan pálida? ¿Porqué su cabello era tan escaso y delgado? ¿Porqué se veía tan grotesca?
Se dio cuenta de que nadie tenía celos de su belleza.
En verdad era una criatura de apariencia famélica tras años de matarse de hambre.
No había forma de que fuera real, pero aún así... la imagen del espejo no podría mentir. Su mente buscaba desesperadamente una respuesta del porqué de ese cambio, ¿porqué solo ella se veía hermosa? ¿Porqué tan fea? ¿Porqué en ese día específicamente?
Fue demasiado para ella.
Horas después, al subir para llevarla a la fiesta, sus padres la encontraron el piso; rodeada por pedazos de vidrio y yaciendo en un charco de sangre. No hubo gritos o llanto, ni siquiera el ruido producido por el cristal al resquebrajarse...
La carne del rostro de la chica presentaba un espectáculo de horror: Usó el pedazo de cristal más grande y filoso para apuñalarse una y otra vez, destrozando sus mejillas, boca, ojos y nariz. Nada quedaba reconocible de su rostro en ese amasijo informe y sanguinolento.
Agonizante, la chica dijo con un último suspiro: "El espejo púrpura".

El mundo continuó su marcha y con los años la desafortunada muchacha desapareció de la memoria de sus amigos, familiares y conocidos; quedando como un recordatorio de lo terrible de la anorexia y la bulimia... pero en especial, por las circunstancias de su muerte.
Pero al poco tiempo de ello, comenzaron a aparecer reportes de jóvenes que morían súbitamente al cumplir veinte años por diversas razones, pero en todos los casos había un factor único en común. Una nota suicida hablaba de un espejo púrpura encontrado por la víctima el día anterior, y decía que debía ser una broma para seguirle arruinando la vida. Amigos de otra víctima declararon que esta se quejaba de hallar pedazos de cristal púrpura en su hogar poco antes de morir, y que aparecían de manera inexplicable.
Pronto, las autoridades se percataron de en todos los crímenes había un fragmento de cristal púrpura. La leyenda de la chica delgada se diseminó entre la juventud... Esa chica, con su odio hacia el mundo, hacia sí misma, el dolor y años de ser engañada crearon una especie de fenómeno metafísico. Un alma vengativa si así lo quieren ver.
Se dice que si un adolescente o niño escucha la historia, debe olvidarse de la frase "El Espejo Púrpura" antes de cumplir 20 años. Si lo hacen, nada pasará. Pero aquellos que piensen o por error lean la frase poco antes de su cumpleaños 20... bueno, sobra decir lo que pasará.
Recordar el espejo sería invocarla y desatar su cólera.
Por tu bien, espero que seas mayor cuando leas esto.

jueves, 11 de febrero de 2016

Las Manos.


Un hombre se encontraba de pie en el andén de la estación del metro, esperando el tren.
Usualmente, escucharía música o leería algo para matar el tiempo. Pero ese día, por alguna razón, estaba observando las vías. 
En ese momento, se percató de algo entre las vías y la plataforma... Sí, no soñaba. Eran un par de manos que se aferraban a la plataforma del andén.
¿Era alguien que había caído a las vías y estaba luchando por escalar a la plataforma?
El guardia de seguridad de la estación que estaba cerca, parecía no tomarle importancia. Como si no lo viera. ¿Qué era? ¿Un fantasma?
Esa era la primera ocasión que el hombre veía algo fuera de este mundo. Pero aún así... se sentía más curioso que asustado.
Así que se movió al borde de la plataforma y se inclinó sobre las vías.
En ese momento, algo pasó.
Una persona lo sujetó por los hombros y lo jaló hacia atrás. Al siguiente instante, el tren entró a toda velocidad a la estación. 
Se salvó de ser decapitado por espacio de un segundo..Al mirar hacia atrás, encontró la expresión colérica del guardia de la estación, gritándole.

"¡¿QUIERES MORIR?!"

"No, no es eso. Ni siquiera escuché el ruido del tren..."

El guardia lo miró confundido y contestó:

"¿Cómo no lo oíste? ¡Hasta grité para que te quitaras de las vías!"

El hombre pensó podría ser posible que no escuchara el grito estando tan cerca. Al voltear hacia todos lados, vio que una chica de secundaria se le acercaba con una mirada desencajada. La chica habló, dudosa.

"Señor... ¿vio...? Esas... manos..."

"¡Sí! ¡Las vi! ¡Estaban en la orilla de la plataforma! ¿Verdad?"

"No, señor. Lo que vi fue... esas manos... estaban cubriéndole los oídos."

El Hombre Lobo, parte 4 - El Siglo del Hombre Lobo.

La imagen de la bestia por lo regular se une a la de Drácula, el monstruo de Frankenstein o la Momia como uno de los monstruos arquetípicos del género de horror. Pero si bien el licántropo existe desde épocas inmemoriales en el imaginario popular, fue hasta el siglo XIX que aparece como lo conocemos hoy.

Monstruos Victorianos.
Lon Chaney como el Hombre Lobo.
Hijo pródigo del horror gótico, el Hombre Lobo moderno aparece por primera vez en Hugues el Wer-Wolf, publicado en 1833; pero es hasta "Wagner el Wehr-Wolf" de 1847, que la maldición se trata de algo voluntario. En esta obra, un hombre hace un trato con el Diablo a cambio de salud y riquezas. La única condición es que asista a un médico inmoral durante 18 meses, matando personas.
Catherine Crowe es la primera mujer en escribir una historia de licántropos, en 1846 con "A Story of the Weir-Wolf", la cual a su vez inspira a Alejandro Dumas a escribir "The Wolf Leader" y a Erckmann-Chatrean con "Hugues-le-Loup".
Incluso se podría decir que el género del Hombre Lobo puede estar relacionado con "El Extraño Caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde", de Robert Louis Stevenson; debido a la dualidad entre hombre y bestia expresada en una drástica transformación. En contraposición al aspecto masculino del lobo, es Clemence Housman la que escribe "The Were-wolf" en 1896, la primer historia que presenta a una mujer lobo rapaz y seductora que se alimenta exclusivamente de hombres.
Drácula en la versión fílmica de 1991.
En 1897, Bram Stoker publica "Drácula" y una historia corta llamada "El huésped de Drácula", la cual retoma ciertos aspectos de la mitología del hombre lobo como un demonio de la noche. En "El huésped de Drácula", un grupo de jinetes ahuyenta a Drácula, que ha tomado la forma de un lobo gigantesco y que solo puede morir con una bala sagrada. El mismo conde Drácula explica que las leyendas de los Hombres Lobo se originaron del linaje de sangre de los Székely; y que entre sus múltiples poderes está la capacidad de transformarse en un lobo durante la noche.
En la literatura gótica se hace popular la idea de que el Hombre Lobo solo puede ser matado por armas y balas de plata, bajo la creencia de que a la Bestia de Gévaudan la mataron con una bala de ese metal. 

The Wolf Man.
Los monstruos clásicos de Universal en "Monster Squad".
En el siglo XX la literatura de Hombres Lobo se extendió gracias a escritores como Algernon Blackwood y el talento detrás de las revistas pulp y de horror americanas como Weird Tales o Tales from the Crypt, Pero es "The Werewolf of Paris", escrita en 1933 por Guy Endore, la que se considera el análogo de Drácula en la mitología del Hombre Lobo; y que fue adaptada al cine en 1961 como "The Curse of the Werewolf"
La aparición del cine trajo un nuevo género de películas, el horror, y el Hombre Lobo aparece en 1935 con "Werewolf of London", estableciendo la idea aceptada de que el licántropo tiende a matar a todos sus seres queridos. En 1941, Lon Chaney interpreta a Larry Talbot en "The Wolf Man", la cual elevó al Hombre Lobo a la misma posición que el Monstruo de Frankenstein y Drácula.
Benicio del Toro en el remake de "The Wolf Man".

"Incluso un hombre que es puro de corazón y dice sus plegarias al anochecer, puede convertirse en lobo cuando el acónito florece y la luna de otoño brilla."
-"The Wolf Man" (1941).
Lon Chaney se encasilló en el papel del Hombre Lobo y repitió el papel en varias secuelas para Estudios Universal, como "Frankenstein meets the Wolf Man", donde se dice que un licántropo puede revivir al ser expuesto a la luna llena; y en "House of Frankenstein" se usan por primera vez las balas de plata para matarlo. Otras secuelas posteriores incluyen "House of Dracula" y "Abbott and Costello meet Frankenstein".
El éxito de Estudios Universal lleva a que otras casas productoras como Columbia y Fox produzcan sus propios filmes del monstruo, como "The Undying Monster".

Los Nazis y el Werwolf.
Un Hombre Lobo en "Hellsing".
Durante la Segunda Guerra Mundial, los Nazis llevaron a cabo la "Operación Werwolf", la cual consistía en crear una fuerza de comandos élite que operarían tras las líneas enemigas para sabotearlas e impedir que continuaran aproximándose a Berlín.
El nombre se origina de la novela de Herman Löns, "Der Wehrwolf", publicada en 1910. En la historia, un soldado de nombre Harm Wulf organiza a sus vecinos y amigos en una milicia que se identifica a sí misma como Wehrwölfe. Löns sostiene que la palabra Werwolf se basa en el hecho de que los hombres de Wulf se comportan como bestias al matar a sus enemigos. 
En la novela "Wolf Hunter" de J.L. Bennet, el manga "Hellsing" y la serie de televisión "True Blood" hacen referencia a la operación y muestran a los comandos Nazi como Hombres Lobo reales.

El código de autoridad del cómic: Matando al Hombre Lobo.
Durante la década de 1950, los cómics de horror como "Tales from the Crypt" y "Vault of Horror" se hicieron populares entre niños y adultos por igual. En ellos se presentaban historias de horror bastante gráficas que incluían tanto crímenes comunes como fantasmas, zombies, vampiros y licántropos; entre otras cosas. 
En 1954, los editores de EC Comics se vieron detenidos por la publicación del libro de Fredric Wertham, "Seducción del Inocente"; la cual acabó provocando un pánico moral que llevó a la prohibición de las historietas al ser estas consideradas material nocivo para la juventud. La creación del Código de Autoridad del Cómic puso un gran número de restricciones en el material que se podía publicar, y en él se prohibía a toda clase de criaturas sobrenaturales, incluidos los licántropos. En marzo de 1955 se publicó el último número de Tales from the Crypt.
Con el tiempo algunas normativas se relajaron y editoriales como Marvel y DC pudieron volver a incluir monstruos. Personajes como Wolfsbane de los X-Men, Jack Russell el Hombre Lobo, Warren Griffith de los Howling Commandos y Bigby, del cómic Fables. Otra serie popular de Hombres Lobo es "Ferals", publicada por Avatar y creada por el mismo staff que produce el cómic transgresor "Crossed". Finalmente, Marvel Comics propuso la idea de un universo donde sus héroes se convierten en Hombres Lobo al final de la saga "Marvel Zombies vs. the Army of Darkness".

La resurrección de los 80 y el licántropo hoy.
Películas como la serie "The Howling", "An American werewolf in London", "Wolfen" y "Monster Squad" llevaron a una resurgencia en el género de horror con los Hombres Lobo como tema; la cual se extendió a la literatura y otros medios.
En 1991, "The Wild" muestra al licántropo como un medio por el cual la inteligencia humana puede combinarse con la naturaleza y el espíritu animal. Otras películas y series como "Ginger Snaps", "Van Helsing", "Bram Stoker's Dracula", "Underworld", "Dog Soldiers", "Twilight", "Skin Walkers", "Teen Wolf" y "Being Human" mantienen al Hombre Lobo vigente en la cultura popular. Con esta resurrección, es que al Hombre Lobo se le muestra no tanto como un villano o una criatura salvaje, si no como un ser casi heroico y noble. 
Katharine Isabelle como Ginger Fitzgerald en "Ginger Snaps".
Ejemplos de estas características incluyen a Remus Lupin en la serie de libros de Harry Potter, Randi Wallace en la serie "She-Wolf of London", los lobos Quilleute en "Twilight", Wulf en "Danny Phantom", Yugo en la serie de videojuegos "Bloody Roar" y Serafine en "An American Werewolf in London".
En el género de los juegos, la editorial White Wolf tiene "Werewolf: the Apocalypse", un juego de rol donde los Loup-Garou son la única línea de defensa contra una especie demoniaca conocida como The Wyrm. En la saga de juegos "World of Warcraft", se puede elegir jugar como un Worgen, una especie de lobo humanoide inspirado en la Inglaterra Victoriana. 

miércoles, 10 de febrero de 2016

El Hombre Lobo, parte 3 - La maldición del Hombre Lobo.

De manera general, se considera que la licantropía debe seguir ciertos lineamientos, y comparte rasgos tanto con embrujos como enfermedades (la pérdida de control, la transformación física impulsada por la luna llena), pero puede variar dependiendo de la región.
La transformación puede ser temporal o permanente, el híbrido puede variar entre un hombre velludo y salvaje, una atroz bestia bípeda o un lobo aparentemente común y corriente; y por lo regular se puede descubrir la identidad de un licántropo por su apariencia o heridas que haya sostenido durante una lucha o al ser atacado por cazadores.
En el folklore europeo, por lo regular se dice que un Hombre Lobo puede ser descubierto en forma humana por que posee cejas unidas y espesas, uñas largas y curvas, orejas que parecen apuntar hacia abajo y un andar ágil.
Otro método para la identificación de los licántropos es cortar un pedazo de piel al acusado bajo la excusa de que en lugar de haber carne al rojo vivo en la herida, se encontraría el pelo espeso de la bestia que yace oculta. En Rusia, se dice que un Hombre Lobo puede ser reconocido por pequeños pelos que crecen en su lengua.
En el caso de aquellas tradiciones donde el licántropo se convierte en un lobo de apariencia ordinaria, se les puede reconocer por el hecho de que no tiene cola, retiene sus ojos y voz humanos; y corre en tres patas, doblando una de sus patas traseras para simular la cola.
Se decía también que un Hombre Lobo en forma humana siempre aparecía débil, cansado y presa de una grave depresión. 

La maldición.
En la mitología y los cuentos medievales, existen múltiples formas de transformarse en un licántropo. El más simple era sencillamente quitarse toda la ropa y vestir un cinturón de piel de lobo en el cuerpo desnudo, mientras que el más conocido es ser contagiado por la mordida de estos seres. Otras formas más descabelladas incluyen frotarse el cuerpo con una salva mágica, beber agua de lluvia encharcada en la huella de un lobo o de ciertos estanques encantados, probar una cerveza preparada con una fórmula secreta, al escuchar un encantamiento, e inclusive dormir a la luz de la luna llena en una noche de verano, siempre y cuando fuera miércoles o viernes.
Otra forma más conocida es la de venderle el alma al Diablo con fines malévolos, usualmente con el fin de satisfacer un ansia de carne humana.

"Ciertos hechiceros, que untan sus cuerpos con un aceite que elaboran por conocimiento del demonio y visten un cinturón encantado, no solo toman la forma de lobos ante otros, si no la figura y naturaleza de la bestia siempre y cuando no remuevan el cinturón. Y se comportan como los propios lobos, preocupando y matando a seres humanos."
-Richard Vestegan, "Restitución de Inteligencia Decadente", 1628.

La maldición  también era considerada en ocasiones como castigo divino. Existen leyendas que van desde la de Lycaon (transformado por Zeus en lobo como castigo por matar a uno de sus hijos y ofrecerle los restos al padre del Olimpo como alimento) hasta algo tan sencillo como ser excomunicado por la iglesia Católica.
El poder de transformar a las personas en bestias también se considera propio de algunos santos. Santo Tomás de Aquino pronunciaba que los Ángeles, buenos o malos, tenían el poder de transmutar los cuerpos humanos; San Patricio transformó al rey galés Vereticus en un Lobo, Natalis de Ulster maldijo a una familia irlandesa a convertirse en lobos por siete años; y en Rusia el Demonio mismo convertía a los hombres en licántropos.
Arte conceptual de Magic: The Gathering.
En 1692, en Jürgensburg, un hombre llamado Thiess decretó que él y otros licántropos eran los Sabuesos de Dios, guerreros enviados al infierno para luchar con brujas y demonios; y que sus esfuerzos se aseguraban de que el Diablo y sus súbditos evitaran robar las cosechas de grano. Thiess decía que todos los Hombres Lobo de Rusia y Alemania también hacían lo mismo, e insistía que al morir, las almas de estos seres eran enviados al cielo como recompensa de su servicio.

Curas para la licantropía.
Grabado francés titulado "La muerte del Loup-Garou".
Existen formas de curar la maldición/enfermedad que ocasiona la licantropía.
Los griegos y romanos creían que la víctima debía ser sujeta a largos periodos de ejercicio intenso hasta cansarse, y que ello debía purgar el mal del cuerpo tras sudarlo. La práctica se basa en el hecho de que los Hombres Lobo terminaban débiles y cansados al terminar la transformación.
En Europa existían tres métodos para curar el mal: medicinalmente usando acónito, quirúrgicamente o mediante un exorcismo, pero la mayoría de estas curas y tratamientos resultaban letales para los pacientes. Por ejemplo, en la isla de Sicilia se manejaba que la licantropía podía ser curada a base de golpes en la frente y el cuero cabelludo con un cuchillo.
Diagraba de una planta de acónito, también conocida como "Matalobos" en inglés.
Otra cura popular en la isla era la de atravesar las manos del Hombre Lobo con clavos.
En Alemania, existía el ritual de repetir tres veces el nombre cristiano de la persona , mientas que en Dinamarca bastaba con reprender a la víctima para volverlo a la normalidad. Se decía también que la conversión al cristianismo funcionaba para remover la maldición, y en específico una devoción a San Huberto de Liejo funcionaba como protección contra la licantropía.

miércoles, 3 de febrero de 2016

El Hombre Lobo, parte 2 - La Edad Media y los juicios del Hombre Lobo.

Ilustración medieval del Hombre Lobo.
La creencia del Hombre Lobo aparece en la edad media de Europa cerca del siglo XI, con el poema de "Bizclavret", escrito por Marie de France. En esta obra, el noble Bizuneh se transforma en un lobo cada semana por razones que jamás son explicadas. 
Es en este tiempo que el término "werwolf" es registrado por Burchard von Worms, y vuelve a aparecer hasta el Bertold de Regensburg del siglo XIII; pero curiosamente, no como parte de la poesía o trabajos de ficción, si no registros históricos. 
Las tradiciones paganas de los pueblos germánicos se enlazan con la edad vikinga de Escandinavia, las cuales a su vez se extendieron a Rusia y crearon toda una nueva serie de mitos sobre Hombres Lobo. El príncipe Usiaslau de Polatsk, por ejemplo, se decía podía cambiar de forma y contaba con velocidad superhumana. El cuento de la campaña de Igor relata lo siguiente sobre Usiaslau:

"Vseslav el príncipe juzgaba a los hombres. Como príncipe, gobernaba ciudades; pero al anochecer acechaba en el disfraz del lobo. Desde Kiev, acechando, alcanzaba Tmutorokan antes del canto del gallo. El camino del Gran Sol, como lobo, merodeaba y atravesaba. Por él doblaban las campanas temprano en Santa Sophia, pero él las escuchaba en Kiev.

Esta clase de relatos da origen al folklore popular del Hombre Lobo en el folklore de la Europa moderna y se divide en dos grandes ramas. El Hombre Lobo alemán (encontrado en Francia, Alemania y el Báltico) se asocia con un pánico de caza de brujas que tuvo lugar en 1400, y el Hombre Lobo ruso o vlkodak (de Hungría, Rumania y los Balcanes), se asocia más con el concepto del No-Muerto o el Vampiro. 

Loup-Garou y Wolfssegen: Los juicios del Hombre Lobo.
Grabado medieval detallando el robo de un niño
a manos de un supuesto licántropo.
Ya sea por una histeria colectiva o algo mucho más siniestro, en la Francia del siglo XVI se disparó una serie de reportes sobre encuentros y ataques de licántropos a campesinos en aldeas de todo el país. En algunos de los casos, había evidencia clara de asesinatos y canibalismo, pero ninguna que conectara con lobos. En otros casos, como el de Gilles Garnier en 1573, había evidencia de ataques animales pero ninguna contra el supuesto Hombre Lobo acusado.
La figura del Loup-Garou con el tiempo dejó de ser vista como la de un hereje o brujo y se convirtió en una representación diabólica de un monstruoso lobo humanoide. Su contraparte femenina eran las lubins o lupins, que resultaban más dóciles.
En Bavaria se dio el "Wolfssegen", un amuleto o encantamiento para protegerse de los licántropos. Su contraparte era el Wolfbann, un hechizo que hacía susceptible a una persona a ataques de lobos.
Estos se extendieron hasta el siglo XVII, durante el periodo conocido como "La Mini Edad de Hielo", donde grandes grupos de lobos infestaron los Alpes bávaros; y no era raro encontrar a encantadores bajo el nombre de Wolfssegner.
Los Wolfssegners eran ancianos que se ganaban la vida vendiendo remedios, talismanes y encantamientos. En muchas ocasiones eran descubiertos como embaucadores o perseguidos como practicantes de magia negra por la iglesia católica. El más conocido Wolfssegner era Thomas Heiser, un anciano de 84 años que fue torturado hasta confesar como realizaba los encantamientos, los cuales había aprendido de un amigo cincuenta años antes.
Heiser se ganaba la vida en la ciudad de Innsbruck, donde presumía de tener el poder de llamar a los lobos y obligarlos a atacar ganado en específico, y el cual había ganado tras venderle su alma al diablo.

Europa vs. el Lobo.
Imagen de la supuesta Bestia de Gévaudan.
La licantropía era una acusación común en los juicios de brujas, y fue parte de juicios como el de las brujas de Valais, el de los licántropos devoradores de niños en Vaud y muchos otros. El momento álgido de la creencia en el Hombre Lobo llegó a comienzos del siglo XVII, con la publicación de varios tratados sobre como lidiar con ellos.
En 1603, Henry Boguet escribió un extenso trabajo sobre licantropía, al cual siguieron tratados escritos por cardenales, pastores y filósofos que explicaban que la licantropía era únicamente una ilusión. Para 1670, los Hombres Lobo desaparecen mayormente de la atención del público, siendo únicamente importante un caso en el cual una mujer y su hijo clamaban tener el poder de transformarse en lobos.
James I de Inglaterra descalificó al Hombre Lobo, considerándolo  "una superabundancia de melancolía natural". En Francia, Diderot escribe en su enciclopedia que los reportes sobre Hombres Lobo son "desórdenes del cerebro"; aunque en esa época se dan reportes de bestias sobrenaturales similares a lobos.
Seres como la misteriosa Bestia de Geváudan o los sanguinarios lobos de París, corrieron rampantes matando a hombres, mujeres y niños por decenas hasta que se les dio muerte. El único rincón donde aún se creía firmemente en el Hombre Lobo, era el Sacro Imperio Romano. Al menos nueve trabajos sobre Licántropos se publicaron en Alemania entre 1649 y 1679.

martes, 2 de febrero de 2016

El Hombre Lobo, parte 1 - Orígenes.

Licantropía.
Del griego lykos, "lobo", y anthropos, "hombre".
Para nadie es desconocida la imagen del Hombre Lobo, una persona bajo una extraña maldición que lo lleva a sufrir una transformación dolorosa durante las noches de luna llena. Al ver la luna, el cuerpo del afligido pasa por una metamorfosis dolorosa que lo torna en un híbrido perfecto de bestia y hombre, una criatura astuta, despiadada y con adicción al consumo de carne humana.
El Hombre Lobo es inmune a las armas convencionales, se regenera de la mayor parte del daño recibido y es suficientemente fuerte para destrozar a un hombre adulto con las manos. Su debilidad, sin embargo, es la plata. El solo roce de este metal con su piel basta para producirle graves quemaduras; de ahí que algo tan simple como una bala de plata baste para acabar con su vida.
Pero la historia del Hombre Lobo originalmente variaba de lo que conocemos hoy gracias a películas como The Howling, An American werewolf in London o Van Helsing. La licantropía como temor general de la humanidad tiene comienzo en la época antigua, y es una rica tradición que involucra no solo monstruos, si no hechiceros, feroces guerreros vikingos y ritos chamanísticos.

Berserkers, chamanes y príncipes: El origen del Hombre Lobo.
Representación artística de un Ulfhednar.
Resulta curioso (y hasta cierto punto perturbador) pensar en que todas las culturas del mundo tienen un análogo del licántropo entre los panteones de monstruos y espíritus de la noche. ¿Quizás una reflexión del miedo a perder el control o un recuerdo de esa época en que las bestias representaban un peligro para nuestros ancestros?
En el norte de Europa, las leyendas de hombres que cambian no solo a lobos, si no a osos y otros animales, se originan en el Ulfhednar; un guerrero similar al berserker que vestía pieles para canalizar el poder de un animal y transformarse en un luchador sanguinario.
Históricamente, la posesión de espíritus animales es mencionada en el Haraldskvaeoi y la saga Volsunga, consideradas precursoras de los mitos del Hombre Lobo. Incluso se decía que el rey Harald I de Noruega tenía entre sus trofeos de caza a un licántropo disecado.
La figura del Vilkacis, de Latvia, no es tanto en sí un licántropo como un lobo monstruoso que bajo ciertas condiciones podía ayudar a las personas en las noches.
Más al sur, encontramos que la historia del Hombre Lobo como tal aparece en Grecia, en el mito de Lycaon, el cual narra la historia de un príncipe que fue transformado en un lobo luego de comer carne humana;  y se dice que aquellos que presenciaban los sacrificios humanos en el monte del mismo nombre  podían sufrir ese mismo destino. 
Herodoto y Plinio hablan en sus trabajos sobre tribus como los Neuri, una población de Escitia con el poder de cambiar a lobos por unos días cada año, mientras que Virgilio describe procesos de transformación similares en sus relatos. Pero es Gaius Petronius quien escribe en el Satyricon, la primera historia donde la luna llena es el detonante para el cambio de un licántropo.
Grabado del mito de Lycaon según Ovidio.
En la tradición oral de Armenia, las mujeres pecadoras están condenadas a pasar siete años como un lobo como castigo. En esta variante, un espíritu se aparece frente a la susodicha y le presenta una piel de lobo, la cual debe vestir. Una vez que se ha colocado la prenda, la mujer cambia y se torna una bestia salvaje durante las noches; volviendo a la normalidad al amanecer.
Otras licántropas similares son las Lubins o Lupins, de Francia, que por lo regular son tímidas y dóciles en comparación a sus contrapartes masculinas.
En Turquía se ve a los licántropos en una luz diferente: Aquí, los Hombres Lobo son llamados "Kurtadam", y son el resultado de complejos ritos conducidos por chamanes de Asia Central; con el objetivo de convertirse en lobos humanoides considerados avatares de los ancestros de los turcos; por lo que se les respeta y ve como figuras de poder.

El Hombre Hiena: El terror de África.
En África, pese a que no existen especies más allá del pequeño lobo etíope, sí existe una figura similar. En este caso, un monstruo basado en la hiena, un animal largamente odiado y vilipendiado por sus características carroñeras.
En Chad podemos encontrar al "Bultunging" (que significa "me cambio a una hiena" en el idioma de los Bornu), y se tenía la creencia de que algunas aldeas estaban enteramente pobladas por estos seres.
Para la gente de Etiopía, el temor es hacia el Bouda, un Hombre Hiena conocido por profanar tumbas y robar cadáveres. La creencia en este ser se extiende a Sudán, Tanzania y Marruecos; en esta última los Bereberes y beduinos consideran al monstruo como algo similar al Hombre Lobo, una persona que se transforma al anochecer y regresa a su forma original al amanecer. 
Los cristianos en Etiopía creían que los judíos se transformaban en Bouda y desenterraban cadáveres en los cementerios cristianos para alimentarse.
En Sudán, el Hombre Hiena es un caníbal que gusta de perseguir y aterrorizar a los amantes que salen por la noche. Aquí se le representa como un poderoso hechicero reconocible en forma humana por su cuerpo peludo, ojos rojos y voz nasal.
La tribu Bambara en Mali se convierte en hienas mediante pantomimas y danzas con máscaras. En esta tradición se busca evocar los hábitos odiados de la hiena e incitar miedo en los participantes, de forma tal que eviten realizar estos actos despreciables y sean buenas personas.
Al-Doumairy en su tratado Hawayan Al-Koubra, describe a las hienas como vampiros que atacan a la gente por la noche para chuparles la sangre, y explica que los animales pueden hipnotizar a las personas con la mirada.
Un tratado médico persa de 1376 describe los pasos para curar a un "kaffar", asesinos mitad hombre-mitad hiena que tienden a matar niños.

Hombres Gato:
Otra variante es la de los hombres gato, y esta obedece sistemas de creencia similares a los del Hombre Lobo.
En África, estos seres se asocian a deidades y la realeza. Los Hombres Leopardo son hijos de deidades y hombres, y obtienen no solo la capacidad de convertirse en felinos, si no que sus formas humanas poseen los poderes asociados con el leopardo.
Los Hombres León son por lo regular espíritus de antiguos reyes o reinas reencarnados. Como dato curioso, los nativos involucrados con los Devorahombres de Tsavo creían que los leones eran en realidad reyes que intentaban impedir la construcción de los trenes en África para repelir a los invasores europeos.
Los Devora-hombres de Tsavo.
En Asia, los tigres son los que reemplazan al lobo. En la India son poderosos hechiceros que buscan amenazar al ganado y a los granjeros. En China, víctimas de una tradición hereditaria o por incurrir en la cólera de un fantasma.
De esta manera, los fantasmas de personas devoradas por tigres pasaban a ser espectros conocidos como "Chang", con el poder de convertir a otras personas en Hombres Tigre. 
En Indonesia y Malasia existe el "Harimau Jadian", el cual obtiene sus poderes por herencia, hechizos, fuerza de voluntad y embrujos. Solo son agresivos con los humanos cuando tienen hambre o deseos de venganza; pues prefieren usan sus poderes para proteger las plantaciones de los cerdos salvajes que merodean en los campos.
En Mesoamérica, el culto al jaguar derivó en varias tradiciones totémicas que involucraban Hombres Jaguar. Los chamanes y sacerdotes, así como los aztecas, solían usar la piel de estos animales para ganar el poder relacionado con ellos. Los Balams de Yucatán eran magos que se transformaban en la luna llena y protegían los campos de maíz. Una orden militar de la civilización azteca era la de los caballeros o guerreros jaguar, que usaban pieles o uniformes que imitaban a este animal.
Otra creencia similar es la del Nahual, un brujo maligno con el poder de convertirse en toda clase de animales como burros, caballos, toros, perros, gatos e inclusive jaguares. 
Guerrero jaguar azteca.